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domingo, 18 de noviembre de 2012

Beethoven. Sinfonía nº 1. Brahms. Sinfonía nº 1. Beethoven. Obertura Leonore III. Furtwängler. Orquesta del Concertgebouw. 1950.


Queridos amigos dejamos esta noche un precioso disco para saborear con tranquilidad y recrearse en su contenido. 

El disco recoge el concierto ofrecido por Furtwängler con ocasión del Festival de Holanda del año 1950 y grabado el 13 de julio de 1950. Su contenido es realmente atractivo. Una Primera Sinfonía de Beethoven maravillosa acompañada de una enérgica e intensa Obertura Leonore III y una Primera Sinfonía de Brahms realmente bellísima. Su calidad sonora maravillosa (62 años ya de la toma, una maravilla).

Furtwängler dirigió a la Orquesta del Concertgebouw en tan sólo tres ocasiones. Una primera en el año 1923 y una segunda en el año 1950. En esta segunda ocasión se repetiría en dos días el mismo programa, en la sala de la Concertgebouw y en la Kursaal de Scheveningen. En total tres conciertos. Este año de 1950 podríamos añadir que fue uno de los más activos en la carrera de posguerra del maestro con numerosos estrenos mundiales, giras y participaciones en festivales entre los que está este de Holanda.

El disco es verdaderamente genial. La Primera Sinfonía de Beethoven tiene una energía, una vitalidad, una sonoridad clásica y una construcción realmente maravillosa al igual que la portentosa recreación de la Obertura Leonore III. Es mágica la forma del maestro de realizar el trazo musical de la obra, de remarcar sus acentos, de extraer sus bellos matices sonoros todo ello sin perder de vista la enérgica vitalidad y la maravillosa construcción clásica de la misma. 


En la Sinfonía nº 1 de Brahms nos encontramos con el mejor Furtwängler. Ese músico extraordinario capaz de conmover en lo más profundo, capaz de presentar las más pequeñas sutilezas de la partitura en modo claro y realmente revelador. Un Furtwängler que ama esta obra nos ofrece un recorrido realmente sorprendente por la misma jugando sabiamente con los tiempos y sus posibilidades, con el color y el ritmo. Ofreciendo un Brahms que sin dejar de ser complejo se presenta de una forma tan sencilla como realmente nítida, un Brahms bellísimo, con juegos instrumentales soberbios, con temática sabiamente elaborada y presentada. 


El maestro sabe aprovechar las virtudes de la excepcional Orquesta del Concertgebouw y saca de ella sus mejores virtudes. Su colorido sin par, su juego en bloque realmente sorprendente, sus maravillosas maderas, la precisión y belleza de sus cuerdas. Realiza una interpretación viva, animada por una invisible fuerza poderosa que anima todo su devenir. Y en todo su desarrollo no deja de presentarnos al Brahms poderoso y a la vez de extrema sensibilidad y delicadeza, un Brahms apasionado e intenso sin llegar a extremos catastróficos pero si de enorme intensidad y profundidad emocional claramente puesta de manifiesto en el devenir del desarrollo de la obra, enorme y amplia obra, con esa maravillosa conversión entre la tristeza inicial y la radiante explosión de felicidad del final. 


Un disco verdaderamente bonito para disfrutar con tranquilidad. No es necesario establecer comparaciones con otras interpretaciones del propio maestro seguramente más intensas o perfectas, es simplemente necesario dejarse llevar por su concepción de estas obras, de apreciar su belleza y de gozar de sus matices.

Espero que les guste. Furtwängler, Beethoven y Brahms siempre forman una combinación perfecta para el placer musical.

Beethoven
Sinfonía nº 1

Brahms
Sinfonía nº 1

Wilhelm Furtwängler
Concertgebouw Orchestra Amsterdam

Grabaciones, Sala de la Concertgebouw Orchestra, 13 de julio de 1950







Complemento de la entrada con el segundo CD. Disco FURT 1013.

Beethoven

Obertura Leonore III
Concertgebouw Orchestra, 13 de julio de 1950

Cavatina del Cuarteto de Cuerdas nº 13 op. 130
OF de Berlín, 15 de octubre de 1940

Brahms

Variaciones Haydn
OF de Viena, 18 al 23 de diciembre de 1943, Musikvereinssaal, Viena
Tomas finales y alternativas

Sinfonía nº 1
Final antes y después del reprocesado










Nielsen. Sinfonías nº 5 y nº 4 "Lo Inextinguible". Dudamel. Gothenburg Symphony Orchestra. 2008. 2009.


Queridos amigos, completamos hoy la entrega de este estuche de Gustavo Dudamel al frente de la Gothenburg Symphony Orchestra con el disco dedicado al compositor danés, Carl Nielsen.

Nielsen nació en Sortelung, pueblo cercano a Odense, Dinamarca. Estudió violín y piano y aprendió a tocar diversos instrumentos de viento por su trabajo en una banda militar de Odense. Posteriormente estudió violín y teoría de la música en el conservatorio de Copenhague lugar en el que a partir de 1915 trabajó como profesor hasta su fallecimiento (fue nombrado director del mismo en 1931 cargo que prácticamente no desarrolló debido a su fallecimiento). No dejó de tocar el violín en la Orquesta del Teatro Real de Copenhague, en la que ingresó en 1889, hasta 1905 fecha en la que encontró editor para su composiciones y fue también Director Titular de dicha orquesta a partir del año 1908.

La experiencia de Nielsen en la orquesta le permitió familiarizarse con los nuevos lenguajes musicales y conocer ampliamente el repertorio musical siendo importantísimo para su desarrollo el conocimiento de las obras de Wagner. Precisamente de él toma sus primeras ideas para el desarrollo compositivo de sus propias obras con importante acento en las tonalidades y los ritmos armónicos. Otra influencia de gran importancia para Nielsen fue Brahms del que toma el ejemplo para el manejo global de la forma sinfónica, el conocimiento y estudio de las variaciones y metamorfosis temáticas y el desarrollo por la variación. Todas estas influencias iniciales Nielsen las irá adaptando y desarrollando a sus propios conceptos e ideas musicales hasta lograr un lenguaje propio muy bien definido.


Nielsen es autor de seis sinfonías que con el transcurso del tiempo han ido ganando en popularidad, comprensión y aceptación. A modo de resumen son:

  • Sinfonía nº 1 en sol menor: es la primera composición de Nielsen mostrando ya algunos rasgos de individualidad propia. Obra de Nielsen que no lleva subtítulo.
  • Sinfonía nº 2 Los Cuatro Temperamentos: inspirada por un cuadro que Nielsen vio en una taberna, desarrolla esta composición sobre los cuatro temperamentos (colérico, melancólico, flemático y sanguíneo) con cuatro movimientos cada uno dedicado a un temperamento.
  • Sinfonía nº 3 Expansiva: el segundo movimiento contiene solos para soprano y tenor que pueden ser interpretados alternativamente por el clarinete y el trombón. Excepcional obra que muestra la habilidad de Nielsen para desarrollar variaciones temáticas con un añadido de desarrollo melódico y rítmico a modo de elemento en expansión incesante.
  • Sinfonía nº 4 Lo Inextinguible: quizá la más conocida de Nielsen y la más dramática de todas.
  • Sinfonía nº 5: es la segunda sinfonía de Nielsen que no tiene subtítulo. Utiliza la percusión de un modo sin precedentes.
  • Sinfonía nº 6 Semplice: no es tan dramática como las anteriores y en algunos puntos suena extraña. En algunos movimientos el uso de los instrumentos de la plantilla orquesta es muy reducido.





La Sinfonía nº 5 de Nielsen fue compuesta entre 1920 y 1922 y tuvo su primera representación el 24 de enero de 1922 en la Sociedad Musical Musikforening de Copenhague bajo la dirección del propio compositor. Elaborada en dos movimientos su fuerza y su particularidad radica fundamentalmente en el desarrollo progresivo de un lenguaje musical moderno de contraste y oposición temática. Con enorme habilidad contrapuntística, Nielsen consigue enlazar amplios bloques sonoros logrando un efecto verdaderamente atractivo e incluso en muchos momentos verdaderamente sorprendentes llegando incluso a establecer un ambiente sonoro turbador. Sus frases musicales están dispuestas en amplios bloques sonoros, en cierto modo a la manera de Bruckner, con un estilo casi coral, amplio y poderoso. La obra está marcada por las sorpresas, las maravillosas contraposiciones intrumentales, la imprevisibilidad de su evolución, el marcado ritmo obstinado salpicado de elementos disonantes en las cuerdas, maderas, metales y percusión elementos que son hábilmente puestos en una bella confrontación. Los bellísimos pasajes de las cuerdas constituyen uno de los puntos más impresionantes de la obra. Escritos con una genial habilidad melódica se exponen y desaparecen mágicamente en el devenir del desarrollo musical y son contrapuestos a los finos matices añadidos por las maderas y la percusión. 

Hay interpretaciones muy variadas del sentido no musical de la obra y muchos expertos coinciden en afirmar que se deja revelar parte de la angustia y de la vivencia de Nielsen a consecuencia de la Primera Guerra Mundial, como una lucha y contraposición entre el bien y el mal, entre las fuerzas poderosas del mal y el valor persistente del bien. 

Independientemente de todo ello la obra cierto es que resulta impactante a la primera escucha sorprendiendo por sus muchos cambios rítmicos, de color, de energía; por sus combinaciones instrumentales y la forma en que son contrapuestas y por su bellísimo fondo melódico y sonoridad cautivadora. La obra no tuvo una buena acogida global y en el mercado de las grabaciones tampoco tuvo mucho éxito. Hasta 1950 no hay registro en vivo y su popularidad internacional no se alcanzó hasta el soberbio registro de Leonard Bernstein con la Filarmónica de New York de 1962.


La Sinfonía nº 4 "Lo Inextinguible" fue terminado en 1916 teniendo como telón de fondo la Primera Guerra Mundial y constituyéndose en una de las más dramáticas que escribió Nielsen destacando en ella la genial lucha de dos conjuntos de timbales. Obra que en cierta manera intenta expresar aquello que la música, y quizá sólo la música, es capaz de hacer: la voluntad de vivir, la vida como la música es algo finalmente inextinguible. Se estrenó el 1 de febrero de 1916 en la Sociedad Musical Musikforening de Copenhague.

En la obra diversos elementos temáticos son puestos en confrontación, lucha permanente entre ellos, lucha con la única aspiración de tener una salida, una liberación positiva, un paso de la tiniebla a la luz. Es de destacar en ella el magnífico juego de las partes de cuerda y de las maderas amén del excepcional y sorprendente juego final de los timbales. 

Maravilloso el contraste entre el lirismo encantador del clarinete del primer movimiento con la energía a veces casi brutal de las cuerdas en bloque salpicadas de toques violentos de las maderas; en su conjunto se elabora un movimiento pleno de energía y agitación anímica casi febril. 

En el segundo movimiento es destacable el bellísimo tono rítmico y danzante del mismo con una instrumentación escasa en intensidad y de nuevo el precioso juego de los instrumentos de madera y las cuerdas agudas de los violines. 

Su tercer movimiento se aparece como un bellísimo Adagio inicialmente explosivo en los violines y con un desarrollo en las cuerdas realmente intenso y amenazante salpicado de entradas irregularmente expuestas de los contrabajos que finalmente se va aplacando con el bellísimo oboe en un juego precioso con las cuerdas. 

Su último movimiento retoma la energía intensa y dramática del primero con una gran energía rítmica que se constituye de nuevo en la impulsora musical y en la fuerza motriz del movimiento. En este final de la obra aparece el precioso e intenso juego de enfrentamiento entre los timbales, uno colocado en su posición habitual y otro delante de los violines principales, enfrentamiento poderoso, sorprendente en sus cambios de tonalidades y en su efecto amenazador y que rompe todo desarrollo melódico del movimiento con sus disonancias y su energía hasta su final, un final apoteósico en que se alza un himno poderoso que se impone al efecto de los timbales retomando parte del tema maravilloso, en los clarinetes, del primer movimiento a modo de un enorme e impactante triunfo final de la inacabable vida.

Una obra realmente emotiva, intensa, bonita y diferente.

La interpretación de Dudamel y la Gothenburg Symphony Orchestra es realmente maravillosa. De los tres discos que componen el estuche es quizá el más conseguido. 


Algo debe tener que ver en ello la relación estrecha de la orquesta con la música y la persona del compositor. Stenhammar (Director Artístico y Principal de la Gothenburg Symphony Orchestra entre 1906 y 1922) invitó en varias ocasiones a Nielsen a dirigir sus propias composiciones con su orquesta. La Sinfonía nº 4 fue presentada en Gotemburgo por Nielsen sólo dos años después de su estreno, el 5 de abril de 1918. El 8 de marzo de 1922 Nielsen presentó en la ciudad su Quinta Sinfonía. Ambos músicos fueron amigos íntimos y compartieron muchos debates sobre composición, orquestación y dirección. Nielsen llegó a ser Director Adjunto de la Sinfónica en algunos periodos en los que el maestro Stenhammar necesitaba tiempo para la composición. Nielsen ocupó este puesto entre 1918 y 1922 trabajando con la orquesta en esas temporadas durante varias semanas llegando a dirigir un total de 48 conciertos con la Sinfónica de Gotemburgo. 

La interpretación está cargada de energía, vitalidad y frescura amén de una precisión orquestal realmente admirable, un ritmo y un colorido sensacionales, una fantástica recreación de los instrumentistas solistas y una gran alegría interpretativa llena de frescura, matices, ritmo, contraste y belleza sonora. Hay convencimiento en la validez de las obras y se transmite en la grabación. Dudamel y sus músicos logran entusiasmar con una música que no es fácil de interpretar y que realmente cuesta aceptar a la primera audición. Creo que sinceramente el reto está logrado con nota.

Un bellísimo disco del maestro Dudamel y una preciosa interpretación de la música siempre estimulante de Nielsen. Espero que lo disfruten.



Carl Nielsen
Sinfonía nº 5
Sinfonía nº 4 "Lo Inextinguible"
Gustavo Dudamel
Gothenburg Symphony Orchestra
Grabaciones: Konserthuset, Göteborg, Sweden, nº 5, febrero de 2008 y nº 4, septiembre de 2009








Actualizamos parte del contenido según los comentarios del amigo Yorchi: "El subtítulo correcto de la 4ª sinfonía es "Lo inextinguible". Tal como indican las notas de algunas grabaciones, el subtítulo "Det Uudslukkelige", en danés, es un sustantivo neutro que se refiere a "aquello que es inextinguible" (una alegoría a la vida), no a la propia sinfonía."