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viernes, 12 de febrero de 2010

Fricsay. Beethoven, Triple Concierto, 1960. Brahms, Doble Concierto, 1961. Orquesta Sinfónica de la Radio de Berlín (OSRB)


Un disco excepcional. Unas interpretaciones de estas magníficas obras orquestales de Beethoven y Brahms por un conjunto de músicos extraordinarios.

El disco rezuma sensibilidad en todo su desarrollo. Si el concierto de Brahms resulta conmovedor la interpretación del Triple Concierto de Beethoven es una joya.

La conjunción de Wolfgang Schneiderhan (violín), Pierre Fournier (Chelo) y Geza Anda (piano) es de una perfección asombrosa. La sonoridad es absolutamente preciosa. La entrada de cada uno de los solistas en ese excepcional primer movimiento, desde mi punto de vista, permanece insuperada en la discografía (la interpretación de Ormandy con Philadelphia es la que más se le acerca aunque con otro conceto). Qué bonito suena ese violín, qué piano más sencillamente perfecto y qué violonchelo, señores, Fournier está magistral.
Fricsay, ¡qué pena de muerte tan prematura!, logra un acompañamiento perfecto, como en sus mejores interpretaciones mozartianas. La orquesta, esa orquesta tan adaptada a Fricsay, suena ligera, precisa, sedosa, emotiva y perfecta. Una expresividad en toda la obra y un movimiento final precioso de verdad. Una obra que no deja de emocionar en cada escucha. Una unión perfecta de intimismo, emotividad, frescura, fuerza y alegría.

En cuanto a la obra de Brahms, podemos aplicar lo anteriormente dicho para la de Beethoven. Conjunción perfecta de dos solistas excepcionales: Wolfgang Schneiderhan (violín) que repite y Janos Starker (chelo), músico excepcional, de los más grandes. Sensibilidad a flor de piel.

Con un quizá mayor protagonismo el violín que el cello, el violín llena de ternura el primer movimiento. Cierren los ojos, permanezcan quietos y dejen que la música penetre en el corazón haga sentir simplemente cosas bonitas. La pasión y emotividad del chelo y la orquesta fina, dulce, profunda y cálida hacen el resto. Brahms como pura pasión. Un segundo movimiento tierno, frescamente apasionado, combinando chelo y violín en una atmósfera maravillosa. Y un final que repite la asombrosa conjunción de los instrumentos solistas y la orquesta llegando a la cumbre de la emotividad y fuerza. La orquesta de nuevo maravillosa... ¿dónde hubiera llegado la Filarmónica de Berlín con Fricsay?

Ludwig van Beethoven
Concierto para Piano, Violín y Chelo "Triple Concerto"

Ferenc Fricsay
Wolfgang Schneiderhan (Violín)
Pierre Fournier (Chelo)
Geza Anda (Piano)
Berlin Radio Symphony Orchestra

Recording Studio 1960



Johannes Brahms Concierto para Violín y Chelo "Double Concerto"

Ferenc Fricsay
Wolfgang Schneiderhan (Violín)
Janos Starker (Chelo)
Berlin Radio Symphony Orchestra

Recording Studio 1961


Tchaikovsky. Sinfonía nº 5. George Szell. Orquesta de Cleveland. 1959.



Presentamos un disco precioso de una obra grandiosa, emotiva como pocas ¡qué movimiento final! y ampliamente conocida. La Quinta Sinfonía de ese maravilloso músico que es Tchaikovsky.

Pocos como él supieron transferir a la música la pasión, sensibilidad, emotividad, finura de sentimientos y grandiosidad como Tchaikovsky.

Sinfonía que transmite plenamente los tintes melancólicos del compositor no deja de emocionarme y hacer sentir un placer extremo. Su último movimiento que muchos tachan de excesivo y demasiado grandilocuente es para mi la culminación de una cabalgata sin freno hacia la apoteosis de los sentidos. La música entra por ella misma en tu conciencia y te hace sentir enormemente feliz. Al final has disfrutado. Y has llorado, al menos yo.

Cada cual puede escucharla con absoluta libertad y recibirá aceptación o incomprensión pero no se le puede negar belleza, colorido, inmensidad y fuerza.

La interpretación que os dejo es una grabación del gran George Szell y su Orquesta de Cleveland. Ambos como es costumbre sensacionales. Está en un punto medio entre la grandiosidad emotiva de Bernstein con New York DG y la precisión y sonido peculiar de Mravinski con Leningrado para Erato. No me emociona ni impacta como la de Lenny (mi preferidad) ni es tan seca como la del gran maestro ruso. Es ligera, puntillosa, de sonoridad contenida, precisa e impecablemente ejecutada. La orquesta está absolutamente sensacional, sin fallos, con un sonido impecable, una precisión absoluta. Con la habitual "rapidez" de Szell la intensidad del último movimiento es impresionante.

Desde mi punto de vista una magnífica interpretación.

El disco es un CD de CBS grabado en el año 1959 que tiene peor calidad que los reprocesados de Sony pero se deja escuchar muy bien, es más diría que tiene ese toque inicial de las grabaciones digitales con cierto sonido no demasiado digitalizado. Una grabación maravillosa.

Espero que la aprecien.




Tchaikovsky
Sinfonía nº 5

George Szell
Orquesta de Cleveland

Grabación CBS de 23 de octubre de 1959, Auditorium at Masonic Temple, Cleveland