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lunes, 15 de febrero de 2010

Shostakovich - Sinfonía nº 5. Mravinsky. Orquesta Filarmónica de Leningrado. 1984.



Vamos a continuar con las obras de ese gran genio musical del siglo XX que fue Dimitri Shostakovich.

Gran genio a pesar de los pesares y del Régimen que le tocó vivir o mejor dicho "padecer".
Genio precoz y que triunfó pronto con esa preciosa obra de fin de carrera que fue su Sinfonía nº 1, damos un salto temporal y pasamos a mediados de los años 30. Años difíciles, sometidos a ese "ideal artístico" que pretendía tener el "papá Stalin": el arte está destinado al pueblo (lo que entendían ellos y a su muy particular manera pueblo) y tenía que ser comprensible a ellos y ser vehículo de la ideología oficial (según muchos, lo banal y lo uniformemente repetitivo). Lo contrario era rechazado y llamado "formalismo", no era lo apropiado a transmitir el progresismo del que se creían dotados, no era vehículo justo para transmitir el ideal heroico del pueblo por ellos dominado. Lo que Prokofiev decía: llamaban "formalismo" a todo aquello que en una primera escucha no se entendía, o sea ¡tela marinera!

Shostakovich tiene que satisfacer dos requerimientos,  por un lado mantener su ideal artístico y su nivel y por otro ofrecer esa música atrayente para las masas. Difícil papeleta en la situación histórica en la que vivía. La quinta sinfonía parece ser su respuesta y logra ambas cosas. Y menos mal, porque las críticas oficiales, las amenazas, la depuración rondaban por ahí y eran peligrosas al extremo.

Apartado del mundanal ruido, se dedica a componer esta maravillosa obra. Y sus resultados fueron espectaculares. Para el público y para los guardianes de lo "adecuado", los políticos. El público adoró desde un principio la sinfonía, y las autoridades le dieron su bendición oficial. Si la Primera había significado la entrada triunfal de Shostakovich en la escena internacional, la Quinta Sinfonía habría de cimentar su importancia como el más destacado sinfonista del siglo. La obra era estrenada el 21 de noviembre de 1937 por la Orquesta Filarmónica de Leningrado bajo la dirección de Evgeny Mravinsky. La obra lleva como subtítulo "Respuesta de un artista soviético a una crítica justa", algo justamente irónico, de realismo oficial nada de nada más bien lo contrario, triunfo de un realismo propio, ni optimista, formal como cualquiera otra y no basada en lo popular. Música de Shostakovich. Música pura para reflejar la tragedia de su pueblo.

Es una música hermosa, de cuerdas preciosas, temas amenazadores y líricos sabiamente combinados en un primer movimiento de crecimiento impresionante; un allegretto precioso; un largo doloroso, emotivo, duro y un movimiento final enorme, grandioso, un camino ascendente hacia una victoria final impresionante: un verdadero triunfo de su genio y del pueblo o parodia de lo que deseaban los "salvaguardas" de lo políticamente correcto. ¡He ahí la cuestión!

Aparte toda esta historia, lo transcendente está en el disco que os dejo.
Los mismos mimbres que la crearon nos brindan una interpretación, cincuenta años después, que nos deja sin aliento. ¡Qué grande era este Mravinsky y esta Orquesta! Qué sonoridad, qué precisión, que ritmo más justo, que cuerdas más intensas y a la par sedosas, qué metales. En esta interpretación de la Quinta pueden ver una muestra. ¡Y habrá más!

Disfruten de Shostakovich, su Quinta Sinfonía, La Filarmónica de Leningrado y el gran Mravinsky en una versión de sonido precioso del año 1984.






Shostakovich
Quinta Sinfonía

Evgeny Mravinsky
Orquesta Filarmónica de Leningrado

4 de abril de 1984
Leningrad Philharmonic Large Hall
Erato











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