Entrada número cincuenta. Un pequeño motivo de celebración. Por ello os dejo uno de los discos más bonitos que tengo: la interpretación con la Filarmónica de New York de la Sinfonía nº 5 del gran Tchaikovsky, dirigida por Leonard Bernstein en New York en el año 1988.
Obra elaborada en pocos meses durante el año 1888 tuvo un gran éxito después de su estreno en San Petersburgo el 17 de noviembre de 1888 dirigido por el propio Tchaikovsky. Clave, quizá su simple belleza y su enorme capacidad de comunicar y transmitir emoción.
La obra es bellísima, según los entendidos con algunos altibajos compositivos formales que, como no soy experto, paso por alto. Me centro en su belleza sonora, en su emorme dulzura y gran fuerza, en sus ritmos, en su instrumentación preciosa, en su comunicatividad, directa al corazón, en su emotividad, en su lirismo contenido y a la par desbordado, en su potencia sonora, en su rabia contenida y liberada. Me sigue pareciendo una de las más bellas obras musicales compuestas. Y sigue tocando mi parte sensible todas y cada una de las veces que la escucho. Y en particular lo hace esta versión de Bernstein.
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Unimos la belleza melódica y sonora de la obra con la capacidad comunicativa y directamente impactante de Bernstein en sus últimos años y la aderezamos con una Filarmónica de New York simplemente impresionante y surge la maravilla; el sentimiento a flor de piel, las lágrimas finales, el corazón encogido queriendo explotar y tu cerebro intentanto asimilar tanta belleza, tanta sensibilidad. Pasas por un recorrido emocional que te deja en una paz reflexiva digna de una gran amor. Amor que pueden apreciar de manera igualmente maravillosa en la pieza que acompaña a la sinfonía, la excepcional Romeo y Julieta.
Les dejo esta maravilla musical.
Bálsamo para el corazón y fuego para la mente.
Que la disfruten.
Tchaikovsky
Sinfonía nº 5
Romeo y Julieta
Bernstein
Orquesta Filarmónica de New York
New York, Avery Fisher Hall, 29 de noviembre de 1988 y 31 de octubre de 1989
Mp3
FLAC
Visitar también la Sinfonía nº 4 y la Sinfonía nº 6