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sábado, 31 de diciembre de 2011

Que ni tu ni nadie nos pueda quitar un muy, muy Feliz Año 2012. Alaska y Dinarama. Deseo Carnal. 1984.


Queridos amigos os deseo de todo corazón un fin de año lleno de felicidad y alegría en compañía de todos vuestros familiares y amigos. 

Que el año 2012 venga, para todos, lleno de Salud, de Trabajo y de Amor. Como indica el encabezado de la entrada que ni tu ni nadie nos pueda quitar la Ilusión por este nuevo año, año que desarrollaremos nosotros mismos con nuestro esfuerzo y nuestra ilusión por la vida.

Sirva este disco maravilloso de Alaska y Dinarama para amenizar esta despedida del 2011 y la entrada en un, seguro, mejor 2012. Un disco excepcional de unos artistas soberbios. Una época de la música pop genial, divertida, libre, con ansias, con esperanzas.

Que todos vosotros, vuestros amigos, vuestros conocidos, vuestros seres queridos y vuestras familias disfrutéis de esta noche tan especial que debe ser el inicio de un año para nada triste y que entre todos podemos hacerlo mágico y esperanzador. En nuestras manos está.

A divertirse queridos amigos. Nos vemos en el 2012.





Deseo Carnal
Alaska y Dinarama
Grabación: 1984
Madrid y Londres







miércoles, 28 de diciembre de 2011

Shostakovich Sinfonía nº 5. Leonard Bernstein. Orquesta Sinfónica de Londres. 1966.


Queridos amigos, en estas fechas tan propias para los regalos queremos dejar hoy un presente que verdaderamente es un regalo sonoro y artístico espectacular.

La Quinta Sinfonía del maestro Shostakovich interpretada por Leonard Bernstein al frente de una inspiradísima y soberbia Orquesta Sinfónica de Londres.

La grabación procede de una emisión televisiva de la BBC y la banda sonora está sacada del DVD del concierto (en el que además vienen unas tomas preciosas de los ensayos de los músicos londinenses con un Bernstein absolutamente "introducido" en la obra y con esa energía que le era tan propia). El sonido, sin ser excepcional es más que suficiente en calidad y presencia para poder disfrutar de una interpretación magistral. Tan sólo podrán apreciar un levísimo desliz técnico-sonoro a los cinco minutos del tercer movimiento que está en la propia grabación, como un peqeño gap sonoro, (irresoluble).

Pero nada empaña la soberbia recreación que de la obra realizan los londineses y Bernstein. La Quinta Sinfonía de Shostakovich era una obra muy grata a Lenny (es una pena que no llegara a grabar para DG, en su última etapa, una versión con los vieneses o los de New York). La evolución de su concepto de la obra no ha tenido grandes variaciones a lo largo de su carrera y todas sus grabaciones llevan el mismo sello y la misma impronta, diferenciándose quizá muy levemente su interpretación con New York en Tokio.

En esta aproximación de 1966 lo que más me llama la atención es la excepcional preparación y posterior prestación de las cuerdas londinesas, verdaderamente prodigiosas, de una sonoridad enormemente cálida, con intensidad, con un juego en sus pupitres maravilloso. Para mí, lo más destacable de toda la interpretación, sin desmerecer por supuesto, a los geniales metales, a la percusión soberbia y a los instrumentos de viento con unas maderas preciosas. 




Bernstein realiza una magistral labor directorial, reuniendo técnica e intensidad emocional. Maneja los atriles para dar un notable aspecto camerístico a la obra, muy marcado en su primer movimiento absolutamente envidiable; un genial y hermoso ritmo juguetón recorre el segundo movimiento con unos vientos deliciosos contrastando en su juego con la masa orquestal de cuerdas en un "enfrentamiento" precioso.




El tercer movimiento es uno de los largos y movimientos lentos más bellos jamás escritos, un movimiento intensísimo, emocionalmente intenso, con una sonoridad sombría profunda y pesada que poco a poco se va cubriendo de un lirismo denso y penetrante de una belleza inconmensurable con la genial aportación de las maderas y de los vientos sin que en momento alguno se deje de tener esa sensación poderosa de hondura y lamento (maravillosos chelos y contrabajos). El movimiento acumula una tensión y una energía de forma tan sutilmente apreciable que resulta arrollador y te cala hasta lo más hondo de tu corazón, te sobrecoge y luego se desvanece levemente en una paz preciosa, en una calma sonora y espiritual única.




El Allegro final, ese genial y apoteósico movimiento de la Quinta, se aborda de la forma habitual en Bernstein, con una enorme energía y tensión dramática. Excepcional en este caso la masa de cuerdas y los instrumentos de viento metal, poderosos y presentes de una forma magistral. La progresión del mismo es rápida, como es la costumbre de Lenny en esta obra. Rápida en comparación incluso con Mravinsky (un genio de esta sinfonía), pero rapidez sin perder el pulso de la obra, marcando todos los instrumentos de forma que resultan perfectamente audibles en sus diferentes matices. La gran explosión final es donde el ritmo es más rápido, sin pausa, intenso, vivo, fantástico. Una delicia.





Espero que disfruten de esta maravillosa obra en un ejecución verdaderamente soberbia en manos de un gran genio de la interpretación musical, disfruten de una Sinfónica de Londres espectacular y de la grandeza de la interpretación en vivo. 

Un bonito regalo para estas fechas.









Shostakovich
Sinfonía nº 5

Leonard Bernstein
Orquesta Sinfónica de Londres

Grabación:

Londres, diciembre de 1966
Emitido el 8 de enero de 1967, BBC












sábado, 24 de diciembre de 2011

¡Feliz Navidad! Álbum de Navidad. Schwarzkopf. Mackerras. Philharmonia Orchestra. Ambrosian Singers. 1957.


Queridos amigos. Desear a todas las personas que siguen este espacio, a todos los compañeros y amigos cuyos espacios tengo el gusto de visitar y en general a todas las personas del mundo unas muy felices fiestas. Que disfruten de estos días de profundo significado y que gocen en compañía de sus familias y de sus amigos de la bendición suprema de la vida.

Decía el poeta Antonio Machado que "Hoy es siempre todavía". Y me gustaría, humildemente, añadir que todavía es posible, que luchemos por conseguir todo aquello que deseamos y que trabajemos por ser buenas personas y personas para el mundo.

Os deseo a todos vosotros y a todas vuestras familias y seres queridos unas muy felices fiestas y un año 2012 lleno de salud, de trabajo, de amor y de amistad.

Agradeceros vuestra constante presencia en este lugar sin la cual no sería posible seguir adelante. Agradeceros vuestras sinceras muestras de apoyo en los malos momentos vividos. 
Agradeceros vuestra sincera amistad. 
Todo ello es lo importante.

Que sean muy, muy felices y que podamos seguir viéndonos el año próximo.

Os dejo este precioso regalo de enorme valor musical y de una fuerza emocional insuperable. 

Con todo el amor del mundo, de vuestro amigo Julio. 


La Natividad (1799, de José Campeche y Jordán, Puerto Rico)


Christmas Album

Mackerras
Schwarzkopf 
Philharmonia Orchestra 
Ambrosian Singers, Dir. John McCarthy
Denis Vaughan, órgano
Julian Bream, guitarra

Grabaciones de mayo y junio de 1957, Londres
Adaptaciones de Charles Mackerras (menos pistas 1 y 14)







domingo, 11 de diciembre de 2011

Beethoven. Integral Sinfónica. Oberturas. Jochum. Concertgebouw Orchestra Amsterdam. 1967. 1968. 1969.


Queridos amigos publicamos hoy la entrada que completa una anterior dedicada al Beethoven de Jochum con la Orquesta del Concertgebouw. 

Sirva también como un pequeño homenaje a mi mujer y a mí mismo al celebrar hoy nuestros 18 años de casados (fundamentalmente a ella que me ha ayudado y ayuda en todo aquello que he podido necesitar).

Corresponde a la excepcional integral de la obra sinfónica grabada por el maestro Jochum con la citada orquesta y completada con algunas oberturas. Las grabaciones fueron realizadas entre los años 1967 a 1969 y tienen una calidad sonora espléndida que permite apreciar la maravillosa sonoridad orquestal y el excepcional trabajo realizado por el director con la orquesta. La integral fue preparada en una etapa en la que se preparaba la celebración del nacimiento del compositor y en la que numerosas casas discográficas realizaban esfuerzos por publicar sus correspondientes integrales.

Los equipos de grabación fueron los mismos que trabajaron con Haitink para la preparación de sus grabaciones de Bruckner y Mahler y confieren  a este conjunto de grabaciones de Beethoven un plus de belleza magnífico. Las sesiones de grabación fueron realizadas en relativamente poco tiempo pero tenían una base previa de ensayos e interpretaciones públicas que propiciaron ese trabajo rápido y bien realizado.





En particular esta integal me parece superior a la que grabó posteriormente en Londres y muy similar en su concepto a la anterior con la DG. Digamos que podríamos considerarla como el punto medio o de equilibrio entre ambas. En cualquiera de ellas los medios orquestales son del todo punto excepcionales pero la Orquesta del Concertgebouw tiene algo especial, un punto de espacialidad y una sonoridad muy particular que brinda a su interpretación una calidez y una "sensación emotiva" para mi gusto superior. 


La compenetración entre Jochum  y la Concertgebuw se pone claramente de manifiesto en estas grabaciones. Jochum era querido, respetado y admirado por la orquesta. Como indicaba antes, las grabaciones se realizaron tras unos ensayos preparatorios intensos y varias interpretaciones previas que facilitaron el trabajo de la grabación, a esto debemos sumar el hecho de haber realizado las grabaciones en un espacio temporal relativamente corto con lo que se confiere a la integral una unidad conceptual quizá no existente en su primera aproximación para la DG.


Los resultados globales son sencillamente preciosos. La sonoridad de las cuerdas de la orquesta es bellísima, la perfección y la belleza sonora de los instrumentos de viento y madera simplemente prodigiosas; la conjunción orquestal está perfectamente lograda con un tempo que te permite poder apreciar todos y cada uno de los detalles de los distintos pupitres y apreciar la calidad excelsa de los diversos instrumentistas y gozar de un sonido bellísimo ofrecido por una orquesta inigualable.

En relación a los tiempos elegidos pueden parecer algo lentos pero una vez te dejas llevar por la música, todo parece y todo suena perfecto. En ocasiones rápido, en otras impulsivo, en otras lirico, Jochum deja fluir la música de forma libre. No realiza una interpretación rígida de la obra de Beethoven, interpreta de forma flexible, maleable, sin dar lugar a rigidez o encorsetamientos ni a desorden o desconcierto. La impresión es de una libertad musical preciosa, nada amanerada y ni mucho menos caprichosa, más bien espontánea, inspirada, bonita y seductora. La capacidad de mantener el pulso rítmico en todas las sinfonías es digna de admiración. El fluir de la música es tan sencillo como bello y cuando te dejas llevar por su ritmo, su sonoridad y su gusto tan exquisito disfrutas de una manera indescriptible.

Particularmente preciosas me resultan las interpretaciones de las Sinfonías nº 1, 3, 4 y 5. Pero estoy convencido que en todas ellas encontrarán bellezas, matices y detalles preciosos y dignos de apreciar y disfrutar. Una Segunda deliciosa, una Sexta dulce y encantadora, una Séptima brillante y una Novena soberbia son también dignas de mención.

Espero que disfruten de estas preciosas grabaciones y de un Beethoven de una época gloriosa de la interpretación musical.

De nuevo agradecer a nuestro amigo Wenceslao su colaboración al proporcionarme los escaneos del libreto interior. En esta entrada se han añadido más fotografías de lo habitual tomadas de un reportaje fotográfico sobre las sesiones de grabación de esta integral y que he considerado tienen un gran valor documental e histórico.









Beethoven
Integral de las Sinfonías, Oberturas

Eugen Jochum 
Concertgebouw Orchestra Amsterdam
Netherlands Radio Chorus
Liselotte Rebmann, soprano
Anna Reynolds, contralto
Anton de Ridder, tenor
Gerd Feldhoff, bajo

Grabaciones:

Concertgebouw, Amsterdam

nº 1, 13 y 14 de marzo de 1967
nº 2, 21 al 24 de marzo de 1969
nº 3, 28 y 29 de mayo de 1969
nº 4, 13 al 15 de junio de 1968
nº 5, 29 de noviembre al 4 de diciembre de 1968
nº 6, 29 de noviembre al 4 de diciembre de 1968
nº 7, 19 y 20 de septiembre de 1967
nº 8, 28 y 29 de mayo de 1969
nº 9, 4 al 7 de junio de 1969
Leonore I, mayo de 1968
Leonore II, 28 y 29 de mayo de 1969
Leonore III, diciembre de 1969
Fidelio, 29 de noviembre al 4 de diciembre de 1968











Mp3:


FLAC: 



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jueves, 8 de diciembre de 2011

Feliz Día de la Inmaculada. Beethoven, Sinfonía nº 5. Sibelius, Sinfonía nº 2. Szell. Concertgebouw Orchestra. 1966. 1964.



Queridos amigos. Hoy es un día muy especial. Es el día de la Inmaculada, Un día de mucha historia y de mucho arraigo en España. Es el santo de mis dos nenas del alma, mu mujer y mi hija. Además, entre otras celebraciones, se cumplen 125 años del nacimiento del excepcional artista mexicano Diego Rivera (entre otras muchas cosas un fabuloso muralista) y 146 años del de Jean Sibelius. Un buen motivo para celebrar de manera especial este día.

Para ello he elegido un disco sencillamente precioso. George Szell interpretando de forma magistral dos obras sinfónicas de gran envergadura y especialidades de la casa: la Quinta de Beethoven y la Segunda de sibelius. Ilustramos la entrada con una carátula especial con la pintura La Maternidad de Rivera. Mi sencillo homenaje a todas las Inmaculadas del mundo y a los dos artistas arriba mencionados.

Las grabaciones proceden de registros preparados con motivo de las visitas de Szell a Amsterdam en los meses de noviembre de 1964 y 1966 y son un ejemplo claro de la excepcional manera de preparar las grabaciones que tenía Szell. El resultado es sencillamente inmejorable. 

Un aspecto fundamental a tener presente para valorar ese resultado es la excepcional participación de la orquesta holandesa. Su prestación, tanto en conjunto como en sus solistas, es soberbia. Confiere una calidez sonora preciosa y en cierto modo "lima" el carácter seco habitual de Szell en sus interpretaciones.

La interpretación de la Sinfonía nº 5 de Beethoven, obra absolutamente magistral, es para mi gusto una de las más grandes que se puedan escuchar y no sólo de las numerosas grabaciones dejadas por Szell sino del global de las interpretaciones grabadas que, al menos yo, haya escuchado. Sus matices están perfectamente desgranados, la sonoridad compacta de la orquesta es sorprendente y bellísima, los instrumentistas están sencillamente geniales y Szell deja de lado, un poquito, su habitual carácter analítico para dejarse ver como un director humano. Sorprendente de veras. Basta con escuchar ese dificilísimo último movimiento para caer rendido ante una interpretación sencillamente magistral.


La Segunda Sinfonía de Sibelius sigue los mismos cánones interpretativos antes referidos para la obra de Beethoven. Su aproximación no es del estilo emocional por ejemplo de un Bernstein ni se aproxima a la belleza sonora de un Karajan o a la exquisitez de un Barbirolli. Ni siquiera se parece a la excepcional interpretación que ofreció el mismo Szell en Tokio en su último concierto (la dejaremos para otra entrada en breve). Pero reune un poquito de todos los antes referidos y auna calidez, emoción, sonoridad pulcra y bella, desarrollo exquisito, matizaciones preciosas de los pasajes y de las intervenciones solistas, profundidad, inmensidad y lejanía, intensidad tímbrica, colorido orquestal precioso. Resulta verdaderamente placentero escuchar esta aproximación a la obra de Sibelius, sumergirse en las profundidades de sus sonidos, en la belleza de sus contrastes y en el precioso mundo sonoro del maestro finés.

Espero de corazón que les guste este disco. 

Está dedicado con todo el cariño del mundo a las Inmaculadas, a Rivera, a Sibelius y  a todos vosotros.


Beethoven
Sinfonía nº 5
Sibelius
Sinfonía nº 2
George Szell
Royal Concertgebouw Orchestra Amsterdam
Grabaciones en el Concertgebouw de Amsterdam:

Beethoven del 28 al 30 de noviembre de 1966
Sibelius del 25 al 28 de noviembre de 1964 (otras fuentes dan como fechas posibles dela grabación la del 18 al 21 de noviembre de 1964)
Ilustración: Rivera: La Maternidad










domingo, 4 de diciembre de 2011

Actualizaciones de Entradas. Pequeños cambios de Diseño.


Queridos amigos, esta breve entrada es simplemente para recordaros que en la pestaña Actualizaciones de Entradas se van colocando periódicamente revisiones de anteriores entradas bien en forma de formato FLAC o bien, además de ello, con actualizaciones o modificaciones de carátulas, datos de los CD, etc.

Recomiendo que la revisen de vez en cuando.

Igualmente hemos aprovechado para redistribuir algunos complementos. Los personales pasan a la parte inferior (reloj, husos horarios, mis páginas preferidas, visitantes, contadores, etc). Al final encontrarán también la lista de etiquetas pero en esta ocasión en forma de nube alfabética y la lista de los principales blogs que sigo.

Un fuerte abrazo.

martes, 22 de noviembre de 2011

Día de Santa Cecilia. Beethoven. Sinfonía nº 3. Oberturas Leonor nº 3 y Fidelio. Eugen Jochum. Concertgebouw Orchestra Amsterdam. 1969. 1969. 1968.


Queridos amigos, para celebrar este día tan grato a los amantes de la Música en general, queremos rendir homenaje a su patrona, Santa Cecilia (aprovechamos para hacer extensivo el homenaje a los poetas e invidentes así como a todos aquellos nacidos en Mar del Plata, Albi y Omaha).


Muchas opciones son posibles para un día tan señalado. Finalmente me he decidido por un disco verdaderamente maravilloso, una pequeña joya discográfica y una muestra de un arte directorial y una comprensión de la música de Beethoven extraordinaria. 

El disco corresponde a una preciosa interpretación llevada a cabo por el maestro Jochum con una de sus orquestas preferidas, la sensacional e increíblemente precisa y bella Concertgebouw de Amsterdam (verdadero prodigio de orquesta).

Dentro de las grabaciones del propio Jochum de esta obra, magna y suprema, de Beethoven, es quizá la más equilibrada y hermosa. Un verdadero ejemplo de musicalidad, vitalidad, precisión, belleza y soberbia construcción musical.

Grabación de muy buena calidad sonora y de una calidad excepcional en su aspecto interpretativo. Una orquesta insuperable, exquisita y de una sonoridad encantadora. Una dirección viva, con alma, con amor y con sentimiento.

Una, que no es poco, aproximación extraordinaria. Para paladear y degustar.

Que disfruten de ella. Sinceramente creo que lo van a hacer y que sentirán un conjunto de emociones sencillamente difíciles de traducir en palabras.

Mi enorme agradecimiento a nuestro amigo Wenceslao que me proporcionó los escaneos del libreto interior.



Beethoven
Sinfonía nº 3
Oberturas Leonor nº 3 y Fidelio
Eugen Jochum
Concertgebouw Orchestra Amsterdam
Grabaciones: 
28 y 29 de mayo de 1969 (Sinfonía)
Diciembre de 1969 (Leonor III)
29 de noviembre al 4 de diciembre de 1968 (Fidelio)






Visitar también la Integral por Jochum y la Concertgebouw Orchestra.


domingo, 20 de noviembre de 2011

Tchaikovsky. Sinfonía nº 6. Temirkanov. Orquesta Filarmónica de San Petersburgo. 1992.


Queridos amigos finalizamos hoy el recorrido por el conjunto de discos grabados por Temirkanov y la Filarmónica de San Petersburgo dedicados a la trilogía final de sinfonías de Tchaikovsky. Y lo hacemos con una excepcional aproximación, musical y espiritual, a la enigmática y sorprendente sinfonía nº 6.

La Sinfonía nº 6 de Tchaikovsky fue esbozada inicialmente por el compositor en otoño de 1892 en el marco de un sentimiento y un deseo de ser una obra programática cuyo fondo sería la vida. De estos primeros esbozos musicales una gran parte fueron aprovechados para su Tercer Concierto para Piano y el resto desechados (en algunas publicaciones se han presentado como Séptima Sinfonía). 

Después de esta primera aproximación compositiva, Tchaikovsky remodela su obra y aprovecha nuevas ideas que le van llenando el alma. En la etapa de su viaje a Odessa reelabora la obra asignando un programa, programa que debe ser una incógnita incluso para los futuros oyentes de la misma. El propio Tchaikovsky indica que la obra estará llena de ideas y sentimientos íntimos y personales y que durante su composición mental no son pocas las ocasiones en que las lágrimas asoman por sus mejillas. Su final no será un final alegre y vivo sino un adagio lento, muy lento, un apagar progresivo de los sentimiento y de la música. La composición progresó de forma muy rápida y sin grandes problemas para Tchaikovsky y pudo finalizar su orquestación en el verano de 1893.


El estreno tuvo lugar en San Petersburgo, el 28 de octubre de 1893, de la mano del propio compositor y no tuvo un éxito remarcable, más bien incluso tuvo indiferencia por premio. Poco después, enfermo de cólera, fallecía. Muchos proyectos quedaron en su corazón y en su mente, proyectos que lamentablemente no pudieron verse materializados. La Sexta Sinfonía fue el testamento del maestro, su despedida. Un adiós sin la alegría y la energía vital, sin los platillos y bombos que fueron los finales alegres, festivos y dorados en sus otras sinfonías. Su ausencia, desconcertó al público, lo dejó desorientado. No era lo que se esperaba. Su mensaje era más profundo de lo que se podía imaginar al atónito espectador del estreno. En la obra estaba encerrada toda el alma y todo el sentimiento de un ser humano profundamente sensible, quizá demasiado sensible para lo que tuvo que experimentar en su vida. Una obra llena de sentimiento profundamente trágico y conmovedor, llena de tristeza y rebeldía, de emoción profunda y melancolía sin par. Una segunda interpretación, bajo la dirección de Eduard Nápravník, tuvo lugar veinte días después en un concierto en memoria del maestro. En esta segunda interpretación la admiración por la composición fue mucho mayor y cierto es que en la primera interpretación los propios músicos mostraron poco interés por la obra.

Su título Patética es una referencia directa a Emoción, a Pasión, a Expresión de Sentimiento y es el habitualmente usado en lugar del inicialmente previsto por el compositor de Sinfonía con Programa. Programa oculto y no desvelado que en cualquier caso deja traslucir mucho de los sentimiento previamente expuestos en sus dos sinfonías anteriores; el destino, la vida y la muerte. Los últimos años de la vida de Tchaikovsky estuvieron marcados por la neurosis, dueña de la mente del compositor, ansioso por escapar de una realidad que le atenazaba para evadirse en un mundo de belleza inalcanzable, de imágenes nostálgicas y de retornos a un pasado glorioso. Los lazos entre la obra, llena de desesperación y tristeza, y la fragilidad del personaje, marcado por la infelicidad producto de su condición homosexual e hipocondriaca, son fáciles de establecer. Y la obra expresa de manera sencillamente inigualable esa condición y ese deseo del compositor.


En el desarrollo de la obra podemos deleitarnos desde su primer movimiento con esa maravillosa introducción lenta y parca en instrumentación pasando por la hermosísima citación del Requiem ortodoxo y siguiendo con su final de cuerdas tocadas con pizzicato y por encima los vientos, primero metales y luego maderas, que acaban en un "muriendo" espectacularmente profundo; un segundo movimiento de falso vals absolutamente impresionante y bellísimamente elaborado; un tercer movimiento que debería ser la culminación de cualquier obra sinfónica del momento, con un oboe precioso y unos diálogos de cuerdas y vientos sencillamente soberbios, se nos presenta como una marcha alegre, un scherzo melódico que culmina con el motivo principal en su final y nos conduce a un cuarto movimiento, una sorpresa compositiva extraordinaria, una sencilla muestra del arte melódico del compositor que nos hace recrear en nuestra mente y en nuestro corazón una de las músicas más bellas jamás escritas con esos violines encantadores y ese fagot descendiendo notas de forma maravillosa y sorprendentemente bella, un movimiento cargado de expresividad, de belleza, de profundidad de energía sabiamente manejada, una energía que quizá sólo Tchaikovsky ha sabido manejar de forma tan sublime como para tocar la fibra emocional de las personas de una manera tan delicada como directa. Un movimiento que en su devenir nos lleva a lo más profundo del sentimiento humano, un movimiento por el que vamos transitando de la serenidad a la desesperación y a la rendición, una rendición tan sencillamente humana como insondable y profunda, una rendición pausada y tan profundamente expresiva como la que todos desearíamos tener en nuestro final. Una obra de arte de la expresividad emocional.

Temirkanov y sus músicos logran una traducción hermosísima de la música de Tchaikovsky, desde mi punto de vista una de las más bellas que haya escuchado junto a la bellísima y completamente diferente traducción de Bernstein con DG y la Filarmónica de New York. Y lo es no sólo ya por la belleza y claridad de los instrumentistas y de la orquesta, sino fundamentalmente por el carácter que se imprime a la música. Un música tocada con alma humana, con enorme profundidad y comprensión de su sentido más íntimo. La belleza de la interpretación es fantástica, quizá de estas tres últimas interpretaciones de Temirkanov, la más conseguida, la que más íntimamente se relaciona con el alma de la obra. Sus tempos no son lentos ni solemnemente retardados, creo que tienen la vivacidad justa y necesaria así como la intensidad emocional adecuada a cada uno de ellos y a su significado emocional particular. La calidad de la orquesta rusa es digna de mención, tiene una precisión técnica soberbia y una belleza sonora maravillosa, una sonoridad que en algunos momentos llega a ser verdaderamente impactante (un tercer movimiento, por ejemplo, bello y absolutamente maravilloso, increíble) y de una fuerza arrolladora.


Espero que disfruten de esta obra y de esta presiosa y conmovedora interpretación de Temirkanov y sus músicos de San Petersburgo. Merece la pena dejarse llevar por la pasión de los sentimientos humanos, darnos un baño de sensibilidad y de emociones que pocas veces podemos disfrutar como se hace con esta hermosísima obra. Vamos a deleitarnos el oído, el corazón y el alma con una de las música más bellas jamás compuestas. Que los disfruten queridos amigos.


Tchaikovsky
Sinfonía nº 6

Temirkanov
Orquesta Filarmónica de San Petersburgo

Grabaciones
8, 9 y 11 de abril de 1992 (junto a las Sinfonías nº 4 y nº 5)
Gran Sala de la Filarmónica, San Petersburgo










Visitar también Sinfonías nº 4 y nº 5