Seguimos esta tarde, queridos amigos, dejando otro fenomenal registro de música. En esta ocasión un maravilloso disco de Jochum dirigiendo a la Sinfónica de Bamberger en una de las más bonitas, bien desarrolladas e impresionantemente bien interpretada Octava Sinfonía de Bruckner. El disco se acompaña de preciosas piezas de órgano interpretadas por el monje Agustino Franz Kropfreiter. Ambas grabaciones con el añadido emocional y espiritual de su grabación en San Florián.
Jochum, no descubrimos nada nuevo, es uno de los más afamados intérpretes de Bruckner (es entre otras cosas el autor del primer registro fonográfico de esta obra). Su estilo ha sido siempre muy fiel a una tradición alemana de interpretación en la que pocas veces tuvo dudas. quizá no sean frecuentes en él los momentos de "inspiración" de Celibidache, o la arrebatadora y aparentemente anárquica dirección de Furtwängler, ni la fantástica precisión de Wand o la impresionantemente bella interpretación de Karajan. Pero es un valor seguro. Y en algunas ocasiones se sale de lo habitual, saca los pies del tiesto, y acaba ofreciendo una pasión y una muestra de devoción fervorosa por la música que interpreta. Y esta es quizá una de ellas.
Jochum nos deja una maravillosa, bellísima, imponente, monumental y arrebatadora Octava de Bruckner. Sin más. Y la Orquesta de Bamberger acompaña a la magistral dirección y al impulso vital que Jochum imprime, sin desmerecer a orquestas de mayor renombre. Una grabación excepcional.
Jochum utiliza en esta grabación de la Sinfonía nº 8 la versión de 1890 de Bruckner y Josef Schalk en la Edición de Leopold Nowak de 1955. Sinfonía de muy diversos avatares antes de su creación, esta pudo tener lugar en Viena bajo de la dirección de Richter y la Orquesta Filarmónica de Viena, teniendo un escaso éxito y sólo dos representaciones más en vida el autor. En EEUU esperó hasta 1909 y en Londres hasta 1929. Obra compleja pero bellísima, tiene referencias a pasajes o momentos musicales de otros autores, Beethoven, Schubert, Wagner, etc. desarrollándose maravillosamente en un edificio sonoro sin par que concluye en un movimiento final que desde su coral inicial hasta el apoteósico final resolutivo es de una belleza y emotividad únicas.
Las obras para órgano presentadas en el disco y estupendamente interpretadas por Franz Kropfreiter suponen un punto de apoyo reflexivo, calmo y relajante a la impresionante intensidad ofrecida en la sinfonía. Piezas preciosas merecen una escucha detenida y sosegada.
Bruckner
Sinfonía nº 8
Obras para Órgano
Eugen Jochum
Bamberger Symphoniker
Órgano, Agustino Franz Kropfreiter
Grabaciones
San Florián
Sinfonía, 12 de junio de 1982
Obras para Órgano, 1983
Les dejo para su deleite este precioso disco. Disfruten de la excepcional música de Bruckner, del soberbio arte directorial y de la emoción desprendida en esta ocasión por Jochum.
Una de las más bonitas Octavas de Bruckner que haya escuchado.