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jueves, 28 de junio de 2012

Sergiu Celibidache. 28 de junio de 1912 - 28 de junio de 2012. Un Siglo del Nacimiento de un Grande de la Dirección. Haydn. Sinfonía nº 94. Brahms. Sinfonía nº 4. Orquesta Filarmónica de Berlín. 1946. 1945.


Queridos amigos, quisiera celebrar hoy un día mus especial. Hace justamente un siglo que nacía Sergiu Celibidache, un grande de la dirección como indico en el título de la entrada, grande entre los grandes. Un mago de la música, del sonido, de la espacialidad, de la sutileza, del detalle.

El maestro rumano ha sido para muchos de nosotros una referencia en la interpretación musical. Sus formas distan en muchas ocasiones de las habitualmente escuchadas, son diferentes. Ni mejores ni peores pero diferentes y siempre con unos matices extraordinarios que aprecias con cada audición. 

Persona de gran formación intelectual fue calificado a menudo de intransigente, soberbio, orgulloso e hiriente. Sencillamente era así. Y así lo reconocía el propio maestro quizá con toda la razón del mundo dándoles a esos calificativos un valor positivo.


Formado musicalmente en la Alemania del periodo previo a la II Guerra Mundial y durante el desarrollo de la misma siempre tuvo como referencia esos momentos duros en su desarrollo profesional y humano. Durante ese tiempo desarrolló y aprendió el repertorio que le acompañaría en toda su carrera y recibió la influencia más importante de la misma de la mano de su admirado Furtwängler.

Tras el abandono de la Filarmónica de Berlín después de la guerra y del nombramiento de Karajan, Celibidache emprendió su peregrinaje por las más variadas y no siempre grandes formaciones orquestales a las que siempre elevó de categoría y con las que logró éxitos realmente únicos. Roma, Milán, Londres, París, Estocolmo, Stuttgart, Madrid, Munich, etc. pudieron disfrutar de su talento y de su forma especial de entender la música.

El disco que hoy dejamos es una preciosa muestra del arte de Celibidache. Un disco sensacional, un disco del que disfruto muchísimo en cada escucha. Un disco que muestra un talento innato para la dirección, con sabios manejos del tempo, del ritmo, del detalle, del timbre, del color y de la disección musical de una partitura (escuchen este Brahms, se sorprenderán, de verdad).


Un disco en el que suena un Haydn levemente pesado pero nunca mejor nombrado como Sorpresa. Sencillamente magistral. Y un disco en el que escuchamos un Brahms difícilmente igualable en matices, profundidad, dureza, rotundidad y belleza. Saboreen a la Filarmónica de Berlin, la que tenía que haber sido su orquesta, en unos momentos de verdadera gracia e inspiración musical. Sencillamente impresionante.

Espero que disfruten de esta pequeña joya musical, ejemplo sencillo del arte de un director único, irrepetible, inigualable y seguramente insuperable en muchas cosas.

Celibidache, un mago de la música. Un director que simplemente ha logrado transformar mi forma de apreciar la escucha de una obra musical. 


Que disfruten de este pequeño homenaje al gran Celi en el centenario de su nacimiento. 
Gracias querido maestro por los grandiosos momentos de serenidad, de amor, de alegría, de sorpresa, de impacto, de emoción, de lágrimas y de sonrisas que me has proporcionado.
Eso no tiene precio y no hay manera de agradecértelo lo suficiente.


Haydn
Sinfonía nº 94 La Sorpresa*

Brahms
Sinfonía nº 4

Sergiu Celibidache
Orquesta Filarmónica de Berlín

Grabaciones, Berlín, 24-09-1946* y 18-11-1945