Queridos amigos esta tarde quisiera dejar para el disfrute de todos los amantes de la música clásica y en particular para aquellos que aman y gozan con la música del gran compositor Bruckner un disco realmente sorprendente y maravilloso. La excelsa y genial interpretación de la Octava Sinfonía del compositor austriaco realizada por el maestro Schuricht dirigiendo a una no menos increíble Orquesta Filarmónica de Viena.
Realmente me faltan calificativos para referirme a esta interpretación, desconocida por mi parte hasta hace pocos días, sin que llegue a resultar repetitivo, cosa que ya saben me suele pasar con frecuencia. Por ello he empleado en principio tan sólo dos: sorprendente y maravilloso. Y les intento explicar algo qué es difícil de hacer cuando te quedas corto en tu vocabulario y espeso en las ideas. Sorprendente, sí, realmente sorprendente que una vieja interpretación de los años 60 logre entusiasmar tanto como lo ha hecho esta, por su intensidad, su profundidad, su claridad de concepto, su limpieza de líneas y texturas y su enorme amplitud de detalles. Maravillosa, sí, por lograr hacerte descubrir un nuevo mundo de sonoridades, de colores, de detalles instrumentales y de sutilezas en las frases y en las texturas.
Sufro en muchísimas ocasiones al no tener el vocabulario adecuado en términos musicales para poder expresar todo aquello que percibo en la escucha de un disco. Por ello es habitual que los adjetivos sean poco apropiados a oídos de aquellos que sí manejan los conceptos teóricos de la música y sus términos. LA audición de este disco ha sido una de esas ocasiones en las que el dolor por carecer de capacidad técnica expresiva ha sido más intenso. Me disculparán por ello.
En una anterior entrada ya habíamos tenido ocasión de escuchar esta misma obra por el mismo Schuricht dirigiendo a la Orquesta de la NDR de Hamburgo en una increíble y bellísima interpretación. En esta ocasión podemos disfrutar si cabe aún más de la belleza innata de la magna Sinfonía nº 8 tanto por la maravillosa dirección del maestro alemán como por la soberbia aportación que supone la intervención de la Orquesta Filarmónica de Viena. Y en referencia a esta última no caben más que palabras de alabanza y de admiración por su insuperable sonido y su técnica depuradísima que realzan el registro de EMI elevándolo a una altura realmente difícil de alcanzar para cualquier otra orquesta. Sencillamente magistral.
Una interpretación realmente sorprendente en la que destaca la facilidad de Schuricht para dejar fluir la música de Bruckner sin intentar forzar su presencia ni su intensidad; una interpretación sorprendente en la magia de la delicadeza con la que nos deja trazados los pasajes y los bloques que van a servir de sostén al magno edificio sonoro bruckneriano; una interpretación en la que te puedes dejar llevar fácilmente por su línea melódica y su simple belleza que te enganchan desde el primer sonido que escuchas.
Intensidad en su justa medida, grandilocuencia contenida, exabruptos los justos. Todo es un bello movimiento continuado de armonía y belleza, de culto al preciosismo del detalle instrumental y de homenaje a la perfecta construcción de la obra. Es una interpretación viva, que sientes fresca, cercana y natural. Una interpretación en la que puedes disfrutar de una manera sorprendente de la idea sinfónica del maestro Bruckner, de su forma de construir el armazón sonoro de su obra que vas vislumbrando conforme te dejas mecer en la suavidad de sus vaivenes, que vas disfrutando y paladeando en sus momentos de máxima intensidad y hondura así como en aquellos más ligeros y líricos.
En definitiva una verdadera obra maestra de interpretación, impresionante, bellísima, de enorme profundidad y tremendamente visceral que podrán además degustar en los únicos e insuperables atriles de una Filarmónica de Viena en estado de verdadera gracia.
En la grabación presentada se habla de la Edición Nowak de la Versión de 1890 aunque en realidad según las propias notas de EMI, lo que se emplea es esa Edición Nowak de la Versión de 1890 a la que el propio Schuricht realiza sus modificaciones acercándose casi al completo a la Versión de 1887/1890 en la Edición Haas. En las discografías consultadas se da como empleada la Versión de 1887/90 en Edición de Robert Haas de 1939.
Queridos amigos, que disfruten de una Octava de Bruckner sencillamente magistral. Verdaderamente la Sinfonía de las Sinfonías. Algo realmente sublime.
Bruckner
Sinfonía nº 8
Carl Schuricht
Orquesta Filarmónica de Viena
Grabación:
Viena, Musikerein Grosser Saal
9 al 12 de diciembre de 1963
Versión de 1887/90 en Edición de Robert Haas de 1939