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lunes, 25 de noviembre de 2013

En Memoria de un Pianista. Wilhelm Kempff. Schubert. Piano Sonata D 960. Impromptus D 899, nº 3 y nº 2. Momentos Musicales D 780, nº 2 y nº 5. Impromptus D 935, nº 3. 1965 y 1967.


Mis queridos amigos, en el día de hoy nada más que rendir un sencillo homenaje a uno de los más grandes pianistas del pasado siglo XX: Wilhelm Kempff. 

Un pianista de la generación de los grandes pianistas objetivistas germánicos nacidos en las postrimerías del siglo XIX, ni más ni menos que nombres como el austriaco Artur Schnabel (1882-1951), el alemán Wilhelm Backhaus (1884-1969) y el suizo Edwin Fischer (1886-1960).

Nombres que han dado a la música en general y al piano en particular un valor incalculable y que hoy es justo apreciar, por su musicalidad, su entrega a la fidelidad de la obra, su estudio permanente de las formas interpretativas, su pasión, su amplísimo bagaje humano e intelectual. Un poquito más joven que ellos Kempff representa un ejemplo claro de autoexigencia en la interpretación, de claridad en la expresión, de suavidad y cantabilidad de la misma lo que llevó no muchas veces a calificarlo de "excesivamente" prudente en sus aproximaciones a las obras. 


Pero nada más lejos de la realidad, Kempff interpreta con el corazón, con pasión y con cierto grado de contención expresiva para evitar los excesos que no van con su carácter ni su formación. Un pianista apolíneo, centrado en la búsqueda de la limpieza y pulcritud del toque y en el intento permanente de evitar los extremos tanto en las dinámicas como en la elección de los tempi. Muchas veces nos puede parecer lento o poco poderoso, pero mis queridos amigos cuando uno se adentra en su mundo sonoro escucha un piano de una prodigiosa técnica que es percutido con cincel de maestro artesano que sabe pulir las aristas hasta lograr la belleza suprema y siempre, al menos a mí me pasa en cada escucha, es capaz transmitir un sentido profundo, místico o hasta “religioso” a cada una de las obras que interpretaba llevándote a un absoluto estado de placer que difícilmente podrán escuchar en algún otro intérprete.

Enorme pedagogo, gran compositor, persona de amplia cultura y formación humanística, todas esas facetas las llevó a cabo a lo largo de su dilatada vida y todas ellas en mayor o menor medida tienen su pequeña influencia en su interpretación, una interpretación intimista, cálida, elocuente, lírica y espontáneamente hermosa.

No les quiero aburrir más. Comentarles simplemente que el disco que dejamos esta noche es una verdadera joya. Quizá sea uno de los pocos disco de piezas musicales de piano que haya logrado impactarme y emocionarme de manera tan profunda. Serán las obras de mi amado Schubert la que lo hacen posible, desde luego, pero la vida de las mismas las da un caballero del piano, un señor de la emoción. Sólo basta escuchar la impresionante recreación de esa maravillosa Sonata D 960 para que puedan entenderlo (absolutamente irrepetible e inconmensurable, capaz de llevar tu corazón y emoción a un estado de casi coma emocional). Y si con ella no han tenido bastante carga emocional sigan con esos Impromptus maravillosos y esos Momentos Musicales de excepción.



Un festival de piano, de vida, de emotividad y de enorme carga sentimental; de belleza absoluta y de arte en su más puro significado.

Que disfruten del maestro Schubert de la mano de ese otro gran caballero y maestro que fue Wilhelm Kempff.


Schubert 

Piano Sonata D 960
Impromptus D 899, nº 3 y nº 2
Momentos Musicales D 780, nº 2 y nº 5
Impromptus D 935, nº 3

Wilhelm Kempff, piano

Grabaciones:

Hannover, Beethovensaal

Piano Sonata D 960, enero de 1967
Impromptus D 899, nº 3 y nº 2, septiembre de 1965
Momentos Musicales D 780, nº 2 y nº 5, agosto de 1967
Impromptus D 935, nº 3, septiembre de 1965