Excepcional documento el que dejamos en el día de hoy queridos amigos para que lo tengan siempre presente como una muestra histórica de la interpretación musical de un maestro excepcional, en general no suficientemente valorado, y un compositor que formaba parte indisoluble de su credo musical y espiritual. Eugen Jochum y Anton Bruckner. Una unión que nos dejó muestras extraordinarias del buen hacer del maestro Jochum y una excelente música bruckneriana, quizá de las más excelsas que podamos escuchar.
Jochum nació en noviembre de 1902 en Babenhausen en el seno de una familia de intenso conocimiento y amor hacia la música y en un ambiente de profundas raíces, pautas y actitudes católicas. Tras estudiar en la Academia Musical de Múnich con Hausegger cuyas enseñanzas y forma de amar y ver el "mundo" musical se impregnaron en el joven estudiante de dirección, Jochum realizó su debut con la Hausegger Münchner Philharmonic en la Tonhalle en 1926 con la Obertura Lepnore III, un concierto (¿?) y la Séptima de Bruckner. El éxito fue inmediato y le permitió subir niveles a otros puestos de mayor renombre y categoría: Kiel y Lübeck.
Poco después tenemos un hecho de importancia en el devenir educativo y formal de Jochum, la recomendación del gran Furwängler para el puesto en Mannheim que representó un importante impulso espiritual y musical de la carrera directorial de Jochum. Pasó posteriormente etapas de Director Titular en Duisberg y en esa época una retransmisión de radio de la Berlin Funkstunde con la Quinta de Bruckner supuso otro empujoncito más en su carrera: se hizo cargo de su dirección, dirigió la RIAS de Berlín y la Deutsche Opera de Berlín y se le invita a dirigir la Filarmónica de Berlín del gran Futwängler el 15 de septiembre de 1932 con la Sexta de Bruckner.
En el año 1934 sucede a Karl Böhm como Director General de Hamburgo interpretando en su primera temporada una memorable Quinta Sinfonía con la edición disponible de 1896. Eran tiempos de dominio del nacional-socialismo, pero Hamburgo permaneció "razonablemente liberal" y Jochum pudo conservar su puesto e incluso dar conciertos de compositores prohibidos como Stravinsky, Béla Bartók y Paul Hindemith.
En 1933 inicia sus grabaciones con Telefunken en Berlín con obras de Weber y Wagner y sigue con las grabaciones Telefunken en Hamburgo. En los años 30 la aparición de nuevas partituras o versiones de Bruckner así como de una Completa Edición (Urfassungen) propicia el lanzamiento de numerosas grabaciones en los sellos alemanes. Y se inicia una carrera entre discográficas por realizar las más fieles interpretaciones posibles: Electrola con Böhm, Jochum con Telefunken. Una "competencia" preciosa que motivó la aparición de grabaciones soberbias de las sinfonías 4ª, 5ª, la Misa nº 2, 7ª y numerosas obras de Beethoven. Un inicio fonográfico de gran altura.
La asociación Telefunken Jochum continuó en el tiempo con bellísimas grabaciones con el Concertgebouw Orchestra, La Radio del Reich y Hamburgo, Berlín y otras más. Posteriormente vinieron las alianza con DG, la fundación de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera, la Presidencia de la Sociedad Internacional Bruckner, los apoyos permanentes de Furtwängler a su tarea, las invitaciones frecuentes a la Orquesta Filarmónica de Berlín, el encargo de interpretar su segunda sinfonía por un Furtwängler ya muy enfermo, etc. todos ellos hechos históricos que jalonaron su carrera.
Sucedieron años de perfectas asociaciones con grandes agrupaciones: Concertgebouw, Berlín, Orquesta Sinfónica de Baviera, Dresden, London Symphony Orchestra, Berlín Radio Symphony Orchestra, New York Philharmonic. Sus últimas grabaciones corresponden a Bamberg, Orquesta Filarmónica de Berlín, Concertgebouw y Múnich Philharmonic. Muere el 26 de marzo de 1987.
Un soberbio artista y un excepcional traductor de la música de Bruckner, de su fuerza, su sentido, su espiritualidad y su fortaleza musical constructiva y estructural. Con una magnífica visión global de sus obras, con perfecta capacidad de poner de manifiesto los detalles y relaciones entre los temas y motivos, con una gran finura y plasticidad, consiguió verdaderas maravillas en las obras Brucknerianas, sin menospreciar su excepcional Beethoven, su Bach, su Brahms, Sibelius, Haydn, etc.
Les dejo en esta ocasión su aproximación a esta maravillosa obra Bruckneriana, con las particularidades de la versión de 1878 en la Edición Robert Haas y las matizaciones de tempo y refuerzos de Jochum, habituales por otra parte en aquellos años. El resultado final es una soberbia Quinta Sinfonía, con unos tempos sorprendentes, que dejan escuchar la música con facilidad, sus imbricaciones, su belleza sonora, su emotividad, su instrumentación y su sentido de unidad. La Orquesta resulta estupenda y es sorprendente la calidad sonora para ser una grabación del año 1938. Es una de las grabaciones que me hace sentir bien por todo su conjunto: no es perfecta, no es espectacular, no tiene un sonido de "ultradefinición" pero tiene un amor y un cariño en su interior que te absorbe hasta el final.
Les aseguro que disfrutarán de ella, de ese sonido tan peculiar de lo añejo y de una construcción sinfónica excelente. Es el inicio de una maravillosa asociación musical y sentimental de Jochum con esta Quinta Sinfonía, para mí culminada con el concierto del Concertgebouw de 1986 que es el reflejo de la experiencia y la constancia en una forma de entender a su amado Bruckner.
Bruckner
Sinfonía nº 5
Eugen Jochum
Hamburg State Philharmonic (Philharmonisches Staatsorchester Hamburg)
Versión de 1878 en Edición de Robert Haas de 1935
Grabación
Musikhalle, Hamburgo, 3 y 4 de junio de 1938
Otros registros de Jochum de la Quinta de Bruckner