Queridos amigos, hoy 27 de noviembre celebro mi cumpleaños.
Unos cuantos añitos ya, con altibajos, momentos buenos y malos, cosas vividas que creo serían suficientes para poder descansar en paz ya (aunque no será hasta que Dios quiera) y que jamás pensaba vivir.
Muchos objetivos cumplidos, incluso los tradicionales del niño, el árbol y el libro, jejeje, otros muchos por cumplir que llegarán o no pero que en cualquier caso no me enturbian el panorama de mi vida pasada.
Me queda en estos momentos el recuerdo de las cosas realizadas y por encima de todo el que entre esas cosas no soy consciente de haber hecho mal a nadie. Cosas realizadas que hace muchos años eran un sueño inalcanzable y que hoy puedo decir que las he conseguido y las disfruto. No son grandes ni monumentales, sueños de infancia y juventud que se han podido alcanzar y que algunas personas han compartido conmigo en los momentos en los que se soñaban y creo que luego cuando se lograron.
Acontecimientos familiares tristes han jalonado estos años pasados pero estoy profundamente convencido que han sido de gran valor para continuar y para formar una mente y un corazón abierto a la comprensión y al amor.
A estas alturas seguimos trabajando, algo que me llena plenamente y que me ha dado momentos de gran satisfacción y otros muy desagradables por circunstancias no derivadas del trabajo en sí mismo y que espero y deseo que se solucionen para el bien de todos aquellos que las han sufrido.
En resumen unos 52 años que peor o mejor llevados quedan ahí con la esperanza de que en un futuro esa existencia quede en la memoria de aquellas personas a las que quise y quiero y con las que me veré en el Cielo, seguro.
Como auto-homenaje que me concedo y que les ofrezco con todo el cariño, les dejo esta verdadera joya musical.
Una Octava Sinfonía del maestro Bruckner (cada día amo más esta obra) dirigida de manera sensacional por el gran Günter Wand al frente de la Münchner Phiharmoniker, quizá una de las mejores orquestas del mundo en el universo musical bruckneriano.
Una Octava que, con permiso de mis amados Jochum y Celibidache, puede considerarse un monumento musical fuera de lo común (dejo a mi querido y venerado Furtwängler fuera de esta comparativa, pues para mí es algo fuera de lo común).
Espero que disfruten todos de ella.
PD. Pronto seguiremos con los ciclos pendientes de Strauss por Kempe y de Shostakovich por Slovák.
Bruckner
Sinfonía nº 8
Günter Wand
Münchner Philharmoniker
Grabación
Gasteig, Múnich, Large Hall, (Philharmonie im Gasteig, München) 15 de septiembre de 2000
Versión mixta de 1887/90 en Edición de Robert Haas de 1939
Visitar también:
Bruckner. Sinfonía nº 8. Eugen Jochum. Bamberger Symphoniker. 1982. Tokio.
Bruckner. Sinfonías nº 8 y nº 9. Eugen Jochum. Orquesta Estatal Filarmónica de Hamburgo. Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera. 1949. 1954.
Bruckner. Sinfonía nº 8. Sergiu Celibidache. Münchner Philharmoniker. 1990. Tokio.