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domingo, 14 de enero de 2018

Shostakovich. Sinfonía nº 13. Slovák. Czecho-Slovak Radio Symphony Orchestra - Bratislava. CSRSO. 1990.


Queridos amigos, retomamos hoy la publicación de la penúltima entrega del precioso ciclo sinfónico de Shostakovich dirigido por el maestro Slovák.

La entrega de hoy es la impresionante Sinfonía nº 13 Babi Yar (Barranco de la Abuela). Impresionante en sí misma como obra musical, impresionante en su contenido literario e impresionante como testimonio de la barbarie que el ser humano puede llegar a realizar movido por el odio, la falsedad y la parálisis emocional y política.

Creo que el más adecuado resumen de la historia de esta obra está en la entrada que a la misma dedicamos en el ciclo Barshai. Les recomiendo no sólo la audición, también la lectura de la entrada en la que, con pocas palabras describe algo del horror del que deriva esta profunda obra musical y poética. Pueden revisar la entrada aquí: Shostakovich. Sinfonía nº 13. "Babi Yar". Barshai.

Voy no obstante a copiar literalmente los textos de aquella entrada:

"La Sinfonía nº 13 Babi Yar es una obra que nos deja una semblanza intensa de la vida cotidiana, de su dureza y de sus amarguras, que nos muestra el temor y el miedo, la desesperanza y el horror pero que nos deja abierta la ilusión de la lucha por el arte, el humor, la inteligencia y la verdad.


La obra fue compuesta por el maestro en 1962 sobre textos del poeta ucraniano Yevgeny Yevtushenko. La lectura de su poema Babi Yar, un ataque al antisemitismo, movió al compositor a escribir en principio lo que sería un oratorio en defensa de las minorías, de los pueblos oprimidos, basándose en los hechos relatados en el poema en al barranco de Babi Yar en el que ante la indiferencia de las autoridades alemanas y ucranianas se masacró con total impunidad a una cifra de personas que oscila entra la inicial de unos 30000 de raza judía hasta una final de cerca de 100000 personas, con gitanos, presos políticos, disidentes, miembros del partido comunista, etc. Una verdadera atrocidad, una más en el penoso devenir de una guerra atroz. Y más atroz resulta que se quisiera silenciar posteriormente el acontecimiento.


Posteriormente el maestro decide, después de la lectura de otros poemas de Yevtushenko, ampliar la obra con la inclusión de nuevos poemas e incluso le solicita al poeta uno más para su sinfonía. Queda así esbozada una obra de carácter poético intenso en la forma sinfónica poderosa que Shostakovich realiza en la que sin perder fuerza emocional nos deja un monumento sinfónico elaborado con verdadero arte en el que la música y el texto se funden en uno y permite la mayor expresividad posible de las palabras que son impulsadas por las bellísimas y profundas notas musicales.

Los poemas finales de la obra son el inicial Babi Yar, los añadidos Humor, En la tienda y Una carrera y el poema final encargado al poeta, Temores, que sería el que acompaña al cuarto movimiento. La obra se estructura sobre estos poemas con un movimiento inicial tremendo, durísimo, profundo y dramático con el que se establece la base intencional de la obra, la crítica profunda al antisemitismo stalinista y por ende a cualquier demostración de racismo que pueda existir. Su clima tenso y dramático da sentido a toda la sinfonía que se sigue de un Allegretto festivo e irónico en el que se alaba el valor del humor como fuerza motora de la vida; luego siguen dos movimientos un Adagio y un Lento en los que los poemas En la tienda y Temores nos muestran la cruda realidad de la vida diaria y el miedo aún existente a otros males que vendrán (a pesar del aperturismo iniciado por esos años). La obra finaliza con un bellísimo Allegretto sobre el poema Una carrera en el que se satiriza a la burocracia política y se alaba al verdadero profesional. El movimiento finaliza al igual que lo hace en la Octava Sinfonía de manera sutil, suave, lenta. Nuevamente Shostakovich vence con su sátira, nada de final apoteósico, la obra cede a un silencio impactante y demoledor.

La sinfonía está compuesta para bajo solista, coro masculino de bajos y orquesta. Se estrenó en Moscú el 18 de diciembre de 1962 dirigida por Kyril Kondrashin y todo hay que decirlo después de muchas bajas y problemas con los que inicialmente iban a ser los destinatarios de la obra. Problemas que llevaron a la ruptura de la relación siempre intensa de Shostakovich con Mravinsky después de su negativa a estrenarla (una negativa cuya causa es algo oscura aún hoy en día)."



Una descripción somera de la atrocidad humana acontecida en aquellos feroces y crueles años de la II Guerra Mundial en a que Europa estaba en manos de dos locos, sanguinarios y llenos de odio, que jugaban con el ser humano como una simple moneda de cambio que se usaba para sus desvarios políticos.

Como indicábamos más arriba la idea original del compositor era la de una cantata, pero la evolución del trabajo derivó en una sinfonía cantada en cinco movimientos, para lo que empleó, además del poema inspirador inicial de Yevtushenko “Babi Yar” otros del mismo autor: “Yumor” (“El humor”), “Magazinye” (“En la tienda”), “Strakhi” (“Los terrores”) y “Karyera” (“La carrera”). Los cinco poemas quedan formando un ciclo unido por una temática común al tratar la historia, la vida cotidiana y la mentalidad de los soviéticos.

A la denuncia clara y contundente de los acontecimientos descritos en el primer movimiento hay que sumarle la alabanza a las mujeres soviéticas en su quehacer diario del tercer movimiento, uno de los cuales es hacer cola, por sistema, en las tiendas. O la causticidad irreverente y antitotalitaria de “Yumor” o la ironía buscada de “Strakhi” que supone una nueva cuenta saldada con el estalinismo y sus consecuencias catastróficas. Y siempre humanista, el maestro, en “Karyera” realiza una apología de todos aquellos que arriesgaron su vida por defender sus ideas, comenzando por Galileo Galilei.



El estreno tuvo lugar el 18 de diciembre de 1962 en la Gran Sala del Conservatorio de Moscú, con los exteriores del recinto acordonados por la policía para evitar manifestaciones de simpatía, a cargo de la Orquesta Filarmónica de Moscú, el Coro de la República Rusa y el Coro del Instituto Gnessin, bajo la dirección de Kiril Kondrashin. Creo que fue la útima obra de Shostakovic recriminada y vilipendiada por los estamentos oficiales.

Según la mayor parte de los entendido, el solista vocal fue Vitali Gromadsky, aunque otros apuntan a que pudo haber sido realizado por el también bajo Mark Reshetin. Esta sinfonía fue interpretada en Occidente por primera vez en 1970, en Filadelfia bajo la dirección de Eugene Ormandy.

Como indicábamos también al inicio de la entrada, la dirección de Kondrashin vino propiciada por la negativa de Yevgeni Mravinsky a estrenar la obra por “motivos políticos y étnicos”, según relataría años más tarde el también maestro Kurt Sanderling, co-director junto a Mravinsky de la Filarmónica de Leningrado entre 1942 y 1960, anécdota confirmada por Mstislav Rostropovich, amigo íntimo de ambos. Este enfrentamiento supuso la ruptura definitiva entre ambos artistas, cuyas carreras discurrieron en paralelo durante más de veinticinco años (Mravinsky estrenó seis de las sinfonías de Shostakovich: las número 5, 6, 8 dedicada a él, 9, 10 y 12, y fue uno de los más ardientes defensores de su obra.


Espero queridos amigos que disfruten de esta sensacional obra musical.

He podido localizar tan sólo la traducción a español del poema inicial, Babi Yar. El esto van en la traducción a inglés que nos proporcionó un buen amigo del blog, Francisco Javier.

Shostakovich
Sinfonía nº 13 "Babi Yar"

Czecho-Slovak Radio Symphony Orchestra - Bratislava
Slovak Philharmonic Chorus, Director, Jana Rychlá
Peter Mikulas, bajo
Ladislav Slovák

Grabación
Nº 13, Concert Hall of the Slovak Radio in Bratislava - 22 al 28 de noviembre de 1990










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