Queridos amigos, dejamos hoy un disco absolutamente bellísimo perteneciente al conjunto integral de las preciosas aproximaciones de Lorin Maazel a Sibelius con la Orquesta Filarmónica de Viena a mediados de los años sesenta del pasado siglo.
Quizá sea esta una de las integrales de Sibelius más equilibrada que haya escuchado. Abordada desde una visión diferente a la de, por ejemplo, Bernstein o Barbirolli, no destaca por una aproximación única destacada sino por el conjunto de todas ellas. No tiene excesos de tintes románticos ni excesos de sequedad o frialdad. Es una aproximación global muy equilibrada.
El disco que dejamos hoy presenta concretamente las interpretaciones de la Sinfonía nº 1 y de la nº 4, sinfonías de carácter completamente diferente.
La Primera Sinfonía de Sibelius finalizada en 1898 fue en estrenada el 26 de abril de 1899 por la Orquesta Filarmónica de Helsinki dirigida por el propio compositor. Posteriormente Sibelius trabajó en ella creando una versión revisada que fue finalizada en 1900 y estrenada en Berlín por la Orquesta Filarmónica de Helsinki, dirigida por Robert Kajanus el 18 de julio de 1900.
La Sinfonía nº 4 fue escrita entre 1910 y 1911 y se estrenó en Helsinki el 3 de abril de 1911 por la Sociedad Filarmónica, con Sibelius en la dirección.
Maazel consigue una interpretación bellísima de la Primera apoyado en una espectacular Orquesta Filarmónica de Viena, absolutamente maravillosa, excelsa en su ejecución y de una sonoridad increíblemente bella. Su visión es completamente diferente a la de un Bernstein, un Barbirolli o más recientemente un Rattle. Sin excesos de profundización en la vertiente romántico-nacionalista su traducción es de una simple belleza musical sin par. No considera necesario enfatizar en aspectos determinados, simplemente traducir con amor y pasión la partitura. Con ello, logra lo necesario para sacar a relucir la intensidad de la obra y sus diferentes sentidos ocultos, el amor, la tristeza, la belleza, la emotividad, la reflexión, etc. La monumentalidad surge sin forzarla y los juegos instrumentales que ofrece la orquesta vienesa son sublimes.
Y en la difícil Sinfonía nº 4 la visión de Maazel y su interpretación consiguen traducir una partitura complicada de una manera extraordinaria logrando una de las interpretaciones más bonitas que haya escuchado de esta obra de Sibelius, obra de carácter sombrío, de economía de recursos y absolutamente diferente en su carácter a las anteriores obras de Sibelius (un Sibelius con un carácter personal ya cambiado y profundamente afectado por una crisis anímica de alcance enorme). Sus preciosas combinaciones instrumentales, su belleza en la propia simplicidad aparente, su escritura sin excesos o mejor dicho con parquedad, su desarrollo minimalista impregnado de enorme seriedad le confiere la intensidad musical y la belleza sonora sin más.
Espero que disfruten de estas maravillosas interpretaciones de Maazel y la Filarmónica de Viena. Un Sibelius extraordinario, sensacionalmente bello, increíblemente rico y expresivo. Un lujo de música y de interpretación.
Sibelius
Sinfonía nº 1 y nº 4
Lorin Maazel
Orquesta Filarmónica de Viena
Grabaciones, Viena, Sofiensaal. Sinfonía nº 1, septiembre de 1963 y Sinfonía nº 4, abril de 1968.
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