Estimados amigos, hoy es el Día del Pilar. Día muy especial para mi y para mi familia. Es el día en que celebramos el santo de mi tita Pilar, fallecida hace poco más de un año. Y seguimos celebrándolo, sin su presencia física pero sí con su presencia emocional en nuestros corazones y en nuestro recuerdo. Hoy celebraría su día con su habitual bote de colonia (la verdad es que éramos poco variados aunque a veces caía algún pañuelito para variar la constante persistencia de la colonia) y su caprichito que solía ser una comida fuera de casa o bien alguna tartita especial que le gustaba mucho y rodeada de sus sobrinos. Solíamos ver el desfile del Ejército (le encantaba esa marcialidad de los soldados, el sentimiento nacional que se vivía, las marchas militares, la celebración del día de la Hispanidad) y así de paso veía a su Juan Carlitos que también le gustaba mucho. En una Virgen del Pilar que tenía, y que conservamos, desde luego, en una capillita que le daba resguardo colocábamos alguna flor o alguna vela en su honor.
Hoy no está presente y esos regalos y vivencias ya no se han sucedido de la misma manera aunque eso sí su capillita del Pilar está adornada y la tarta nos la hemos tomado en su nombre (Tita, la tradición manda, jejeje). Aún sin su presencia, su recuerdo está vivo. Y pensando, pensando qué podía enviarle allá arriba para su disfrute he encontrado este precioso disco que estoy convencido le va a encantar (espero que a todos ustedes también).
Fueron muchos años los que pasó trabajando en la Warner Bros, años maravillosos que disfrutó muchísimo acompañada de un grupo de gente extraordinaria que se dejaba la piel porque sus películas llegaran a todos los rincones de España. Y ese esfuerzo merecía la pena. El cine de cada ciudad y de cada pueblo podía disfrutar de unas películas de calidad soberbia con un elenco de actores sensacional. Películas de aventuras, de amor, de diversión, de tragedia, de guerra, de humor, etc. Películas para todos los gustos y todas las edades, películas para soñar bien cada uno o bien en familia. Por algún lado, estoy seguro, tengo que tener una gran caja llena de carteles de cine que le regalaban, con muchas fotos mágicas y verdaderas de la casa madre, la Warner americana, con los actores y actrices del momento, con regalitos que se hacían con las promociones de las películas (esas flechas de Robin, ¡dónde estarán, dónde!).
Y al final me decanté por regalarle a la Tita este disco. Posiblemente no lo recuerde como tal pero seguro que sí recuerda a qué está dedicado. A un músico grande, muy grande; a una casa de cine maravillosa, posibbemente una de las mejores de la historia; y a un actor que era su debilidad junto a Gary Cooper, el gran Errol Flynn.
Cuatro composiciones para el cine del músico austriaco Erich Wolfgang Korngold (Brno, 1897, hoy República Checa - Los Ángeles, 1957). Korngold fue un músico de un prestigio enorme en su época llegando a ser dirigido y admirado por músicos de la talla de Mahler, Walter o Strauss sin olvidar a su maestro Alexander von Zemlinsky.
Un músico que no establecía diferencias entre la música digamos "seria" y la música algo más ligera de las operetas o la música del cine. Es más, junto con Steiner puede ser considerado como un verdadero revolucionario del arte musical del cine. Ambos son verdaderos genios de la escritura musical cinematográfica y Korngold la convirtió en un verdadero arte sinfónico u operístico. Establecía una nueva forma de visualizar la música añadiéndole ese aspecto tan importante (hoy ya común) de enlazar imagen, historia y música. Componía obras musicales plenas, con total sentido narrativo, visual y sonoro. No era música simplemente de fondo o para acompañar unas escenas. Era la integración de la imagen con la música en una unidad completa e indisoluble pero que tenía la virtud de poder ser manejada como música orquestal independiente y de un valor grande, notable, muy notable (¡le suena de algo verdad querido Williams!).
En 1929 Korngold conoce al escenógrafo Max Reinhardt, encuentro de enorme importancia que cinco años después acabaría en la solicitud de Reinhardt a Korngold para marchar a Hollywood y encargarse de los arreglos musicales de la partitura de Felix Mendelssohn para El Sueño de una Noche de Verano. Ese trabajo le abrió las puertas de la industria cinematográfica y otuvo n enorme éxito. Vuelve a Europa en 1935, una Europa que está en plena convulsión prebélica, dejando en el atril la nueva ópera que está componiendo, Die Kathrin. Luego acepta regresar a Hollywood para dedicarse de forma más intensa a componer música para el cine.
De nuevo en 1936 regresa a Europa para estrenar la ópera recién terminada, Die Kathrin, pero se encuentra con una situación política y social en Austria aún más grave y el anunciado estreno se cancela. Korngold regresa de nuevo, desesperanzado, a Hollywood y es allí, mientras se encuentra componiendo la partitura para The Adventures of Robin Hood (con la que ganará su segundo Óscar), cuando Austria se anexiona con Alemania, el famoso Anschluss. Desde entonces, salvo algunos lieder y un par de obras corales, Korngold dedicará sus esfuerzos musicales a componer para el cine.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial intenta un nuevo acercamiento al mundo de la "música seria", con su precioso Cuarteto de Cuerda nº 3 y el maravilloso Concierto para Violín, dos obras geniales en las que utiliza material extraído de sus partituras para el cine. Nuevos viajes acontecen entre 1946 a 1954 siempre con la misma tónica: esperanzas puestas en Europa, decepción tras su presentación europea y vuelta a EEUU.
Korngold dividió su vida entre los dos continentes, entre su Europa de nacimiento, formación y costumbres y los EEUU su país de acogida, de éxito y de reconocimiento. Acabó decepcionado de Europa tanto por los avatares políticos y humanos que se desarrollaban en ella como por la final incomprensión de su música, una música admirada por los grandes directores pero sin calado en el público; una música que quizá llegó tarde a Europa o como decía el mismo compositor "No se le pueden pedir peras al olmo" (en referencia al poco calado que tenía entre el público europeo para el que una música como la de Korngold estaba desfasada).
Acabó sus días en EEUU, su segunda casa, dedicado a la composición sinfónica y camerística, a la música intimista, profunda y maravillosa, por ejemplo, de unas melancólicas Variaciones para Orquesta y un homenaje a Johann Strauss hijo. Su última daptación cinematográfica fue una adaptación de Wagner en la película Magic Fire de su amigo W. Dieterle (1956). Su vida siempre estuvo marcada por la lucha entre la composición de su música "seria", que iba teniendo cada vez menos adeptos en el público aunque siempre luchó desde sus principios para defender esa composición y su visión de la música, y la composición de su música cinematográfica con la que el éxito le sonrió al otro lado del charco, en EEUU, donde fue admirado y apreciado.
Y retomando el hilo de esta entrada poco me queda añadir. Estamos ante un verdadero monumento musical, lo miren por donde lo miren. Una música maravillosa, extraordinariamente expresiva, brillante, apasionada, grandiosa. Y se une a su propio valor musical la excepcional interpretación que hace el maestro Previn un músico que en esto de la música cinematográfica tiene mucho, muchísimo, que decir. Un director que ha vivido el cine desde joven, que entiende su técnica, que comprende el significado de una música adaptada o creada para acompañar a una historia visual y que a la vez es capaz de dar a esa música el valor añadido que tiene como composición independiente, extraer de ella toda su belleza, sus matices, sus detalles, su sentimiento y que además ama la música de Korngold.
Previn dirige a una formidable Sinfónica de Londres, tampoco ajena a esto del cine, que toca a las mil maravillas, con gusto, con fuerza e intensidad, con intención, con amor y pasión sin olvidar su enorme calidad instrumental y de conjunto.
Un disco excepcional, magnífico, precioso. Digno de escuchar para apreciar el valor de un músico de altura, para disfrutar de unos sonidos que acompañaban a grandes películas de época, a clásicos del cine de historia y de aventuras.
Querida Tita Pilar que disfrutes las aventuras de la Warner con estas cuatro maravillosas muestras de lo que llegó a lanzar para el placer de todos. Un gran beso, de Inma grande, los nenes y mío.
Navidad 2010
Korngold
Música para el Cine de la Warner Bros
The Sea Hawk, El Halcón del Mar, Warner Bros 1940
The Private Lives of Elizabeth and Essex, La vida Privada de Elizabeth y Essex, Warner Bros 1939
Captain Blood, Capitán Blood, Warner Bros 1935
The Prince and the Pauper, El Príncipe y el Mendigo, Warner Bros 1937
Erich Wolfgang Korngold
André Previn
Orquesta Sinfónica de Londres
Grabaciones: Londres, Abbey Road Studios, julio de 2001
Visitar también Día del Pilar 2011 aquí.
Hace mucho tiempo que, en el anodino mundo de los que cuelgan música en internet, no leía algo tan sentido, tan bonito. Me he acordado de otras "titas Pilar" que faltan, en este caso en mi vida. El disco ya lo conocía, lo compré en su día y, a pesar de que no soy un apasionado de ese lenguaje postromántico sobrecargado de Korngold, lo he escuchado de nuevo, y lo he disfrutado mucho. Un abrazo, y gracias. Y otro para la tía Pilar.
ResponderEliminarEstimado y querido amigo anónimo. Sinceramente te agradezco tu comentario sobre esta entrada. Su objetivo era como has podido apreciar homenajear a mi Tita Pilar, pero por supuesto, sería un incalificable, si no lo hiciera extensivo a todas las Pilares del mundo, estén con nosotros o allá arriba. Me alegra que lo hayas podido volver a saborear y disfrutar y si en algo te he podido recodar a tu Tita Pilar, el sentido de la entrada será total y pleno.
EliminarUn abrazo de corazón para ti, tu Pilar y todas las Pilares y titas del mundo.