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lunes, 13 de agosto de 2012

Actualizaciones de Enlaces. 13 de agosto de 2012. Entradas con Visitas Frecuentes. 2. Beethoven. Integral Sinfónica. Jochum. Concertgebouw Orchestra.



Hoy en la página de Nuevas Actualizaciones, los CD de la Integral Sinfónica de Eugen Jochum y la Concertgebouw Orchestra. Sublime, irrepetible y sencillamente magistral. Actualizamos también la entrada con la Sinfonía nº 3 del Día de Santa Ceciclia.


Beethoven
Integral de las Sinfonías, Oberturas
Eugen Jochum 
Concertgebouw Orchestra Amsterdam
Netherlands Radio Chorus
Liselotte Rebmann, soprano
Anna Reynolds, contralto
Anton de Ridder, tenor
Gerd Feldhoff, bajo

Grabaciones:

nº 1, 13 y 14 de marzo de 1967
nº 2, 21 al 24 de marzo de 1969
nº 3, 28 y 29 de mayo de 1969
nº 4, 13 al 15 de junio de 1968
nº 5, 29 de noviembre al 4 de diciembre de 1968
nº 6, 29 de noviembre al 4 de diciembre de 1968
nº 7, 19 y 20 de septiembre de 1967
nº 8, 28 y 29 de mayo de 1969
nº 9, 4 al 7 de junio de 1969
Leonore I, mayo de 1968
Leonore II, 28 y 29 de mayo de 1969
Leonore III, diciembre de 1969
Fidelio, 29 de noviembre al 4 de diciembre de 1968

Se actualiza también la entrada:



Beethoven
Sinfonía nº 3
Oberturas Leonor nº 3 y Fidelio

Eugen Jochum
Concertgebouw Orchestra Amsterdam

Grabaciones:
28 y 29 de mayo de 1969 (Sinfonía)
Diciembre de 1969 (Leonor III)
29 de noviembre al 4 de diciembre de 1968 (Fidelio)




Schubert. Sinfonía nº 9. Beethoven. Sinfonía nº 8. Furtwängler. Orquesta Filarmónica de Viena. Festival de Salzburgo. 1953. 1954.


Queridos amigos. Destinamos esta noche sevillana, con un poquito menos de calor que las pasadas, a dejar para goce de todos nuestros amigos un hermoso disco del maestro Furtwängler. En especial me gustaría que esta entrada fuera con todo al amor del mundo a mi buen amigo Paixao, persona de profundo conocimiento, amplia cultura y sensibilidad especial.

Los registros corresponden a las interpretaciones de las Sinfonías nº 9 de Schubert y nº 8 de Beethoven registradas en el Festival de Salzburgo de los años 1953 y 1954 respectivamente. Tomas sonoras y procesamiento sonoro espectacular contribuyen a que podamos apreciar el arte inconfundible e insuperable del maestro Furtwängler. Una recreación de la Sinfonía nº 9 La Grande de Schubert que sin llegar a las cotas de su registro en disco para DG no deja de sorprendernos y una interpretación poderosa, llena de matices, de energía, de convencimiento en su valor de una Octava de Beethoven verdaderamente de lujo.

La hermosísima Sinfonía n.º 9, D. 944, en do mayor, conocida como la Grande, es la última sinfonía compuesta por Franz Schubert. Compuesta entre 1825 y 1826, fue estrenada el 21 de marzo de 1839, once años después de la muerte del compositor, en Leipzig bajo la dirección de Félix Mendelssohn. En octubre de 1826 Schubert presentó la sinfonía a la Gesellschaft der Musikfreunde. La sociedad rechazó interpretarla y quedó olvidada hasta que en 1838 Robert Schumann encontró un manuscrito en casa del hermano del compositor, Ferdinand Schubert, en Viena. De regreso a Leipzig, hizo que la obra fuera interpretada por Mendelssohn, interpretación que tuvo una acogida muy favorable.

Acerca de su numeración existe cierta controversia. En los países de habla germánica se suele numerar como la séptima sinfonía; algunas versiones del catálogo de Otto Erich Deutsch la listan como la octava; en los países de habla inglesa se suele numerar como novena.

Independientemente del número es una muestra de la madurez compositiva de Schubert. Todo un prodigio en el manejo de los grupos orquestales, las melodías tan especiales de Schubert, su uso excepcionalmente bello de las maderas, los colores suaves y los timbres riquísimos de la orquesta la hacen una obra de una escucha gratísima.


Si le unen a todo ello que el acercamiento de Furtwängler a esta obra es en este concierto de una energía impactante, de una suavidad en las transiciones poco habituales en el maestro, de una delicadeza en el manejo de los solistas (qué verdadera belleza escuchar esas maderas vienesas) brillante nos encontramos ante una recreación digna de toda alabanza. Maravillosa en su concepto, estructuras bien clarificadas a pesar de ciertos arranques típicos del maestro, colorido riquísimo, ritmo brillante sin excesos, sonido claro y matizado. Furtwängler despliega una sabiduría sin par para lograr una de las más bellas transiciones entre las partes centrales del primer movimiento, soberbia. Y pocos directores consiguen la tensión y la fuerza del segundo movimiento, ese Andante con moto poderoso e intenso a la par que noble y delicado al que siguen un Scherzo y un Finale cargados de una energía, un poder musical y unas formas que apuntan ya al sinfonismo Bruckneriano. Un verdadero placer musical.

En el año 1814 Beethoven compone su pequeña obra maestra, su Octava Sinfonía. Pequeña en tiempo, en duración, pero enorme en belleza. Un excepcional adiós, cargado de emoción y humor, al clasicismo formal. Es la sinfonía de Beethoven quizá más alegre y desenfadada. Su composición fue ligera y rápida (cuatro meses) y en ella se aprecian muchas influencias de Haydn. Una obra cargada de amor y de humor que con su larga y alegre coda, parece un grato adiós al mundo clásico. La obra fue estrenada bajo la dirección del propio compositor el 27 de febrero de 1814, en Viena.


Obra compuesta en una etapa penosa emocionalmente hablando de Beethoven, sorprende por su alegría y humor.Las referencias al famoso metrónomo, los bruscos cortes de tempo, las pausas y los estallidos, la presencia de un minuetto que despista, y ese final apoteósico, casi fuera de lugar en el carácter general de la obra, son muestras todas ellas de la forma de construir de Beethoven. Aparente simpleza pero cargada de estructuras difíciles y encajes imposibles.

Y aquí entra la maravillosa batuta de Furwängler. Humo sí, pero hay que dar la importancia al valor musical de la partitura. Las articulaciones y los fraseos del maestro son espectacularmente bellos. Nada de bizarras estructuras, se expone la ironía y el humor pero no deja de lado las agresivas formulaciones de Beethoven, realiza un desarrollo maravilloso de la obra buscando su humanismo profundo, que existe, que está ahí. Incluso me atrevo a decir que intenta enlazar con la apoteósica Sinfonía nº 7.

Magistral interpretación de los vieneses, increíbles de verdad. Maravillosos en las transiciones, en los dificilísimos cambios de Furtwängler, siempre musicales y de sonido riquísimo. Un Beethoven excepcional, profundo en su humor y con el valor de una gran obra compositiva. Una recreación no muy diferente de la realizada en Estocolmo por Furtwängler para EMI salvando las distancias del mucho mejor sonido de esta.

Les recomiendo con todo mi corazón que escuchen y saboreen este disco. Contiene la belleza en sí misma de la música, el arte de emocionar, el arte de dirigir; el sonido del pasado y el presente de la vida. Es una maravillosa muestra de emoción, de arte y de personalidad en la dirección. Personalidad por otro lado difícil, difícil de seguir.

Una obra de arte querido Furtwängler.





Schubert y Beethoven
Furtwängler en Salzburgo

Orquesta Filarmónica de Viena
Festival de Salzburgo, Viena

Concierto del 30 de agosto de 1953:
Schubert, Sinfonía nº 9 (numerada como 8) La Grande, Orquesta Filarmónica de Viena

Concierto del 30 de agosto de 1954:
Beethoven, Sinfonía nº 8, Orquesta Filarmónica de Viena