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lunes, 28 de octubre de 2013

Tchaikovsky. Sinfonía nº 6. Ormandy. Philadelphia Orchestra. 1960.


Mis queridos amigos, esta noche estaba prevista otra entrada diferente. Dudaba entre las Sonatas para Violín y Piano de Bach y la Gran Misa de Difuntos de Berlioz. Pero visto el comentario, siempre certeros comentarios, de nuestro amigo Jose no puedo más que cambiar ese plan previsto y homenajear a su bien amado, y creo que amado por todos, Tchaikovsky. Mi querido Jose tu admiración por el gran compositor ruso es realmente admirable y sabes que compartimos buenos ratos de charla con él, menos de los que quisiera, pero buenos. Tu recordatorio del estreno de la impresionante obra que esta noche dejamos no puede por más que ser atendido como bien merece y mereces. Más adelante volveremos a la disquisición entre Bach y Berlioz y habrá lugar para ambas.

Tal día como hoy de 1893 la última sinfonía de Tchaikovsky, escrita entre febrero y finales de agosto de 1893, fue interpretada por vez primera con el propio compositor en la dirección en la Sociedad Musical Rusa de San Petersburgo justo nueve días antes de su muerte. Y realmente se merece este pequeño recordatorio.


Rebuscando en las cajas, como siempre en caótico desorden, encontré hace no mucho el disco de Ormandy y el Primer Concierto para Piano de Tchaikovsky y junto a él otros dos pequeños tesoros: Así habló Zarathustra y esta sencilla pero vital y directa Sexta Sinfonía de Tchaikovsly. Y ahí andaba entre los archivos ya preparados cuando el momento ha surgido hoy para procesarla y poder dejarla para gusto de todos los amigos de este espacio.

Y no tomen el calificativo de sencilla como algo despectivo, todo lo contrario. Es una aproximación muy en los tiempos de Mravinski aunque el maestro Ormandy adorna su recreación con algo menos de dureza confiriendo a su "Sexta" una pátina melancólica realmente sobrecogedora en su movimiento final y se recrea en la natural belleza de los motivos de Tchaikovsky para dejarnos una interpretación rápida, muy pulida, limpia que no seca, matizada en sus detalles e impecablemente traducida por los músicos de la Philadelphia Orchestra.

La obra se escucha de manera fácil y de una sóla vez, sin poder dejar de seguirla por su bello pulso impuesto, por las verdaderas maravillas que se escuchan en las cuerdas y maderas de esa fabulosa orquesta y por el devenir sabiamente plasmado en las indicaciones de Ormandy. Un devenir que tiene su culminación en un maravilloso segundo movimiento y en un no menos formidable, quizá menos angustioso que otros, pero formidable y con una indescriptible sensación de "finalidad" del último movimiento.


Una joya que espero sepan apreciar y que puedan disfrutar. Con todo el cariño para nuestro amigo Jose y por supuesto para todos los amantes de la buena música y en particular del maestro Tchaikovsky.

Tchaikovsky 
Sinfonía nº 6 
Eugene Ormandy
Philadelphia Orchestra
Grabación, Philadelphia, 10 de abril de 1960









11 comentarios:

  1. Excelente propuesta !Quién no se ha conmovido con ésta sinfonía?es sublime!No conocía ésta grabación pero seguro la disfrutare.En lo personal mi versión preferida es la de Celibidache,sin que importe el tempo al respecto...el maestro rumano no pierde detalle alguno.Gracias julio por recordar tan bella obra.Pablo

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    1. Querido Pablo, bien dices. Creo que no habrá persona alguna que al menos no haya experimentado una sensación de profunda emoción con su escucha, creo que sería imposible encontrarla. Me uno también a tu gusto particular por el maestro Celibidache quien en su peculiar concepción de esta obra ha dado verdaderas maravillas.
      Un abrazo.

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  2. I'm eager to hear this 'Pathetique". Thank you very much for sharing this performance. Viva Ormandy!

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  3. Estimado Julio Salvador.

    Me honras con este comentario.

    Pero más que a mí vuelves a honrar a la buena música.

    Vuelves a honrar los aspectos más sublimes del alma humana. Tchaikovsky....un ejemplo paradigmático de que para expresarlo en forma directa cómo a veces una simple hacha puede derribar al más majestuoso de los árboles. En este caso, a pocos días del estreno de esta obra Maestra, parecería que un grupo de mediocres abogados, obligó de alguna manera a suicidarse a uno de los más geniales autores que ha tenido la humanidad. Claro ejemplo que la mediocridad puede más...Hoy de estos iluminados desconocidos, nadie se acuerda. Tchaikovsky, con sus defectos o no, ya ha pasado a esa inmortalidad que solamente los muy, muy grandes gozan. Gracias estimado amigo por este hermoso recuerdo. Gracias. José

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    1. Para nada querido Jose. Es un placer recordar esta bellísima música, música de alguien quizá incomprendido, incluso en nuestros días, pero música que tiene algo que logra lo que es muy difícil de lograr: conmover. Y cuando eso se consigue, ¡querido Jose! no puede ser más que buena música. Defectos, no será yo quien los diga porque no tengo formación para ello, pero su música es siempre hermosa, del corazón.
      Recibe mi más cordial abrazo y disfruta de este disco con un Ormandy realmente sorprendente.

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  4. CONMOVER es una palabra que todo el mundo usará para describir de alguna manera esta obra sublime. Si bien disfrutamos sobremanera con los ballets de este compositor así como con otras muchas piezas archiconocidas, esta sexta sinfonía es, desde el punto de vista humano, la clave para entender lo que es la vida: una mera obra de teatro de la cual todos conocemos su final. Y sin embargo nos empeñamos en vivir como si fuese con nosotros la cosa.
    Gracias Julio por traernos de nuevo a la realidad con esta obra genial.
    Rubén Cortés

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    1. Preciosas palabras querido Rubén y qué ciertas al indicar la realidad de la vida misma. Como bien dices esta obra te da un poquito más de realidad y en cierto modo te transforma algo dentro que te hace mucho más bello estar en ella.
      Un fuerte abrazo.

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  5. De acuerdo Julio, pasemos al tuteo.
    Comenzaré por decir algo que me resulta embarazoso. No sabía que los comentarios debían tener como máximo 4.096 caracteres y parece que me he pasado, así que utilizaré el viejo truco de dividirlo en dos... JAJAJA
    He estado repensando aquello que hablamos a propósito de tu monumental post con la Interal de las Sinfonías de Beethoven por Szell con la Orquesta de Cleveland, y creo que aquí, con Ormandy y la Orquesta de Filadelfia, que también apareció en aquella colada, podemos retomar nuestro diálogo.
    Y en primer lugar me gustaría decirte que quisiera que te cuidaras, que descansaras más. Tu blog tiene ya música para hacernos disfrutar tanto tiempo que no hace falta que hagas estos esfuerzos mastodónticos, trata de tomártelo con más tranquilidad, por favor. Descansa y disfruta de tu familia todo lo que puedas.
    Por otra parte ya veo que querías tirarme de la lengua, o mejor dicho de los dedos para que le dé un poquito más al teclado… JAJAJA
    Así que vamos a ello. Lo que diré ahora les sonará solo a los más viejos del lugar, pero quizá también le interese a los más jóvenes, sobre todo paran hacerse una idea mejor de lo que se cocía en el mundo de la dirección de orquesta en América mientras que el gran Szell estuvo al frente de la Orquesta de Cleveland, es decir entre 1946 y 1970. Así que me ceñiré lo más que pueda a ese periodo diacrónico.
    Además de Szell en Cleveland, Bernstein en Nueva York y Ormandy (aquí estamos) en Filadelfia, hubo otros grandes, algunos muy grandes en otros sitios. Citaré a aquellos de los que me acuerdo con más frecuencia, y los he colocado por orden alfabético para no darles más importancia a unos que a otros, aunque a alguien le puede parecer que unos tuvieron más importancia que otros, sin embargo para mí fuero todos ellos grandes e importantes. Y por supuesto que quedan registros fonográficos que justifican su grandeza. Si alguien de por aquí no conoce a alguno puede preguntar lo que quiera y trataremos de orientarle.
    Recuerdo con nostalgia a Cantelli, que estuvo con Toscanini en la NBC y murió demasiado joven en maldito accidente de aviación, su Mozart era divino.
    Erich Kleiber, el padre de Carlos Kleiber estuvo en el Colón de Buenos Aires (que creo que también está en América [JAJAJA]).
    Koussevitzky pasó por la OS de Boston y dejó una huella imborrable.
    Kubelik estuvo solo unos años en la OS de Chicago, y regresó rápidamente a Europa...

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  6. ... Leinsdorf (que precedió a Szell en Cleveland) hizo una gran labor con la OS de Boston.
    Martinon hizo un magnífico trabajo, del que quedan estupendas grabaciones, con la OS de Chicago.
    Mehta estuvo en la OF de Los Ángeles y allí adquirió una experiencia impagable, creció como director hasta llegar a las cimas donde ahora se encuentra.
    Mitropoulus pasó sucesivamente por la OS de Mineápolis y por la OF de Nueva York, y en los dos sitios realizó una gran labor, y todavía es allí bien recordado. La de Mineápolis no volvió a brillar nunca tanto como con él.
    Monteux estuvo en la OS de Chicago, y también allí dejo buenas grabaciones que todavía se escuchan con gran placer.
    Munch hizo una gran labor con la OS de Boston.
    Reiner llevó a la OS de Chicago hasta las alturas donde todavía se encuentra, y Solti no logró hacernos olvidar los logros de su predecesor.
    Rodzinski pasó por la de OF Nueva York y la OS de Chicago, y todavía se le recuerda con admiración y respeto.
    Solti pasó sucesivamente por la OS de Dallas y la OS de Chicago, y con esta última fue con la que consiguió más éxitos.
    Steinberg estuvo al frente de la OS de Pittsburg y de la OS de Boston, y con la primera realizo grabaciones maravillosas que todavía son tenidas como referencias.
    Stokowski todavía dirigió por aquellos años a la OF de Nueva York, OS Houston y a la OS of the Air.
    Van Beinum estuvo algún tiempo en la OF de Los Ángeles.
    Y Walter todavía dirigía a la OF de Nueva York, y grababa frecuentemente con la Columbia Symphony Orchestra (a partir de músicos de diversas orquesta americanas, sobre todo de la OF de los Angeles).
    Por cierto, ahora caigo, después de repasar esta lista, que la serie discográfica “Great Conductors of The 20th Century” atesora grandes versiones de muchos de los directores que he nombrado más arriba… JAJAJA
    Creo que han salido los más grandes, aunque también estoy seguro que me habré olvidado de alguno importante.
    Y por ahora eso es todo. ¿Qué te parece Julio, verdad que había más de tres grandes en aquellos momentos…? JAJAJA
    Salud, paz, sonrisas y muy cordiales saluditos para todos.
    Elgatosierra

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    1. Querido amigo Gato...¡has batido la marca de palabras! jejeje (desconocía cuál era el límite). Pero ya sabes que todas y cada una de tus palabras son siempre bienvenidas y leídas con admiración y respeto.
      Precioso comentario, precioso e ilustrativo y como bien dices a todos nos enriquece porque nos aporta un retrato breve :-) de la época. Tienes toda la razón del mundo. Muchísimos directores y muchísimas grandes orquestas me dejé en el tintero en mi comentario, comentario en el que quizá haya sido muy parcial y escueto. Todos los que nombras fueron grandes figuras de la música en aquella brillante época dorada norteamericana. Quizá debí matizar más el comentario en el sentido de la propia CBS y de las relaciones dentro de ella y los tres que nombré. Pero todos los que citas son geniales y muchos de ellos la base en la que se apoyaron Szell, Bernstein y Ormandy, más sobre todo Bernstein. Quizá el mismo hecho comercial de la propia CBS en el que el valor de estos tres (y Walter) fue mayor me traicionó al comentar y quizá también la relación temporal de ambos con sus respectivas orquestas (Reiner y Solti aparte). En cualquier caso creo que tu comentario debería quedar como preciso resumen del panorama de la época del que seguro muchos de nuestros amigos aprenden, otros ven reflejado sus gustos y todos guardamos con cariño.

      PD: en cuanto a tus recomendaciones iniciales, estamos en ello de verdad. Un fuerte abrazo.

      Seguro que no he llegado a las 4096 letras jejejeje....

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