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sábado, 10 de enero de 2015

Scriabin. Sinfonía nº 1. Preludio para Orquesta. Poemas para Orquesta. Golovschin. Orquesta Sinfónica de Moscú. 1995.


Mis queridos amigos he de reconocer que muy poca música de Scriabin hemos dejado en este espacio. Un único y excepcional disco de Boulez (aquí) precede a esta primera entrega de las sinfonías del maestro ruso. Un músico cuya obra sinfónica es merecedora de aprecio y conocimiento y del que me fascinan sus sonatas para piano. Empezamos hoy con su obra sinfónica. 

La Primera Sinfonía de Scriabin es una obra de juventud que marca el inicio de un estilo muy peculiar que se seguirá a través de una serie de obras que poco a poco irán madurando y perfilando una música diferente a la que por entonces surgía de Rusia.

En esta su primera sinfonía se esboza ya un compositor que marcado por los aires posrománticos nos deja ver ya un deseo de dejar atrás los modelos compositivos imperantes construyendo una obra de grandes proporciones con final coral apoteósico (mientras escribo la entrada no puedo dejar de repetir de manera reiterada ese último movimiento de la Primera Sinfonía) con un mágico uso del colorido orquestal, unos temas melódicos de gran belleza desarrollados una y otra vez casi de forma circular y con un precioso juego con los estados anímicos que se dejan sentir en cada movimiento conforme se hacen entrar en juego las diferentes secciones orquestales.

La Primera Sinfonía de Scriabin es una obra que está llena de lirismo, gran intensidad emotiva, ritmos preciosos, orquestación asombrosa, de enorme claridad y transparencia, y momentos realmente fascinantes (con unas maderas y cuerdas asombrosamente bellas) que van desde lo suave y lírico hasta lo majestuoso e imponente (ese último movimiento que de forma mágica va creciendo hasta la intervención final del coro glorificando las artes) pasando por lo dramático, lo inquietante y lo mágico. 



La obra compuesta entre 1899 y 1900 se estrenó en dos ocasiones. La primera sin el final coral el 11 de noviembre de 1900 bajo la batuta de Liadov y la segunda, ya completa, 16 de marzo de 1901 en un concierto dedicado a la memoria de N. Rubinstein y dirigida por Safonov (uno de los grandes valedores de Scriabin) y la Russian Musical Society de Moscú.

Espero que disfruten de este hermoso disco en el que acompañando a la Primera Sinfonía van tres piezas preciosas, el Preludio Op. 24 y dos adaptaciones orquestales de los Poemas Op. 32.

Unas interpretaciones realmente preciosas a cargo de la Orquesta Sinfónica de Moscú y su director Igor Golovschin que logran transmitir la intensidad y belleza inherentes a cada obra de forma natural, delicada y sin estridencias; remarcando bien el precioso juego de las cuerdas, la sonoridad épica de los metales, las bellas melodías de las maderas y las voces y coro del movimiento final todo ello envuelto en una sonoridad mágica realmente asombrosa.


Scriabin

Sinfonía nº 1*
Prelude (Rêverie) for Orchestra
Poème Op. 32, nº 1
Poème Op. 32, nº 2

Igor Golovschin
Orquesta Sinfónica de Moscú

Lyudmila Ivanova, mezzo*
Mikhail Agafonov, tenor*
Moscow Capella, Sergey Krivobokov, director*

Orquestaciones de los Poemas, D. Rogal-Levitsky

Grabación:

Moscú, Mosfilm Studio, octubre de 1995









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