Páginas

domingo, 19 de junio de 2016

Shostakovich. Sinfonía nº 11. Barshai. WDR Sinfonieorchester Köln. 1999.


Queridos amigos proseguimos con las entregas de la excepcional integral sinfónica de Shostakovich realizada por el maestro Barshai.

Hoy toca el turno a la maravillosa Sinfonía nº 11 subtitulada "El Año 1905". Obra que fue compuesta en 1957 para conmemorar el 40 aniversario de la Revolución Soviética y se creó por vez primera el 30 de octubre de 1957 en el Conservatorio de Moscú por la Orquesta Sinfónica del Estado de la URSS dirigida por Nikolai Rakhlin.

La obra tuvo un éxito inmediato, marcando el inicio de la "rehabilitación" oficial del compositor (había que satisfacer el "ansia" cultural de los mandamases del Partido) y obteniendo el premio Lenin al año siguiente.


La obra conmemora los acontecimientos de la Revolución Rusa de 1905 y concretamente los hechos del Domingo Sangriento de enero de 1905 en el que las tropas del Zar Nicolás II recibieron a tiros a unos manifestantes que se dirigían al palacio de Invierno de San Petersburgo, si bien Shostakovich también critica con ella, de forma oculta, a su gobierno por un suceso similar acontecido en Budapest en octubre de 1956. De nuevo como en obras anteriores nos encontramos con la presencia en las obras del maestro esa posibilidad de doble interpretación ideológica o doble sentido en su dedicatoria o intención y es más que probable que el maestro tuviera en mente la masacre de Budapest de 1956 mientras componía esta obra.


La Sinfonía está elaborada en cuatro movimientos e independientemente de sus matices políticos, de los que en parte hay que olvidarse, es una obra oscura y concentrada, alternando pasajes de tensión casi insoportable, con violencia y arrebatos salvajes, todo ello magistralmente creado, instrumentado y organizado por Shostakovich.

La Plaza del Palacio (Adagio) recuerda la esclavitud de las personas y las cárceles; las armonías tristes en las cuerdas y arpa, trompeta, tambor batiente, ritmo monótono, citas de canciones de los prisioneros, etc. Todo ello contribuye a un movimiento frío, tranquilo y algo amenazante, con cuerdas transparentes y distantes y timbales enormemente emotivos. Los bronces evocadores a gran distancia son preciosos. 

El 9 de enero (Allegro) está construido sobre un tema tomado de una composición coral de 1951. Evoca los asesinatos y el fracaso de la Revolución de 1905, con un retorno del tema del primer movimiento, la Plaza del Palacio, para referirse a los responsables. Los instrumentos reflejan perfectamente las sensaciones que se quieren transmitir: ira, lamentos, armas, marcha sangrienta, dolor, angustia, etc.


Memoria Eterna (Adagio) se basa en una marcha fúnebre y revolucionaria, es un lamento sobre la violencia, sonando de nuevo hacia el final el material del segundo movimiento. 

El toque de Arrebato (Allegro non troppo) y movimiento final de la obra nos permite volver a escuchar el canto revolucionario y nos vuelve a dejar apreciar también el tema principal, La Plaza del Palacio, para hablar sobre la victoria de los revolucionarios. Comienza con una marcha, que alcanza un clímax de violencia, seguido por un retorno a la tranquilidad del inicio de la sinfonía; la orquesta se lanza a una marcha, una vez más, alcanzando su punto culminante con el tambor y campanas en el arrebato (campana de alarma o señal de alarma). ¿Es un anticiparse al futuro, a los acontecimientos de 1917? 

Una obra realmente fantástica en la que Shostakovich con una extraordinaria habilidad nos deja muestra de su capacidad expresiva y del manejo de los recursos orquestales y nos realiza un bellísimo, duro y desolador viaje por unos hechos históricos cruciales en la historia de su patria. Hecho reflejados, ensalzados y a la par criticados o mostrados como crítica a su repetición.

Barshai nos demuestra en esta grabación el enorme maestro del sonido y color orquestal llevando a la Orquesta de la WDR a un nivel impresionante. Los requerimientos a todos los instrumentistas son superados con creces sonando precisos, líricos o agresivos, dulces o terribles, suaves o intensos según reclame cada pasaje. Una interpretación maravillosa que no decepcionará en su audición. Si bien no es tan acerada como las construcciones del gran Mravinsky y resulta algo más "dulce", si ese concepto es posible en esta obra, que la interpretación con Leningrado de este último maestro, es en todo caso una recreación de una intensidad impresionante. 


Que disfruten de esta hermosa obra maestra de Shostakovich.

Agradecerles como en todas estas entradas dedicadas al sinfonismo de Shostakovich que visiten Oído Fino. Encontrarán mucha más información y mejor dicha que aquí. Sinfonía nº 11 Oído Fino.

Les recomiendo también visitar dos entradas recientemente actualizadas:




Shostakovich
Sinfonía nº 11 "El Año 1905"

Rudolf Barshai
WDR Sinfonieorchester 

Grabaciones
3 al 7 de mayo de 1999
Colonia, Philharmonie
Grabaciones Westdeutschen Rundfunk Köln







2 comentarios: