Estimados amigos dejamos esta tarde esta maravilla de grabación, una perfecta muestra del arte de uno de los más grandes directores del pasado siglo XX, el gran Mitropoulos.
La ocasión es histórica, hace acto de presencia por vez primera en el Festival de Salzburgo el maestro griego sumándose así a la ilustre lista de grandísimos directores que honraron con su arte el escenario del Festspielhaus y que seguiría honrando en sucesivas apariciones para dar muestra de su arte único e irrepetible.
Ocasión esperada por el publico de Salzburgo y ocasión que dejó satisfechos a todos entre ellos a los propios miembros de la Filarmónica de Viena, cosa que ya son palabras mayores. Los conciertos tuvieron lugar los días 21 y 22 de agosto de 1954 y junto a la obra de Milhaud Transcripción de la Introducción y Allegro de La Sultana de Couperin, la Quinta Sinfonía de Prokofiev fue la elegida para la segunda parte del programa de ambos conciertos. Obras de von Einem y Krenek completaban el segundo de los conciertos el día 22 mientras que para el celebrado el 21 se acompañó de la Segunda Sinfonía de Schumann (siempre mágica en manos de Mitropoulos). Una mezcla quizá demasiado atrevida para aquellos tiempos pero que resultó una excepcional carta de presentación del ya afamado director titular de la Filarmónica de New York.
La Quinta Sinfonía de Prokofiev fue terminada en el mes de agosto de 1944 en Ivánovo. Es una gran obra de carácter épico inspirada en los días en que se avecinaba la gran victoria de las tropas rusas. Se estrenó el 13 de enero de 1945 en la Gran Sala del Conservatorio de Moscú, interpretada por la Orquesta Sinfónica del Estado de la URSS dirigida por el propio compositor. Muchos ven en ella también parte de la autoafirmación y deseo de triunfo del propio Prokofiev sobre su lucha interna compositiva para vencer a cierta rigidez en sus composiciones anteriores.
La recreada aquí por Mitropoulos puede que sea una de las versiones más interesantes de las que haya escuchado aún reconociendo que no es una obra que tenga un especial aliciente para mí. Una interpretación abierta, alejada de maneras rusas puras, si es que las admite esta obra, con la libertad pulsátil del maestro que no imprecisión, con cierto aire mahleriano, un excelente manejo de la maravillosa cuerda vienesa, jugando con los matices de cada movimiento para darle su expresión deseada y poniendo de manifiesto esa lucha preciosa entre ellos por reflejar los diferentes caracteres de sensibilidad que Prokofiev, bien sea a nivel programático o personal, quería reflejar.
La Segunda Sinfonía de Schumann es obra de mi predilección. La obra que fue estrenada en 1846 en la Gewandhaus de Leipzig y publicada en 1847 como su Sinfonía nº 2. fue compuesta entre 1845 y 1846 y cronológicamente era la tercera sinfonía que había completado, ya que había compuesto en 1841 la Sinfonía nº 1 y la versión original de la Sinfonía nº 4 (más tarde revisada y reorquestada por el mismo compositor en 1851). Su depresión y mala salud impidieron al maestro llevar el ritmo deseado en su desarrollo pero finalmente la sacó adelante siendo muy revelador su tono alentador y vitalista teniendo en cuenta los severos problemas de salud referidos.
La Segunda de Schumann que nos deja el maestro Mitropoulos es lectura electrizante dirigida a fuego, enérgica, obsesiva y sin lugar para el descanso ni la contemplación, respirando siempre cierta angustia y manteniendo la tensión musical sin dejar que deje de fluir a modo de torrente de pasiones y sensaciones. Elegantísimas las cuerdas vienesas, realmente maravillosas, con una respuesta orquestal global a los cambios de tiempo del maestro que resulta proverbial, solemne y majestuosa, delicada y sutil. Una recreación sencillamente poderosa y vibrante, mágica e impactante en lo emocional.
Espero que disfruten de este precioso disco que es ejemplo perfecto de un arte en la dirección orquestal y una forma de entender la música poco frecuente hoy en día.
Schumann
Sinfonía nº 2
Prokofiev
Sinfonía nº 5
Dimitri Mitropoulos
Orquesta Filarmónica de Viena
Grabación
ORF
Festival de Salzburgo
Festspielhaus, 21 de agosto de 1954
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De mejor, es una pena que no se valore en la actualidad esta selecta música.
ResponderEliminarEnhorabuena por el blog.
Gabe Abrahams Williams (USA)
Estimado Gabe, gran verdad la que dice. Una maravilla de música en una época maravillosa. Gracias.
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