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lunes, 28 de octubre de 2013

Tchaikovsky. Sinfonía nº 6. Ormandy. Philadelphia Orchestra. 1960.


Mis queridos amigos, esta noche estaba prevista otra entrada diferente. Dudaba entre las Sonatas para Violín y Piano de Bach y la Gran Misa de Difuntos de Berlioz. Pero visto el comentario, siempre certeros comentarios, de nuestro amigo Jose no puedo más que cambiar ese plan previsto y homenajear a su bien amado, y creo que amado por todos, Tchaikovsky. Mi querido Jose tu admiración por el gran compositor ruso es realmente admirable y sabes que compartimos buenos ratos de charla con él, menos de los que quisiera, pero buenos. Tu recordatorio del estreno de la impresionante obra que esta noche dejamos no puede por más que ser atendido como bien merece y mereces. Más adelante volveremos a la disquisición entre Bach y Berlioz y habrá lugar para ambas.

Tal día como hoy de 1893 la última sinfonía de Tchaikovsky, escrita entre febrero y finales de agosto de 1893, fue interpretada por vez primera con el propio compositor en la dirección en la Sociedad Musical Rusa de San Petersburgo justo nueve días antes de su muerte. Y realmente se merece este pequeño recordatorio.


Rebuscando en las cajas, como siempre en caótico desorden, encontré hace no mucho el disco de Ormandy y el Primer Concierto para Piano de Tchaikovsky y junto a él otros dos pequeños tesoros: Así habló Zarathustra y esta sencilla pero vital y directa Sexta Sinfonía de Tchaikovsly. Y ahí andaba entre los archivos ya preparados cuando el momento ha surgido hoy para procesarla y poder dejarla para gusto de todos los amigos de este espacio.

Y no tomen el calificativo de sencilla como algo despectivo, todo lo contrario. Es una aproximación muy en los tiempos de Mravinski aunque el maestro Ormandy adorna su recreación con algo menos de dureza confiriendo a su "Sexta" una pátina melancólica realmente sobrecogedora en su movimiento final y se recrea en la natural belleza de los motivos de Tchaikovsky para dejarnos una interpretación rápida, muy pulida, limpia que no seca, matizada en sus detalles e impecablemente traducida por los músicos de la Philadelphia Orchestra.

La obra se escucha de manera fácil y de una sóla vez, sin poder dejar de seguirla por su bello pulso impuesto, por las verdaderas maravillas que se escuchan en las cuerdas y maderas de esa fabulosa orquesta y por el devenir sabiamente plasmado en las indicaciones de Ormandy. Un devenir que tiene su culminación en un maravilloso segundo movimiento y en un no menos formidable, quizá menos angustioso que otros, pero formidable y con una indescriptible sensación de "finalidad" del último movimiento.


Una joya que espero sepan apreciar y que puedan disfrutar. Con todo el cariño para nuestro amigo Jose y por supuesto para todos los amantes de la buena música y en particular del maestro Tchaikovsky.

Tchaikovsky 
Sinfonía nº 6 
Eugene Ormandy
Philadelphia Orchestra
Grabación, Philadelphia, 10 de abril de 1960









domingo, 27 de octubre de 2013

Brahms. Ein deutsches Requiem. Herbert von Karajan. Orquesta Filarmónica de Viena. Festival de Salzburgo. 1957.


Mis queridos amigos, quisiera compartir con todos ustedes uno de los más impresionantes testimonios musicales y artísticos del maestro Karajan. Una de esas grabaciones que parecen estar impulsadas por la fuerza motriz de una magia celestial que con su energía impulsa y anima el devenir de ese instante totalmente soberbio en el que se representa una función y que la llena de una impronta especial de majestuosidad, sentimiento, profundidad y humanidad que no siempre es posible lograr.

No sé si el maestro Karajan esa noche estaba impulsado por esa fuerza sobrenatural pero desde luego sí sé que la impresión que produce con su ejecución es de tan alta intensidad que no me queda más que admitirlo. Quizá un Karajan pletórico, dominador de todo el panorama musical europeo (Scala, Salzburgo, Viena, Londres, Berlín; Karajan imponía su criterio en todos esos escenarios) en lo más alto de los estamentos de poder y de capacidad de decisión musical de Europa  y en uno de los momentos más brillantes de sus habilidades y capacidades directoriales (que eran ya excepcionales) hagan el resto sin poder olvidar decirles que hasta su decisión sobre le elección del escenario para la interpretación de una obra compleja, no operística sino coral, el maravilloso Felsenreitschule (la Escuela de Equitación de la Roca) ya el año anterior usado por el no menos mágico y único Mitropoulos en la representación de una obra de calado similar, la Gran Misa de Difuntos de Berlioz, y años atrás como escenario operístico, colabora un poquito más en la preciosa recreación de la magna obra de Brahms.


Precisamente esta elección de escenario levantó muchas críticas en su momento, pero mis queridos amigos parece que los resultados dan la razón a nuestro amado Karajan. Esa sonoridad cerrada, esa atmósfera angustiosa, ese marco cuasi siniestro y dramático acompañan a una sonoridad profunda, realmente intensa y poderosa, una sonoridad en la que los pasajes corales y los momentos de intensa serenidad pueden encontrar una vía expresiva realmente única e incomparable. Realmente acongoja su escucha, e impresiona y te llega a lo más profundo de tu corazón, llevándote ese bello mensaje de carga emocional, ese espíritu reconfortante y esa paz serena del Réquiem de Brahms.

E impresionante resulta también un coro absolutamente increíble, el Singverein der Gesellschaft der Musikfreunde Wien, dirigido por ese mago que fue Reinhold Schmid, un coro de amplios registros, dominador de los timbres, de colores imposibles de numerar, con capacidad de mantener tensión y dulzura, poder y relajación, ataques soberbios y pianos inaudibles. Y añadir un poquito más: una Filarmónica de Viena, que pese a sus más y menos en esos años con la presencia del todopoderoso Karajan, no deja de ser una orquesta incomparable en belleza sonora, en unidad de bloques, en sonido y pericia individual. Una joya de orquesta.


Y dos joyas más mis queridos amigos. Lisa della Casa, soprano de belleza que impresiona y de voz que seduce, de timbre caluroso, que es capaz de dejarnos sin aliento en su manejo de las partes pujantes y en las casi piadosas. Una voz maravillosa que sencillamente es un ángel colocado en el lugar apropiado para dar ese punto de inflexión a la obra de Brahms. Y nuestro bien recordado Dietrich Fischer-Dieskau, barítono, quizá el mejor barítono de toda la historia, que parece profeta en su canto del mensaje de resurrección y que con su declamación perfecta nos lanza el mensaje brahmsiano de la angustia del destino. Quizá pocas veces se hayan unido semejantes transmisores de la verdad de una música como en esta mágica velada dirigida por la mano realmente portentosa de Herbert von Karajan.


En definitiva queridos amigos, les animo a deleitarse con esta hermosa música de Brahms, una música más allá de creencias particulares, una música humana, sencillamente humana. Y no se van a sentir defraudados. Están escuchando tras artistas irrepetibles y dos conjuntos musicales únicos en la historia. Y todos ellos nos dan el más bello mensajes de esperanza que puedan escuchar en una bellísima aceptación de una transición al más allá sin más que serenidad y esperanza.




Brahms
Ein deutsches Requiem

Herbert von Karajan
Orquesta Filarmónica de Viena
Singverein der Gesellschaft der Musikfreunde Wien, Dir. Reinhold Schmid
Lisa della Casa, soprano
Dietrich Fischer-Dieskau, barítono

Grabación
ORF, Festival de Salzburgo, Felsenreitschule, 22 de agosto de 1957

I. Selig sind, die da leid tragen - Ziemlich langsam
II. Denn alles Fleisch es ist wie Gras - Langsam, marschmässig
III. Herr, lehre doch mich, das ein Ende mit mir haben mus - Andante moderato
IV. Wie lieblich sind deine Wohnungen, Herr Zebaoth - Mäsig bewegt
V. Ihr habt nun Traurigkeit - Langsam
VI. Denn wir haben hie keine bleibende Statt - Moderato
VII. Selig sind die Toten, die in dem Herren sterben - Feierlich











martes, 22 de octubre de 2013

Schubert. Lieder. Schwarzkopf. Fischer. 1952.


Mis queridos amigos, en la noche de hoy dejar este bello disco no es más que un verdadero placer. Un disco de serie económica, con sonido precioso, con canciones aún más preciosas y con el talento de dos verdaderos artistas en todo su más amplio sentido dedicados en cuerpo y alma al talento incuestionable de aquel que quizá sea el mejor compositor de lieder que haya existido: Schubert.

Schwarzkopf, la cantante que con mayor sentido ha sido capaz de cantar los lieder de los compositores más variados ha tenido también la capacidad, que no es poca, de acompañarse siempre de unos pianistas que han entregado su arte a la expresión y recreación de la esencia de los lieder. todos y cada uno de ellos son excepcionales virtuosos del piano pero aún más maravillosos encantadores de sonidos y palabras, verdaderos maestros en la creación de la atmósfera justa y necesaria para cada autor y cada canción. 

Ahí tenemos las portentosas colaboraciones con Gerald Moore, Geoffrey Parsons, Walter Gieseking, Furtwängler y el señorial, mágico y humanista Fischer.

Un Fischer que nos ofrece su piano masculino, fuerte, sonoro, intenso y cincelado para dar su lugar a una Schwarzkopf que sencillamente se presenta, y es muchísimo, verdadera. Saca a relucir su enorme talento, su versatilidad, su maravillosa dicción, su paladear exquisito de cada frase, su entonación apropiada al sentimiento que quiere expresar. Y ambos nos dejan maravillados con la variabilidad de humor y sentido capaz de proyectar Schubert, sirviendo al maestro en su tarea. 


La pureza casi trascendente de Schwarzkopf, sus palabras a veces apagadas hasta casi lo imposible, sus silencios "audibles", su timbre puro y maravilloso, su dulzura, delicadeza y frescura nos llevan a un universo imaginario realmente increíble en el que podemos saborear la alegría, la pujanza, lo amargo, lo dulce, lo inocente y lo dramático. Un recorrido por unas canciones del gran Schubert sencillamente mágico.

No queda más que recomendar encarecidamente que escuchen este disco, verdadera joyita musical y testimonio de algo que difícilmente se podrá jamás igualar.

Que sirva para deleitar el alma, alegrar un poquito el corazón, experimentar sentimientos y gozar del placer que sólo la música es capaz de proporcionar, el placer de sentir de manera individual cualquier sensación posible. Y siempre será una sensación irrepetible y única en cada persona.




Schubert
Lieder
Schwarzkopf, soprano
Fischer, piano
Grabación, Londres, Abbey Road Studio nº 1, del 4 al 7 de octubre de 1952








domingo, 20 de octubre de 2013

Strauss. Poemas Orquestales. Karl Böhm. Staatskapelle Dresden. Berliner Philharmoniker. 1957, 1958, 1963, 1972.


Mis queridos amigos en el día de hoy qué podría haber más estimulante que poder ofrecer este maravilloso estuche con las excepcionales aproximaciones del maestro Böhm a algunos de los más grandiosos Poemas Orquestales de Richard Strauss. 

La música de Strauss me ha sorprendido siempre por su belleza, su colorido, su brillantez, su extraordinaria musicalidad y su sabia mezcla de majestuosidad y placidez. Y uno de los directores que mejor ha sabido plasmar todo ello en sus interpretaciones ha sido el viejo y sabio Böhm (forma cariñosa en la que se nombra siempre a este maestro, poseedor de una de las cajas mágicas más llenas de sabiduría y trucos musicales que haya existido).

No olvidamos por supuesto a otros grandes recreadores de esta música como pueden ser Kempe, Karajan, Reiner, Bernstein, Ormandy, Maazel o Szell, todos ellos con aciertos geniales en sus interpretaciones. Pero en conjunto este estuchito de tres discos nos da una visión global de cómo se lee Strauss desde el conocimiento profundo de la obra, la sabiduría directorial, la pasión y el amor por esta música. Y esa visión es la de Böhm. Un Böhm arropado, no podemos olvidar este detalle, por dos de las orquestas de sonido más bello y apropiado a la música de Strauss, dos orquestas con tradición en su interpretación y dos orquestas con técnica y recursos excepcionales: la Staatskapelle Dresden y la Berliner Philharmoniker, palabras mayores queridos amigos.

En cuanto a las obras interpretadas en estos disco, poco hay que añadir. Verdaderas obras de arte musical, compendio de sabiduría y lucidez mental creadora, mágica combinación de sentimientos, sabia construcción descriptiva, maravillas de la sonoridad, opulencia y delicadeza, perfección en la construcción formal y ejemplos del arte de la orquestación. 


El Don Juan (1889), terminado a los 24 años, se ha considerado habitualmente como la primera obra maestra de Strauss. Se basa libremente en la versión del mito de Don Juan que hizo el poeta austriaco Nikolaus Lenau. Fue estrenado el 11 de noviembre de 1889 en Weimar con la orquesta de la ópera de esa ciudad bajo la dirección del propio Strauss, quien servía como Kapellmeister de la corte.

Muerte y Transfiguración también de 1889 y compuesta casi al mismo tiempo que Don Juan parte de una idea del propio Strauss: un enfermo (se habla de Strauss, mismo) recuerda su vida en su lecho de dolor  y a la hora de acercarse la muerte sus deseos antes no cumplidos son finalmente alcanzados. En realidad el programa literario descriptivo de la obra se compuso una vez terminada la obra musical y la enfermedad del compositor tuvo lugar varios meses después de terminada la música. Strauss dirigió su estreno en Eisenach, el 21 de junio de 1890.

Las divertidas travesuras de Till Eulenspiegel (1895) constituye quizá uno de los poemas sinfónicos más representativo de Strauss, una excelente obra que nos acerca a un estilo a medio camino entre el humor y el lirismo. Una composición llena de critica, de carácter burlón, con retazos cómicos destellos de sensibilidad profunda. Una verdadera maravilla en la forma de retratar y expresar musicalmente las aventuras de un héroe picaresco popular. La obra fue estrenada por el director Fraz Wüllner en Colonia el 5 de noviembre de 1895, siendo el propio autor quien la dirigiría posteriormente en Múnich, el día 29 del mismo mes y más tarde Hans Richter realizó el estreno en Viena el 5 de enero de 1896.

Así habló Zarathustra (1896), es casi sin duda alguna la obra más conocida de Strauss (quizá sobra decirlo pero pocas serán las personas que no recuerden el impactante comienzo de la película 2001: Una Odisea del Espacio de Stanley Kubrick). Composición en la que Strauss narra musicalmente de forma libre y con una gran carga de fantasía algunos de los pasajes de la obra de Friedrich Nietzsche logrando una composición de gran impacto sonoro dentro de una complejidad orquestal realmente sorprendente. La obra fue estrenada en Frankfurt el 27 de noviembre de 1896 bajo la dirección del autor.

En la preciosa Una Vida de Héroe (1898), Strauss nos narra las peripecias de un Héroe abstracto (con títulos cómo el Campo de Batalla del Héroe, la Compañera del Héroe, etc). Aunque se ha identificado a veces esa figura con el propio Strauss no se sabe a ciencia cierta qué grado de verdad hay en ello aunque el propio compositor no lo desmintiera de forma categórica. Es una obra compuesta para una amplísima orquesta y en ella ya Strauss se acerca a sus óperas más vanguardistas por su audacia armónica musical y por el aprovechamiento de todo el cromatismo orquestal. Está dedicada al director de orquesta holandés Willem Mengelberg, y a su Orquesta del Concertgebouw de Ámsterdam. Fue estrenada, bajo la dirección del autor, el 3 de marzo de 1899 por la Museumsorchester de Frankfurt.

Ya en el siglo XX, Strauss compuso algunas obras más que aún teniendo el título de sinfonía pueden considerarse como poemas sinfónicos por su fuerte contenido extramusical: la Sinfonía Doméstica de 1903 (no recogida en este estuche) y la excepcional (en todos los sentidos Sinfonía Alpina de 1915 una verdadera maravilla de obra de tipo descriptivo en la que aprovechando la belleza de los Alpes Strauss nos hace recorrer la naturaleza, en cierta forma al estilo de la Sinfonía Pastoral de Beethoven, de manera majestuosa, brillante y delicada a la par contando con una construcción para una inmensa orquesta y un gigantesco despliegue de medios orquestales con los que usando, nuevamente, toda su variedad cromática consigue transmitirnos sus sensaciones del precioso ascenso alpino. Se estrenó, con la Dresdner Hofkapelle el 28 de octubre de 1915 en Berlín, dirigiéndola el propio compositor.

El estuche se complementa con pequeñas obras de Strauss para mantener un poquito más el placer de la escucha de las grandes piezas anteriores: la Danza de los Siete Velos, los Valses de Der Rosenkavalier y el Festival Prelude (preciosa muestra de música festiva, solemne y plena de fanfarrias y acordes impactantes de órgano y que fue compuesta para la apertura del Wiener Konzerthaus del 19 de octubre de 1913).


Y como arriba indicaba Böhm se nos presenta como una batuta realmente precisa, preciosista, delicada, sabia y contundente en la dirección de las obras de Strauss con el que desde los años de director de la Ópera de Dresde, cerca de nueve años al frente, trabó una profunda amistad y mantuvo una estrecha colaboración siendo el afortunado en estrenar muchas de las obras del gran compositor. Amplia es la discografía de Böhm pero creo que no nos equivocamos si afirmamos que estas aproximaciones a la música de Strauss están en la cima de ella o al menos muy, muy cerquita.

Les animo a la escucha de estas preciosas interpretaciones de las obras de Strauss, al disfrute de sus preciosas y embriagadores sonoridades que nos ayudan a recorrer el universo explorado por Strauss en sus partituras, un universo en el que nos muestra algunos arquetipos masculinos y su relación con la vida misma (Don Juan, Till Eulenspiegel), nos explora aspectos más filosóficos de la vida (Muerte y Transfiguración, Also sprach Zarathustra y Ein Heldenleben ) o nos expone sus sensaciones personales vividas (Eine Alpensinfonie). Un bello recorrido por el alma y el espíritu de uno de los mayores compositores del pasado siglo XX y quizá uno de los mejores conocedores de los entresijos de la orquesta y por ende de los mejores orquestadores de toda la historia musical.




Strauss
Poemas Orquestales
Karl Böhm
Staatskapelle Dresden
Berliner Philharmoniker

Grabaciones de 1957, 1958, 1963 y 1972

Dresden, Kreuzkirche:

febrero de 1957, Ein Heldenleben
septiembre de 1957, Don Juan y Eine Alpensinfonie

Berlín, Jesus-Christus-Kirche:

abril de 1958, Also sprach Zarathustra
abril de 1963, Till Eulenspiegels, Danza de los Siete Velos, Valses de Der Rosenkavalier, Festival Prelude

Salzburgo, Grosses Festpielhaus, agosto de 1972, Tod und Verklärung






Disco 1 Mp3FLAC




Disco 2 Mp3FLAC




Disco 3 Mp3FLAC




miércoles, 16 de octubre de 2013

Bernstein...de "Aquí a la Eternidad". Concierto en el Carnegie Hall. 14 de noviembre de 1943. Schumann. Rósza. Strauss.


Mis queridos amigos, con un poquito de retraso esta noche me gustaría rendir homenaje a aquel que considero uno de los más grandes directores de toda la historia y particularmente a aquel que me ha dado la oportunidad de disfrutar más de ella que cualquier otro. Leonard Bernstein (25 de agosto de 1918/14 de octubre de 1990). Un músico y una personalidad por la que siempre he sentido pasión y respeto. Un verdadero artista, un excelente comunicador, un maravilloso educador y un hombre vital y apasionado en todo lo que emprendió.

Y si bien todo arranca un poquito antes qué mejor homenaje y testimonio que este disco que nos deja tres interpretaciones realmente asombrosas de un jovencísimo Bernstein, 25 añitos, al frente de la que sería su orquesta unos años más tarde. El inicio de su carrera profesional a gran escala, la difusión de su nombre en todos los círculos musicales de EEUU, lo que podemos llamar el encendido de su luz, arranca el 14 de noviembre de 1943 cuando debe sustituir al gran Bruno Walter en el concierto programado para esa noche ante la indisponibilidad por enfermedad del mismo y la también indisponibilidad por motivos climatológicos del director titular Rodzinski.


Bernstein y Rodzinski

Apuesta arriesgada de Bruno Zirato, miembro del consejo ejecutivo de la Filarmónica de New York, por el jovencísimo director asistente que pocos tiempo antes había tomado posesión del cargo.

Unos días previos al evento, creo que el día anterior, Lenny había tenido un importante éxito en la representación junto a Jennie Tourel (maravillosa cantante y maravillosa mujer, figura importantísima en la vida de Lenny) de algunas de sus canciones de "I hate Music", una serie de cinco Canciones de Niños. Bernstein al piano acompañó a su querida amiga y el éxito fue celebrado en casa de Jennie con unos amigos, hasta altas horas de la madrugada...bastante altas y bulliciosas. Estaba avisado de la enfermedad de Walter y de la casi segura imposibilidad de la asistencia de Rodzinski.

A primera hora de la mañana, Bruno Zirato telefoneó. El mal estado de Bruno Walter hacía imposible que pudiera dirigir el concierto de la tarde. Bernstein tenía que dirigir sin posibilidad de realizar un ensayo. Sus palabras simples: vas a dirigir. 


Bernstein y Bruno Zirato

Golpe de suerte desde luego para Lenny pero momento de tremenda intensidad y preocupación que pasado el concierto se transformó en alegría, felicidad y deber cumplido con un éxito arrollador. Un éxito de público, de crítica y de músicos, directores amigos y miembros de la orquesta.

El camino estaba iniciado. Había nacido una figura de un valor importantísimo en el panorama musical americano. Luego vendrían años todavía duros para Lenny, pero su estrella ya estaba en génesis. A partir de ese día, y permitiéndome usar el título de una bellísima película de Zinnemann (con uno de los besos más bellos y apasionados de toda la historia del cine)...de Aquí a la Eternidad.

Muchas gracias querido Lenny. Desde tu sitio privilegiado que ocupas allá donde estés estarás feliz de lo conseguido. Haz hecho disfrutar de la música a muchas personas, muchas. Y eso te ha compensado todo.

Queridos amigos que disfruten de esta bella grabación procedente de la difusión radiada a todo EEUU del concierto (no se recoge por motivos de tiempo disponible de la CBS para la emisión de la interpretación del Preludio de Die Meistersinger de Wagner). Un momento histórico en la música clásica norteamericana y de ello derivado de la música internacional. 

Para mi y creo que para muchos, un merecido homenaje querido Lenny.


Bernstein
New York Philharmonic Concert
CBS Radio broadcast, 14 de noviembre de 1943
Leonard Bernstein
Orquesta Filarmónica de New York
Francis Scott Key: The Star Spangled Banner
Robert Schumann: Manfred Overture
Miklos Rósza: Theme, Variations & Finale
Richard Strauss: Don Quixote
Joseph Schuster, chelo
William Lincer, viola
Grabación en directo en Carnegie Hall, 14 de noviembre de 1943


Joseph Schuster, chelo


William Lincer, viola









lunes, 14 de octubre de 2013

Beethoven. Integral de las Sinfonías. George Szell. Orquesta de Cleveland. 1957 a 1963.


Mis queridos amigos. Hoy quisiera dejarles para disfrute de todos un hermoso estuche de discos, un verdadero clásico de la discografía beethoveniana y una de las mayores referencias en cuanto a las grabaciones de su obra sinfónica. No es otra que la excepcional serie de registros que el maestro Szell realizó al frente de su orquesta de Cleveland a finales de los años cincuenta y principios de los sesenta para CBS. 

Un verdadero placer es poder compartir con todos estos discos, unos discos que nos acercan a un Beethoven verdaderamente mágico e intenso que realmente pocos directores han logrado plasmar con tal belleza, fuerza, rigor y expresividad.

Desde mi humilde punto de vista una integral, entendida y valorada como tal, no igualada a día de hoy por director alguno. De la misma manera que Szell lograba un verdadero milagro con su acercamiento al ciclo de conciertos para piano del maestro de Bonn en esta su aproximación a la obra sinfónica alcanza un nivel si cabe aún mayor. Una total transparencia de líneas, una pulcritud extraordinaria, una precisión milimétrica, una endiablada energía, una intensidad que impacta. Su siempre recordada exigencia por la precisión que tantas veces llevó a la crítica por considerarse demasiado fría deja en esta ocasión paso a una precisión igual de exigente que se traduce de forma mágica en un torrente de sonidos reveladores y embriagadores sin lugar alguno para nada más que belleza.


No sabría destacarles una u otra obra. Quizá sólo la Novena sorprenda un poco por su concepción un tanto extraña y alejada de las interpretaciones habituales pero el resto, todas y cada una de ellas, son sencillamente maravillosas. Como maravillosa es ese grupo de músicos que dirige, esa Orquesta de Cleveland increíble, de un sonido compacto, uniforme, impresionante en su conjunto y en las preciosas intervenciones de sus solistas que salpican de hermosura acá y allá la escucha de cada obra.

Queridos amigos no me extiendo más. Disfruten de esta joya. Merece la pena.

Muchos quizá ya la conozcan y hayan tenido el placer de degustarla. Para ellos un simple ruego: vuelvan a ella. Es como una cura espiritual. Para los que no la hayan podido disfrutar, decirles que no van a sentirse defraudados. Van a descubrir un Beethoven único e irrepetible, uno de los más bellos que se hayan realizado jamás.



Beethoven
Integral Sinfónica

George Szell
Cleveland Orchestra
Cleveland Choir
Adele Addison, Soprano
Jane Hobson, Mezzo-Soprano
Richard Lewis, Tenor
Donald Bell, Barítono
Director Cleveland Choir, Robert Shaw

Grabaciones:

Sinfonía nº 1. Severance Hall, Cleveland, 2 de octubre de 1964
Sinfonía nº 2. Severance Hall, Cleveland, 23 de octubre de 1964
Sinfonía nº 3. Severance Hall, Cleveland, 22 y 23 de febrero de 1957
Sinfonía nº 4. Severance Hall, Cleveland, 5 de abril de 1963
Sinfonía nº 5. Severance Hall, Cleveland, 11 y 25 de octubre de 1963
Sinfonía nº 6. Severance Hall, Cleveland, ¿19?, 20 y 21 de enero de 1962
Sinfonía nº 7. Severance Hall, Cleveland, 29, 30 y ¿31? de octubre de 1959
Sinfonía nº 8. Severance Hall, Cleveland, 15 de abril de 1961
Sinfonía nº 9. Severance Hall, Cleveland, ¿15?, 21 y 22 de abril de 1961
Obertura Egmont. Severance Hall, Cleveland, 8 de octubre de 1966
Obertura Rey Esteban. Severance Hall, Cleveland, 29 de octubre de 1966
Obertura Fidelio. Londres, Abbey Road Studios, 25 de agosto de 1967




Las fotos, tapas, contraportadas, etc. van en los archivos de cada disco.




Disco 1 Mp3 / FLAC




Disco 2 Mp3 / FLAC




Disco 3 Mp3 / FLAC




Disco 4 Mp3 / FLAC




Disco 5 Mp3 / FLAC