Mis queridos amigos, sin dejar pasar de lado el triste acontecimiento del fallecimiento de ese gran hombre que fue Mandela y dedicándole mi más sentido agradecimiento por su vida y su labor, política, social y humana, quisiera en esta noche dejar para conocimiento y disfrute general uno de los más bellos discos grabados de la toda la obra sinfónica de Anton Bruckner en general y en particular una verdadera maravilla de interpretación y grabación de la hermosa Sinfonía nº 2.
Es un disco al que le tengo un especial cariño pues me permitió en su día comprender bastante bien la forma de construir y elaborar sus monumentos sinfónicos por el maestro Bruckner. Por la "sencillez" de la obra, por la excepcional disección que de la misma hace un inspiradísimo Chailly y por la monumental y soberbia interpretación que nos ofrece la preciosa y precisa Orquesta del Concertgebouw. Un disco totalmente recomendable y que en cada escucha que se hace del mismo te cautiva más y más.
Copio prácticamente la totalidad de la entrada que dejamos en su día en la entrega de la interpretación por el maestro Skrowaczewski por considerarla de una más que aceptable sencillez en su contenido y una forma válida de ver la progresión de la composición de esta obra con sus numerosas revisiones.
La Sinfonía nº 2 de Bruckner fue comenzada a escribir en 1871 en Inglaterra durante la estancia de Bruckner en una serie de conciertos para organistas (fue el único austríaco invitado a tocar en la Exposición Internacional de Londres de 1871). Su composición se extendió entre el 11 de octubre de 1871 y el 11 de septiembre de 1872 (versión original de 1872).
Como era habitual en el maestro fue revisada en 1873 antes del estreno en Viena (revisión de 1873) con leves cambios consistentes en la modificación del orden de los movimientos centrales y la sustitución en al Adagio de la trompa por el clarinete. La primera representación una vez preparada tuvo lugar el 26 de octubre de 1873, con el compositor al frente de la Orquesta Filarmónica de Viena (la obra nunca gustó a los músicos vieneses, uno de los cuales la denominó despectivamente "de las Pausas", ni a su director Otto Dessof.
Posteriormente realizó una nueva versión, preparada a partir de 1875, que se presentó el 20 de febrero de 1876 (revisión de 1876), y que tuvo a los mismos intervinientes en su presentación. En esta revisión de 1876 se mantiene la base de la de 1873 con la recuperación de algunos fragmentos de la versión original de 1872. La colaboración, con toda la buena intención del mundo, de su amigo Johann Herbeck (responsable entre otras cosas de la llegada de Bruckner a Viena e incansable "psicólogo" del maestro) fue intensa con el maestro aunque a la par sirvió para sacar a relucir las ya iniciales indecisiones de Bruckner respecto a su capacidad como compositor.
Más adelante Bruckner procedió a realizar una nueva revisión, revisión de 1877, los cambios consisten en algunos recortes de fragmentos del primer movimiento y cambios en el Adagio, eliminando el solo de violín del mismo y modificando algunos fragmentos del final.
Hasta 1892, tras años de trabajo, no se publicó la última versión. La revisión de 1892 presenta ligeras diferencias con respecto a la revisión de 1877, leves modificaciones en la instrumentación y retoques en el final de la obra.
Anton Bruckner intentó dedicar su Segunda Sinfonía a Franz Liszt ante el silencio que tuvo por respuesta su petición inicial de dedicatoria a la Orquesta Filarmónica de Viena aunque Liszt tampocó prestó la menor atención a la dedicatoria del maestro austriaco llegando a perder incluso el manuscrito dedicado. Finalmente Bruckner se decidió a no dedicarla a persona alguna.
La obra se estructura en cuatro movimientos:
I. Moderato. Ziemlich schnell
II. Adagio - feierlich, etwas bewegt
III. Scherzo: Schnell
IV. Finale Mehr schnell
Marcado en azul están los movimientos de la obra que se cambiaron en su orden tras la primera edición de 1871 (Scherzo-Adagio, como en la Octava). A partir de la revisión de 1873 el orden se estableció en Adagio-Scherzo y se ha mantenido así en sus diferentes revisiones.
En el caso del precioso disco que dejamos hoy mientras Skrowaczewski se decantaba por la versión de 1871/1872 en su Revisión de 1877 en la Edición Crítica de Leopold Nowak de 1965, Chailly lo hace por la Versión de 1871/1872 en su Revisión de 1877 en la primera Edición Crítica en Edición de Hass de 1938, edición que incluye algunos elementos de la Versión Original de 1872 que están eliminados en la Edición Nowak de 1965.
En cualquier caso y sutilezas arriba o abajo, la interpretación de Chailly y de los músicos holandeses es de una altura inalcanzable, realmente portentosa, mágica en su desarrollo musical y poético, perfectamente estructurada y desarrollada, detallista, minuciosa, precisa y preciosa. Una aproximación justa en su intensidad y en su carácter clásico y melodioso. Unos movimientos realmente bien destacados, con sus bellísimas pausas formando parte de la arquitectura de la obra, sus bloques perfectamente enlazados, sus bellos instrumentos transmitiendo una sonoridad que quita el sentido y unas cuerdas y maderas propias de esa joya de instrumento que es el Concertgebouw, realmente portentoso.
Una bellísima obra sinfónica que nos deja ver ya un Bruckner sabio constructor de formas sonoras y de edificios musicales de una complejidad sorprendente para su tiempo. Una obra en la que lo hermoso se saca de la forma, del sonido, del silencio, de la estructura, de la intensidad, del ritmo, del juego de timbres, del equilibrio entre extremos y por supuesto de la perfecta sabiduría compositiva del maestro Bruckner que es capaz de llevarnos por caminos de difícil comprensión hasta que no llegas a la cumbre y vuelves a bajar para admirar de nuevo el recorrido. Y en esta obra merece la pena y muy mucho llegar a ese soberbio e inesperado final para estupefacto volver a iniciar el recorrido desde la base de esa monumental montaña de sorpresas que es la Segunda Sinfonía.
Una verdadera joya. Disfruten de la obra, disfruten de la excepcional recreación de Chailly y sus músicos del Concertgebouw. Se sorprenderán gratamente.
Bruckner
Sinfonía nº 2
Ricardo Chailly
Royal Concertgebouw Orchestra Amsterdam
Grabación:
Grotezaal, Concertgebouw, Amsterdam, 7 al 9 de octubre de 1991
Versión de 1877, Primera Edición Crítica, Edición de Hass de 1938, (incluye algunos elementos de la Versión Original de 1872)
Siempre oportuno, con gran calidad. Expléndido
ResponderEliminarGracias querido Anónimo. Coincido, algo realmente sensacional. Le tengo mucho cariño a este disco.
EliminarUn abrazo.
Magnifico post, de una desgraciadamente no frecuente en la sala de conciertos. Una de las mejores grabaciones de Chailly.
ResponderEliminarGracias con Don Julio.
Jonay
Querido Jonay, como indicaba a nuestro amigo Anónimo, esta grabación es un verdadero prodigio de técnica y de belleza. No tengo una discografía amplia de Chailly la verdad sea dicha pero este disco es una maravilla.
EliminarUn fuerte abrazo querido Jonay.
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ResponderEliminarAll the best
Ashot
Of course dear Ashot. Done.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola, me he tomado el atrevimiento de indagar su magnífico blog y me ha llamado la atención este disco en particular, insuperable, me fascina la interpretación del adagio: el tempo sosegado hace que uno se sienta como un "ave surcando los cielos", cabe agregar la claridad y precisión de la orquestación que logra transmitir una sensación de pureza inigualable, un Bruckner maravilloso. Sepa disculpar mis desvaríos de entusiasta, gracias por esta magnífica y sorprendente obra. Un abrazo.
ResponderEliminarMi estimado Damián, un placer recibirle en este nuestro espacio y no me sorprende su facinación por este CD en concreto. Particularmente siempre me ha parecido una verdadera joya de la fonografia, una interpretación señera y mágica.
EliminarMe alegro de que le haya gustado y espero seguir teniendo visitas suyas que nos enriquezcan a todos.
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias.
ResponderEliminarHe estado anoche oyendo a esta orquesta con la 4 de mahler y el burgués gentilhombre
Isidoro y entiendo que debe ser una maravilla. Esta Concertgebouw es una de las grandes, de las más grandes orquestas del mundo. Para mi gusto entre las cinco primeras. Su sonido tiene algo encantador sobre todo en esas maderas insuperables.
EliminarMuchas gracias por seguir este espacio.