Páginas

sábado, 30 de abril de 2016

Bruckner. Sinfonía nº 8. Kubelik. Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera. 1963.


Queridos amigos termina el mes de abril. Personalmente termina de una forma que aunque esperada siempre es temida y desagradable. Muchos amigos dejaron ayer un espacio que será difícil de ocupar y no imposible ya que siempre están las puertas abiertas para un regreso. Pero aunque sea algo que puedas intuir nunca jamás es comparable al momento en el que sucede. Otros muchos seguimos, por ahora, en el lugar, con respeto profundo a todos y una mezcla de esperanza, incertidumbre e intranquilidad. Los que ahí estamos no olvidaremos jamás a aquellos que marcharon y que además marcharon con la cabeza bien alta y demostrando una categoría y entereza fuera de lo común.

Este fin de abril no merece más que, por ellos, rinda homenaje a su labor y a su esencia con un disco que nos deja una recreación soberbia de la Octava Sinfonía del maestro Bruckner de la mano del gran Kubelik y su orquesta, la Sinfónica de la Radio de Baviera, esa fabulosa orquesta que recibió de Jochum consolidada y que llevó a al prestigio internacional, dotó de una calidad musical y un nombre que permanece hoy en día como sinónimo de calidad, belleza y buen hacer.

Una obra que entrego con total humildad y con mi deseo más sincero de que en lo posible ayude a superar esos momentos de crisis vital, de conflicto humano, personal y familiar, de rotura espiritual profunda. Espero que como el gran Bruckner, infatigable ante los infortunios, las críticas, los errores de otros, la manipulación directa o enmascarada de sus deseos y de su buena fe, mis compañeros logren hacer realidad un deseo que todos compartimos: que todo lo vivido no sea más que una forma de emerger como grandes. Grandes personas que fueron grandes amigos y compañeros.

Como Bruckner que pudo parecer débil y manipulable pero era una roca dura y consistente con una creencia ciega e inalterada a lo largo de su existencia en algo más allá de cualquier explicación, en su caso en Dios, y en algo más cercano y terrenal: él mismo, su talento, su valía y su capacidad de trabajo.

De la misma forma que el maestro triunfó, estoy plenamente convencido de que los compañeros con su valor, su dureza, su tenacidad, su valía y su honradez como seres humanos emergerán de nuevo si cabe con más fuerza y más intensidad. Sin duda alguna, queridos amigos, como Bruckner lo logró y ahí permanece para siempre. 

Esta maravillosa recreación de una de las más inmensas y colosales obras musicales de todos los tiempos, y como decía hace unos días un buen amigo, siempre inalcanzable y misteriosa, siempre llena de novedad y sorpresa, es en esta ocasión la recreación y exposición del gran Kubelik, una exposición hecha de una forma tan sencilla como a la par enormemente impactante e intensa.


Kubelik sabía hacer música sin complicar el acto musical, música por el simple hecho de ofrecer música, con la enorme habilidad de dejar hablar al compositor y a su creación, con la difícil y a veces imposible capacidad de crear a partir de la exposición musical un evento elemental, sencillo, sereno, profundo y bello. Con su orquesta de Baviera lo consiguió más que con otra cualquiera de las que dirigió y a la inversa sus músicos bávaros dieron para él mucho, mucho más de lo que se les puede exigir basándose en la sóla profesionalidad. Su unión persiguió hacer música para el placer y deleite de las personas. Y no cabe duda de que lo lograron.

Por mis compañeros. Seguiréis siempre en la mente y en el corazón de muchos.

Rocas, infatigables. grandes. Persistirá para siempre el recuerdo y renacerá de nuevo vuestra esencia humana como renace en cada recreación la magia de esta Octava, su fuerza, su enorme vitalidad, su misterio, su valor, su inmensidad.


Bruckner 
Sinfonía nº 8

Rafael Kubelik
Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera
Versión mixta de 1887/90 en Edición de Robert Haas de 1939

Grabación
Munich, Herkulessaal der Münchner Residenz, 8 de noviembre de 1963










Sibelius por Ormandy. Sinfonías. Suites. Poemas Sinfónicos. Concierto para Violín. Obras Orquestales. Ormandy. Philadelphia Orchestra. 1957 a 1980.


Queridos amigos entrada recopilatoria de las entradas individuales publicadas anteriormente correspondientes a las grabaciones del Sibelius de Ormandy.

Se enlazan las entradas originales para tenerlas unificadas en una única entrada que pueda facilitar su búsqueda.

Disfrutarán muy mucho de estos discos.





Sibelius
Sinfonías
Suites
Obras Orquestales
Poemas Sinfónicos
Concierto para Violín

Sinfonía nº 1, 1978
Sinfonía nº 2, 1972
Valse Triste, 1973
The Swan of Tuonela, 1973
Finlandia, 1972
Sinfonía nº 4, 1978
Pohjola's Daughter, 1976
The Oceanides, 1978
Sinfonía nº 7, 1975
Sinfonía nº 5, 1975
En Saga, 1975
Tapiola, 1976
Concierto para violín, 1980*
Obertura Karelia, 1977
Karelia suite, 1975
Sinfonía nº 1, 1962
Concierto para Violín, 1969**
Sinfonía nº 2, 1957
Sinfonía nº 7, 1960
Finlandia, 1968
Valse Triste, 1959
The Swan of Tuonela, 1960
Karelia suite, 1968
En Saga, 1963
Finlandia, 1959****
Concierto para Violín, 1959***




Eugene Ormandy
Philadelphia Orchestra
Dylana Jensen, violín*
Isaac Stern, violín**
David Oistrakh, violín*** (disco independiente del estuche)
The Mormon Tabernacle Choir****




Grabaciones:

Sinfonía nº 1, Scottish Rite Cathedral, Philadelphia, 17 de abril de 1978
Sinfonía nº 2, Scottish Rite Cathedral, Philadelphia, 26 de abril de 1972
Valse Triste, Scottish Rite Cathedral, Philadelphia, 15 de enero de 1973
The Swan of Tuonela, Scottish Rite Cathedral, Philadelphia, 15 de enero de 1973
Finlandia, Scottish Rite Cathedral, Philadelphia, 22 de marzo de 1972
Sinfonía nº 4, Scottish Rite Cathedral, Philadelphia, 4 de marzo de 1978
Pohjola's Daughter, Scottish Rite Cathedral, Philadelphia, 25 de octubre de 1976
The Oceanides, Scottish Rite Cathedral, Philadelphia, 26 de octubre de 1978
Sinfonía nº 7, Scottish Rite Cathedral, Philadelphia, 10 de diciembre de 1975
Sinfonía nº 5, Scottish Rite Cathedral, Philadelphia, 18 de noviembre de 1975
En Saga, Scottish Rite Cathedral, Philadelphia, 10 de diciembre de 1975
Tapiola, Scottish Rite Cathedral, Philadelphia, 26 de octubre de 1976
Concierto para Violín, Scottish Rite Cathedral, Philadelphia, 12 de diciembre de 1980*
Obertura Karelia, Scottish Rite Cathedral, Philadelphia, 2 de noviembre de 1977
Karelia suite, Scottish Rite Cathedral, Philadelphia, 10 de diciembre de 1975
Sinfonía nº 1, Town Hall, Philadelphia, 11 de marzo de 1962
Concierto para Violín, Town Hall, Philadelphia, 7 de febrero de 1969**
Sinfonía nº 2, Broadwood Hotel, Philadelphia, 17 de marzo de 1957
Sinfonía nº 7, Broadwood Hotel, Philadelphia, 1 de mayo de 1960
Finlandia, Town Hall, Philadelphia, 24 de febrero de 1968
Valse Triste, Broadwood Hotel, Philadelphia, 25 de enero de 1959
The Swan of Tuonela, Broadwood Hotel, Philadelphia, 31 de enero de 1960
Karelia suite, Town Hall, Philadelphia, 24 de febrero de 1968
En Saga, Philadelphia Athletic Club, Philadelphia, 20 de enero de 1963
Finlandia, Broadwood Hotel, Philadelphia, 1 de noviembre de 1959****
Concierto para Violín, Broadwood Hotel, Philadelphia, 26 de diciembre de 1959*** (disco independiente del estuche)





















miércoles, 27 de abril de 2016

Sibelius. Sinfonía nº 2. Sinfonía nº 7. Poemas Sinfónicos. Ormandy. Philadelphia Orchestra. Sinfonías. 1957. 1960. Poemas. 1959 a 1968.


Queridos amigo, cuarta y última entrega del precioso conjunto de discos dedicados al Sibelius del maestro Ormandy. 

En esta ocasión los discos nos dejan el precioso testimonio de sus grabaciones iniciales de las Sinfonías nº 2 y nº 7 grabadas al final de los 50 y principios de los 60 y un conjunto de poemas sinfónicos del maestro finés (disco ya entregado previamente y que pueden visitar aquí) en registros también realizados en las décadas antes referidas. 

Esta entrega nos permitirá así tener a mano estas versiones iniciales y poder admirar su belleza y si quieren comparar con los registros posteriores que el maestro Ormandy realizó. No sabría decantarme por unos u otros. Ambos son hermosos y el lenguaje sibeliano es traducido con la misma finura, delicadeza y precisión por Ormandy y sus músicos de Filadelfia.

Quizá sus registros de los años 70 resulten más precisos desde un punto de vista técnico aunque para nada esto quita valor a los presentados aquí que amén de su enorme altura y perfección tienen un encanto especial  por su, digamos, algo más de frescura. Realmente hermosa resulta la aproximación a la Séptima Sinfonía, obra fundamental del maestro Sibelius que es dicha por Ormandy con una extraordinaria sencillez que la hace una verdadera obra de arte.

Les recomiendo escuchen las hermosas recreaciones de los poemas sibelianos, una verdadera gozada y un placer musical soberbio.


Finalmente indicarles, desconozco sinceramente el motivo de no incluirlo, que en esta colección falta un registro esencial del Sibelius de Ormandy. No es otro que el correspondiente a su fabulosa recreación junto al maestro Oistrakh del Concierto para Violín y que les recomiendo visiten y disfruten: Sibelius-Concierto para violín- Ormandy-Oistrakh.


Espero que disfruten de esta entrega y en general de todo el conjunto de discos que estos días hemos ido dejando. Unos discos realmente preciosos que nos han permitido apreciar la hermosura de la música de Sibelius y la visión maravillosa que de ella tenía Ormandy que junto a ese reconocido y fabuloso "sonido Philadelphia" convierten la audición de esta música en un verdadero placer musical.



Sibelius
Sinfonía nº 2
Sinfonía nº 7

Eugene Ormandy
Philadelphia Orchestra

Grabaciones
Sinfonía nº 2, Broadwood Hotel, Philadelphia, 17 de marzo de 1957
Sinfonía nº 7, Broadwood Hotel, Philadelphia, 1 de mayo de 1960








Sibelius
Poemas Sinfónicos
Finlandia
Valse triste
The Swan of Tuonela
Karelia suite
En Saga
Finlandia*

Eugene Ormandy
Philadelphia Orchestra
The Mormon Tabernacle Choir*

Grabaciones
Finlandia, Town Hall, Philadelphia, 24 de febrero de 1968
Valse Triste, Broadwood Hotel, Philadelphia, 25 de enero de 1959
The Swan of Tuonela, Broadwood Hotel, Philadelphia, 31 de enero de 1960
Karelia suite, Town Hall, Philadelphia, 24 de febrero de 1968
En Saga, Philadelphia Athletic Club, Philadelphia, 20 de enero de 1963
Finlandia, Broadwood Hotel, Philadelphia, 1 de noviembre de 1959*







lunes, 25 de abril de 2016

Shostakovich. Sinfonías nº 5 y nº 6. Barshai. WDR Sinfonieorchester Köln. 1995. 1996.


Queridos amigos, después de unos días de pausa en los que he descansado un poco y he estado preparando nuevos discos, retomamos el espacio con la tercera entrega de la prevista Integral Sinfónica de Shostakovich de la mano de Barshai y la WDR Sinfonieorchester Köln.

Lo hacemos con un disco precioso y a la par sorprendente. Precioso por la enorme calidad interpretativa de las obras presentadas y precioso por la belleza de las mismas. La Quinta y la Sexta de Shostakovich son dos obras de enorme intensidad emotiva, de profundo calado emocional y de una belleza musical impresionante. Sorprendente por la sensacional y particular recreación de la Quinta alejada de lo que habitualmente estamos acostumbrados a escuchar.

La Quinta Sinfonía fue compuesta por el maestro entre abril y julio de 1937 siendo estrenada en Leningrado por la Orquesta Filarmónica de la ciudad bajo la dirección de Yevgeny Mravinsky, el 21 de noviembre de 1937 y es una obra inmensa, poderosa, rítmica y monumental que atendiendo a otras consideraciones puso un poquito de "paz" en las relaciones entre el compositor y los estamentos oficiales tanto musicales como políticos del país. Ya comentábamos en una anterior entrada que Shostakovich tenía que satisfacer dos requerimientos, por un lado mantener su ideal artístico y su nivel musical y por otro ofrecer una música atrayente para las masas y aceptable para el "oído político censor". Difícil papeleta esta en la situación histórica en la que vivía el maestro. Pero todo hay que decirlo y Shostakovich con su Quinta Sinfonía, su respuesta musical a ambas demandas, logra superar con creces todas las expectativas. Y menos mal, porque las críticas oficiales, las amenazas, la depuración rondaban por ahí y eran peligrosas al extremo.

Apartado del mundanal ruido, se dedica a componer esta maravillosa obra. Y sus resultados fueron espectaculares. Para el público y para los guardianes de lo "adecuado", los políticos. El público adoró desde un principio la sinfonía, y las autoridades le dieron su bendición oficial. Si la Primera había significado la entrada triunfal de Shostakovich en la escena internacional, la Quinta Sinfonía habría de cimentar su importancia como el más destacado sinfonista del siglo.

Se dice que la obra lleva como subtítulo "Respuesta de un artista soviético a una crítica justa", algo que por un lado muchísimas fuentes niegan fuera así y por otro lado, fuera verdad o no, resulta de un irónico grandioso, de realismo oficial nada de nada, más bien lo contrario, triunfo de un realismo propio nada optimista y formal como cualquiera otra obra sinfónica y desde luego no basada en lo popular. Música de Shostakovich. Música pura para reflejar la tragedia de su pueblo.


La Sinfonía nº 6 del maestro fue compuesta en 1939 después de un tiempo que el mismo compositor califica de confusión. En un principio, en 1938, Shostakovich comenta que ha empezado una nueva sinfonía que se llamará “Sinfonía Lenin para solistas, coros y orquesta” y que será una obra monumental con parte cantada según el poema escrito por Vladimir Mayakovsky, “Oda a Vladimir Ilyich Lenin” y otros textos de varias canciones folclóricas. Pero muy pronto en 1939 decide no continuar su composición y deja preparado el material sinfónico para una nueva sinfonía que no contendrá textos ni coros, ni referencia alguna a Lenin y que será de carácter más jovial y desenfadada que la Quinta y para nada trágica (lo cual nuevamente desconcierta a los queridos guardianes del bien del partido y a los miembros de la Asociación de Compositores). La obra se comienza en el mes de abril de 1939 y se finaliza en octubre del mismo año.

Fue estrenada en Leningrado el 21 de noviembre de 1939, interpretada por la Orquesta Filarmónica de la ciudad dirigida por Yevgeny Mravinsky, como la Quinta, y es recibida con entusiasmo por el público, especialmente su movimiento final, que es repetido ante la insistencia del mismo. El 3 de diciembre la obra se presenta en Moscú.

Poco tiempo después recibió importantes críticas al considerarse una obra deslavazada y sin sentido, desordenada y poco coherente. Ciertamente podemos considerar que la Sinfonía nº 6 es de forma extraña, con un gran movimiento inicial lento, seguido por dos rápidos, sin atenerse a la forma sonata clásica y que su espíritu para nada es una continuidad del esperado según el camino de la Quinta, pero esas críticas tienen un fondo más político y formal que un valor musical cierto.


Nos encontramos ante una obra sinfónica muy atrevida, llena a la par de expresividad, amargura inicial o incluso desesperanza seguida de una enorme vitalidad, jovialidad y aspectos incluso triviales y grotescos. Ahí está la grandeza de esta composición, y podemos incluso decir que su similitud con el alma mahleriana, en su preciosa forma de combinar y alternar las frases y temas de sentido trágico con otros risueños y festivos además haciéndolo de forma preciosa, manteniendo la tensión y la expectativa musical durante todo el devenir de la misma y además y de forma sutil y a veces descarada exponiendo en ella la realidad de su mundo: lo trágico, lo irónico y lo festivo.

Espero que disfruten de este precioso disco francamente sensacional en el que Barshai y su orquesta de la WDR con una interpretación formidable de la difícil Sexta y una recreación memorable de la Quinta con un final alejado por completo de aquellos que normalmente hemos escuchado, muchísimo más sereno (que no falto de intensidad) y lento de lo habitual, bellísimo, detallado y profundo, en el que podemos apreciar de otra forma la maravillosa música del maestro Shostakovich.




Shostakovich
Sinfonías nº 5 y nº 6

Rudolf Barshai
WDR Sinfonieorchester

Grabaciones
Sinfonía nº 5, 3 al 8 de julio de 1995 y 26 de abril de 1996
Sinfonía nº 6, 17 al 20 de octubre de 1995
Colonia, Philharmonie
Grabaciones Westdeutschen Rundfunk Köln








martes, 19 de abril de 2016

Sibelius. Concierto para Violín. Obertura Karelia. Karelia Suite. Sinfonía nº 1. Concierto para Violín. Ormandy. Philadelphia Orchestra. 1980. 1977. 1975. 1962. 1969.


Queridos amigos, proseguimos con las entregas previstas de las grabaciones de la obra de Sibelius por el maestro Ormandy.

En esta tercera entrega correspondiente a los discos nº 5 y nº 6 dejamos las últimas grabaciones realizadas en la década de los 70, el Concierto para Violín con Jensen, la Obertura Karelia y la Karelia Suite e iniciamos la entrega de las grabaciones realizadas en la década de los 60 con el precioso registro de la Sinfonía nº 1 y el correspondiente al concierto para Violín con Stern. Un conjunto soberbio de obras realmente maravillosas y recreadas por Ormandy y su Philadelphia Orchestra de forma sensacional, mágica, brillante y portentosa.

Quisiera destacarles la preciosa ejecución de Ormandy de la Obertura y la Suite obras sensacionales dichas por el maestro con un gusto y una clase inigualables. Como tienen también las interpretaciones de la Primera Sinfonía, sensacional y portentosa, con una finura y delicadeza supremas y el concierto con Stern prodigioso y bellísimo, lleno de virtuosismo no vacío de sentido, de una técnica irreprochable y una gran pasión.

Pero la obra que más me impresiona, no conocía este registro, es la grabación del Concierto para Violín con la joven violinista norteamericana Dylana Jensen. Precisamente este Concierto, esta orquesta y este director fueron con los que debutó en el Carnegie Hall de New York en 1980 pocos días antes de realizar el registro fonográfico.

Una grabación que me ha sorprendido por la enorme calidad técnica de esta intérprete y por su sensacional comunicatividad, profundidad de sentimientos, calidez, sonido bellísimo y comprensión del alma de esta música por parte de una joven de 19 añitos. Ormandy y la orquesta acompañan a la joven Jensen de manera prodigiosa realizando en suma un registro imponente, me atrevería a decir que de los más bellos que he escuchado, incandescente, profundo, lleno de color, contundente y apasionado. Una violinista que posteriormente eligió voluntariamente otras vías de expresar su pasión por la música y la vida realizando su principal labor en la enseñanza y en la difusión de la música con orquestas más provinciales de EEUU. En cualquier caso, para nuestra suerte y disfrute, este registro queda ya para la historia.

Espero que disfruten de esta preciosa tercera entrega. Una muestra más de la enorme calidad del maestro Ormandy, de su orquesta y de su apreciación de la bellísima música de Sibelius.



Ormandy y su Philadelphia Orchestra



Sibelius
Concierto para Violín
Obertura Karelia
Karelia Suite

Eugene Ormandy
Philadelphia Orchestra
Dylana Jensen, violín

Grabaciones
Concierto para Violín, Scottish Rite Cathedral, Philadelphia, 12 de diciembre de 1980
Obertura Karelia, Scottish Rite Cathedral, Philadelphia, 2 de noviembre de 1977
Karelia suite, Scottish Rite Cathedral, Philadelphia, 10 de diciembre de 1975



Ormandy y Dylana Jensen








Sibelius
Sinfonía nº 1
Concierto para Violín

Eugene Ormandy
Philadelphia Orchestra
Isaac Stern, violín

Grabaciones
Sinfonía nº 1, Town Hall, Philadelphia, 11 de marzo de 1962
Concierto para Violín, Town Hall, Philadelphia, 7 de febrero de 1969



Ormandy e Isaac Stern









lunes, 18 de abril de 2016

Shostakovich. Sinfonía nº 4. Barshai. WDR Sinfonieorchester Köln. 1996.


Queridos amigos dejamos hoy una nueva entrega del ciclo sinfónico de Shostakovich de la mano del director Rudolf Barshai. 

La entrega de hoy es la imponente e impresionante Cuarta Sinfonía del maestro ruso. Una obra complejísima y que produce sensaciones muy difíciles de explicar exigiendo su escucha una total apertura de miras ante la música que nos va sonando. Es la obra de Shostakovich que podríamos calificar de la obra perdida. 

Después de sus éxitos iniciales de sus tres primeras sinfonías, éxitos de público y también "oficiales", Shostakovich tiene un prestigio en su país como músico eminente y gran compositor. Ese prestigio se derrumba de la noche a la mañana por el famoso artículo de Pravda en el que se critica su ópera Lady Macbeth del distrito de Mtsensk. Así pasa de lo más alto y granado a lo más bajo que se puede caer, en un Estado además que no se andaba con tonterías.


"Caos por música". Artículo original en Pravda. 28 de enero de 1936.  

Poco tiempo antes de todo este lío del artículo de Pravda, Shostakovich no era un gran maestro sinfónico. La especialidad de Shostakovich era la música para el teatro. Su primera sinfonía, su ceremonia de graduación en el Conservatorio de Leningrado, se había convertido en una leyenda después de su primera representación en 1926, pero no se había afianzado en el repertorio, ni tenía en la segunda o tercera sinfonías, piezas ocasionales para orquesta y coro de marcado carácter oficialista, un valor suficiente como para asentarlo en el universo musical sinfónico.

El compositor desea ampliar su campo de acción, desea explorar nuevas formas y estructuras sinfónicas y de ese deseo parte el inicio de la composición de su Cuarta Sinfonía. Por esta época su relación con su gran amigo, profesor del conservatorio de Leningrado y director artístico de su filarmónica, Ivan Ivanovich Sollertinsky, le acerca al mundo expresivo de Mahler. En él ve nuestro joven compositor el camino a seguir en su intento de consolidar su talento musical y avanzar por nuevas sendas que den forma a su futura obra musical.

Una primera idea de Shostakovich era hacer de la Cuarta "una obra programática monumental llena de grandes pensamientos y grandes pasiones." Más tarde abandonó este enfoque programático pero conservando al tiempo los grandes pensamientos y pasiones que serían la base de su trabajo creativo sobre la nueva obra. 

En el otoño de 1935, Shostakovich comenzó lo que se convertiría en la versión definitiva de su Cuarta Sinfonía. Había completado los dos primeros de sus tres movimientos cuando por el desastre de la condena oficial de su ópera, Lady Macbeth , y la consiguiente represión cultural contra los llamados "formalistas", de los cuales Shostakovich se considerará un representante líder, todo se derrumba (ayudado por algún que otro artículo más en su contra). El maestro sin embargo no ceja y finaliza la composición de la obra (es difícil imaginar cómo o en qué ambiente lo llega a hacer) plasmando en ella todo el dolor y la angustia que estaba viviendo.


En la primavera de 1936, casualmente el día del nacimiento de su primer hijo, Galina, Shostakovich presenta su nueva sinfonía a un grupo de músicos que incluía a los directores Fritz Stiedry, entonces director titular de la Filarmónica de Leningrado, y Otto Klemperer, director musical de la Filarmónica de los Ángeles. Ambos directores saltaron de alegría ante la perspectiva de la interpretación de la obra. En el otoño, Stiedry inició ensayos en Leningrado mientras que la puntuación de la partitura se preparó para la edición.

El estreno estaba previsto para el 11 de diciembre de 1936 por el citado Stiedry. Sin embargo, fue cancelado. La misma mañana, un breve anuncio apareció en el periódico local: "El compositor Shostakovich hizo un llamamiento a la Filarmónica de Leningrado con la petición de retirar su Cuarta Sinfonía al no corresponder en absoluto a sus actuales convicciones creativas y representa para él un testimonio de una fase obsoleta". Se comenta que los rumores de la nueva obra de Shostakovich llegaron a oídos de la Unión de Compositores, cuyo director, V.Y. Iojelson, acudió personalmente junto con un representante del gobierno a presenciar uno de los ensayos. Tras esta visita, curiosamente, la sinfonía desaparecía del programa.

Tendría que esperar 25 años más para su estreno que tuvo lugar definitivamente en la Navidad de 1961 por la Filarmónica de Moscú dirigida por Kiril Kondrashin después de la reelaboración de la la partitura a partir de las partichelas de los ensayos que se conservaban por la Filarmónica de Leningrado. 

Desgraciadamente para sus admiradores y para la música en general, los mandamases de entonces no supieron ver que la Cuarta Sinfonía de Shostakovich era demasiado monumental y deslumbrante, demasiado extravagante y difícil, obra de un verdadero modernista, independiente e incluso iluminado que juega con las estructuras clásicas adaptándolas a sus ideales, transformando los temas y formas clásicas, inundando de ideas nuevas el desarrollo continuado de la obra de forma que puede llegar a parecer una sucesión inaudible de sonidos aunque en el fondo se observa su hilo conductor de la gran forma clásica con las preciosas modificaciones del maestro.

Usa además una orquesta de gran magnitud y emplea una distribución de movimientos casi extrema con la duración enorme de los movimientos extremos rodeando a un único tema central de gran brevedad y de marcado carácter mahleriano como lo es también su tercer movimiento con un juego precioso en el ritmo, un uso maravilloso de las danzas, y una recreación muy mahleriana de diversos estados anímicos contrapuestos. 

La Cuarta de Shostakovich es una obra de marcado carácter expresionista con episodios de gran violencia que a la manera de Gustav Mahler se mueve entre el humor socarrón e irónico y la profunda tragedia. Fue una de las últimas obras musicales vanguardistas compuestas en la Unión Soviética durante el estalinismo. Durante dicho tiempo...la nada.


El primer movimiento es una forma sonata de grandes dimensiones con una exposición gigantesca que ya nos deja una amplia definición de dos grandes áreas temáticas. El movimiento se desarrolla impulsando las transformaciones temáticas a través de nuevas variaciones y el añadido de nuevos elementos como material secundario y con inversión de la exposición y recapitulación de los temas.

Su segundo movimiento es un corto rondó con mucha influencia mahleriana, con temas ya presentados previamente en el primer movimiento y con un estilo global de Ländler que nos recuerda vivamente la música del maestro austriaco.

El último movimiento se destaca sobre los dos anteriores, un verdadero universo de magia y pasión. Es como un juego de engaño del maestro Shostakovich. La combinación de movimiento lento que avanza desde la marcha de apertura funeral (muy mahleriano también) a un allegro enérgico que parece prometer un final sinfónico tradicional y grandioso se nos cambia con la maestría de Shostakovich que se desvía en una serie de episodios rítmicos, líricos, incluso caprichosos, incluyendo valses y galopes y emanados del humor y del talento de un compositor teatral experimentado. En su final poderosos metales sobre un ostinato de timbales y cuerdas graves unidos a una marcha fúnebre se desvanece poco a poco en reminiscencias temáticas fugaces con tono sombrío en las cuerdas y unos toques finales de la celesta que llevan el movimiento y la obra a su fin en un tono podemos decir que "equivocado" o al menos no esperado, lleno de profunda seriedad, serenidad pasmosa e intensa emotividad.

Una excepcional obra musical queridos amigos que espero puedan disfrutar en esta recreación realmente preciosa de Barshai que sabe realzar cada matiz de esta compleja obra, su sentido, su belleza, su variedad anímica y todo ello sacando un rendimiento realmente fantástico a la WDR Sinfonieorchester que está sensacional en todas sus secciones, con pulcritud, limpieza, belleza de sonido, pulso y constancia a lo largo de todo el desarrollo.



Shostakovich
Sinfonía nº 4

Rudolf Barshai
WDR Sinfonieorchester

Grabaciones
16 al 24 de abril y 24 de octubre de 1996
Colonia, Philharmonie
Grabaciones Westdeutschen Rundfunk Köln






domingo, 17 de abril de 2016

Bruckner. Sinfonía nº 5. Eugen Jochum. Hamburg State Philharmonic. 1938.


Excepcional documento el que dejamos en el día de hoy queridos amigos para que lo tengan siempre presente como una muestra histórica de la interpretación musical de un maestro excepcional, en general no suficientemente valorado, y un compositor que formaba parte indisoluble de su credo musical y espiritual. Eugen Jochum y Anton Bruckner. Una unión que nos dejó muestras extraordinarias del buen hacer del maestro Jochum y una excelente música bruckneriana, quizá de las más excelsas que podamos escuchar.

Jochum nació en noviembre de 1902 en Babenhausen en el seno de una familia de intenso conocimiento y amor hacia la música y en un ambiente de profundas raíces, pautas y actitudes católicas. Tras estudiar en la Academia Musical de Múnich con Hausegger cuyas enseñanzas y forma de amar y ver el "mundo" musical se impregnaron en el joven estudiante de dirección, Jochum realizó su debut con la Hausegger Münchner Philharmonic en la Tonhalle en 1926 con la Obertura Lepnore III, un concierto (¿?) y la Séptima de Bruckner. El éxito fue inmediato y le permitió subir niveles a otros puestos de mayor renombre y categoría: Kiel y Lübeck.

Poco después tenemos un hecho de importancia en el devenir educativo y formal de Jochum, la recomendación del gran Furwängler para el puesto en Mannheim que representó un importante impulso espiritual y musical de la carrera directorial de Jochum. Pasó posteriormente etapas de Director Titular en Duisberg y en esa época una retransmisión de radio de la Berlin Funkstunde con la Quinta de Bruckner supuso otro empujoncito más en su carrera: se hizo cargo de su dirección, dirigió la RIAS de Berlín y la Deutsche Opera de Berlín y se le invita a dirigir la Filarmónica de Berlín del gran Futwängler el 15 de septiembre de 1932 con la Sexta de Bruckner.

En el año 1934 sucede a Karl Böhm como Director General de Hamburgo interpretando en su primera temporada una memorable Quinta Sinfonía con la edición disponible de 1896. Eran tiempos de dominio del nacional-socialismo, pero Hamburgo permaneció "razonablemente liberal" y Jochum pudo conservar su puesto e incluso dar conciertos de compositores prohibidos como Stravinsky, Béla Bartók y Paul Hindemith.


En 1933 inicia sus grabaciones con Telefunken en Berlín con obras de Weber y Wagner y sigue con las grabaciones Telefunken en Hamburgo. En los años 30 la aparición de nuevas partituras o versiones de Bruckner así como de una Completa Edición (Urfassungen) propicia el lanzamiento de numerosas grabaciones en los sellos alemanes. Y se inicia una carrera entre discográficas por realizar las más fieles interpretaciones posibles: Electrola con Böhm, Jochum con Telefunken. Una "competencia" preciosa que motivó la aparición de grabaciones soberbias de las sinfonías 4ª, 5ª, la Misa nº 2, 7ª y numerosas obras de Beethoven. Un inicio fonográfico de gran altura.

La asociación Telefunken Jochum continuó en el tiempo con bellísimas grabaciones con el Concertgebouw Orchestra, La Radio del Reich y Hamburgo, Berlín y otras más. Posteriormente vinieron las alianza con DG, la fundación de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera, la Presidencia de la Sociedad Internacional Bruckner, los apoyos permanentes de Furtwängler a su tarea, las invitaciones frecuentes a la Orquesta Filarmónica de Berlín, el encargo de interpretar su segunda sinfonía por un Furtwängler ya muy enfermo, etc. todos ellos hechos históricos que jalonaron su carrera.

Sucedieron años de perfectas asociaciones con grandes agrupaciones: Concertgebouw, Berlín, Orquesta Sinfónica de Baviera, Dresden, London Symphony Orchestra, Berlín Radio Symphony Orchestra, New York Philharmonic. Sus últimas grabaciones corresponden a Bamberg, Orquesta Filarmónica de Berlín, Concertgebouw y Múnich Philharmonic. Muere el 26 de marzo de 1987.

Un soberbio artista y un excepcional traductor de la música de Bruckner, de su fuerza, su sentido, su espiritualidad y su fortaleza musical constructiva y estructural. Con una magnífica visión global de sus obras, con perfecta capacidad de poner de manifiesto los detalles y relaciones entre los temas y motivos, con una gran finura y plasticidad, consiguió verdaderas maravillas en las obras Brucknerianas, sin menospreciar su excepcional Beethoven, su Bach, su Brahms, Sibelius, Haydn, etc.


Les dejo en esta ocasión su aproximación a esta maravillosa obra Bruckneriana, con las particularidades de la versión de 1878 en la Edición Robert Haas y las matizaciones de tempo y refuerzos de Jochum, habituales por otra parte en aquellos años. El resultado final es una soberbia Quinta Sinfonía, con unos tempos sorprendentes, que dejan escuchar la música con facilidad, sus imbricaciones, su belleza sonora, su emotividad, su instrumentación y su sentido de unidad. La Orquesta resulta estupenda y es sorprendente la calidad sonora para ser una grabación del año 1938. Es una de las grabaciones que me hace sentir bien por todo su conjunto: no es perfecta, no es espectacular, no tiene un sonido de "ultradefinición" pero tiene un amor y un cariño en su interior que te absorbe hasta el final.

Les aseguro que disfrutarán de ella, de ese sonido tan peculiar de lo añejo y de una construcción sinfónica excelente. Es el inicio de una maravillosa asociación musical y sentimental de Jochum con esta Quinta Sinfonía, para mí culminada con el concierto del Concertgebouw de 1986 que es el reflejo de la experiencia y la constancia en una forma de entender a su amado Bruckner.



Bruckner
Sinfonía nº 5

Eugen Jochum
Hamburg State Philharmonic (Philharmonisches Staatsorchester Hamburg)
Versión de 1878 en Edición de Robert Haas de 1935

Grabación
Musikhalle, Hamburgo, 3 y 4 de junio de 1938






Otros registros de Jochum de la Quinta de Bruckner