Queridos amigos dejamos hoy otra muestra del arte de la dirección. George Szell dirigiendo a una fantástica Orquesta Filarmónica de Viena en un concierto en vivo con una obra monumental: la Octava de Bruckner.
Hace no mucho dejamos muestra de dicha obra en un post dedicado a Furtwängler (http://juliosbv.blogspot.com/2010/09/bruckner-sinfonia-n-8-furtwangler.html). Reconozco mi admiración por George Szell, me gusta lo que grabó, muchísimo. He de reconocer, sin embargo, que esta octava aunque fantástica no logra dejarme en el mismo estado emocional que logran por ejemplo las interpretaciones de Furtwängler, Jochum, Wand o Knappertsbusch. Lo cual no quita que sea una interpretación maravillosa y espectacular y que desde luego merece la pena escuchar.
Que yo conozca, Szell sólo se aproximó a dos sinfonías de Bruckner: la tercera cuyos resultados tanto en grabación de estudio (1966) como en directo me parecen muy buenos y la octava (1969 en estudio) de la que pienso tuvo menor fortuna en sus acercamientos (tan sólo es una opinión personal). (21-09-2010: debo corregirme en lo indicado, Szell se aproximó también a la Séptima y al Te Deum, gracias Juan).
En esta ocasión, al igual que hace en sus aproximaciones de estudio usa la versión de 1890 de Bruckner y Josef Schalk en la Edición de Leopold Nowak de 1955. Resumo lo indicado en el post anteriormente referido: "...un primer movimiento excepcional, brillante y con un desarrollo final que se desvanece de una forma mágica; un scherzo alegre y bello, con matices de la música austriaca, rico y precioso en su sonoridad con la presencia maravillosa de las arpas; un adagio absolutamente monumental, emotivo, íntimo y de una sensibilidad y pasión contenida impresionantes y un movimiento final con los temas de los movimientos anteriores en el que la mezcla de fuerza, pasión, monumentalidad con otros momentos más sosegados y profundos es francamente increíble y que aún finalizando en una explosión final triunfal esta es más retenida y concisa que en anteriores obras...".
En la interpretación ofrecida nos encontramos con una orquesta absolutamente brillante, precisa a más no poder, poderosa a la par que sutil, de ejecución perfecta, sonoridad maravillosa (acrecentada por el directo) y colorido fantástico. No le puedo poner reproches. Resulta espectacularmente conmovedor el inicio del tercer movimiento donde apreciarán casi un minuto completo de silencio hasta el inicio de ese Adagio excepcionalmente conmovedor y a la espera de acallar "sonidos" del público y de tener la orquesta preparada.
Szell realiza un trabajo soberbio en la orquesta y en el devenir de toda la obra y resulta precioso seguir el mismo. Diferencia con otras aproximaciones: no me llena por completo (lo siento querido Szell, ¡quién soy yo para valorar!).
Espero que disfruten de este disco hermoso y lo tengan guardado como testimonio de una forma de interpretar a Bruckner y un CD que hará más completa su discoteca. Esero sus comentarios a ver qué les parece.
Bruckner
Sinfonía nº 8
Szell
Orquesta Filarmónica de Viena
Versión 1890 de Bruckner y Josef Schalk en la Edición de Leopold Nowak de 1955
Grabación
8 de diciembre de 1968
6 de noviembre de 2012: se añaden archivos modificados.
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