Queridos amigos, en estas fechas tan propias para los regalos queremos dejar hoy un presente que verdaderamente es un regalo sonoro y artístico espectacular.
La Quinta Sinfonía del maestro Shostakovich interpretada por Leonard Bernstein al frente de una inspiradísima y soberbia Orquesta Sinfónica de Londres.
La grabación procede de una emisión televisiva de la BBC y la banda sonora está sacada del DVD del concierto (en el que además vienen unas tomas preciosas de los ensayos de los músicos londinenses con un Bernstein absolutamente "introducido" en la obra y con esa energía que le era tan propia). El sonido, sin ser excepcional es más que suficiente en calidad y presencia para poder disfrutar de una interpretación magistral. Tan sólo podrán apreciar un levísimo desliz técnico-sonoro a los cinco minutos del tercer movimiento que está en la propia grabación, como un peqeño gap sonoro, (irresoluble).
Pero nada empaña la soberbia recreación que de la obra realizan los londineses y Bernstein. La Quinta Sinfonía de Shostakovich era una obra muy grata a Lenny (es una pena que no llegara a grabar para DG, en su última etapa, una versión con los vieneses o los de New York). La evolución de su concepto de la obra no ha tenido grandes variaciones a lo largo de su carrera y todas sus grabaciones llevan el mismo sello y la misma impronta, diferenciándose quizá muy levemente su interpretación con New York en Tokio.
En esta aproximación de 1966 lo que más me llama la atención es la excepcional preparación y posterior prestación de las cuerdas londinesas, verdaderamente prodigiosas, de una sonoridad enormemente cálida, con intensidad, con un juego en sus pupitres maravilloso. Para mí, lo más destacable de toda la interpretación, sin desmerecer por supuesto, a los geniales metales, a la percusión soberbia y a los instrumentos de viento con unas maderas preciosas.
Bernstein realiza una magistral labor directorial, reuniendo técnica e intensidad emocional. Maneja los atriles para dar un notable aspecto camerístico a la obra, muy marcado en su primer movimiento absolutamente envidiable; un genial y hermoso ritmo juguetón recorre el segundo movimiento con unos vientos deliciosos contrastando en su juego con la masa orquestal de cuerdas en un "enfrentamiento" precioso.
El tercer movimiento es uno de los largos y movimientos lentos más bellos jamás escritos, un movimiento intensísimo, emocionalmente intenso, con una sonoridad sombría profunda y pesada que poco a poco se va cubriendo de un lirismo denso y penetrante de una belleza inconmensurable con la genial aportación de las maderas y de los vientos sin que en momento alguno se deje de tener esa sensación poderosa de hondura y lamento (maravillosos chelos y contrabajos). El movimiento acumula una tensión y una energía de forma tan sutilmente apreciable que resulta arrollador y te cala hasta lo más hondo de tu corazón, te sobrecoge y luego se desvanece levemente en una paz preciosa, en una calma sonora y espiritual única.
El Allegro final, ese genial y apoteósico movimiento de la Quinta, se aborda de la forma habitual en Bernstein, con una enorme energía y tensión dramática. Excepcional en este caso la masa de cuerdas y los instrumentos de viento metal, poderosos y presentes de una forma magistral. La progresión del mismo es rápida, como es la costumbre de Lenny en esta obra. Rápida en comparación incluso con Mravinsky (un genio de esta sinfonía), pero rapidez sin perder el pulso de la obra, marcando todos los instrumentos de forma que resultan perfectamente audibles en sus diferentes matices. La gran explosión final es donde el ritmo es más rápido, sin pausa, intenso, vivo, fantástico. Una delicia.
Espero que disfruten de esta maravillosa obra en un ejecución verdaderamente soberbia en manos de un gran genio de la interpretación musical, disfruten de una Sinfónica de Londres espectacular y de la grandeza de la interpretación en vivo.
Un bonito regalo para estas fechas.
Shostakovich
Sinfonía nº 5
Leonard Bernstein
Orquesta Sinfónica de Londres
Grabación:
Londres, diciembre de 1966
Emitido el 8 de enero de 1967, BBC