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sábado, 22 de septiembre de 2012

Schubert. Sinfonía nº 9. Haydn. Sinfonía nº 88. Schumann. Sinfonía nº 4. Furtwängler. Sinfonía nº 2. Furtwängler. Orquesta Filarmónica de Berlín. 1951. 1951. 1953. 1951.


Queridos amigos, hoy actualizamos dos discos de absoluta recomendación. Las bellísimas grabaciones que Furtwängler, un Furtwängler en una de sus etapas gloriosas, realizara en estudio de obras de Schubert, Schumann, Haydn y del propio Furtwängler.

Grabaciones del maestro alemán de una convincente arquitectura, de una maravillosa sensación de naturalidad, de una profundidad de contenido espiritual inmensa, de una calidad técnica verdaderamente sorprendente. Dos discos que están en la mente de muchos como absolutas joyas de la música grabada. 

Cuatro obras sinfónicas de una belleza sin par impulsadas por el aliento vital del maestro Furtwängler hacia unas cotas interpretativas quizá nunca alcanzadas en ellas (quizá tan sólo Jochum dirigiendo la Segunda Sinfonía de Furtwängler hizo una recreación de la misma de semejante altura).

Añadir simplemente que es un placer escuchar estos discos, un placer inmenso. Su escucha, su audición detallada te traslada de inmediato al cielo de las esencias y exquisiteces musicales. Creo, y ya saben todos que no me gusta hablar en estos términos, que no hay Sinfonía nº 9 de Schubert más bella que esta ni Sinfonía nº 4 de Schumann de tamaña intensidad y profundidad.

Aprecien también un Haydn representado por esa hermosísima y genial Sinfonía nº 88 de una absoluta maestría y disfruten también de una obra, la Segunda Sinfonía del maestro Furtwängler que es digna merecedora de los mayores elogios, una obra sabiamente elaborada, de bella orquestación, colorida, tímbrica, de trazos muy amplios, bruckneriana podríamos decir, cargada de intensidad, de serenidad y de pesadumbre sin dejar en todo momento de ser hermosa en sus texturas y dulcemente bella.








Contenido:


Schubert
Sinfonía nº 9
Furtwängler
Orquesta Filarmónica de Berlín
Grabación
Berlín, Jesus-Christus-Kirche, noviembre y diciembre de 1951

Haydn
Sinfonía nº 88
Furtwängler
Orquesta Filarmónica de Berlín
Grabación
Berlín, Jesus-Christus-Kirche, diciembre de 1951




Schumann
Sinfonía nº 4

Furtwängler
Orquesta Filarmónica de Berlín
Grabación
Berlín, Jesus-Christus-Kirche, mayo de 1953


Furtwängler
Sinfonía nº 2
Furtwängler
Orquesta Filarmónica de Berlín
Grabación
Berlín, Jesus-Christus-Kirche, diciembre de 1951








Sibelius. En el Aniversario de su Muerte. Sinfonía nº 2. Dudamel. Gothenburg Symphony Orchestra. 2010.


Queridos amigos, con algún ligero retraso, no quería dejar pasar demasiado tiempo para rendir un pequeño homenaje, pequeño pero sentido y sincero, a Jean Sibelius en el aniversario de su fallecimiento (20 de septiembre de 1957). Un músico como él, que ha sido capaz de llevar mis emociones y las de muchos otros a unos niveles tan elevados y con tanta delicadeza, fuerza y convencimiento, no merecía menos.

Y para ello, después de dar muchas vueltas a la cabeza y tener algún que otro sobresalto cardiaco y algún que otro leve, levísimo, remordimiento de conciencia me decanté por dejar este disco, precioso disco. Una entrada en la que además quería derramar mis pasiones y preferencias musicales de estos últimos años dejando constancia a la par de mi admiración por el intérprete de estos registros.


Había material de los grandes sibelianos para dejar y seguro hubiera satisfecho las ansias de todos los melómanos y admiradores del compositor finés. Teníamos en la recámara la famosísima Segunda de Szell en Tokio, la reposición, que llegará, de las últimas sinfonías por Bernstein en DG y una hermosa interpretación de Davis de Kullervo al frente de la Sinfónica de Londres. Pero ha podido más mi corazón. Reconozco mi pasión y admiración por Dudamel. Pienso que es uno de los grandes músicos y directores de la actualidad y pienso que su tan criticadísima forma de conducir su carrera musical no es de recibo ni merecida.

Dudamel nos ofrece una visión de Sibelius de un altísimo nivel, con sinceridad, maravillosa. ¿Que tendrá que pulirla? seguro que sí, pero eso no le resta valor alguno a su preciosista, intensa, vitalista y poderosa interpretación con los músicos de Gothenburgo, músicos que por otro lado tienen una historia, una tradición y una esencia que quieras o no siente Sibelius de forma especial, clara, preciosa, sentida en el alma, con el corazón en sus instrumentos. Una orquesta que suena soberbia, que ofrece una maravillosa y matizada interpretación y una recreación de la música de esta excepcional obra sibeliana; unas cuerdas de todo punto de vista preciosas, sedosas, coloridas, compactas, delicadas, profundas; unas maderas preciosas de timbre y de color; unos metales francamente pulcros, limpios y poderosos. 



Todo el conjunto está perfectamente ensamblado y se paladea la belleza del lirismo de Sibelius; se recorre sin dificultad su camino sorprendente de combinaciones sonoras e instrumentales que enmarcan el todo de la obra y la hacen lucir de forma brillante. Dudamel impregna la partitura de matices sabiamente marcados y resaltados quizá en algún punto, como el dificilísimo Vivaccissimo con alguna que otra estridencia y tempo algo extraño, pero tiene visión global del paisaje musical de Sibelius, capta su preciosa armonía, su carácter entre romántico, clásico y renovador. Transmite la intensidad que sabiamente va generando, preparando y acumulando para poder desplegar en un Finale absolutamente brillante, comedido in crescendo, movido por un hálito de vida que logra que tus propios sentimientos se enlacen con él hasta dejarte arrastrar en una preciosa seda musical. Me parece digno de admiración. Un punto entre Bernstein, sin su vehemencia, y un Szell, sin su milimétrica precisión con un toque del preciosismo y magia de Barbirolli.

Y todo esto en estos años. Su concepto se asentará y pienso sinceramente que puede ofrecernos unas futuras interpretaciones de Sibelius más elaboradas y reposadas pero con ese punto de vitalidad que tan bien le sienta. De verdad una interpretación preciosa y digna de ser conocida. Les gustará, es muy, muy buena.

Espero que disfruten de ella, espero que el viejo Sibelius también y sobre todo reconozco que me encanta. No lo puedo negar, me gusta, me llena, me transporta a un plano de felicidad precioso y lindísimo. 

Me recuerda tanto al Sibelius que más disfruto...querido Lenny, tanto, tanto, como para ser nuevo y a la vez diferente...un lujo.


Sibelius
Sinfonía nº 2
Gustavo Dudamel
Gothenburg Symphony Orchestra
Konserthuset, Göteborg, Suecia, marzo de 2010