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domingo, 18 de marzo de 2018

Hindemith. Sinfonía "Mathis der Maler". Beethoven. Sinfonía nº 7. Karajan. Orquesta Sinfónica de Viena. 1957.


Queridos amigos, este domingo vamos a dejar para deleite de todos un disco realmente precioso.

Se trata de un registro en vivo en la Sala Dorada del Musikverein en el año 1957 con el maestro Karajan al frente de los músicos de la Sinfónica de Viena. En este registro nos deja dos impresionantes interpretaciones. Una la preciosa y profunda Sinfonía "Mathis der Maler" del compositor alemán Paul Hindemith y otra una Séptima del maestro Beethoven realmente impresionante y maravillosa.

Paul Hindemith escribió una ópera basada en acontecimientos de la vida del pintor renacentista alemán Matthias Grünewald, también llamado Mathias Gothardt Neithartd, que era identificado en su tiempo con un llamado "Maestro Mathis" o "Mathis el Pintor" (Mathis der Maler) aunque la asociación con el apellido Grünewald es errónea.


El origen de la ópera data del año 1933 y en gran parte estuvo motivado por el interés que sentía Hindemith por la Reforma Protestante, por la lucha de las ideas frente a la represión, por la libertad, por el papel del arte en la política y la congruencia de pensamiento de los propios artistas.

El protagonista, Matthias Grünewald, figura histórica cuyo trabajo fue inspiración para muchos artistas de principios del siglo XX, representaba la voluntad y la lucha del creador por expresarse artísticamente en el entorno de un clima de represión (en su época y en cualquier otra) y puede considerarse como un incentivo especial al mostrarse como un espejo de la vida de Hindemith. Hay que tener presente que inició el trabajo de esta ópera cuando el nazismo llegó al poder y tuvo desagradables consecuencias para muchos. 

La ópera se representó por vez primera el 28 de mayo de 1938 en Zúrich ya con Hindemith y su familia exiliados y en la actualidad no tiene mucho reconocimiento siendo escasas o casi nulas sus representaciones. Sorprende que Hindemith y su familia emigraran de Alemania en fecha tardía tal como 1938 cuando ya muchos de sus contemporáneos lo habían hecho y sorprende más aún teniendo presente el origen judío de su esposa.

En el mismo año 1933 el maestro Furtwängler encarga a Hindemith la composición de una pieza orquestal para su Filarmónica de Berlín. El compositor la comienza a escribir en paralelo con la ópera. Llevará el nombre de Sinfonía "Mathis der Maler" y se estrenó por la Filarmónica de Berlín de la mano de Furtwängler (gracias a su presión ante todos los que formaban parte de la cúpula nazi) el 12 de marzo de 1934 y tuvo una magnífica acogida aunque poco después se prohibió al maestro Rosbaud interpretarla al frente de una orquesta de radio alemana. 


Poco tiempo después el mismo Furtwängler llegó incuso a escribir una carta “El caso Hindemith” que apareció en la portada del Deutsche Allgemeine Zeitunge en 1934 a favor de Hindemith e incluso más, a favor de la no intromisión de los poderes en el arte. Esta carta fue la sentencia para ambos. Para el maestro supuso el despido de su cargo como director de la Filarmónica de Berlín, de la Ópera de Berlín y de la Reichsmusikkammer en ese mismo año. 


El propio Goebbels pronunció un discurso censurando la música de Hindemith y de paso toda aquella que no entraba dentro de su ideal artístico y de sus "grandes luces culturales". Goebbels está en lucha con ambos músicos por lo que la carta y la corriente de opinión nacional e internacional creada suponía y que no era más que de manera clara un gran impacto y controversia en su entorno. Goebbels ahora vio razones para tomar una posición definitiva. En un discurso ante el Reichskulturkammer el 6 de diciembre de 1934, denunció a Hindemith como un "fabricante de ruido atonal" y afirmó: "El nacionalsocialismo no es solo la conciencia política y social, sino también la conciencia cultural de la nación. [...] Eso tiene que decirse para crear claridad en el conflicto de opiniones".

Hindemith sacó rápidamente las consecuencias de las disputas que lo rodeaban. Ya el día anterior al discurso de Goebbels, solicitó al Director de la Academia de Música de Berlín que se le concediera un permiso por tiempo indefinido debido a los acontecimientos de los últimos días.



En 1935, Hindemith terminó la composición de la ópera, pero Furtwängler ya no pudo dirigir el estreno debido a dicho discurso de Joseph Goebbels con el que ya había prohibido la música de Hindemith. No tardarían mucho en calificar a otros muchos compositores como representantes de lo que ellos llamaron "Música degenerada" y así cercenaron la vida personal, familiar y laboral de muchos artistas.

Triste época aquella, la verdad, triste y penosa.

La Sinfonía de Hindemith tiene tres movimientos que encuentran su inspiración en la impresionante obra de Mathias Gothardt Neithartd que es el Retablo de Isenheim que se exhibe actualmente en el Museo de Unterlinden de Colmar, Alsacia, Francia, del que es su pieza principal y que que colocado en la capilla se realza todo su impresionante valor. Es un retablo políptico que admite diferentes configuraciones que permitan ser apropiadas a la época litúrgica que corresponda. En alguna de estas configuraciones podemos apreciar la inspiración de Hindemith para su música sinfónica.


La Sinfonía tiene tres movimientos que tienen su correlación con determinadas partes de la ópera y que se inspiran en partes del gran retablo de Isenheim.

I. Engelkonzert - Concierto angelical (primera apertura del retablo de Isenheim)
II. Grablegung - Entierro (siempre presente en el retablo el entierro de Jesús en la parte inferior)
III. Versuchung des heiligen Antonius - La Tentación de San Antonio (segunda apertura del retablo)

Su correlación con las partes de la Ópera es:

I. Obertura
II. Interludio orquestal del último acto
III. Pieza orquestal reelaborada y amplificada en una escena visionaria en la escena 6 de la ópera

El primer movimiento, el Concierto angelical, sirve como la obertura de la ópera y aparece en la sinfonía casi intacta. Movimiento de inicio sereno y de amplio uso de las cuerdas, las trompas introducen un tema basado en la canción popular alemana "Es sungen drei Engel" ("Tres ángeles cantaron una dulce canción"), que lleva a un punto culminante de gran brillantez y rica orquestación. Un segundo tema más rápido se añade por las flautas y las cuerdas, siendo un tema muy animado, con una orquestación ingeniosa y colorida, casi neo-romántico para Hindemith. El final del movimiento se divide en dos partes: la canción popular que regresa a las trompas y metales, sensaciones de serenidad y paz y unas cuerdas en modo fuga que se van uniendo a la orquesta para terminar en unos acordes poderosos, brillantes con cuerdas que preciosas acompañadas de campanas y triángulos.


El segundo movimiento, Entierro, se corresponde en la ópera con un breve intermezzo que expresa el dolor de Mathis por la muerte de su hija. Es un movimiento a modo de elegía con gran belleza armónica y sensación de solemnidad. Los instrumentos nos hacen partícipes de esas sensaciones, la flauta y el oboe, sobre las cuerdas en pizzicato, se unen en un lamento tierno; hay una breve protesta a modo de manifiesto de dolor y luego un retorno a la quietud y serenidad de la apertura, con la flauta ofreciendo un gesto de consuelo y paz.


La música para el largo movimiento final, La Tentación de San Antonio, se extrae del episodio de la ópera en el que la tentación de San Antonio (una de las escenas del retablo de Isenheim) se asemeja a las tentaciones y pruebas del propio Mathis. Un movimiento cargado de cromatismo que ofreciendo un sustento en las cuerdas más bajas se hace la base temática de los tres episodios que siguen, comenzando con una sección rápida en ritmo galopante, que sugiere una búsqueda incesante y un vuelo sin esperanza; un trino intenso y alto en los violines introduce la siguiente sección, una melodía sensual para violas y violoncelos que representan los placeres de la carne ofrecidos  a San Antonio. La agitación de la primera sección vuelve y alcanza una cadencia, en cuyo punto comienzan las uniones melódicas y la resolución contrapuntística basada en el himno de canto llano "Lauda Sion salvatorem" que finalizan en una impresionante llamada a Aleluya en las trompetas.


Una sensacional obra sinfónica, realmente preciosa y profunda, de maravillosa orquestación, escucha asombrosamente fácil, una muestra del compromiso social de un compositor, su forma de manifestar y poner en liza dos conceptos: mantenerse fiel al arte por el arte o comprometer el arte por la sociedad. Difícil dilema el que tuvo pero maravillosa obra la que dejó.

La segunda obra del disco es la genial y magnífica Séptima Sinfonía de Beethoven. A mi modesto entender una de las más geniales composiciones de toda la historia de la música. Una obra que siempre es agradable de escuchar por su inacabable fuente de sorpresas y por su impactante alegría emocional que desata. 

La Séptima Sinfonía de Beethoven fue escrita entre 1811 cuando el compositor estaba reponiéndose su salud en la ciudad bohemia de Teplice, aunque hay esbozos que apuntan a un inicio en 1809. Fue culminada en 1812 y dedicada por el autor al conde Moritz von Fries siendo estrenada en Viena el 8 de diciembre de 1813 durante un concierto de caridad para los soldados heridos en la Batalla de Hanau realizado en la Universitätssaale y formando parte de la orquesta, dirigida por el propio maestro, ilustres músicos de la época como Spohr, Meyerbeer, Giuliani, Nepomuk Hummel, Moscheles, Dragonetti, Romberg y Salieri. Tuvo una gran acogida y éxito.

Posiblemente estemos una ante el inicio de una nueva etapa en la creación del compositor, donde los elementos clásicos se entrelazan con los románticos, generando una nueva expresión mucho más íntima y más compleja. Llamada por Wagner "La apoteosis de la Danza", el gran maestro no andaba equivocado.


I. Poco sostenuto. Vivace. Comienza con una introducción lenta de carácter solemne y majestuoso. Luego prosigue con un fondo rítmico maravilloso repleto de partes danzables y alegres.

II. Allegretto. Movimento de una expresividad sublime. Crea una atmósfera completamente nueva que en su propio ritmo ya enfatiza así el contraste entre los dos movimientos que la encierran. La forma corresponde a un tema con variaciones de dos temas que contrastan entre sí. El primer tema comienza solo con las cuerdas y a medida que avanza el movimiento se van introduciendo los demás instrumentos de la orquesta hasta llegar al tutti en fortísimo.

III. Presto meno assai. Una maravillosa construcción del scherzo tradicional de gran vitalidad y profunda energía emocional acompañado todo ello de un anejo del ritmo sorprendente. 

IV. Allegro con brio. Movimiento impresionante que emana una inmensa alegría de principio a fin. Un movimiento de gran ímpetu y energía que se nos presenta como una serie completa de imágenes, llenas de alegría desenfrenada, de dicha y de placer de la vida todo ello sin olvidad el manejo sorprendente de Beethoven de una orquesta con una instrumentación compacta, exquisita y suntuosa. Un verdadero canto a la alegría de vivir.

Después de todo lo comentado sólo me resta ya dejarles unas breves pinceladas referentes al disco e interpretación de los músicos vieneses de la Sinfónica y el maestro Karajan.

Realmente sensacionales ambos. Karajan parece desenfrenado, lleno de energía, vital, animado, con un manejo del tempo exquisito, ritmo establecido de forma magistral, instrumentos ensalzados para paladear. Y los músicos de la Sinfónica de Viena maravillosos. Una unión que desgraciadamente tuvo sus puntos calientes derivados de temas ajenos a ellos pero que nos muestra el aprecio y la comunión entre ambos (desde 1948 hasta 1964 fue Director de la Sinfónica de Viena ofreciendo conciertos tan bien dirigidos y tan extraordinarios, que la propia Filarmónica se lo tomó como una competición). Cuerdas suntuosas, sedosas, delicadas; metales y maderas de enorme musicalidad, empaste sensacional, colorida y de sonoridad preciosa.

Espero que disfruten del disco y de estas dos verdaderas obras de arte musical.




Hindemith
Sinfonía "Mathis der Maler"

Beethoven
Sinfonía nº 7

Orquesta Sinfónica de Viena
Herbert von Karajan

Grabación:

Musikverein, Sala Dorada, Viena, 18 de febrero de 1957








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