Queridos amigos, damos esta noche otro pequeño pasito más en este lento paseo que pretendemos hacer recorriendo las preciosas interpretaciones brucknerianas del maestro Skrowaczewski.
Y hoy dejamos el CD correspondiente a su grabación de la hermosa Sinfonía nº 5 que representa a mi modesto entender una de las cimas de su ciclo junto con la Sexta y la Octava. La interpretación que nos deja el maestro de esta Sinfonía nº 5 está cargada de intensidad, de fuerza, de elegancia, de dinamismo, de perfección técnica, de visión estructural clara, de matizaciones, de sonoridad cristalina, de planteamiento musical perfecto, de estratificación de planos perfecta. En suma de maravillas técnicas y musicales que hacen su escucha un verdadero placer. Una interpretación al mismo nivel que puedan estar las más grandes recreaciones de esta obra.
La Quinta Sinfonía fue compuesta entre 1875 y 1876 con algunos cambios menores en años posteriores. Su primera interpretación orquestal fue dirigida por Franz Schalk en Graz, el 9 de abril de 1894 (Bruckner se encontraba enfermo y no pudo asistir; nunca pudo escuchar su sinfonía en las manos de una orquesta). La partitura está dedicada a Karl von Stremayr, ministro de educación del Imperio Austrohúngaro.
Hay dos versiones posteriores de la sinfonía, en 1878 y en 1898 y sobre esta última hay serias dudas de la participación o del visto bueno de Bruckner sobre las modificaciones que parecen ser debidas a la mano de Schalk que añadió en el final platillos y triángulo y dobló los instrumentos de metal, para dar mayor brillo y potencia al pasaje (algo habitualmente usado por Jochum en sus interpretaciones aunque use normalmente la versión de 1878).
En el caso de Skrowaczewski nos encontramos con el uso escrupuloso de la versión de 1878 con ese final original precioso sin el aumento de instrumentos de metal y con ese maravilloso contraste que ofrecen las maderas antes del final de timbal, final por otro lado extraordinariamente preciso, marcado, contundente y enérgico en esta interpretación. Pero además de este final que resulta espectacular, brillante y poderoso, es de destacar la maravillosa interpretación global de la obra que nos ofrece el maestro dirigiendo a una orquesta extraordinaria, de verdad increíble y sensacional, bellísima en su colorido orquestal, en sus cuerdas vibrantes que logran formar un tejido musical de base maravilloso sobre el que asentar la construcción monumental de Bruckner (sus pizzicatos y stacattos son realmente hermosos).
Maravillosa simetría en los temas de los movimientos, preciosa unión de los bloques musicales, hermosísimo devenir de cada uno de ellos, con sentido global y con la vista puesta en la construcción final de los mismos. Bellísimos toques de maderas y vientos y sensacionales metales salpican toda la construcción siempre como indicaba apoyados en un tejido sonoro denso pero claro de unas cuerdas soberbias. Extraordinarios los ritmos, timbres y tempos.
Bellísima la sonoridad global de la orquesta, sensacional. Impresionante el movimiento inicial, majestuoso y poderoso; emocionante Adagio, profundo, conmovedor, denso; fantástico el Scherzo, vitalista, renovador, ágil y pleno de dinamismo y musicalidad. Y extraordinario el movimiento final con una impresionante recreación del manejo de los temas a modo de citas de los ya aparecidos en los movimientos previos y con adición magistral de los nuevos que van a construir el tejido base del Allegro final.
En resumen y repitiendo lo que entradas anteriores indicaba de la misma obra: "... Desde su inicio maravilloso, lento y sublime que oficia como una presentación de la obra hasta el final excepcionalmente bello con la repetición de los temas previos imbricados de manera soberbia en un crecimiento constante hasta su terminación en una coral genial, la obra resulta de una belleza asombrosa e imposible de dejar de admirar."
Y en esta recreación esas palabras son realmente aplicables.
Creo realmente que estamos ante una grandiosa interpretación de esta magna obra bruckneriana. Merece el tributo de su audición detallada para saborear un Bruckner inmenso, claro, intenso, bello, poderoso y técnicamente muy bien elaborado y recreado. Un maestro pleno de buen hacer y una orquesta realmente sorprendente.
Que disfruten de esta hermosura. No se van a sentir defraudados, es más estoy plenamente seguro que se verán gratamente sorprendidos por esta interpretación.
Bruckner
Sinfonía nº 5
Stanislaw Skrowaczewski
Saarbrücken Radio Symphony Orchestra
Grabación:
Kongresshalle Saarbrücken
31 de mayo al 3 de junio de 1996 (las notas del CD indican octubre de 1996)
Versión de 1878, Edición de Leopold Nowak, 1951, sin grandes diferencias con la de Haas de 1935
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