Queridos amigos, hoy continuamos con otro merecido homenaje. En esta ocasión para celebrar el cumpleaños de un enorme maestro, Ernest Ansermet.
Nacido el 11 de noviembre de 1883 en Vevey, Suiza, Ansermet pertenece a la generación de directores tales como Furtwängler o Klemperer pero su trayectoria y visión de la música sigue otras vías diferentes. Profesor de matemáticas en Lausana, Ansermet descubre su fibra musical en los cursos que realiza con maestros como Alexandre Dénéréaz o Ernest Bloch y su afinidad por la dirección orquestal tras dirigir el conjunto de la Kursaal de Montreux entre los años 1912 a 1914 donde sucedió a Francisco de Lacerda.
Entre los años 1915 a 1923 Ansermet puso su arte a disposición de los afamados Ballets Rusos de Diaghilev lo que aparte de darle fama internacional puso de manifiesto su enorme talento dramático y expresividad así como su genialidad para unir la música con los requisitos artísticos del arte coreográfico.
En 1916 dirigió sus primeros conciertos de temporada en Ginebra y en el año 1918 decide fundar la Orquesta de la Suisse Romande, orquesta que ya queda vinculada al maestro para siempre en la historia (fue su director titular desde su fundación hasta el año 1967). Con ella realizó amplias giras por Europa y América dando a conocer la orquesta y la música de su tiempo. Ansermet en esta época gozaba de un prestigio lo suficientemente elevado para facilitar la tarea de la formación de la orquesta. Reclutó profesionales de enorme calidad en diversos países, cuerdas en Bélgica e Italia, vientos en París, metales en Viena, sin olvidar a los profesores de la propia orquesta de Ginebra. Con estos mimbres y un trabajo excepcional de conjunción Ansermet trabaja con dureza, tenacidad y exigencia y logra una orquesta que tiene la capacidad de autoescucha y de escucha interna entre grupos, una orquesta homogénea de colores frescos y vivos y textura clara, ligera y transparente.
Ansermet fue un gran conocedor y además defensor de la música de su tiempo, música "moderna" de autores internacionales (principalmente franceses y rusos) como Debussy, Bartók, Falla, Stravinsky, Martin, Prokofiev, Roussel, Britten, Kodály o Honegger ayudando a la difusión de sus obras y al estreno de muchas de sus composiciones teniendo el privilegio de conocer directamente a sus autores, sus deseos interpretativos y sus concepciones de las obras. Fue uno de los artistas que más obras de su tiempo estrenó y quizá uno de los mar ardientes defensores de la modernidad.
Convirtió Ginebra en uno de los focos musicales y culturales de mayor transcendencia y punto de encuentro de diversas corrientes artísticas musicales manteniendo siempre en su mente el ideal de sus años de París, la integración global del arte en la música, la fusión artística global. Su deseo era convertir Ginebra en centro de referencia, en vanguardia cultural musical, en referencia mundial de la modernidad, en punto de creatividad musical.
Ansermet fue un músico dotado de una fina sensibilidad no sólo para la música de su tiempo, también su talento se extendía a los clásicos aunque muchas de sus grabaciones de Beethoven, Brahms o Haydn no han tenido el reconocimiento merecido. De hecho en el devenir de su historia cada vez fue mayor su amor por los clásicos a la par que se marcaba su rechazo por las corrientes dodecafonistas.
Digno es también reseñar el papel fundamental que Ansermet tuvo en la difusión musical a través de las grabaciones. Puede colocarse lado a lado con maestros como Karajan o Dorati en cuanto a producción discográfica. Su colaboración estrecha con Decca le permitió grabar su repertorio y difundir la música que amaba colaborando de esta forma a la inestimable tarea de la difusión de la música moderna. Su unión con Decca, salvo excepciones, fue con el requisito de usar su orquesta y su sala, la preciosa y fantástica Victoria Hall. Con ellos y en ella, Ansermet, estaba en las mejores condiciones para ofrecer lo máximo a pesar de la críticas sobre la debilidad de la orquesta.
Sus grabaciones son junto a su amplias giras la base del verdadero fervor y amor que se tiene por el maestro. En EEUU y en Japón es verdaderamente venerado y tenido por un excepcional director. Y realmente se lo merece, lo era. Su labor en pos de la difusión musical merece un reconocimiento quizá no dado en su plenitud; sus grabaciones dejan el testimonio de una dirección clara, fresca, muy apoyada en el timbre, el color y el ritmo, vitalista y dinámica; muchos podrán tachar de insuficiente la calidad orquestal pero para mi gusto es verdaderamente bella, preciosista y rica. Siempre me ha gustado el sonido de la Orquesta de la Suisse Romande, quizá por su frescura, su riqueza de timbre y color, su sonido bello, delicado y preciosista.
En el disco que dejamos como pequeño homenaje al maestro creo que podrán apreciar su talento. Su dinamismo y su capacidad de extraer colorido y timbres realmente fantásticos de esa música maravillosa para orquesta de Rimsky. El disco recoge la primera grabación estéreo de Decca. Fue la realizada para Antar. Grabación que fue preparada meticulosamente por los ingenieros de Decca en la Victoria Hall, tras más de una peripecia en su montaje y mucho ingenio técnico, tuvo el visto bueno de Ansermet al escuchar la primera banda grabada, el primer movimiento, con unas bellas palabras: "...es como si estuviera frente a mi atril, maravilloso, magnífico." Comenzaba una época nueva para la casa y con el apoyo de una de sus figuras más emblemáticas y reconocidas: Ansermet.
Scheherazade es una maravillosa obra sinfónica de Rimsky escrita en 1888 y estrenada en diciembre de ese mismo año con un gran éxito. Suite sinfónica desarrollada sobre indicaciones del compositor, indicaciones que no pretenden ser un programa sino una orientación discreta que estimule la creatividad de los músicos y la imaginación de los oyentes, destaca por su brillantes orquestal, sus maravillosos y delicados temas principales del Sultán y de Scheherazade y el maravilloso poder melódico de la obra en general y de sus pasajes instrumentales.
Antar fue compuesta por Rimsky en 1868 y tuvo revisiones en 1875 y 1891 y aunque inicialmente la consideró su Segunda Sinfonía, finalmente se decidió a considerarla como una Suite Sinfónica. Su estreno tuvo lugar en 1869 en un concierto de la Sociedad Imperial Musical Rusa. Destaca por su maravilloso colorido, ritmo y colorido y por el fantástico uso de melodías de doble carácter para matizar dos culturas y dos temperamentos, el occidental y el oriental (el de Antar y el de la Reina) sabiamente perfilados y matizados.
Espero que disfruten de este hermoso disco y de esta hermosa música llena de sensualidad, de belleza sonora, de colorido, de ritmo y de increíbles melodías.
Unas grabaciones de enorme calidad técnica y que nos pueden permitir acercarnos a la preciosista y delicada forma de entender la música de Ernest Ansermet uno de los grandes directores del pasado siglo XX.
Les recomiendo visiten las dos entradas que anteriormente hemos dejado en este espacio con dos de sus grabaciones de Stravisnky (El Pájaro de Fuego/Le Chant du Rossignol y Petrouchka/La Consagración de la Primavera) que son realmente excepcionales. (Entrada 1 y Entrada 2).
Rimsky-Korsakov
Scheherazade, Suite Sinfónica*
Antar, Suite Sinfónica (versión de 1903, sugerencias a la versión de 1875)
Orquesta de la Suisse Romande
Ernest Ansermet
Lorand Fenyves, violín*
Grabaciones, Victoria Hall, Ginebra
Scheherazade, noviembre de 1960
Antar, junio de 1954