Queridos amigos dejamos esta noche un hermoso disco, realmente hermoso, un disco que puede servirnos como homenaje doble, por una parte a un director realmente grande, Bernard Haitink, y por otra a una orquesta sencillamente brillante, el Concertgebouw de Amsterdam. Una grabación simplemente magistral de la Sinfonía nº 8 de Anton Bruckner realizada en directo en la sala del Concertgebouw en Amsterdam y que se publicó en un estuche conmemorativo de la orquesta.
En esta entrada en particular no voy a extenderme mucho, no por falta de ganas o de interés, simplemente porque van a bastar unas pocas palabras para describir lo que podrán escuchar. Tan pocas como quizá decir: sencillamente magistral, soberbia, suprema y excelsa grabación. Y que me perdonen todos por la parquedad. No quiero repetirme, cosa que con frecuencia me pasa cuando no tengo capacidad suficiente para describir lo que siento o simplemente me cuesta encontrar adjetivos técnicos para calificar la interpretación de una obra. Y este es uno de esos casos.
El disco va a gustar a muchos, estoy plenamente convencido de ello, pero sé que hay alguien que va a disfrutar muchísimo con su escucha. A él quiero dedicárselo. Manuel José, compañero, esta entrada está especialmente dirigida a ti. Sé que tienes especial predileccion, entre otros por el maestro Haitink y sé que podrás aprovechar la fiesta de mañana, nuestro Día de Andalucía, para escucharlo con atención. Se prevé agua y nada mejor que un día así para disfrutar de la magia de esta música. Mientras escribo estas letras suenan los acordes del Adagio junto a los intermitentes sonidos de las gotas de agua en el cristal del salón. Luz tenue, silencio en casa sólo alterado, no quiero decir roto, por esos dos sonidos. La serenidad envuelve tu corazón y la sensación de armonía y paz te llena plenamente. Difícil describirlo queridos amigos pero es realmente conmovedor.
Justo antes he escuchado el disco completo y el resultado final es de admiración completa por la interpretación. En todos los aspectos, en la dirección por supuesto, una dirección templada, serena, que conduce la música del maestro Bruckner con una tranquilidad y precisión deslumbrantes y en la perfecta y seductora ejecución que realiza la orquesta holandesa, queridos amigos no exagero de verdad, que es pura seda, deslumbrante, profunda, poderosa, intensa, rica en matices, de timbres maravillosos y en su conjunto de un sonido espectacularmente cautivador y bello. No es desde luego extraño hablar en su caso de sus aterciopeladas y sedosas cuerdas, de sus metales intensamente "dorados" (que me perdonen si no es un calificativo apropiado) o de esas siempre bellas y estimadas maderas de timbre realmente único. Una verdadera gozada, un placer inmenso se recibe con su escucha.
Creo que hemos dejado en este espacio interpretaciones de esta obra realmente soberbias. Esta es una más y una que con el corazón les digo merece estar en lo más alto. La combinación de una veterano maestro como Haitink, conocedor en profundidad de los entresijos de la música bruckneriana, y una orquesta como el Concertgebouw que parece haber nacido para tocar esta música produce simplemente magia sonora y belleza, belleza y más belleza.
Igual les puede parecer exagerado el cúmulo de adjetivos que vierto en este comentario, pero permítanmelo por favor. Deleitense con un impactante movimiento incial, majestuoso, detallado, realmente bien articulado y expuesto o con el Scherzo llevado a un ritmo realmente sosegado, tranquilo pero muy dinámico a la par y que permite paladear todos y cada uno de sus matices, detalles, frases y sonidos; si no hay bastante el Adagio antes referido les resultará realmente impresionante, profundísimo, intenso, emotivo, sentido y tras su serena calma y emoción escuchen ese inicio del Finale con esos timbales realmente espectaculares seguidos por la serenidad de las cuerdas y el desarrollo maravilloso de todo el resto del movimiento hasta concluir en esos compases finales realmente únicos en la historia musical.
Un todo realmente asombroso. Les va a gustar, de verdad, de corazón. Realmente única y hermosa.
Que la disfruten todos y Manuel, particularmente tu, mañana acompañando a los sonidos intermitentes de las gotas de agua y la luz tenue de tu rincón favorito.
Bruckner
Sinfonía nº 8
Bernard Haitink
RCO Live Anniversary Edition
Concertgebouw Orchestra Amsterdam
Grabación, Concertgebouw, Amsterdam, 18 y 20 de febrero de 2005
Versión mista de 1887/90 en la Edición de Robert Haas de 1939