Queridos amigos, dejamos hoy un estupendo disco, un disco de la etapa de Celibidache al frente de la Orquesta Sinfónica de la SWR Stuttgart, etapa en que ya parece superado su "destierro a galeras" y comienza a hacer magia con orquestas de más nivel.
El disco nos presenta dos de los más conocidos y maravillosos poemas sinfónicos del gran Strauss: Don Juan y Muerte y Transfiguración. Dos obras de excepcional orquestación, de maravilloso planteamiento y desarrollo, de instrumentación finísima, de colorido orquestal insuperable y de profundidad emotiva extraordinaria.
Don Juan es un poema sinfónico para gran orquesta escrito por Strauss en 1888 y que fue estrenado el 11 de noviembre de 1889 en Weimar con la orquesta de la ópera de esa ciudad dirigida por Strauss, quien entonces era Kapellmeister de la corte. La obra está basada en el poema Don Juan de Nikolaus Lenau. La obra es fruto del talento de un joven de 24 años que maneja de forma extraordinaria la masa orquestal, la paleta tímbrica, el colorido, la gradación sonora. Fue un éxito inmediato y un gran empuje para el compositor.
Muerte y Transfiguración (Tod und Verklärung, Op. 24) es uno de los más geniales poemas sinfónicos que compuso Richard Strauss y uno de los más conocidos y apreciados por el público. Obra también de juventud, entre 1888 y 1889, el estreno de Muerte y Transfiguración tuvo lugar en Eisenach en 1890. Strauss pidió a su amigo, el poeta Alexander von Ritter, que escribiese un breve poema basado en la siguiente temática: del padecimiento terrenal hacia la bienaventuranza. El programa se dividió en cuatro partes cada una de las cuales se corresponde con las cuatro secciones en las que se divide la composición musical que es interpretada de manera continua, sin intercalar pausas.
Muerte y Transfiguración es un fascinante devenir musical sobre la vida y la muerte, un paseo por los sentimientos humanos, por el recuerdo de una vida. Una pintura maravillosa del fin del hombre tras su recorrido vital donde alcanza la magia y la paz del descanso y del lugar de los ideales que se cumplen. Es fascinante por su enorme musicalidad, por su maravillosa forma de traducir las pasiones y los sentimientos. Sus temas de referencia son sencillamente soberbios, su colorido, su tímbrica, su sonoridad y su opulencia no son sino maravillosas herramientas al servicio del sentimiento. Particularmente es mi preferido.
Celibidache se muestra como un encantador mago de la batuta. Con las dos obras de Strauss es capaz de desarrollar un universo sonoro único, impresionantemente bello. Mantiene un discurso perfectamente estudiado para su perfecto desarrollo, logra una ejecución brillantísima y cargada de matices. En Muerte y Transfiguración, pocas veces he escuchado una música tan descriptiva y tan humanamente bella. Un verdadero prodigio de interpretación.
La maravillosa obra de Respighi, Pinos de Roma, se interpretó por vez primera el 14 de diciembre de 1924 y poco después Toscanini aseguró su estreno norteamericano. Es una maravillosa obra musical, ejemplo perfecto de modulación tímbrica y sonora, de orquestación suntuosa y a la par delicada.
En ella Celibidache se luce. Es capaz de lograr una conjunción con la orquesta increíble. Extrae de los músicos un sonido bellísimo y unos matices instrumentales y orquestales increíblemente bonitos. Las diversas transiciones musicales están hilvanadas por Celibidache de manera perfecta y en el juego, dificilísimo, de las intensidades crecientes y acumulativas está genial, intenso, vivo, poderoso, extraordinariamente poderoso. La riqueza instrumental de la partitura, su color, su timbre, su cromatismo, su sonoridad exquisita y delicada, su impulsividad y su energía son puestas de manifiesto por Celibidache mediante un juego perfecto de dirección, maestría y dominio de la orquesta. Sólo nos falta imaginar a la centuria musical y a su director vestidos con las ropas de las legiones romanas para tener una imagen real del sentimiento que logran.
Espero que disfruten de este bellísimo disco, un disco con muchísima calidad.
Un celibidache maestro de maestros, verdaderamente genial y expresivo que acompaña a la Orquesta Sinfónica de la SWR Stuttgart que, sin llegar a ser una de las más grandes, da un verdadero ejemplo de virtuosismo, de entrega, de ejecución vivida con intensidad y emoción. No tiene desperdicio.
Strauss
Don Juan*
Tod und Verklärung**
Respighi
Pini di Roma
Celibidache
Orquesta Sinfónica de la SWR Stuttgart
Grabaciones: Stuttgart, Liederhalle
Strauss: 22 de junio de 1976* y 11 de noviembre de 1982**
Respighi: 20 de junio de 1976