Queridos amigos, después de varias horas de actividad algo pesada, por eso de las subidas al servidor y demás temas informáticos, me apetecía tomar un descansito musical previo al que luego vendrá de tipo físico y espero que mental. Hace unos días estaba de viaje y en una visita a un centro comercial para ver su departamento de música encontré esta pequeña joya. Y digo pequeña por el coste unos escasos 3,25 euros. Pequeña en precio pero grande en calidad de presentación (preciosa caja para el disco) y muy, muy grande en calidad musical.
Ya es sabido por nuestros amigos que Bach me cuesta pero me debo quitar el sombrero ante estas tres piezas, estas preciosas, delicadas, increíblemente bellas y emotivas Sonatas para Viola da Gamba y Cémbalo del maestro Bach. Tres obras monumentales de la música, tres verdaderas joyas para adornar el corazón más anhelante de paz, serenidad, belleza, armonía y equilibrio.
Las tres Sonatas para Viola da Gamba posiblemente fueron compuestas entre los años 1717 y 1723 durante la estancia de Bach en Cöthen y posiblemente escritas a la forma del prestigioso gambista del Príncipe Leopoldo: Christian Ferdinand Abel. Se cree que no fueron publicadas hasta los años 1966 y 1867 en Leipzig. Este periodo de Bach en la corte de Cöthen fue sumamente provechoso ya que del mismo datan las Suites Orquestales, las Sonatas y Partitas para Violín, los Conciertos de Brandeburgo y las maravillosas Sonatas para Violonchelo. ¡Qué conjunto de obras verdad!
No había escuchado estas sonatas para Viola da Gamba. Pero hasta hacerlo no he sabido lo que me he perdido. Una música excepcionalmente bella, delicada, llena de hermosura, de diálogos increíblemente bellos entre los dos instrumentos. Un música llena de profundo sentimiento de paz, de serenidad, de simple tranquilidad y de sosiego.
Y debo reconocer que me he quedado prendado del maravilloso juego musical que establecen Baumgartner y Casals. Absolutamente magistrales, ambos emprenden un viaje musical que transita por la pura belleza de las notas, esa belleza que sólo se consigue cuando enlazadas y dotadas de vida de la forma adecuada te trasladan a un mundo que no es el terrenal. Estás un poquito más allá, llámenle cielo, paraíso, limbo, nube, o lo que mejor les apetezca.
La manera en que dos maestros, porque para tocar así han de ser no sólo músicos sino maestros en todo, en lo musical y en lo humano, logran integrarse para ofrecernos su Bach es para que quede en los anales de la más alta categoría musical. Un verdadero placer.
El disco incluye también el Concierto de Brandeburgo nº 5 en compañía de algunos de sus amigos habituales del Festival de Prades, Szigeti, Istomin y Wummer que se integran a la preciosista Orquesta del Festival de Prades para ofrecernos un maravilloso, sereno, vivo, dinámico y apasionado Concierto nº 5.
Impagable la labor de todos estos músicos que apoyaron al maestro Casals en su empreño de seguir haciendo música a pesar de su lucha interior, de sus decepciones vitales y humanas. La Música tiene con todos ellos una deuda que creo es impagable; sumemos a Schneider y a Horszowski como verdaderos patrones de este precioso barco que fue Prades y a los muchos amigos de todos ellos, como Haskil, Stern, Fuchs, y otros muchos más sin los que ese sueño de Casals de un Festival Bach no hubiera tenido lugar. Y gracias a ellos hoy podemos ser admiradores de una etapa musical sin precedentes y que jamás será igual. Porque amigos míos, escuchando estas grabaciones, al menos yo entiendo que será difícil, muy difícil, encontrar las circunstancias personales, históricas, humanas y de ánimo para que Bach vuelva a sonar así.
Que disfruten de un arte irrepetible. Yo he logrado un estado de serenidad maravilloso, enormemente agradable. Un estado de tranquilidad, de paz, de calma y sosiego que pocas cosas puede lograr que llegue a él.
Johann Sebastian Bach
Sonatas para Viola da Gamba y Cémbalo
Pau Casals
Paul Baumgartner
Prades, junio de 1950
Concierto de Brandemburgo nº 5
Pau Casals
Eugen Istomin
Joseph Szigeti
John Wummer
Orquesta del Festival de Prades
Prades, junio de 1950