Queridos amigos, en la tarde de hoy dejamos este bellísimo disco con la inconmensurable interpretación de la Octava Sinfonía de Bruckner de la mano del maestro Wand dirigiendo a una no menos que genial y portentosa Orquesta Filarmónica de Berlín.
Con este disco finalizamos las entregas de las grabaciones berlinesas de Wand y Bruckner ya que, al menos por ahora y por desgracia, no tengo su interpretación de la Novena. En breve espero poder tener lista la grabación de la Octava en la catedral de Lübeck y poder ir procesando los registros de su integral para RCA con la WDR (una de los más bonitas, a mi parecer y en su conjunto, a la par que el de Jochum para EMI y el de Skrowaczewski para Arte Nova).
Wand es un maestro que siente devoción por Bruckner y su trayectoria fonográfica deja testimonio de ello. Unos registros que nos muestran a un perfecto conocedor del fondo de las obras brucknerianas y un servidor de las mismas a través de su visión ligeramente apartada de un falso transcendentalismo religioso sin que por ello deje a sus interpretaciones vacías de espíritu y alma y ni mucho menos de fuerza e intensidad expresivas como reflejo de la profunda fuerza motriz que impulsa la obra bruckneriana.
Y en esta Octava es donde con mayor claridad se pueden observar y saborear esos matices que el viejo Wand quiere dejar expuestos. En esta magna y colosal obra, verdadero monumento sinfónico musical y espiritual emocional es donde el arte de Wand y su concepción del deber como traductor de la música de Bruckner se deja vislumbrar de forma más clara y siempre acompañándose de sus peculiaridades artísticas excelsas como son la pulcritud, la fidelidad al concepto sonoro, el respeto a la monumentalidad a través de los tempos, las proporciones, la proporcionalidad interna, la relación entre movimientos y dentro de los movimientos, la arquitectura musical y sonora.
Con los años las interpretaciones del maestro Wand han ganado en calidez, en profundidad emocional, en luminosidad y en particular en viveza y en dinámica, en esa preciosa frescura que ofrece el mágico devenir del tempo, sus pausas, ceses, diminuendos y crescendos mágicamente articulados por la sabia mano de Wand.
Unas interpretaciones sencillas, que no aturden al auditor, frescas y claras, intensas sin sobrecargas, articuladas de manera tal que dejan ver el monumento arquitectónico del bloque sinfónico y un algo de más: la pasión de un alma entregada a esta música y al deber inexcusable de poner Bruckner al alcance de todo ser humano.
Esta noche he escuchado varias veces este disco, me apetecía saborear el inmenso placer de la magnitud de la Octava. Y creo con sinceridad que sentirán al menos un placer similar cuando la escuchen. Es un verdadero monumento musical y un regalo para el corazón del hombre de hoy. Intensa, penetrante, poderosa interpretación que nos dejará en un estado de calma y serenidad realmente increíble. Es la Octava una de las obras de Bruckner en las que tu sentimiento más profundo se ve tocado, la que quizá te llega a impresionar de forma más intensa y directa, la que te conmueve todo tu ser de manera que es imposible resistir su influjo. Un misterio y una maravilla.
Que disfruten queridos amigos de una de las mayores obras de la historia de la composición sinfónica: la Octava de Bruckner. Interprete y orquesta de máximo nivel. Homenaje a un músico irrepetible, excepcional y a un director que ha logrado cosas de incuestionable belleza a través de su entrega y su arte.
Bruckner
Sinfonía nº 8
Günter Wand
Orquesta Filarmónica de Berlín
Grabación:
19-22 de enero de 2001
Philharmonie de Berlín.
Versión 1887/90 en Edición de Robert Haas de 1939