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viernes, 14 de mayo de 2010

Wagner. Oberturas de Óperas. Knappertsbusch. Orquesta Filarmónica de Viena. 1950 y 1953.


Estimados amigos, os dejo un disco con una muestra de la maravillosa música orquestal de las oberturas de óperas de Wagner, interpretada por quizá uno de los máximos representantes (junto a Furtwängler)  de la filosofía musical y de la interpretación wagneriana: Hans Knappertsbusch.

He de reconocer que mi conocimiento y mi gusto por la música de Wagner es, para mi desgracia, escasísimo. Primero lo he escuchado poco (El Holandés, Rienzi, Tristán y poco más) y segundo no me entra en el corazón, me desasosiega. Espero que esto con los años se pueda corregir o al menos mejorar un poquito.

Partiendo de esta base poco puedo decirles sobre la música contenida en este CD, simplemente que sentimentalmente me hace animarme de manera increíble, es como si llenara mi mente de pensamientos positivos y fuerza, me recarga de vitalidad anímica. Además me impacta el sonido y la ejecución de Knappertsbusch y la filarmónica vienesa, verdaderamente impresionante y natural, en unas grabaciones antiguas de Decca magistralmente procesadas.

Knappertsbusch nacido en Elberfeld, Alemania, en 1888 estudió Filsofía y Dirección Musical. Fue asistente de Siegfried Wagner y de Hans Richter en Bayreuth entre 1910-1912 y ocupó la Dirección Musical de la Ópera de Munich, sustituyendo al emigrado Walter, hasta sus destitución por el régimen nazi (malajoso que era un tal Goebbels). A pesar de su aspecto físico, prototipo ario claro, no se adhirió ni comulgó con el Partido Nazi ni la ideología Nacionalsocialista alemana de la época. Se refugió en su actividad musical en Viena saltándose la prohibición alemana para los directores de orquesta alemanes de dirigir en Austria. Trabajó de manera continuada en Viena y Salzburgo. Finalizada la guerra volvió a Munich, continuó con sus actividades como director invitado en Viena y participó asiduamente en el Festival de Bayreuth.


Fue un director enormemente respetado por los músicos, con un conocimiento profundo de la música que amaba, de "la tradición", que gustaba poco de los ensayos y que creía en la inspiración del momento musical. Coincidiendo con estos antecedentes y caracteres, su gusto por las gabaciones de discos era escaso, practicamente nulo. Era algo extraño a su ser, a su alma y a su mundo. Quede este registro de Decca como muestra mínima de su arte. Para saborearlo más, habrá que acudir a las grabaciones de directos de otras casas discográficas en interpretaciones excepcionales de Wagner, Bruckner o Beethoven. Pero eso...un poquito más adelante.



Wagner
Oberturas de Óperas

Knappertsbusch
Orquesta Filarmónica de Viena

Tanhäuser
Der Fliegende Holländer
Die Walküre
Parsifal*
Siegfried*
Rienzi*

Grabaciones
Viena, 6 al 7 de mayo de 1953
Viena, 24 de junio de 1950*










martes, 11 de mayo de 2010

Mozart. Gran Misa en Do Menor. Música Fúnebre Masónica. Fricsay. Orquesta Sinfónica de la Radio de Berlín. Coro de St. Hedwigs Kathedrale. 1959.


Volvemos a reencontrarnos con el arte sublime de Fricsay y su excepcional orquesta de la Radio de Berlín. En este caso interpretando una de las más bellas obras musicales de carácter sacro que puedan ser escuchadas: la Gran Misa en Do Menor del sublime Mozart. Y para completar un disco de absoluta excepcionalidad, artística y espiritual, se integran el soberbio coro de la Catedral de Santa Eduvigia de Berlín y cuatro artistas de la voz y de la musicalidad absolutamente maravillosos: Sardi, Haefliger, Töpper y la dulcísima Stader. Todos estos elementos musicales eran frecuentemente usados para sus interpretaciones por Fricsay y creo que más que una unión puramente técnica, había una unión humana entre ellos. Si no es así no alcanzo a explicar los resultados que obtenían. En este caso concreto os dejo el CD más antiguo de la serie Privilege que va acoplado con la Música Funeral Masónica del propio Mozart y no el CD posterior (quizá de mejor sonido) donde se acoplaba con el Te Deum de Haydn. Particularmente esta grabación me "pellizca" un poquito más el corazón.

Precediendo a la grabación presentada aquí, la asociación Fricsay, Coro y solistas citados dieron un concierto en el marco del Festival de Berlín, el 29 de septiembre de 1959, junto a los Psalmus Hungaricus de Kodâly y dicho concierto sirvió para el hermanamiento musical de todo el conjunto y la reapertura del Gran Estudio de la Casa de la Radio de Berlín (destrozada y expoliada tanto por la guerra como por los saqueos técnicos de la RDA). El asentamiento en dicha sede de la Radio Sender Freies Berlín, sirvió para su relanzamiento y para aprovechar y dotar con nuevos adelantos técnicos en estereofonía a la Radio Alemana. Su transmisión radiofónica fue la primera en ese género y con dichos medios en Europa.



La versión utilizada por Fricsay es la reconstrucción de H.C. Robbins Landon (en la que tampoco se incluye el inconcluso Agnus Dei de las versiones por ejemplo de Alois Schmitt). Según los críticos son visibles en la obra el cruce de dos grandes líneas de influencia en Mozart, Bach y Handel junto a las aportaciones perfectamente diseñadas por el propio Mozart mezclando sabimente los aspectos arcaicos con los propios de la expresividad litúrgica del momento. Mozart compuso la obra por iniciativa propia, siendo así la primera misa que compuso sin tratarse de un encargo y a modo de voto por su reciente matrimonio con Constanze Weber (que además cantó como soprano solista en el estreno).

Independientemente de todos estos detalles, lo que me atrevo a sugerirles es simplemente que disfruten de una música excepcional, suave y líricamente conducida por un Fricsay soberbio; que se deleiten con esas voces maravillosas que nunca se repetirán (fundamentelmente disfruten de María Stader) y que unidas al coro y a la música en sí misma seguro es que les traslada a un espacio anímico de sensibilidad y amor sin fondo. Estoy convencido. Música así no se hace hoy.


En cuanto a la Música Fúnebre Masónica fue escrita en la muerte de los hermanos de Mecklenburg y Esterházy en noviembre de 1785, miembros de la aristocracia vienesa, el primero un mayor general del Ejército y el último Canciller de la Corte Húngara. El tono general de esta pieza en adagio es de una espiritualidad profunda a la par que sencilla.


Mozart
Gran Misa en Do Menor
Ferenc Fricsay
Radio-Symphony-Orchester de Berlín
María Stader, soprano
Herta Töpper, soprano
Ernst Haefliger, tenor
Ivan Sardi, bajo
Coro St. Hedwigs Kathedrale, Karl Forster
29 de noviembre de 1959





lunes, 10 de mayo de 2010

Poesía y Música. Apeadero. Ahogado en el Espejo. Presentación del Poemario de Augusto Thassio. 9 de mayo de 2010.

Orgullo de padre. Os dejo unas fotitos del acto en la Feria del Libro de Sevilla de la presentación el 9 de mayo de 2010 del libro: Apeadero. Ahogado en el espejo. Presentación del poemario de Augusto Thassio. Acompañamiento musical de los poemas por mi hijo Julio Salvador Belda Abreu.



domingo, 9 de mayo de 2010

Brahms. Concierto para Piano y Orquesta nº 2. Szell, Serkin, Cleveland Orchestra. 1966. Strauss. Burlesque. Ormandy, Serkin, Philadelphia Orchestra. 1966.


Aquí os dejo el segundo CD "olvidado" de la integral de los conciertos para piano de Brahms con Cleveland, Szell y Serkin. En esta ocasión el complemento del segundo concierto es el maravilloso Burleske para Piano de Richard Strauss.

El Segundo Concierto para Piano de Brahms es una obra excepcional, de magnitudes impresionantes, de matices algo menos trágicos que el primero y más marcado en su lirismo y emotividad, con un acoplamiento de la masa orquestal y el piano soberbio, de amplio desarrollo y un carácter sinfónico más acusado. Una obra magnífica. Lo separan unos veinte años del primero, iniciándolo en 1878 completándolo en 1881, en Pressbaum, en las cercanías de Viena. La pieza fue estrenada en Budapest el 9 de noviembre de 1881 con el compositor al piano y recibió una muy favorable aceptación; Brahms lo interpretó nuevamente en Alemania, Austria y Holanda, a veces bajo la batuta de su amigo Hans von Bülow. Se le considera una de las piezas de mayor dificultad técnica dentro de la literatura pianística universal. Su magno desarrollo se realiza a través de cuatro movimientos, a cada cual más bello y sublime:

Allegro non troppo
Allegro appassionato
Andante
Allegretto grazioso

La correspondencia entre Brahms y varios de sus amigos muestra la irónica modestia de Brahms acerca de su pieza recién compuesta, sobre todo acerca del significado y oportunidad del Allegro appassionato del segundo movimiento poco común según los cánones de la época y algo largo en duración. Finalmente ese maravilloso movimiento quedó ahí para gloria de la música y placer de los sentidos (de vez en cuando los médicos, en este caso Billroth, uno de los destinatarios de las cartas de Brahms y del manuscrito de la obra, tenemos alguna que otra buena idea). Los solos correspondientes de las trompas en el primer movimiento y de esos fantásticos violonchelos en el tercero son absolutamente maravillosos, sedosos, emotivos y cautivadores por su dulzura, sedosidad y sensibilidad. Ambos movimientos enmarcan al ya comentado Allegro appasionato de las citadas cartas; moviento fino delicado y muy contrastado con el anterior y el siguiente. Y el movimiento final es una delicia de genialidad musical, de sensibilidad, de pianismo bello y orquestación sensible y dulce, enormemente lírico y enormemente bello.

Repetir, y ya es habitual, la prestación excepcional del conjunto de la Orquesta, el maravilloso Serkin y el no menos genial Szell.


La segunda pieza que presenta el disco el Burleske para piano de Richard Strauss. Obra de juventud, 1885-1886, de un Strauss de 21 años impresionado por la personalidad y la música del maestro Brahms al que conoció siendo asistente del gran Hans von Bülow y del que había recibido buenas apreciaciones sobre su música y tarea como compositor. En inicio preparada para ser dedicada a Bülow, este la rechazó por no considerarla adaptada al piano y por la dificultad que tenía Bülow en el tamaño de sus manos. La pieza quedó así relegada al olvido. En 1890 un pianista, Eugen d'Albert, consideró a la obra con méritos suficientes y se consideró él mismo a la altura de poder interpretarla. Con algunos retoques del propio Strauss y con su dirección se presentó en Eisenach en 1890 con un enorme éxito. Tras los elogios obtenidos en esa ocasión por el público, el pianista y el propio Bülow, Strauss no se sintió muy convencido y además estaba pasando a otra época compositiva, la de los grandes poemas sinfónicos; la admiración por Brahms había pasado a veneración; ahora su objeto de admiración era Liszt. No permitió la edición de la obra hasta 1894. Sin embargo fue finalmente una obra a la que tuvo gran afecto y que incluso fue programada en su último concierto en Londres en 1947. El maravilloso juego y diálogo de los timbales y el piano, el exigente piano y bello y la suavidad final de la obra, merecen en su conjunto la escucha.

Ormandy dirige magistralmente a una excepcional Philadelphia Orchestra y a un Serkin maravilloso, sonoro, hábil, rítmico y "sin problemas de manos".






Brahms
Concierto para Piano nº 2
Szell
Serkin
Cleveland Orchestra
Severance Hall, 12 y 22 de enero de 1966

Strauss
Burleske
Ormandy
Serkin
Philadelphia Orchestra
Town Hall, Philadelphia, 3 de febrero de 1966








sábado, 8 de mayo de 2010

Brahms. Concierto para Piano nº 1. Szell, Serkin, Cleveland Orchestra. 1968. Schumann. Introducción y Allegro Apasionado. Ormandy, Serkin, Philadelphia Orchestra. 1964. Mendelssohn. Capricho Brillante para Piano y Orquesta. Ormandy, Serkin, Philadelphia Orchestra. 1967.


Bueno, tras algunos días retirado del blog ¡ay, semanita ajetradilla de mi corazón! volvemos a retomarlo. Estaba pensando qué dejarles que concordara algo con mi estado anímico actual. La semana anterior, repasando la discoteca encontré dos CD que tenía en el olvido, en un mal olvido por mi parte, quizá por mi tendencia a no ordenar bien las cosas o por colocar delante aquellas que me van dando más placer inmediato. El caso es que las versiones de los conciertos para piano de Brahms de Szell y Fleisher y las de Jochum y  Gilels "tapaban" estos preciosos discos baratos de la Sony.

Y debo reconocer que, amén de tener que enmendar esos defectos propios, el disco presentado es una obra de arte. Independientemente de lo que puedan llegar a opinar sobre las cualidades de los pianistas acompañantes en las múltiples versiones que existen del concierto (los ya citados, Arrau, Gould, Pollini, Zimerman, etc.) el acoplamiento de este CD con otras preciosas obras de Schumann y Mendelssohn lo hace particularmente interesente.

El Concierto para Piano y Orquesta nº 1 de Brahms fue compuesto después de un prolongado período de gestación y fue finalmente estrenado el 22 de enero de 1859 en Hannover. Cinco días después, en Leipzig, tuvo un "silbado" fracaso. Cierto es que fue escrito en uno de los peores momentos de la vida de Brahms, después de ver como Robert Schumann perdía el juicio y finalmente se suicidaba. Técnicamente se afirma que el concierto representa el esfuerzo de Brahms de combinar los efectos pianísticos con la orquesta quitando a esta del mero papel de acompañante (algo mucho más perfeccionado en su segundo concierto).

Si quieren transportarse a un estado de plenitud escuchen detenidamente ese movimiento Maestoso. Es absolutamente arrollador, majestuoso y sublime. Podrán escuchar una inicio de un Adagio tan espiritualmente bello y con una combinación instrumental tan magnífica que es capaz de hacerles pensar y sentir ¡Dios qué belleza! y una continuación en ese Adagio con un piano sentido, suave que se va acompasando con los metales y maderas para lograr una belleza enorme que se va ocultando poco a poco en una paz de ensueño. Y despierten asombrados por un Rondo a modo de juego allegre y vital, de energía creciente que te llena y te hace ser enormente feliz contigo mismo y con el mundo.

La interpretación de la Cleveland Orchestra, la dirección soberbia de Szell, y el nunca bien ponderado juego instrumental de Serkin hacen del CD una obra de arte que merece su valoración.


Las obras acompañantes son enormemente deliciosas. La Introducción y Allegro Apasionado de Schumann compuesta en el año 1849, en una época feliz de su vida tras el matrimonio con Clara Wieck, nos muestra un compositor absolutamente dominador del piano, donde juega hábilmente con los tonos pianísticos y los instrumentos de viento madera logrando un diálogo ensoñador precioso de todos ellos en una obra maravillosa, cuasi camerística pero fuertemente dulce, melodiosa y emotiva.

El Capricho Brillante para Orquesta de mediados de la década 1820-1830 (se habla de 1825 y 1826) de Mendelssohn es una obra musical de relativamente pocos elementos orquestales participantes que logra dar una imagen y sensación de claridad maravillosa al conjunto. Un piano que abre la obra de manera lenta, suave, reflexiva y que va dando paso a diferentes combinaciones y diálogos con los instrumentos o con la orquesta pero siempre manteniendo su papel predominante y virtuosístico en la obra. De hecho Mendelssohn presentaba esta obra en sus giras de concierto a podo de pieza de brillo, técnica y virtuosismo. Resulta bellísima de escuchar, alegre y positiva.




Les dejo el disco esperando de corazón que lo disfruten. Que disfruten de unas orquestas excepcionales, la Orquesta de Philadelphia viene como anillo al dedo a la interpretación de las obras de Schumann y Mendelssohn, con un Ormandy poderoso, delicado y fino; que disfruten como siempre de esa Cleveland Orchestra excepcional y que disfruten del arte de dos genios de la música, amigos desde su etapa formativa en Europa, que fueron Szell y Serkin.

Brahms
Concierto para Piano y Orquesta nº 1
Szell
Serkin
Cleveland Orchestra
Severance Hall, 19 y 20 de abril de 1968

Schumann
Introducción y Allegro Apasionado
Ormandy
Serkin
Philadelphia Orchestra
Town Hall, Philadelphia, 17 de marzo de 1964

Mendelssohn
Capricho Brillante para Piano y Orquesta
Ormandy
Serkin
Philadelphia Orchestra
Town Hall, Philadelphia, 4 de abril de 1967