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lunes, 23 de agosto de 2010

Rachmaninov. Preludios op. 23 y op. 32. Vladimir Ashkenazy. 1974. 1975.


Queridos amigos, para finalizar el día de hoy, quizá por ese estado de ánimo tan cambiante con el que ando conviviendo últimamente, os voy a dejar uno de los discos que más me impresiona en el terreno del piano solo. Las series de preludios para piano Op. 23 y Op. 32.

Hace pocos meses tuve la enorme suerte de escuchar estas obras en el Teatro de la Maestranza de Sevilla por un brillantísimo, finísimo, perfecto, potente y rítmico Boris Berezovsky y la impresión fue absoluta, impactante, para dejar (así lo hizo) sin palabras al auditorio. Evidentemente el disco no es capaz de transmitir la brillantez de un directo, o al menos de un directo tan perfecto como aquel, pero es una forma fantástica de aproximarse.



Y en este caso estamos hablando de uno de los grandes en la fonografía, Ashkenazy, que no es poca cosa desde luego. Junto con los preludios grabados por Richter, de lo mejorcito que he escuchado.

Resultan ser unas obras apasionadas, de enorme brillantez, poderosas, delicadas, en ocasiones de enorme intensidad, en otras avasalladoras de una intensidad que atrapa con enorme fuerza al corazón, alternando nostalgia ardiente con sueños del pasado, sutileza y delicadeza al extremo en muchas otras. Amor, sentimientos, dulzura, pasión, brillantez. Todo ello podrán encontrar en estas breves pero maravillosas obras de cierta reminiscencia en Chopin pero de Rachmaninov puro, romanticismo extremo, límites de la percusión del piano, virtuosismo, y melodismo elevado a un grado extremo de belleza. Ashkenazy está enorme, poderoso, sensual, transmisor de la belleza de esas maravillosas piezas.



Espero que sueñen apaciblemente escuchando en su Mp3 de cabecera estas bellas piezas. Si les sobresalta alguna, no soy el responsable: lo fue el enorme Rachmaninov.

Rachmaninov

Preludios Op. 23

nº 1 en fa sostenido menor (Largo)
nº 2 en si bemol mayor (Maestoso)
nº 3 en re menor (Tempo di Minuetto)
nº 4 en re mayor (Adagio)
nº 5 en Sol menor (Alla marcia)
nº 6 en Mi bemol mayor (Andante)
nº 7 en do menor (Allegro)

nº 8 en La bemol mayor (Vivace Allegro)
nº 9 en Mi bemol menor (Presto)
nº 10 en Sol bemol mayor (Largo)


Preludios Op. 32

nº 1 en do mayor (Allegro vivace)
nº 2 en si bemol menor (Allegretto)
nº 3 en mi mayor (Allegro vivace)
nº 4 en re menor (Allegro con brio)
nº 5 en sol mayor (Moderato)
nº 6 en fa menor (Allegro appassionato)
nº 7 en fa mayor (Moderato)
nº 8 en la menor (Vivo)
nº 9 en la mayor (Allegro moderato)
nº 10 en si menor (Lento)
nº 11 en si mayor (Allegretto)
nº 12 en sol sostenido menor (Allegro)
nº 13 en re bemol mayor (Grave - Allegro)

Grabaciones

All Saints' Petersham, enero de 1974 y abril de 1975











Haydn. Sinfonías Londres, Volúmenes 4 y 5. Sinfonías nº 100, 101, 102, 103 y 104. Bernstein. Orquesta Filarmónica de New York. 1970. 1970. 1962. 1970. 1958.


Queridos amigos, finalizamos el recorrido por las maravillosas entregas de las Sinfonías Londres por parte de Bernstein y sus músicos de New York. Dejo en esta ocasión los dos últimos CD que reunen las últimas sinfonías de la serie, de la 100 a la 104.

Quizá sea en esta última parte donde mejor se desempeñe Bernstein en su acercamiento a Haydn logrando unas aproximaciones enormemente ricas, melodiosas, brillantes. Obras compuestas para su segunda estancia (también triunfal en Londres) en 1794 (aquel viaje previsto con Beethoven) estancia rica en acontecimientos musicales, veneración por el maestro y magníficas ganancias económicas para el mismo. Todas las obras presentadas sorprendieron gratamente al público londinense y fueron absolutos éxitos. Su frescura, su belleza, su emotividad, su sorprendente desarrollo, hacen de ellas obras maestras del sinfonismo. Agrdables y deliciosas de escuchar pero con mucha profundidad aunque sigan manteniendo un toque "picarón" de Haydn son composiciones formalmente muy serias y de una valor musical y sutileza sonora enormes.

 

La Sinfonía nº 100 es la octava de las doce Sinfonías de Londres escritas por Joseph Haydn y fue terminada en 1793 ó 1794. Es popularmente conocida como la "Sinfonía Militar" derivado de las fanfarrias y percusión prominentes de su segundo movimiento con el que juega también al final de la obra.

La Sinfonía nº 101 es la novena de las doce Sinfonías de Londres escritas por Joseph Haydn y fue terminada también en 1793 ó 1794. Es conocida popularmente como "El Reloj" debido al "marcado" del ritmo durante todo el segundo movimiento. Fue un éxito triunfal en su estreno en la Hanover Square Rooms de Londres el 3 de marzo de 1974.

La Sinfonía nº 102 es la décima de las doce Sinfonías de Londres escritas por Joseph Haydn. Fue terminada en 1794. Ahora se cree por muchos estudiosos que el acontecimiento de la caída de la lámpara de araña tuvo lugar en el estreno de esta obra y no en la 96 "El Milagro". Afortunadamente, el público salió ileso. Desde mi modesto punto de vista es una de las más bellas obras de Haydn. Poderosa y dulce como pocas. Formó parte como las tres últimas de los "Conciertos Ópera" en el King's Theatre y estrenada el 7 de febrero de 1795.

La Sinfonía nº 103 es la undécima de las doce Sinfonías de Londres escritas por Joseph Haydn. Esta sinfonía es apodada "El Redoble", después del uso intenso del timbal con el que comienza. El "Redoble" se estrenó el 02 de marzo 1795 como parte de una serie de conciertos denominados "Conciertos Ópera", en el King's Theatre. La orquesta fue inusualmente grande para la época, con cerca de 60 músicos. La tarea de dirigir el trabajo se dividió entre el concertino Viotti y Haydn, que estaba sentado en un fortepiano. El estreno fue un éxito enorme también.

La Sinfonía nº 104 es la última sinfonía (completa como tal) escrita por el compositor y es la última de las doce Sinfonías de Londres siendo conocida (en cierto modo de manera errónea dada la existencia de las otras once) como la "Sinfonía Londres". Fue estrenada bajo su dirección el 4 de mayo de 1795 en los "Conciertos Ópera", en el King's Theatre.


En definitiva un magnífico viaje por las sonoridades y melodías de ese enorme músico que fue Haydn, enorme en esta etapa final de su sinfonismo, con alegría, melodismo, sensualidad, belleza, fuerza, humor y todo aquello que la música sencillamente bonita es capaz de transmitirte.

La interpretación por Bernstein y la New York Philharmonic la considero excepcional, francamente buena. Inspiración y emoción en toda ella.


                                           


Haydn
Sinfonías Londres
Volumen 4 
Sinfonías nº 100, 102 y 104
Volumen 5
Sinfonías nº 101 y 103


Bernstein
Orquesta Filarmónica de New York

Grabaciones

Volumen 4
Sinfonía nº 100, Philharmonic Hall, now Avery Fisher Hall, Lincoln Center, New York, 12 de octubre de 1970
Sinfonía nº 102, Philharmonic Hall, now Avery Fisher Hall, Lincoln Center, New York, 31 de octubre de 1962
Sinfonía nº 104, St. George Hotel, Brooklyn, New York, 27 de enero de 1958

Volumen 5
Sinfonía nº 101, Philharmonic Hall, now Avery Fisher Hall, Lincoln Center, New York, 12 de febrero de 1970
Sinfonía nº 103, Philharmonic Hall, now Avery Fisher Hall, Lincoln Center, New York, 10 y 12 de febrero de 1970







Volumen 4

Mp3

FLAC

Volumen 5

Mp3

FLAC

domingo, 22 de agosto de 2010

La Mirada. 2010 (Recuerdos).



La mirada atrás sólo transmitía un profundo vacío,
un corazón parado, aunque anhelando seguir, aún tenía fuerzas.

La mirada adelante sólo te permitía ver nubosidad,
lágrimas que llenaban tus ojos, pocas horas antes felices y brillantes, ahora eran turbias e impenetrables.

Estás en el más pleno vacío, en total soledad,
tus sentimientos, tu alma y tu corazón frente a una realidad imposible de modificar.

El llanto es profundo, surge de lo más hondo de tus sentimientos heridos, inesperadamente heridos;  es inconsolable pues en tu vista la nubosidad anticipa un futuro vacío, sin aquello que te mantuvo vivo por años.

Estás solo, simplemente solo con tus recuerdos, esos bellos recuerdos que no ha mucho hacían palpitar tu corazón, brillar tus ojos y respirar por la vida.

Nada de eso quedará, sólo el recuerdo de la plenitud lograda, la alegría vivida y el corazón que fue feliz.

Britten. Cuartetos de Cuerda. The Britten Quartet. 1989. 1990.


Queridos amigos, hoy me aparto un poquito del género sinfónico y les dejo una pequeña muestra de verdaderas obras de arte, enormemente emotivas, preciosas de escuchar, dignas de saborearse con todos y cada uno de los sentidos posibles. Mi apreciación es sólo emocional, nada técnica pues carezco de esos conocimientos. Simplemente le digo que las obras son deliciosas.

Los Cuartetos de Cuerda de Britten (los oficialmente numerados, faltan algunas piezas menores de juventud) resultan ser una muestra más del espíritu de este fantástico hombre al que tocó experimentar luchas externas e internas francamente desagradables.




El Cuarteto de Cuerdas nº 1 data de 1941, cuando el compositor estaba en un exilio auto-impuesto en los Estados Unidos con su compañero el tenor Peter Pears. Allí recibió el encargo, por unos 400 $, de Elizabeth Sprague Coolidge, mecenas estadounidense de la música y "bastante rica" para escribir un cuarteto de cuerda. Britten completó la partitura en el espacio de dos meses, mientras se hospedaba sin pagar alquiler en la casa de los británicos Bartlett Ethel y Robertson Rae, en Escondido, Los Ángeles. Britten asistió a la finalización de la puntuación para completar con rapidez la obra en un campus universitario de Los Angeles. Fue compuesta en el mismo año, bastante productivo, de su opereta, Paul Bunyan, la Suite para Orquesta, Musicales Matinées y la Balada Escocesa para dos pianos y orquesta. El cuarteto fue estrenado por el Cuarteto Coolidge en Los Angeles el 21 de septiembre 1941. Concentrado, profundo, rítmico, enormemente expresivo, con toques de humor y un lirismo sorprendente.

El Cuarteto de Cuerdas nº 2 fue compuesto en el Reino Unido en 1945, poco después del exitoso estreno de la obra maestra de la ópera de Britten, Peter Grimes. En 1945, Britten realizó una gira por Alemania como pianista acompañante de Yehudi Menuhin para los supervivientes de los campos de concentración, entre ellos el tristemente célebre campo de Bergen-Belsen. Britten debió haber sido profundamente conmovido por sus experiencias en la gira y fue a su regreso cuando completó el cuarteto. El cuarteto fue encargado por María Behrens, ua amiga común del artista Stanley Spencer, para conmemorar el 250 º aniversario de la muerte de Henry Purcell. Purcell fue un compositor que Britten respetaba y admiraba, y más tarde se volvió hacia el tema de Purcell para componer la Joven Guía de Orquesta. Britten donó la mayor parte de su comisión para apoyar el alivio del hambre en la India.

Tras el estreno del cuarteto en el 21 de noviembre de 1941 en Wigmore Hall, Londres, por el cuarteto femenino Zorian String Quartet, Britten, Britten explicó a María Behrend que su trabajo le parecía ser, "el avance más importante hecho hasta el momento." Ese año Britten escribió tres obras importantes para conmemorar el aniversario de Purcell; las ya mencionadas y el ciclo de canciones: Santo Sonetos de John Donne. En la obra hay una enorme tensión, incluso una sensación de agotamiento en su escucha, a veces perturbador. Hay acumulación de sensaciones de miedo, dolor y pánico que se van suavizando en un fantástico último movimiento, en la Chacona.

Los cinco movimientos del Cuarteto de Cuerdas nº 3 fueron escritos en 1975, cerca del final de la vida de Britten quizá como un compositor dejando su canto del cisne y  terminado el trabajo final. El cuarteto fue compuesta a petición insistente de Hans Keller, el músico, escritor y organizador de la radiodifusión, quien fue también el destinatario obra. Fue estrenado por el Cuarteto Amadeus, en Snape Maltings, el 19 de diciembre de 1976, sólo quince días después de la muerte del compositor habiendo tenido la suerte de ensayar la partitura con Britten, en Aldeburgh, algunas semanas antes. Reminiscencias de su vida, pensamientos pasados, el desánimo, la parodia y el bellísimo recuerdo de su querida Venecia están ahí presentes. Una música para disfrutar en silencio y apreciar en todo su valor.

La Simple Symphony de 1934 tiene enorme valor precisamente en ello, en su simplicidad, en su lenguaje musical juvenil, por los intentos en su último año en la escuela de Britten de atreverse a la búsqueda de nuevas direcciones. Retoma anteriores composiciones breves para rehacer su Simple Symphony. Se dedicó a Audrey Alston y se interpretó por vez primera en Norwich el 6 de marzo de 1934 dirigida por Britten. Una obra simplemente bella, divertida, juguetona y emotiva. Pueden escuchrse versiones de orquesta de cuerdas.

El Cuarteto en D de 1931 tuvo que esperar muchos años, demasiados, hasta que fuera revisado de nuevo por un Britten muy mayor en 1974. El Gabrieli Quartet realizó la primera interpretación de la versión revisada el 7 de junio de 1975 en Snpe durante el Festival de Aldeburgh.Una revisión sobre las chiquilladas musicales de un Britten jovenzuelo (pero ya artista).



Les dejo con estos discos y espero que aprecien su bellísima música, su alegría y su profundidad. Que disfruten plenamente de ellos. Que su corazón pueda percibir al menos un poquito de lo que quiso transmitir ese gran hombre.

Anotaciones del disco y Wikipedia. Si alguien encuentra una foto mejor del Cuarteto Britten se lo agradecería.

Britten
Cuartetos de Cuerda

CD 1
Cuarteto in D
Simple Symphony
Cuarteto nº 1

CD 2
Cuarteto nº 2
Cuarteto nº 3

The Britten Quartet
Peter Manning, violín
Keith Pacoe, violín
Peter Lale, viola
Andrew Shulman, Chelo

Grabaciones Snape Maltings, UK, octubre de 1989 y mayo de 1990


http://www.megaupload.com/?d=YRB54HID

sábado, 21 de agosto de 2010

Haydn. Sinfonías nº 97, 98 y 99. Szell. Cleveland Orchestra. 1957. 1969. 1957.



Queridos amigos, ahora que hemos ido dejando muestras de las versiones y aproximaciones de Bernstein a las Sinfonías Londinenses, querría dejarles un disco muy especial, fantásticamente bien grabado por Sony de la aproximación que a algunas de estas sinfonías de Haydn realizó el enorme Szell.



No se trata de comparar, ambos eran muy diferentes en talento y en percepción del hecho musical y lo que este representaba. Simplemente exponerles a su audición dos formas distintas de ver y leer una misma pieza, en ambos casos con instrumentos orquestales de primera fila, enormes, geniales, de una perfección suprema.

En el caso de Szell la toma sonora corresponde a las grabaciones que se hicieron en los albores de las técnicas del estéreo aunque el disco se publicó en EPIC como mono (las tomas sonoras se habían realizado tanto en mono como es estéreo y estas últimas lograron recatarse y realizar estos CD). En esta ocasión os dejo la versión estéreos de las mismas sinfonías 97 y 99. La Sinfonía nº 98 ya se grabó directamente en estéreo.

Es esfuerzo realizado a nivel técnico fue enorme y el resultado musical absolutamente espectacular. Calidad sonora máxima (mucho que decir la sala de grabación a diferencia de la sala newyorkina de aquellos años que era un desastre constructivo sonoro.y una pesadilla de las grabaciones).

Independientemente de todo ello escucharán a una Orquesta de Cleveland en estado de gracia, finísima, precisa al máximo, con un colorido bello y con un algo del espíritu de Haydn contagiado por un Szell estricto pero que deja cuerda libre a la orquesta. Espectacular, profunda y muy bella.



Reconozco que me impacta aunque en el fondo me quedo con las más algo imperfectas de Lenny.

Disfruten de un hito fonográfico excepcional, de verdad.


Haydn
Sinfonías Londres nº 97, 98 y 99

George Szell
Cleveland Orchestra

Grabaciones
Severance Hall, Cleveland, Ohio
Sinf. nº 97, 25 y 26 de octubre de 1957
Sinf. nº 98, 10 de octubre de 1969
Sinf. nº 99, 25 y 26 de octubre de 1957











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