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jueves, 28 de abril de 2011

Brahms. Sinfonía nº 1. Variaciones Haydn. Wilhelm Furtwängler. Orquesta Filarmónica de Viena. 1947. 1952.


Queridos amigos, esta noche quiero dejar nuevo testimonio del arte supremo del gran Furtwängler. He elegido este precioso primer CD de la colección de obras de Brahms. Su contenido es excepcionalmente bello: la preciosa e inigualable Primera Sinfonía y las siempre geniales, encantadoras y preciosas Variaciones Haydn. Un disco clásico, sensacional que siempre ha tenido sus admiradores y sus digamos "no menos" admiradores incluso entre las propias grabaciones de Furtwängler.

Hace un tiempo dejamos una entrada idéntica a esta con la aproximación (creo que la mejor que se ha hecho junto a las de Szell a las que considero una verdadera obra de arte y un monumento excepcional) de Furtwängler y la Orquesta Sinfónica de la NDR de Hamburgo en unas grabaciones excepcionales del año 1951 que recomiendo visiten por el enorme valor del disco http://juliosbv.blogspot.com/2010/05/brams-sinfonia-n-1-variaciones-haydn.html 

Furtwängler, creo que no descubro nada nuevo, tenía don, poseía algo peculiar que hacía de sus interpretaciones verdaderos descubrimientos, únicos e irrepetibles, se convertían en una aventura en la que llegabas a descubrir sorpresas maravillosas; siempre nuevos matices, sonoridades, giros, variaciones y sensaciones. Algo muy parecido a lo que lograba Celibidache en sus interpretaciones pero pienso que con una diferencia: naturalidad. Sus propios músicos tenían miedo escénico al no saber por dónde iba a discurrir la ejecución de Furtwängler y muchos estaban asombrados o incluso digamos atemorizados ante el movimiento anárquico, aparentemente sin sentido de la batuta, las manos, los gestos o la mirada del gran maestro. No quiere decir esto que no tuviera su preparación, que la tenía, pero...siempre estaba la sorpresa del día mágico de la interpretación. Y a diferencia de Celibidache, Furtwängler no le hacía ascos a los estudios de grabación en los que además conseguía resultados asombrosos. (En revisión: como lo son los de este disco).


Con las interpretaciones de las Sinfonías de Beethoven pasa algo muy similar. Existen verdaderas joyas discográficas tomadas en conciertos que nos muestran un Beethoven excepcional, único en cada ocasión y siempre maravilloso. Pero siempre que escucho su integral de EMI no puedo por más que impresionarme de su Séptima, alegrame el alma con su Cuarta, asombrarme de la sencillez bellísima de las Sinfonías Primera y Segunda, sentir escalofríos con su tercera, admirar la pureza de su octava o descubrirme ante esa novena excepcional. Siempre, siempre lo tengo como un estuche de referencia para paladear.

La Primera Sinfonía de Brahms es una de las más grandes obras sinfónicas jamás escrita. Absolutamente maravillosa, excepcionalmente escrita, llena de alma, de belleza musical, de temas maravillosos, de una instrumentación preciosa, con pasajes enormemente emotivos, con un colorido orquestal sensual y lleno de pasión. Una obra genial, de larguísima construcción temporal, desde 1862 hasta su estreno por Otto Dessoff el 4 de noviembre de 1876 en Karlsruhe pasan casi 14 años. Inseguridades propias de Brahms, presiones externas por convertirlo en el nuevo Beethoven, etc. Muchos factores influyen en esta larga gestación. Pero es una fruta en su punto, lista para saborear; se parecerá o no a Beethoven, querrá ser o no su continuidad (que bonito homenaje de Brahms al más grande de todos los tiempos) el caso es que el resultado final es una obra sinfónica propia, preciosa, diferente, que logra superar esa barrera histórica y musicológica de Beethoven para convertirse en una obra con identidad y valor propio. Una influencia importante que tuvo Brahms y que le supuso un gran impulso para su finalización fue el éxito de las preciosas Variaciones Haydn de 1873. Y el fruto final es una maravillosa conjunción de Beethoven con influencias de su amado Bach en una cesta refleta de sabores nuevos, colores renovados, olores frescos. Una obra de bellísima melodía, de contrapuntos preciosos, de técnica soberbia y de emoción profundísima.


La obra se desarrolla de forma sensacional transitando por un primer movimiento bellísmo, de enorme profundidad anímica pasando por un segundo movimiento pausado, melancólico y agridulce seguido por un tercer movimiento maravilloso, pastoral e idílico, con unas maderas sensacionales y llegando a uno de los movimientos finales más bellos que se puedan escuchar por su maravillosa estructura, su escepcional motivo de la trompa, las corales de trompas y trombones impresionantes y el desarrollo final como himno progresivo maravilloso hasta su final impresionante de los metales trombones soberbios.

Toda ella es capaz de conmoverte desde el principio al fin, de hacer aflorar tus sentimientos más ocultos, de hacerte sonreir, asombrarte y llorar como pocas obras son capaces de hacerlo.

En definitiva una obra excepcional, única, increíble y simplemente maravillosa.

Furtwängler y la Orquesta Filarmónica de Viena hacen el resto. Furtwängler está soberbio, matizando y poniendo de relieve los detalles de forma sensacional; dirigiendo con una energía y profundidad únicas. La orquesta es bellísima en su interpretación, con un sonido excepcional, una plasticidad perfecta para esta obra, una sonoridad profunda, lírica, suave, alegre o emotiva dependiendo del momento. Y Furtwängler saca de ella la esencia de la música: la pasión y el sentimiento.

En definitiva un disco excepcionalmente valioso, único o como complemento de otras grabaciones. Un disco de los antiguos, de los que tienen alma y sentido. Un disco que te permite saborear Brahms y paladear el arte directorial de Furtwängler y lo impresionantemente bella que puede llegar a ser la Orquesta Filarmónica de Viena.

Disfruten de unas maravillosas y siempre bonitas Variaciones Haydn con la gracia, musicalidad, matices y sonoridad que imprime Furtwängler a esta pequeña obra de arte y gocen de verdad con ese coral final.

Un disco sencillamente monumental. Un disco de cabecera. un disco para admirar muchas cosas.

Brahms
Sinfonía nº 1
Variaciones Haydn
Wilhelm Furtwängler
Orquesta Filarmónica de Viena
Sinfonía nº 1: 27 de enero de 1952. Viena, Sala Dorada. Live. OF de Viena. (La anterior entrada reflejaba como fecha la del 17 al 20 y 25 de noviembre de 1947. Viena, Sala Dorada. Nuestro amigo Quim me comunica que hay un error que efectivamente existe. El CD de EMI que poseo tiene la fecha errónea y no parece que corresponda a la grabación en estudio de 1947. Los típicos aplausos del final lo indican así como la duración de las pistas. Pido mis más sinceras disculpas por tan gran error. Muchas gracias amigo Quim).
Variaciones Haydn: 27 de enero de 1952. Viena, Sala Dorada. Live. OF de Viena.









miércoles, 27 de abril de 2011

Bruckner. Sinfonías nº 3 y nº 8. George Szell. Cleveland Orchestra. 1966. 1969.


Queridos amigos, retomamos la actividad con un maravilloso doble CD de George Szell y las sinfonías de Bruckner Tercera y Octava en las aproximaciones realizadas en estudio para Sony. Un doble CD estupendo, con una visión de Bruckner diferente a las normales, desmarcada de todo discurso monótono, rígido o en exceso romántico.

Szell, maravilloso como es habitual, nos presenta a Bruckner de una forma prodigiosa, limpia y perfectamente estructurada; sabiamente conducido por las maravillosas manos de Szell se ofrece con una rotundidad y claridad poco habituales.

Particularmente siempre me han parecido las aproximaciones a la Tercera de Bruckner que realizó Szell las más bellas que haya escuchado, muy similares a la excepcional interpretación de Böhm para Decca. De justicia es de decir que, al menos para mí, es la sinfonía que quizá tenga un más fácil acercamiento y se convirtió en la puerta al universo sonoro de Bruckner junto con la Cuarta Sinfonía y sus temas, bellísimamente recogidos en tiempos posteriores por otro músico soberbio, Maurice Jarre, en su imponente banda sonora para Lawrence de Arabia.

Las aproximaciones de Szell son enormemente vitales, refinadas, con una visión dinámica genial, con un ritmo frenéticamente bello, una precisión asombrosa en los instrumentos; las frases aceradas de Szell se pulen hasta extremos poco habituales en él y nos hacen escuchar un Bruckner vivo, dinámico, perfecto pero para nada frío. Un Bruckner muy rico en matices sonoros, en color orquestal, en dinámica, de tiempos rápidos que no acelerados y que permiten el seguimiento de todo el discurso musical de manera fácil, contagiando vitalidad y resultando profundamente enérgico. Su último movimiento, por ejemplo, es para quitarse el sombrero.

Es una obra que técnicamente da un paso adelante con respecto a sus anteriores composiciones sinfónicas; sun amplitudes constructivas y sonoras ya dejan entrever al futuro Bruckner; sus motivos constructivos ya son el germen de las futuras células brucknerianas que obran de motivo conductor. No tiene el alcance ni la envergadura de sus siguientes composiciones pero ya empieza a "sonar a Bruckner". La obra está plagada de belleza, de momentos extraordinariamente melódicos y líricos, de amplios espacios de recogimiento, de vitalidad, de energía y de fuerza.

Una excepcional sinfonía en manos de un excepcional director y una portentosa orquesta. Aunque la Orquesta de Cleveland no tiene la sonoridad que logran las orquestas europeas, su precisión, su perfección y su entrega es impresionante logrando una ejecución simplemente soberbia, enérgica, apasionada, vital, profunda y simplemente excepcional.

Szell usa la versión de 1890 en la profunda revisión de Bruckner, Joseph y Franz Schalk. La Edición es de Theodor Rättig.


En cuanto a la Octava Sinfonía ya habíamos dejado en el blog muestra de la aproximación en concierto con la Filarmónica de Viena, excepcional y francamente bella. Para mi gusto Jochum es el músico que mejor ha sabido trasmitirme el alma de esta monumental obra sinfónica, pero reconozco que esta grabación de Szell en estudio con su Orquesta de Cleveland es sencillamente genial. Vuelven a poder aplicarse los mismos calificativos que hemos asignado a la interpretación de la tercera y aunque en esta ocasión quizá no alcance cotas tan elevadas, Szell construye una monumento sonoro excepcional, perfecto, matizado, dirigido soberbiamente, con intensidad emotiva, fraseos clarísimos, perfección técnica y sonora de los instrumentistas, absolutamente increíble. Una aproximación maravillosa, francamente maravillosa.

En esta aproximación Szell usa la versión de 1890 de Bruckner y Josef Schalk en la Edición de Leopold Nowak de 1955, una versión más grandilocuente que la original, con mayor belleza armónica y una mayor sutileza de los instrumentos, fundamentalmente en las preciosas maderas. Lo cierto y verdad es que la obra conoció un gran éxito en su estreno en Viena el 18 de diciembre de 1892 por la Orquesta Filarmónica de Viena bajo la batuta de Hans Richter y las críticas la calificaron incluso de sinfonía de las sinfonías o cumbre de la sinfonía romántica (al contrario de lo que pasó con la tercera que llevó a Bruckner a estar inmerso, sin comerlo ni beberlo, en la lucha Wagnerina-Brahmsiana).


Tan sólo indicarles que es una interpretación soberbia, que merece la escucha y su conocimiento. Seguro que encontrarán otras con similares virtudes o superiores. Pero esta tiene un encanto especial. Es el Bruckner de Szell en su mejor expresión. Y eso es mucho.

Les dejo el Mp3 completo con ambas obras y las Sinfonías nº 3 y nº 8 separadas en FLAC con las carátulas modificadas. Señalarles finalmente la enorme calidad de sonido conseguida en ambas grabaciones.

Un disfrute gozoso queda abierto. Que así lo puedan lograr.


Bruckner
Sinfonía nº 3
Versión 1888/1889 revisión de Bruckner, Joseph y Franz Schalk, en Edición de 1890 de Theodor Rättig
Sinfonía nº 8
Versión de 1890 en Edición de Leopold Nowak de 1955

George Szell
Cleveland Orchestra

Grabaciones
Cleveland, Severance Hall
Sinfonía nº 3, 28 y 29 de enero de 1966
Sinfonía nº 8, 3, 6, 10 y 13 de octubre de 1969

















sábado, 23 de abril de 2011

Dvorak. Stabat Mater. Serenata para Cuerdas. Vaclav Smetácek. Orquesta Filarmónica Checa. Coro Filarmónico de Praga. Rafael Kubelík. Orquesta de Cámara Inglesa. 1961. 1969.


Queridos amigos, hoy Sábado Santo, de una semana muy desagradable en lo que se refiere a las persistentes incidencias climáticas de los agentes atmosféricos, quiero dejarles una obra sencillamente maravillosa de Dvorak. Una obra que entiendo es muy apropiada con el espíritu de estos últimos días que celebramos de la Semana Santa y que ayudará a sosegar el espíritu de muchas personas por su belleza musical y su enorme contenido espiritual.

La plegaria del Stabat Mater es atribuida a diversos escritores, entre ellos a Inocencio III, a San Buenaventura y al franciscano Jacopone da Todi (el más probable) autores todos del siglo XIII y versa sobre el sufrimiento de María durante la crucifixión de Jesús, expresando la compasión con el sufrimiento de ambas personas y figuras clave de nuestra historia. 

El Stabat es una secuencia de la Liturgia Católica aprobada como tal en el año 1727 y de las pocas que se mantienen en el corpus católico en la actualidad, asociada a la fiesta de los Dolores de María (las secuencias que persisten son para Pascua, Pentecostés y Corpus y en el caso concreto del Requiem el Dies Irae). A la par es una pequeña "anomalía litúrgica" pues tiene dos fiestas en el santoral para su celebración (aunque el Stabat se asocia más a la fiesta de Pascua que a la del 15 de septiembre, Los Siete Dolores).
Es uno de los textos literarios que mayor número de adaptaciones musicales ha recibido; por autores de diversas épocas, escuelas, estilos y visiones musicales han pasado las palabas del Stabat para verse traducidas en notas musicales, todas y cada una de ellas de una belleza particular (Pergolesi, Palestrina, Vivaldi, Haydn, Rossini, Poulenc, etc.).

Dvorák empezó a componer su Stabat Mater a los 35 años de edad, en la primavera de 1876.  Sin embargo, varios sucesos trágicos en la familia del compositor checo fueron los que dieron origen, o mejor dicho, fundamentaron la base emotiva de su obra. En septiembre de 1875 murió la hija de Dvorak, Josefa, dos días después de su nacimiento. Lleno de tristeza y añoranza por Josefa, Dvorak plasma su dolor en las notas musicales. En mayo de 1876 interrumpió el trabajo dedicándose a otros proyectos. Un año después, en agosto de 1877, su hija Ruzena, de once meses de edad, se envenenó con fósforo de cerillas y apenas un mes más tarde, el 8 de septiembre 1877, día del cumpleaños del compositor, muere de viruela el tercer hijo de Dvorak, Otik, con tres años. Todos estos luctuosos acontecimientos están sin duda en el fondo del espíritu de la obra de Dvorak a lo que debemos sumar (a pesar de todo lo pasado por el compositor) su profundo amor por Dios. La composición global se extiende desde el 19 de febrero de 1876 hasta el 13 de noviembre de 1877 en que se finalizó la orquestación de la misma.



La obra se representó por vez primera en Praga el 23 de diciembre de 1880 dirigida por Adolf Cech teniendo gran éxito y siendo representada poco después por Janacek en Brno y posteriormente en ciudades tan importantes como Londres y Budapest.

Estructura de la Obra
  1. Cuarteto de Coro. Andante con moto (Stabat Mater Dolorosa)
  2. Cuarteto. Andante sostenuto (Quis est homo, qui non fleret)
  3. Coro. Andante con moto (Eia Mater, fons amoris)
  4. Sólo, Coro, Bajo. Largo (Fac ut ardeat cor meum)
  5. Coro. Andante con moto, Allegretto quasi (Tui nati vulnerti)
  6. Contenido solamente, Coro. Andante con moto (Fac me vere tecum flere)
  7. Coro. Largo (Virgo virginum praeclara)
  8. Duo. Larghetto (Fac ut portem Christi mortem)
  9. Secundarias. Andante maestoso (Inflammatus et accensus)
  10. Cuarteto, Coro. Andante Con Moto (Quando corpus morietur)
La versión que les dejo corresponde a la excepcional aproximación del maestro checo Vaclav Smetácek que dirige a una excepcional, brillante, portentosa y rica en matices Orquesta Filarmónica Checa y a unos solistas, no muy renombrados en general, pero excepcionalmente ricos en expresividad musical, belleza de timbre y capacidad vocal. El excepcional Coro de la Filarmónica de Praga está absolutamente maravilloso, bellísimo y conmovedor.


El conjunto de todos ellos nos brindan un Stabat Mater sencillamente maravilloso, emotivo como pocos, rico en matices, perfectamente sincronizado en su forma y en su alma con la profundidad de las palabras del texto. La música es fiel reflejo del sentimiento que emana de las palabras. Los instrumentos elegidos por Dvorak en cada una de las partes matizan de manera prodigiosa las frases y son capaces de "decir" lo mismo que ellas. El dolor, la pena profunda, la resignación, etc. están fielmente reflejadas en la música de Dvorak. Una música profunda como pocas, capaz de llegar a los sentimientos más íntimamente guardados. Los cambios de ánimo están francamente bien matizados; de una manera portentosa a través de la instrumentación y no menos maravillosamente a través del juego con las masas corales, masculinas y femeninas, y de los solistas. Una obra que desde el dolor y el sufrimiento que la recorre finaliza con la alegría de la Resurección y la confianza en la vida eterna. Un prodigio de composición y una obra de arte de interpretación. Sencillamente magistrales todos y cada uno de los artistas que intervienen en su recreación.

Es muy bonito y enormemente emotivo seguir la música con la letra del Stabat para percibir la maravillosa armonía entre ambas y acentuar aún más la manera excepcional de asociar los estados de ánimo y sentimientos tan dispares que aparecen a lo largo de la obra con una música perfectamente adaptada a los mismos.

Les dejo dos letras en paralelo, la original latina y una traducción actual aunque les recomiendo encarecidamente que lean la versión excepcionalmente rica y soberbia de Lope de Vega (eso se llama traducir con alma y con conocimiento) que consigue con sus palabras plasmar la profundidad del mensaje.

Igualmente les recomiendo la lectura de este post del excepcional Blog amigo Oído Fino: 





El CD se acompaña de otra pequeña gran joya de la música. La preciosa Serenata para Cuerdas de Dvorak. La interpretación está a cargo del siempre excepcional maestro Kubelik que en esta ocasión dirige a la Orquesta de Cámara Inglesa ofreciéndonos una aproximación delicadísima de la obra, preciosa en su abordaje global, en sus tempi, en la riqueza de sonoridades obtenidas, en la variedad de los timbres y en la sedosidad excepcional de las cuerdas.


La Serenata fue estrenada en Praga en diciembre de 1876 también dirigida por Adolf Cech. Una pequeña obra de profunda evocación poética, de maravillosa invención melódica, de intimismo increíblemente evocador; una obra para gozar y disfrutar, un verdadero canto a la sensibilidad y a la belleza musical y melódica. Excepcionalmente bella, es una de esas "músicas" que se te meten en el corazón para siempre y que además no eres capaz de dejar de tararear cuando la escuchas.

Dvorak
Stabat Mater*
Serenata para Cuerdas

Vaclav Smetácek*
Orquesta Filarmónica Checa*
Coro Filarmónico de Praga (Director, Josef Veselka)*
Solistas
Stefania Woytowicz, soprano; Vera Soukupova, contralto; Ivo Zidek, tenor; Kim Borg, bajo*

Rafael Kubelík
Orquesta de Cámara Inglesa

Grabaciones
Praga, 15 al 20 de diciembre de 1961, Rudolfinum*
Londres, 28 al 30 de mayo de 1969







Mp3

FLAC

Texto

Texto Lope de Vega
 

sábado, 16 de abril de 2011

Marchas Procesionales de la Semana Santa de Sevilla. Vjkoslav Sutej. Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. 1995.


Queridos amigos, es Viernes de Dolores. Punto de partida de la Semana Grande Sevillana, la Semana Santa, su Semana Santa.

Días de fervor y pasión naturalmente expresados en la calle; días de alegrías, de sollozos de emoción contenida, de ilusiones anheladas que se cumplen tras una larga espera, de amor por una fe y una tradición de un valor cultural y humano inconmensurable. Trabajo silencioso llevado a cabo durante un largo año previo que verá la luz en estos días. Barrios completos de gala y festivos por la procesión de sus titulares por las calles de Sevilla para mostrarlos con amor profundamente sentido.

Unos días sencillamente maravillosos en una ciudad que se viste de gala para seguirla, para corretear sus calles en un caos ordenado en la busca del mejor rincón, esquina, calle o plaza para deleitarse la vista con la belleza única de sus pasos e imágenes; llenarse el olfato de los aromas penetrantes del incienso y el azahar; satisfacer su ansia musical al escuchar a las grandes Bandas de Cornetas y Tambores de los pasos de Cristo y a las magníficas Agrupaciones Musicales que acompañan a los Palios de las Vírgenes de Sevilla, a sus reinas. Días de cansancio que a pesar de lo que pueda parecer no hace mella en el ánimo e incluso parece impulsar a seguir y seguir en la calle para no dejar escapar detalle alguno de las tallas, los dorados, los bordados, las flores de canastillas, las novedades en paso, etc.

Cautivo de Santa Genoveva
(Tiro de Línea, mi barrio de nacimiento)
Fotografía de J. A. Bandera


Y en ella una valor único e importantísimo es la música. Música tradicional en diferente forma y música más innovadora, de cada vez mayor calidad musical y de una profundidad sentimental enorme. Tocada por chavales con un fervor y una ilusión sin par es parte esencial de estas fiestas. Es verdaderamente impresionante la emoción que puede llegar a producir la combinación en un momento único, muchas veces inesperado, de los sentidos de la vista, el oído y el olfato, captando la esencia profunda de la belleza de las imágenes, del sonido musical inspirado en una devoción y de la profunda sensación que produce el olor sevillano de estos días.

Es difícil describir esta Semana Santa, muy difícil. Hay que vivirla en la calle para conocerla y amarla. Si lo haces quedas prendado para siempre. Aprendes a disfrutar cada detalle, a recorrer sus calles plenas de luz y bulliciosas en busca de la siguiente hermandad, aprendes a disfrutar de todos los matices inherentes a la fiesta y convives con un pueblo en la calle, pueblo agradable y cercano, amable, sencillo y abierto.

Quisiera dejar este precioso disco con la interpretación de algunas de las marchas de Semana Santa más populares jamás escritas. Autores jóvenes y maduros, futuro y pasado de la composición musical sevillana; ilustres figuras que dedicaron gran parte de su actividad a hacer un poquito más grande a "su Fiesta". Sevilla les debe estar agradecidas por esta y por sus otras múltiples labores a favor de la cultura y la tradición sevillana. Pantión, Lerate, Braña, Alberó, etc. todos ellos son figuras ilustres de esta ciudad a la que han dado mucho, mucho y esperado poco aunque poco no es el amor y el reconocimiento del pueblo de Sevilla.

Disfruten de esta "diferente" interpretación de estas bellísimas composiciones de la mano del nunca bien ponderado (qué desagradecidos somos en muchas ocasiones) y valorado maestro Sutej (el alma fundadora de esta orquesta y el responsable de su valor y de su calidad, desgraciadamente fallecido en edad muy joven) y de la belleza de la ROSS.


Que disfruten y vivan una preciosa Semana Santa en su fe y significado y si no que simplemente la disfruten.

Marchas Procesionales
Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS)
Vjkoslav Sutej
Grabación de 1995. Unidad Móvil de Estudios Alta Frecuencia de Sevilla

01 Nuestro Padre Jesús de las Penas
02 Pasa la Virgen Macarena
03 Procesión de Semana Santa en Sevilla
04 Corpus Christi
05 María Santísima del Dulce Nombre
06 Virgen de la Paz
07 Virgen del Valle
08 Estrella Sublime
09 Esperanza de Triana Coronada
10 La Madrugá
11 Virgen de las Aguas
12 Coronación de la Macarena






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martes, 12 de abril de 2011

Dvorák. Concierto para Violín. Concierto para Violonchelo. Eugene Ormandy. Philadelphia Orchestra. Isaac Stern, violín; Leonard Rose, chelo. 1965. 1963.


Esta noche queridos amigos dejamos un CD especialmente dedicado a Miguel. Siento, querido amigo, que no sea tal y como lo tienes en tus discos LP, seguiré buscando no obstante las Variaciones Rococó. Por ahora nos quedamos con el CD presentado, una verdadera maravilla por la calidad de las obras y por la de los intérpretes.

El precioso, maravilloso e increíble Concierto para Violín de Dvořák quizá no haya alcanzado el lugar en el repertorio que creo merece por sus cualidades propias. Es de una belleza increíble, de una musicalidad y finura sin par. El Concierto para Violín fue compuesto por Antonín Dvořák en el año 1879 y dedicado inicialmente a Joachim. Tuvo numerosas modificaciones que fnalizaron con la versión de 1882 y al parecer el distanciamiento con Joachim. El concierto fue estrenado el 14 de octubre1883 por Frantissek Ondrícek en Praga quien también le dio el estreno en Viena y Londres. Hoy en día sigue siendo una importante obra en el repertorio de violín aunque menos valorada que sus Conciertos para Violonchelo o Piano y también tenido en menor estima que otras piezas dedicadas a idéntico instrumento. Sin embargo es una obra preciosa en directa sucesión de las obras del periodo clásico y romántico con añadido de elementos tradicionales folclóricos. Un primer movimiento bellísimo, saltarín, bailable, enormemente técnico que sin solución de continuidad enlaza con el segundo lleno de un lirismo bellísimo, solumne y dulce a la par. El tercer movimiento a modo de sus Danzas eslavas es fresco, alegro, danzarín, rítmico y virtuosístico tanto en el plano del instrumento solista como en el de la orquesta. En suma una obra digna de escuchar con atención., con mucho valor musical y con una enorme dosis de belleza musical, sonora y emotiva.


En este CD tenemos además a unos intérpretes absolutamente excepcionales. Isaac Stern es quizá el violinista que mejor técnica tenía entre sus contemporáneos a la par del gran Oistrakh. En muchas de sus grabaciones, al menos para mi gusto, es tan técnico que pierde alma (que la tenía siempre aunque muchas veces sin darle salida). En esta interpretación quizá por la excepcional dirección de Ormandy se logra vislumbrar esa alma musical del gran Stern. Está soberbio, pleno de facultades, finísimo, de una musicalidad insuperable; logra transmitir sentimiento, solemnidad, dulzura, frescor, alegría sin dejar de lado la perfección en la ejecución. Ormandy toma las riendas de una Philadelphia Orchestra poderosísima, maravillosamente encantadora, perfecta, compenetrada, cálida y sensacional.


La segunda obra presentada es el soberbio y nunca suficientemente ponderado Concierto para Violonchelo quizá la mejor página jamás escrita para este instrumento y la orquesta. La obra tiene grandes referencias en la historia discográfica, Szell-Fournier, Bernstein-Maisky, Celibidache-Du Pré, etc. pero esta aproximación de un Ormandy genial, preciso y desenfrenado junto a la belleza y complicidad del chelista americano Leonard Rose (un fenomenal músico formado en el Curtis Institute, chelista de la NBC, Cleveland y New York) se percibe como algo único e irrepetible. Sonoridad impactante, compenetración, ritmo, melodía, sonido solista de una belleza finamente sedada y sonido orquestal impresionantemente perfecto. El resultado es una interpretación maravillosa, cálida, emotiva, suave, hermosa, rica, matizada y colorista. Una joya, una verdadera joya.


Espero que disfruten de este maravilloso CD. Es una buena muestra de la forma de hacer música de mitad del pasado siglo, músicos con alma y corazón amén de técnica. Que lo disfrutes Miguel.

Dvorák
Conciertos para Violín* y Violonchelo**
Ormandy, Stern, Rose
Philadelphia Orchestra
Grabaciones: 22 de marzo de 1965* y  24 de noviembre de 1963**