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domingo, 27 de mayo de 2012

Richard Strauss. Obras Orquestales II. Ein Heldenleben. Wagner. Siegfried Idyll. Karajan. 1959. 1977.


Queridos amigos, hoy, quizá un poco apesadumbrado por el cúmulo de circunstancias realmente negativas que se dan en España, en la sociedad en general y en la clase dirigente en particular, el ánimo está un pelín por los suelos. Llevo unos días leyendo además un par de artículos del excepcional blog de nuestro amigo Leiter y los comentarios sabios y certeros de los amigos que por allí se acercan cuando ha venido a mi mente y he recordado este disco y esta maravillosa música del maestro Strauss.

Una música maravillosa, sugerente, embriagadora, por momentos celestial y siempre cálida y apasionada. Música de Strauss acompañada de la soberbia pieza de Wagner El Idilio de Sigfrido, música para soñar y sumerger tu corazón en lo más profundo de tu propio ser. 

Aprovecho la ocasión para actualizar los enlaces de la anterior entrada dedicada a Strauss y Karajan: Richard Strauss. Obras Orquestales I

Strauss siempre me ha emocionado, tanto en sus óperas (es uno de los compositores de las que he escuchado casi todas y de los pocos con los que he podido en el campo operístico) como en sus obras orquestales y de cámara. Un músico de una sensibilidad extrema y con una capacidad para llevar el sentimiento a la orquesta como pocos hayan existido. En sus poemas sinfónicos desarrolla al máximo esa capacidad y los dota de una energía y una transparencia maravillosas, una paleta de colores interminable, unos timbres excepcionales, una sonoridad pulcra y excelsa, una relación música expresión increíble. Son verdaderas maravillas orquestales.

Ein Heldenleben, Una Vida de Héroe, es uno de esos poemas sinfónicos capaces de emocionar y llevarte a un estado de placer insospechado. Fue compuesto por Richard Strauss en 1898 en el periodo maduro de las composiciones del autor en este género. Strauss la dedicó al director de orquesta holandés Willem Mengelberg y a su orquesta, el maravilloso Concertgebouw de Ámsterdam, unos destinatarios inmejorables. La obra se estrenó por Strauss el 3 de marzo de 1899 dirigiendo a la Museumsorchester de Frankfurt con una acogida dispar.


Es un poema sinfónico para gran orquesta, con la madera y el metal doblados, percusión ampliada y un precioso lugar para un violín solista (en esta grabación el solista de la Filarmónica de Berlín, el maravilloso Michel Schwalbé). Está estructurado en varias partes que se interpretan sin interrupción, partes sencillamente geniales en su forma musical y en su belleza, con una capacidad descriptiva sin par. Usa un motivo conductor principal que está presente en el desarrollo de todo el poema, como pieza base de todo el mismo, perfectamente desarrollado e integrado con otros temas sabiamente entrelazados con él y con hermosísimas referencias a otras obras musicales del propio Strauss y de otros compositores.

Se estructura de esta manera:

  • Der Held (El Héroe).
  • Des Helden Widersacher (Los adversarios del Héroe).
  • Des Helden Gefährtin (La compañera del Héroe).
  • Des Helden Walstatt (El campo de batalla del Héroe).
  • Des Helden Friedenswerke (Las obras de Paz del Héroe).
  • Des Helden Weltflucht und Vollendung (La retirada del mundo y la consumación del Héroe).

Ein Heldenleben se puede considerar una especie de autobiografía musical en la que un Kapellmeister (Strauss) es acosado por sus adversarios, en este caso los críticos musicales, mientras su esposa lo cuida y lo tranquiliza e ilustra con gran inventiva, humor y homogeneidad, un programa del que se podría prescindir y se tansformaría en una obra puramente musical sin referencias externas, música abstracta, música y simplemente música a la que cada uno puede añadir sus ensoñaciones, deseos, sensaciones e ilustraciones pasadas, presentes o futuras. Lo podemos considerar y asociar a la lucha del héroe con sus enemigos y todos y cada uno podemos soñar y montar nuestra propia batalla. Una batalla que, así debiera ser siempre, gana el Héroe, una batalla en la que la belleza es la verdadera vencedora.

En esta hermosísima grabación que dejamos tendríamos que añadir como Héroe y vencedor al maestro Karajan y a la impresionante Orquesta Filarmónica de Berlín. Muchos directores han traducido esta partitura y todos con una calidad impresionante, fundamentalmente Böhm y Kempe. A mi modesto entender, esta grabación de Karajan es sencillamente genial y única, dotada de una sabiduría en su desarrollo maravillosa, dotando a cada pasaje del color, el timbre y la intensidad adecuada. Nada de frialdad y sólo técnica; aquí hay alma y emoción que se viven en el transcurso de la escucha; hay belleza, pasión, fuerza, dolor, alegría, ironía, humanidad, grandeza e intensidad. Es una interpretación apabullante en todo, impresionante en cada detalle y hermosa como pocas. 

Cada instrumento y grupo instrumental tiene vida propia, la belleza de las trompas y las cuerdas, los guiños y juegos de las maderas, la ironía y fuerza de las trompetas y metales, la hermosura del violín y el arpa, todo ello y otras sutilezas musicales, es expuesto por Karajan con una sinceridad absoluta y es traducido con una pasión, una perfección y una belleza sonora por una filarmónica berlinesa asombrosa.


La obra de Strauss se acompaña en el CD con una preciosa y conmovedora interpretación del Idilio de Sigfrido, majestuosa, hermosa, profunda y sentida. Soberbia. Un Wagner sencillamente bello.

Espero que disfruten de este hermoso disco, del arte de un genio de la dirección, de una orquesta única, quizá la mejor orquesta del mundo y de la música ensoñadora de un maestro de la orquestación. Que podamos soñar, vivir, sentir, emocionarnos y vencer en nuestra lucha diaria de héroes. El mundo lo merece, nosotros debemos hacerlo.


Richard Strauss
Obras Orquestales II
Herbert von Karajan
Orquesta Filarmónica de Berlín
Ein Heldenleben, marzo de 1959, Berlín, Jesus-Christus-Kirche
Wagner, Siegfried Idyll, febrero de 1977, Berlín, Philharmonie








Mp3

FLAC

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sábado, 19 de mayo de 2012

Dietrich Fischer-Dieskau. Descansa en Paz. 1925-2012. Una vida para el Arte. Mahler. Das Lied von der Erde. Bernstein. Orquesta Filarmónica de Viena. James King, tenor; Dietrich Fischer-Dieskau, barítono. 1966.



Descansa en paz querido Dietrich.

86 años, quizá pocos, vividos intensamente, con amor al arte y a la música. Por ese amor la llevaste a las más altas cimas de la belleza. Por ese amor lograste que muchísimas personas del mundo fueran un poquito más felices, que sintieran pasión, que vivieran experiencias únicas, que soñaran con ideales imposibles o simplemente, y eso es mucho, que experimentaran la belleza y la profunda emoción que sólo la música puede conceder.

No hay más que decirte. Descansa con la seguridad de que has realizado una labor sin precio, que has hecho felices a las personas y que has abierto una brechita en los cascos de sus corazones.

Muchas de las lágrimas y de las sonrisas y de las emociones más profundas que he tenido el placer de vivir han sido gracias a ti.

Descansa en paz maestro.

Todos los músicos estarán ahora allí contigo. Ya les explicaras cómo se hace para que su música sea amada aquí entre su público. Y les dirás, con total tranquilidad, que "con el poquito del amor, la clase, la inteligencia, el respeto y la pasión que he intentado ponerle yo". No necesitarán discos para creerlo, te tendrán allí a su lado.







Que seas muy feliz.

¡La querida tierra florece por todas partes en primavera y se llena de verdor nuevamente!
¡Por todas partes y eternamente resplandece de azul la lejanía!
Eternamente... eternamente...estarás con nosotros.




Mahler
Das Lied von der Erde
Bernstein
Orquesta Filarmónica de Viena
James King, tenor
Dietrich Fischer-Dieskau, barítono
Abril de 1966; Sofiensaal, Viena










sábado, 12 de mayo de 2012

Bruckner. Sinfonía nº 7. Daniel Barenboim. Staatskapelle de Berlín. 2010.


Queridos y pacientes amigos. Volvemos de nuevo con una entrada preciosa. Hacía ya tiempo que no teníamos regularidad en este espacio. Son diversos problemas tanto personales como informáticos añadidos a un poquito de carga de trabajo más alta de la habitual los que me han apartado un poco de aquí. Y quiero retomar la actividad con un precioso disco del que me he enamorado y que como todo enamoramiento ha pasado por diversas fases de intensidad, unas veces ha estado muy arriba, otras un poquito más abajo. Pero sigo siendo fiel a este amor.

Hacía ya mucho tiempo que no escuchaba un Bruckner por Barenboim y partiendo del punto inicial en que reconozco mi poca empatía con ese binomio musical empiezo a modificar un poco esa querencia por el maestro argentino y su forma de aproximarse a Bruckner. Sus anteriores aproximaciones al maestro austriaco nunca llegaron a emocionarme, no me calaron lo suficiente, aunque sus interpretaciones de la DG de las sinfonías iniciales siempre me gustaron y muchas de las obras en Teldec me llegaron a impactar.

No sé si será por el momento emocional personal actual pero reconozco que esta interpretación de la formidable Sinfonía nº 7 de Bruckner me ha calado profundamente. Es una interpretación que me conmueve en muchos de sus periodos. Como si una fuerte marea fuera ha logrado subirme en las crestas de sus olas y llevarme con una fuerza emocional enorme a lo largo de todo el viaje marino que hace. Esa es la sensación, una marea de emociones que van y vienen, que suben y bajan; una marea que te mece empapándote de sentimiento, de calor, de intensidad emotiva y que no te ahoga en sus crestas de forma que siempre ves el horizonte luminoso y el fondo profundo de humanidad al que te gustaría caer. 

Es una marea suave, en la que te meces y te dejas llevar en un viaje placentero de sentimientos cargado y que te refresca constantemente con gotas sorprendentes de pasión, de frescura, de nuevos sentidos y nuevas emociones. En ocasiones las gotas son lluvia, lluvia de hermosísimos sonidos que en su caída te sacian la sed de tu alma por la belleza y en otras verdadero granizo de intensidad plena que sacuden tu corazón y sin dolor te despiertan de tu letargo emocional.


Maestro Barenboim, ha logrado usted una representación musical soberbia de la obra del viejo y amado Bruckner. Ha conseguido usted una belleza musical sencillamente espléndida. Ha conseguido que la Staatskapelle de Berlín suene de una forma tan hermosa que, aún a pesar de un sonido directo algo irregular en su modulación, ha logrado que mi corazón se llene de emoción. 

Ha conseguido que sienta escalofríos al escuchar un Adagio fenomenal, sentido, sedoso y en su momento poderosamente profundo y emotivo. He podido mecerme en esas preciosas cuerdas berlinesas sin sobresaltos cuando sus timbrados metales y su poderosa percusión declaraban desde la marea al viento la magnitud emocional de la obra. Y he podido volver a soñar plácidamente con el amor y la serena paz de la emoción profunda de la música.

Ha conseguido que la música del maestro Bruckner llene mis oídos de belleza y de placer. Que su Scherzo suene encantador y dinámicamente sorprendente, que el inicio de la obra se me aparezca como un sueño sorprendente y renovador para mi alma y que pueda sentir en su devenir emociones profundas e indescriptibles. Ha logrado que en su final vaya cargando mi corazón de energía, de fuerza y de ánimo para disfrutar de una conclusión sencillamente emotiva en su limpia, ágil y precisa ejecución.

Quizá, maestro Barenboim, sea de los pocos músicos actuales que logre esto con Bruckner; quizá la senda de Celibidache sea difícil de seguir, pero quizá, y sólo quizá, usted pueda transitar por ella. Si es así será una verdadera maravilla poder seguirlo.

Muchas gracias por todo ello.



Bruckner
Sinfonía nº 7

Daniel Barenboim
Staatskapelle Berlín
Versión de 1884/1885 en Edición de Leopold Nowak de 1954

Grabación
Philharmonie de Berlín, junio de 2010












domingo, 22 de abril de 2012

Mussorgsky. Cuadros de una Exposición. Kodály. Háry János Suite. Prokofiev. Suite Sinfónica Lieutenant Kijé. George Szell. Orquesta de Cleveland. 1963. 1969. 1969.


Queridos amigos, dejamos este domingo, precioso domingo por cierto en Sevilla, un disco absolutamente genial. George Szell nos ofrece su aproximación a tres grandes obras sinfónicas de tinte eslavo. Los Cuadros de una Exposición del maestro Mussorgsky, la preciosa e intensa Suite Sinfónica Háry János de Kodály y la maravillosa y sorprendente Suite Sinfónica Lieutenant Kijé de Prokofiev. Tres obras dispares entre sí, con lenguaje musical diverso y con tinte historicista y pictórico sabiamente dirigidas por un Szell como siempre preciso, fino, duro en sus trazos y claro en su visión y exposición musical.

Los Cuadros de una Exposición constituyen una suite de 15 piezas, compuesta en 1874 originalmente para piano aunque es más conocida en la forma orquestada y arreglada para orquesta por el compositor francés Maurice Ravel. Originalmente se denominó Suite Hartmann estando inspirada en la exposición póstuma de diez pinturas y escritos de su gran amigo, el artista y arquitecto Viktor Alexandrovich Hartmann. Un homenaje del compositor que quiso «dibujar en música», algunos de los cuadros expuestos. 

Obra maestra, música romántica, música programática y música verdaderamente expresiva. Forma un conjunto de piezas brillantemente descriptivas que adquieren unidad por el bellísimo tema llamado Promenade "Paseo" que se oye desde el inicio y a lo largo de la pieza, mientras el visitante de la exposición va de cuadro en cuadro. En  la Promenade de Ravel este hizo que el fagot y el saxofón compartieran una suave y melancólica música con el acompañamiento de las cuerdas. Una joya. Unidas por esa pieza de conjunción se suceden las maravillosas descripciones musicales de Mussorgsky sobre esos cuadros. Piezas musicales llenas de intensidad, de misterio, de belleza, de alegría o de elocuencia. 

Una obra perfecta para la expresión de todo el conjunto de instrumentistas solistas y de la orquesta en pleno. Y en esta ocasión la Orquesta de Cleveland demuestra los porqués de su fama. Una enorme precisión, una calidad instrumental soberbia, una sonoridad impactante, colorida, rica en timbres, suave y poderosa. Da una verdadera muestra de interpretación musical de la mano de un Szell brillante, rico en matices, demoledor en su precisión.


Háry János es una "ópera folclórica húngara" en cuatro actos del compositor húngaro Zoltán Kodály según un libreto en húngaro de Béla Paulini (1881-1945) y Zsolt Harsányi, basado en la epopeya cómica El veterano (Az obsitos) de János Garay. Se estrenó en el Teatro Real de Ópera Budapest, 1926.

Con la música de la ópera, Kodály elaboró la pieza orquestal de la Suite Háry János. Incluye el címbalo húngaro, una variante húngara tradicional del dulcémele, con una intervención absolutamente bella. El estreno mundial de la obra tuvo lugar en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona, el 24 de marzo de 1927, por la Orquesta Pablo Casals dirigida por Antal Fleischer. 


La obra se compone de seis partes o movimientos:

Preludio, el Cuento de Hadas comienza
Reloj Musical de Viena
Canción
La Batalla y la Derrota de Napoleón
Intermezzo
Entrada del Emperador y su Corte



Es absolutamente digna de admirar. Una maravillosa sensación de intensidad la recorre, intensidad mezclada sabiamente con momentos de una dulzura inmensa (precioso y maravilloso segundo movimiento) y otros de una fuerza arrolladora (un cuarto movimiento demoledor). Mezcla de estilos musicales y de referencias al romanticismo austriaco junto a una sensación global de musicalidad propia del folclore húngaro. 

La interpretación de la Orquesta de Cleveland y la mano de Szell hacen un verdadero placer la escucha de esta pequeña obra de arte.


La Suite Sinfónica del Teniente Kijé está basada en la música que Prokofiev escribió en 1933 para la película Lieutenant Kijé de Aleksandr Fajntsimmer basada en un divertido cuento de Yury Tynyanov. Como toda la música de Prokofiev tiene esa difícil dualidad entre objetividad y dificultad de audición y belleza sonora y musical en ella misma. Te convence o no, te gusta o no. La suite fue estrenada en 1937 en París.

Lo cierto es que nada más se inicia su audición, el bellísimo motivo con el que se abre te embelesa (me recuerda mucho al tema inicial de Salvar al Soldado Ryan) y te atrapa en una atmósfera sensual, emotiva e intensamente emocional. La fantástica melodía del segundo movimiento tiene una fuerza irresistible, mezcla de serenidad y plácida sensualidad. La Boda de Kijé es de un dinamismo irresistible, pura musicalidad y danzabilidad. La Troika es maravillosa, energía en movimiento, fuerza y dinamismo. El último movimiento, es una muestra bellísima de la conjunción de unos motivos con otros, en este caso el inicial sabiamente aderezado con otros motivos de la obra, de manera que Prokofiev consigue una particular unión musical que produce una enorme emoción mientras tienes la sensación de estar en dos universos musicales diferentes.

La suite consta de cinco movimientos: 

El Nacimiento de Kijé
Romance
La boda de Kijé
Troika
El Entierro de Kijé

Una música maravillosa que aún con tintes grotescos o satíricos no deja de entusiasmarte y de robarte el corazón. En esta aproximación de Szell podremos disfrutar además de su habitual precisión y maestría técnica de una maravillosa y encantadora seducción en lo musical por una belleza sonora sin par, una elegancia exquisita y una sensualidad  flor de piel.





Espero de todo corazón que disfruten de estas tres soberbias obras musicales. Tres obras interpretadas de forma magistral por una excepcional orquesta y un director como pocos haya existido.


Mussorgsky, Cuadros de una Exposición
Kodály, Háry János Suite*
Prokofiev, Suite Sinfónica Lieutenant Kijé**

George Szell
Cleveland Orchestra
Címbalo, Toni Koves-Steiner*
Contrabajo, David Perlman**
Corneta, David Zauder**

Grabaciones:
Cleveland, Severance Hall
Cuadros de una Exposición, 30 de octubre de 1963
Háry János Suite, 10 y 11 de enero de 1969
Suite Sinfónica Lieutenant Kijé, 17 y 18 de enero de 1969














sábado, 14 de abril de 2012

Bruckner. Sinfonía nº 2, "De las Pausas". Skrowaczewski. Saarbrücken Radio Symphony Orchestra. 1999.


Queridos amigos retomamos la actividad de nuevo. Hoy quiero dejarles una de las más bonitas obras musicales que haya escuchado y una de las primeras sinfonías del maestro Bruckner que, tras la Novena, escuché. La Sinfonía nº 2 de Anton Bruckner o Sinfonía de las Pausas. Una verdadera delicia musical que además en manos del maestro Skrowaczewski cobra un valor especial por el maravilloso juego musical que realiza con ella (tan sólo Chailly con el Concertgebouw ha conseguido transmitirme tanta belleza).

La Sinfonía nº 2 de Bruckner fue comenzada a escribir en 1871 en Inglaterra durante la estancia de Bruckner en una serie de conciertos para organistas (fue el único austríaco invitado a tocar en la Exposición Internacional de Londres de 1871). Su composición se extendió entre el 11 de octubre de 1871 y el 11 de septiembre de 1872 (versión original de 1872). 

Como era habitual en el maestro fue revisada en 1873 antes del estreno en Viena (revisión de 1873) con leves cambios consistentes en la modificación del orden de los movimientos centrales y la sustitución en al Adagio de la trompa por el clarinete. La primera representación una vez preparada tuvo lugar el 26 de octubre de 1873, con el compositor al frente de la Orquesta Filarmónica de Viena (la obra nunca gustó a los músicos vieneses, uno de los cuales la denominó despectivamente "de las Pausas", ni a su director Otto Dessof.

Posteriormente realizó una nueva versión, preparada a partir de 1875, que se presentó el 20 de febrero de 1876 (revisión de 1876), y que tuvo a los mismos intervinientes en su presentación. En esta revisión de 1876 se mantiene la base de la de 1873 con la recuperación de algunos fragmentos de la versión original de 1872. La colaboración, con toda la buena intención del mundo, de su amigo Johann Herbeck (responsable entre otras cosas de la llegada de Bruckner a Viena e incansable "psicólogo" del maestro) fue intensa con el maestro aunque a la par sirvió para sacar a relucir las ya iniciales indecisiones de Bruckner respecto a su capacidad como compositor.


Más adelante Bruckner procedió a realizar una nueva revisión, revisión de1877, los cambios consisten en algunos recortes de fragmentos del primer movimiento y cambios en el Adagio, eliminando el solo de violín del mismo y modificando algunos fragmentos del final. 

Hasta 1892, tras años de trabajo, no se publicó la última versión. La revisión de 1892 presenta ligeras diferencias con respecto a la revisión de 1877, leves modificaciones en la instrumentación y retoques en el final de la obra.

Anton Bruckner intentó dedicar su Segunda Sinfonía a Franz Liszt ante el silencio que tuvo por respuesta su petición inicial de dedicatoria a la Orquesta Filarmónica de Viena aunque Liszt tampocó prestó la menor atención a la dedicatoria del maestro austriaco llegando a perder incluso el manuscrito dedicado. Finalmente Bruckner se decidió a no dedicarla a persona alguna.


La obra se estructura en cuatro movimientos:

I. Moderato. Ziemlich schnell
II. Adagio - feierlich, etwas bewegt
III. Scherzo: Schnell
IV. Finale Mehr schnell

Marcado en azul están los movimientos de la obra que se cambiaron en su orden tras la primera edición de 1871 (Scherzo-Adagio, como en la Octava). A partir de la revisión de 1873 el orden se estableció en Adagio-Scherzo y se ha mantenido así en sus diferentes revisiones.

En el caso del precioso disco que dejamos hoy, Skrowaczewski de decanta por la versión de 1871/1872 en su Revisión de 1877 y en la Edición Crítica de Leopold Nowak de 1965. 

La interpretación. Absolutamente excepcional. 

Magnífica la Orquesta de la Radio de Saarbrücken, preciosa en su conjunto, con unas bellísimas cuerdas, realmente excepcionales, con un color y un timbre precioso. Ofrecen una intensísima recreación de la música de Bruckner  en la que particularmente me encantan sus cuerdas bajas en el movimiento final por ejemplo o la trompa del segundo movimiento o la intensidad controlada de la orquesta al completo en el complejo final.


El desarrollo que realiza el maestro Skrowaczewski es brillante y sabio. Logra un primer movimiento maravilloso, donde las pausas resultan simplemente prodigiosas. Unas pausas que inicialmente estaban previstas para que los intérpretes originales de la obra pudieran llegar a entender la misma, su estructura y la unidad de sus partes. Unas pausas que marcaban la línea de base de la sinfonía sirven también y ya son el primer signo de la forma compositiva en bloque del maestro. Resulta un movimiento maravilloso, precioso en su sonoridad, con las diferentes partes desarrolladas de manera uniforme y enlazadas con esas inquietantes y preciosas pausas. Un movimiento de enorme romanticismo, de un gran lirismo y a la par de una enorme intensidad y pasión.

El segundo movimiento nos permite gozar de una deliciosa música en forma de un Adagio conmovedor en el que siguen existiendo las pausas del primer movimiento pero de una forma menos intensa de manera que hay una mayor continuidad musical, con una verdadera magia sensual que se desboca en su final con una lección de hermosura musical con la trompa solista, sencillamente deliciosa y encantadora.

El tercer movimiento es un Scherzo con mucho carácter de danza y  con menos pausas. Resulta particularmente nostálgico y ensoñador, marcando unos ritmos delicados y suaves que rápidamente entran en tu sentimiento y en tu corazón.

El movimiento final es quizá el más extraño de todos. Hay una mezcla preciosa de discontinuidad, de diferentes materiales, temas y ánimos que se enlazan o se enfrentan entre sí. Siguen apareciendo las hermosas pausas, como en los movimientos anteriores, y las fanfarrias del metal, las melodías líricas, hermosísimas, los momentos de gran intensidad emotiva y de pujanza sonora se mezclan con la ironía y la alegría de ciertos momentos lúdicos. Un verdadero lujo aparentemente sin sentido o forma pero de resultado final maravilloso y contundente en el que se puede disfrutar del placer sonoro de las cuerdas, la intensidad de los metales, la energía creciente y acumulativa. Una belleza realmente sorprendente.

Esero que disfruten de esta maravillosa obra musical. Digna de ser considerada y tenida en cuenta como un ejemplo de música para el corazón, música bella y noble de un noble y sencillo Maestro.

Bruckner
Sinfonía nº 2
Stanislaw Skrowaczewski 
Saarbrücken Radio Symphony Orchestra
Kongresshalle Saarbrücken
Grabación: 23 al 26 de octubre de 1999
Versión de 1871/1872, Revisión de 1877, Edición de Leopold Nowak (1965)





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