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miércoles, 5 de septiembre de 2012

Beethoven. Sinfonía nº 3. Gran Fuga. Furtwängler. Orquesta Filarmónica de Berlín. Orquesta Filarmónica de Viena. 1952. 1954.


Queridos amigos, hoy dejamos, para disfrute general, un maravilloso y conmovedor registro del maestro Furtwängler. Una Tercera de Beethoven absolutamente magistral, soberbia, inconmensurable.

El registro está realizado el 8 de diciembre de 1952 en Berlín al frente de la Filarmónica de la ciudad y para mi gusto es uno de los más hermosos, intensos, sinceros y profundos que se ha realizado de esta magna obra de Beethoven cosa que ya es apuntar muy alto.

Nos encontramos ante un Furtwängler intensísimo, desde el mismo inicio de la ejecución, con un punto de tensión difícil de igualar, contenido en sus "aceleraciones", con un maravilloso pulso rítmico y con una sorprendente agilidad en las entradas a las distintas frases de la obra y grupos orquestales. Agilidad combinada con una serenidad pasmosa, que no parsimonia, en su dirección; serenidad no exenta de un marcado sentido rítmico y plena de intensidad emocional.  

Pocos se han acercado a un primer movimiento tan bellamente expuesto. Con una delicadeza sin par, haciendo emerger de lo más profundo del silencio un sonido verdaderamente poderoso y lleno de fuerza es capaz de hilvanar de manera magistral cada uno de los pasajes del mismo, marcando cada frase, cada gesto instrumental, cada sonido y obteniendo de la filarmónica berlinesa una pulcritud sonora sobresaliente, un detalle sonoro inalcanzable. Como es capaz de aunar serenidad con intensidad sin cometer el error de la prisa es sencillamente una muestra de maestría y un ejemplo que difícilmente pueda superarse.

Maravilloso y especial es ese segundo movimiento, profundo y tenso, delicado y hermoso. Ejecutado con un tempo verdaderamente magistral está embellecido por una calidad instrumental sin par, majestuoso y expansivo, dulcemente sereno no deja de lado la intensidad emocional que encierra. Resulta conmovedor escucharlo, de verdad, y transmite una sensación de paz y delicadeza que se une a una intensa grandeza y armonía capaz de hacer soñar y de sentir sensaciones profundísimas, capaz de estremecer.  


Tras este emotivo, tenso y profundo segundo movimiento nos trasladamos de forma mágica a un Scherzo rompedor. Contraste magistral dentro de la obra, resulta sorprendente de qué manera puede cambiarse el curso de una "historia" musical en unos pocos segundos. Casi sin poder recuperarse de la intensa carga del segundo movimiento se enlaza de manera sorprendente un inicio vivaz y sencillo que estalla de forma mágica en un gesto de vitalidad intenso, un movimiento cargado de fina delicadeza y sabia alegría. Una ejecución instrumental poderosa, contrastada, matizada llena de ritmo y de finura. Un verdadero anticipo de las futuras obras románticas de años futuros.

Tras este, podemos decir, descanso de emociones dado por el Scherzo nos trasladamos al mundo de los asombroso. Un Final maravilloso con una musicalidad y vitalidad desbordantes, con un manejo bellísimo de las variaciones y un ritmo poderoso. Una combinación sabia de alegría, fantasía, dulzura, sorpresa y belleza. Y Furtwängler es capaz, como quizá nadie haya logrado, de exponer todos esos matices con un absoluto dominio del marco musical global. Unos músicos berlineses sorprendentes capaces de explotar la belleza de su sonido son capaces de ofrecer lo que el maestro nos quiere dar. Y quizá nunca mejor dicho, no es sólo ya que Beethoven nos deje una verdadera obra de arte musical, es que Furtwägler nos regala parte de su alma, de su vida, de su energía. Nos da intensidad, nos deja belleza, nos ofrece pensamiento y nos permite gozar de un intenso, intensísimo, sentimiento de hermosura. La magistral forma de acumular tensión en su desarrollo final es, para mi gusto, parte de la historia de la música.


El disco se completa con una asombrosa ejecución de la dificilísima Gran Fuga por una Filarmónica de Viena inspirada y fenomenal. Es una ejecución que ya habíamos dejado previamente en este espacio en un disco donde se acoplaba con otras obras de Beethoven y que verdaderamente recomiendo escuchar con atención. Obra de compleja ejecución y de aún más compleja audición resulta un verdadero milagro de belleza cuando se escucha y vas tomando el hilo de la misma.

Espero, de corazón, que disfruten de este maravilloso ejemplo de la "Música" en mayúscula. Un modo de entender la música que ya no se presentará jamás.

Gracias Maestro.


Beethoven
Sinfonía nº 3
Furtwängler
Orquesta Filarmónica de Berlín
Grabación: 8 de diciembre de 1952, Berlín, Titania Palast
Gran Fuga op. 133
Orquesta Filarmónica de Viena
Grabación: 30 de agosto de 1954, Festspielhaus, Salzburgo










domingo, 2 de septiembre de 2012

Bruckner. Sinfonía nº 9. Gustavo Dudamel. Gothenburg Symphony Orchestra. 2008.


Queridos amigos, seguimos con la modesta actividad de este nuestro espacio. Hoy y recordando a nuestro querido Leiter en una de sus últimas entradas que estaba dedicada a las jóvenes promesas de la dirección me permito dejar este maravilloso disco para disfrute de todos y como continuación del breve homenaje a Javier de ayer.

Un disco precioso donde se dan la mano la juventud, la gran música de Bruckner, la madurez y el final de un ser y de un concepto musical. Presente y pasado trasladados ambos, como muestra del poder de la Música, a la vida actual. La vitalidad de un director joven y pujante unida a la sabiduría de la edad de un maduro maestro ya forjado en muchas batallas y dicho sea de paso con muchas heridas en ellas. Algo tiene de especial la música de Bruckner para poder calar así en las personas, incluso en las más jóvenes, llenándolas de emoción de sentimiento y de profundo pensamiento.


Pareceres y opiniones aparte, hay que admirar el talento del joven director Dudamel. Un talento que poco a poco va madurando y afianzándose, un talento abierto al aprendizaje de todo. Comentaba el amigo Javier que pocos directores actuales pueden presumir de su bagaje y de su historia. 

Dudamel, criticado por muchos y alabado por otros tantos nos muestra a un joven director con ansia de aprendizaje, con amor y pasión por la música, con fe en la juventud, con desbordante vitalidad y energía. Para mi gusto uno de los discos más bonitos que haya escuchado últimamente fue su Fiesta, todo un prodigio de música bonita, alegre, melódica, tocada con ilusión y emoción.


Y Dudamel nos ofrece una dosis más de esas virtudes en esta preciosa interpretación de la Novena de Bruckner. Una obra difícil, muy difícil, de digerir y de administrar en toda su profundidad por cualquiera que lo intente. 

Y no me defrauda. Quizá porque no busque en esta interpretación la profundidad de los grandes maestros clásicos del pasado siglo XX, quizá porque busque en ella un soplo de emoción profunda que conmueva de manera diferente a otras aproximaciones, Un soplo de vitalidad que afronte el fin como un inicio. Y sigue sin defraudarme. Su dirección es contenida, dotada de profundo conocimiento del manejo de los tiempos y de las gradaciones; manejo maravilloso de la masa orquestal, sentido de conjunto y visión global precisa.

Y la Sinfónica de Göteborg resulta un instrumento tan válido como cualquier orquesta germana. No más pero no menos, sino simplemente igual de válida. Cuerdas sedosas de gran tersura y fraseo; metales precisos, contundentes y poderosos, maderas delicadas y encantadoras. Grupos orquestales enlazados por un Dudamel preciso y preciosista, firme y contenido en su expresividad, interiorista y profundo.

Me encanta esta interpretación, me llena de alegría y a la par de profunda congoja. Disfruto con ella. Me parece un verdadero regalo musical que irá madurando más y más con el tiempo y la experiencia. Pero es un precioso Bruckner querido Gustavo, un precioso Bruckner.


Escúchenla son atención, sin prejuicios. Creo que si se dejan llevar por la belleza de la música van a disfrutar mucho, muchísimo de este disco.



Bruckner
Sinfonía nº 9
Gustavo Dudamel
Gothenburg Symphony Orchestra
Grabación: Konserthuset, Göteborg, Sweden, febrero de 2008
Versión Original de 1894 en la Edición de Leopold Nowak de 1951







viernes, 31 de agosto de 2012

Descansa en Paz querido Francisco Javier Menéndez Ciudad "Leiter"



Queridos amigos. Hoy he conocido una tristísima, noticia que jamás me hubiera gustado conocer y que sinceramente me ha afectado aún a pesar de conocer su previsible posibilidad.

El gran Leiter, Francisco Javier Menendez Ciudad, falleció hace unos días, concretamente el pasado 28 de agosto.

Triste noticia para muchos, muchísimos amigos que hemos aprendido tanto de una persona humana, cariñosa, culta, profunda, sencilla (que es mucho), luchadora, encantadora, familiar y desprendida.

Esta entrada sólo pretende rendirle un homenaje merecido, muy merecido.

Javier


Que escuchen con respeto y en recuerdo de Javier esta hermosa música para que todas sus notas se unan con nuestros recuerdos y lleguen hacia él. Debe tener un viaje agradable.

Nuestras condolencias y nuestro apoyo a su familia, seres queridos y amigos (muchos Javier, muchos).

Javier, descansa en paz. No te olvidaré, no te olvidaremos.

Siempre tendremos tu sabiduría y tu legado.

Blog de Javier



Verdi
Misa de Requiem

Ferenc Fricsay
RIAS-Symphonie-Orchester-Berlin
RIAS-Kammerchor
Chor der St. Hedwigs-Kathedrale
Director, Karl Forster
Maria Stader, soprano
Marianna Radew, mezzo
Helmut Krebs, tenor
Kim Borg, bajo

Grabación
Berlín, Jesus-Christus-Kirche, septiembre de 1953

















Shostakovich. Sinfonías nº 5, nº 10 y nº 12. Mravinsky. Orquesta Filarmónica de Leningrado. 1984. 1976. 1984.


Queridos amigos, hoy en la página Nuevas Actualizaciones dejamos las correspondientes a los maravillosos registros fonográficos del genial maestro Mravinsky de las sinfonías nº 5, nº 10 y nº 12 de Shostakovich al frente de la portentosa formación de Leningrado.

Un testimonio francamente conmovedor de una música extraordinaria dirigida por un director que quizá sea el que de mejor forma y con un mayor sentido haya expuesto el fondo de estas obras de Shostakovich.

Además un monumental ejemplo de la prestación de una orquesta maravillosa, particular en su sonoridad, poderosa y perfecta y podemos decir que exprimida hasta extraer de ella su máximo jugo musical.

Espero que disfruten de ellas.


















Shostakovich
Sinfonía nº 5 

Evgeny Mravinsky
Orquesta Filarmónica de Leningrado

4 de abril de 1984
Leningrad Philharmonic Large Hall, directo

Shostakovich
Sinfonía nº 10

Evgeny Mravinsky
Orquesta Filamónica de Leningrado

3 de marzo de 1976
Leningrad Philharmonic Large Hall, directo

Shostakovich
Sinfonía nº 12

Mravinsky 
Orquesta Filarmónica de Leningrado

30 de abril de 1984
Grand Hall of Leningrad Philharmonic, directo


Se aconseja visitar también esta preciosa entrada con la grabación de la sinfonía nº 11:




lunes, 27 de agosto de 2012

Beethoven. Conciertos para Piano nº 3 y nº 5. Leonard Bernstein. Rudolf Serkin, piano. Orquesta Filarmónica de New York. 1964. 1962.


Queridos amigos, esta noche me gustaría compartir con todos vosotros este hermoso disco. Un disco con dos de los más bonitos conciertos para piano jamás escritos. Un disco del que siempre he estado enamorado ya que fue uno de los disco que facilitaron mi primer acercamiento al Concierto nº 5 de Beethoven y por el que sigo teniendo un cariño especial. Y seguramente no seré objetivo en su valoración. Se dan muchas circunstancias que hacen que le tenga en altísima estima y que no podré explicar. Son de esos discos que atesoras y que guardas en tu interior y que todas y cada una de las veces que lo escuchas te llena, te sorprende y te gratifica.

No obstante lo anterior, me permitirán que les recomiende su escucha, aún desde una recomendación algo partidista, el disco es una verdadera delicia. 

Si no me equivoco, Bernstein no llegó a grabar un ciclo completo de los conciertos para piano de Beethoven con un mismo pianista. Los intentos quedaron ahí con Gould, con Serkin y con Zimerman. Todos los ciclos, incompletos eso sí, tienen verdaderas joyas y de las aproximaciones con Serkin, su grabación del Emperador me parece la más conseguida de todas. 

Tres grandes pianistas de estilos completamente diferentes y tres visiones igualmente diferentes de Beethoven. Gould siempre libre y sorprendente, Zimerman maravilloso y técnicamente perfecto y Serkin un verdadero clásico, un artista de la vieja escuela, con técnica depurada y sonoridad al piano maravillosa. Las grabaciones se realizaron por Bernstein en tres etapas diferentes de su evolución como director. Quizá la serie de grabaciones con Serkin, sin llegar a la maravillosa expresividad de Gould es la más lograda, para mi gusto, en cuanto a la combinación de técnica, sensibilidad y vitalidad contando además con una Filarmónica de New York realmente fantástica.

Bernstein amaba a Beethoven, como amaba a Mahler. Su evolución estilística con respecto al maestro de Bonn fue quizá más acusada que la que tuvo con Mahler con el que fue madurando su concepto expresivo hasta llevarlo a extremos al que pocos directores han osado acercarse. Con Beethoven resulta más pausado y comedido en su visión pero es manifiesto su cambio si comparamos las aproximaciones con New York y las realizadas años después con Viena, verdaderas obras maestras interpretativas y un verdadero manantial de belleza. Pareciera que en esta etapa norteamericana Lenny preparase su esquema de Beethoven, madurase su concepto de compositor clásico renovador, osado, poderoso y rompedor. Y en ese esquema sin perder su vitalidad inicial va progresivamente añadiendo matices, texturas, colores, pinceladas hasta lograr lo que era su visión.



Es el mismo Beethoven pero madurado con la experiencia, el mismo Beethoven enérgico, de sonoridad apolínea, de estructura firme pero maleable, de profundo mensaje de amor, poder y libertad.

Y en estas versiones de principios de los años 60 apreciamos los magníficos detalles del piano del maestro alemán, su integración en el discurso orquestal como una parte más de la misma orquesta, en diálogo y sin enfrentamiento. Una orquesta delicadísima, maravillosa en sus melodías, con detalles que de verdad te llevan al séptimo cielo. Y todo ello Lenny lo sabe clarificar de una manera fácil dejando a Serkin una participación de igual a igual y respondiendo con su pulsación clara y nítida, su soberbia maestría en los pasajes delicados y su sensacional impulso y energía para aquellos momentos intensos y poderosos.

El Concierto para Piano nº 3 es una maravilla. Ligero de textura, con calado sentimental, con elocuencia en la expresión y con un piano verdaderamente sorprendente de Serkin que sabe transmitir toda la hermosura, el profundo calado, la energía, la brillantez y el dramatismo que encierra esta soberbia música. Una orquesta excepcional que ofrece una entrada al concierto digna de admiración dejando luego ese piano de Serkin, solitario piano, exponer un movimiento del todo punto magistral y majestuoso como es cálido y sedoso en el segundo movimiento, melodía pura y que nos ofrece un ritmo vitalista en su rondó final.

Y, para mi gusto, el Concierto nº 5 es la joya de este disco. Poderoso, rítmico, vitalista, profundo y delicado. Serkin está genial, soberbio, cristalino, pulcro y nítido y se ve acompañado por una orquesta y unos solistas absolutamente geniales. No llegan al poder inconmensurable de un Klemperer y Barenboim pero no se le quedan muy lejos en visión, en concepto y en calidad. Un Lenny mucho más ligero que Klemperer junto a un Serkin más maduro y claro que el maestro argentino. 

Una combinación, la de Serkin y Lenny, que de verdad es digna de escuchar. Combinación que permite saborear la fantástica introducción inicial del primer movimiento, paladearla en toda su extensión, disfrutando de los temas orquestales y de la exposición del tercer tema por el piano claro y nítido de Serkin. Una combinación que nos permite degustar ese arte supremo con que se expone el segundo movimiento, un verdadero prodigio de delicadeza y belleza, de calma y serenidad y una combinación, en definitiva, que nos hace sentir escalofríos en un tercer movimiento mágico de juegos entre orquesta y solista, una vez uno otra el otro hasta desembocar en su majestuoso y poderoso final.

Espero que disfruten del disco, disco que por otra parte tiene una calidad sonora espectacular (¡qué maravillosas grabaciones de Columbia se hacían en el Manhattan Center de New York!).

Que disfruten de ello. Para mi entender, un verdadero monumento fonográfico.





Beethoven
Conciertos para Piano nº 3 y nº 5
Leonard Bernstein
Orquesta Filarmónica de New York
Rudolf Serkin, piano
Grabaciones:
Manhattan Center, New York, 
nº 3, 20 de enero de 1964
nº 5, 1 de mayo de 1962