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miércoles, 3 de octubre de 2012

Bruckner. Sinfonías nº 5 y nº 7. Eugen Jochum. Orquesta Nacional de Francia. 1969. 1980.


Queridos amigos dejamos hoy en la página de Nuevas Actualizaciones y gracias a nuestro querido amigo La Danse de Puck que nos lo ha recordado los dos preciosos e irrepetibles discos grabados por Eugen Jochum al frente de una sorprendente Orquesta Nacional de Francia de las Sinfonías nº 5 y nº 7 del maestro Bruckner.

Ya en las entradas originales elogio estas increíbles grabaciones de Jochum que para mi siempre han tenido un atractivo especial y que pienso sinceramente son realmente excepcionales por méritos musicales y situación histórica. 

Les animo a escucharlos. Quedarán gratamente sorprendidos de la excepcional recreación que realiza Jochum de ambas obras (no sé cuál decirles que mejor) y de la genial, brillante, emotiva, contundente y enérgica prestación musical y humana que realiza la orquesta francesa.

Espero que lo disfruten. Gracias Danse.


Bruckner
Sinfonía nº 5
Versión de 1878 en Edición Nowak de 1951, sin diferencias significativas con la Edición Haas de 1935

Eugen Jochum
Orquesta Nacional de Francia

Grabación: 
Théâtre des Champs-Élysées
22 de octubre de 1969


Bruckner
Sinfonía nº 7
Versión de 1885 con modificaciones de Bruckner en Edición de Albert Gutmann de 1885

Eugen Jochum
Orquesta Nacional de Francia

Grabación: 
Théâtre des Champs-Élysées
6 de febrero de 1980













martes, 2 de octubre de 2012

Dvorak. Sinfonía nº 7. Smetana. Obertura The Bartered Bride. Tres Danzas de The Bartered Bride. El Moldava. Leonard Bernstein. Orquesta Filarmónica de New York. 1963. 1963. 1965. 1964.


Queridos amigos, algunas ocasiones especiales se han quedado atrás en estos días que no hemos podido celebrar como merecen. Dos de ellas destacan, la celebración del Día Internacional de la Música y el cumpleaños del gran violinista David Oistrakh. Les agradecería que visitaran los enlaces marcados a continuación de dos hermosísimos espacios amigos como son Do Mayor y Odeón para que puedan disfrutar de sus respectivos comentarios al respecto. Merece la pena.

Por nuestra parte vamos a dejar hoy un hermoso, brillante y excepcional disco grabado por Leonard Bernstein y su Orquesta Filarmónica de New York con obras de Dvorak y Smetana. Concretamente la preciosa Sinfonía nº 7 (ó nº 2 según las clasificaciones) de Dvorak y un conjunto de pequeñas piezas de Smetana absolutamente deliciosas entre las que se incluye el famoso y, no por más escuchado, siempre bello Moldava.

La Sinfonía n.º 7 compuesta entre 1884 y 1885 de Dvorak se publicó inicialmente con el número 2 que es el que le correspondía en la primera clasificación realizada de la obra sinfónica de Dvorak en la que no se incluían las cuatro primeras sinfonías. Es generalmente conocido el origen de esta obra. Dvořák, admirador del maestro Brahms, había escuchado, y tenía en gran estima, en 1884 la Sinfonía n.º 3 de Brahms, y espoleado por esa maravillosa obra se animó a lanzarse a la composición de una nueva sinfonía. Ese mismo año la Sociedad Filarmónica de Londres le encarga la escritura de una obra sinfónica con motivo de su designación como miembro de honor de la misma. Dvorak era gran amante de las locomotoras y en uno de sus habituales paseos diarios a la estación de ferrocarril de Praga comenzó a gestar el germen de la futura obra. Lo describe el propio maestro en estas palabras: "El primer tema de mi nueva sinfonía destellaba dentro de mi mente como la llegada de un tren festivo que traía a nuestros campesinos de Pest" (referencia de Wikipedia y CD).


Para la composición de la obra se mantiene en su base las ideas patrióticas de Dvorak, su deseo de dar fuerza al pueblo checo, de apoyarlo en sus manifestaciones de libertad como nación checa. A esta base se le suma el momento temporal particularmente difícil del maestro coincidente con los fallecimientos de su madre e hijo y sin olvidar, repetimos, el profundo deseo de Dvorak de ver expresada en la obra el alma y la esencia del pueblo checo.


Su estreno, fabuloso y exitoso estreno, tuvo lugar el 22 de abril de 1885 en el St James’s Hall de Londres dirigida por el propio compositor. Obra con marcado carácter, lírica pero a la par explosiva y brillante, de un ritmo y fuerza verdaderamente significativos está dotada también de un excepcional sentido melódico, de un profundo romanticismo, de una enorme sensibilidad y de una belleza sonora impactante. Obra emotiva que sin que podamos decir tenga un programa o ideal de fondo resulta enormemente depurada, fina, ágil y concisa en su expresividad y a través de estas premisas logra el fantástico efecto de una dimensión emocional sin par en las composiciones del maestro Dvorak. 

La interpretación de Bernstein es sencillamente deslumbrante, llena de magia, de ritmo (es sencillamente genial), de expresividad, de timbres y de colores. Una orquesta que luce, precisa, fina, plena de efectividad y de sonido encantador. Realmente mágico, para mi gusto una aproximación realmente bella de Bernstein a Dvorak incluso más lograda que la que realizó de la Sinfonía nº 9.


En cuanto a Smetana simplemente me atrevo a decir que es pura magia, encanto, danzabilidad, ritmo, belleza orquestal y placer musical. Independientemente de sus matices o intenciones de carácter nacional que en su momento pudieran tener resulta extraordinario ver como con los años esa intencionalidad queda superada por la belleza de la música. En el caso concreto del disco presentado dicha belleza resulta enorme, sencillamente impactante. Bernstein logra una intensidad, una frescura y un dinamismo sin par. Preciosas.



Espero que disfruten del disco.



Dvorak

Sinfonía nº 7
Leonard Bernstein
Orquesta Filarmónica de New York
Grabación: 28 de enero de 1963, Philharmonic Hall, New York

Smetana

Obertura The Bartered Bride
Leonard Bernstein
Orquesta Filarmónica de New York
Grabación: 28 de enero de 1963, Philharmonic Hall, New York

Tres Danzas de The Bartered Bride
Leonard Bernstein
Orquesta Filarmónica de New York

Grabación: 1 de febrero de 1965, Manhattan Center, New York

El Moldava
Leonard Bernstein
Orquesta Filarmónica de New York

Grabación: 23 de noviembre de 1964, Manhattan Center, New York










domingo, 30 de septiembre de 2012

Schubert. Sinfonía nº 4. Schumann. Sinfonía nº 4. Eugen Jochum. Concertgebouw Orchestra. 1960.


Queridos amigos, terminamos hoy, al fin, la publicación de este hermoso doble disco del maestro Jochum complementando así la entrada anterior dedicada a obras de Wagner y Strauss. En esta ocasión el disco nos deja las aproximaciones, siempre elegantísimas y de una maravillosa arquitectura y construcción, de Jochum a dos hermosas obras, las Sinfonías nº 4 de Schubert y de Schumann dirigiendo a la portentosa Orquesta del Concertgebouw.

Jochum es un verdadero maestro clásico, un portentoso recreador de la música trasladando su sentido más allá de las simples notas o melodías que la formen. Las desgaja y las expone de una manera habilísima para sacar de ellas toda su emoción, su belleza formal, so composición, sus texturas, dinámicas, colores y timbres. Y a todo ello le añade ese sutil toque de magia que es el cariño y el amor por lo que está interpretando. 

Schubert es poesía pura, quizá el sinfonista con una música más melodiosa, perfecta en equilibrio y de armonía más sutil, elegante y delicada que haya existido. Sus manejos y juegos entre las cuerdas y las maderas me han conmovido siempre y me han dejado todas y cada una de las veces que lo he escuchado un gusto dulce, un sentimiento de paz, serenidad y tranquilidad maravilloso y una sensación de asombro ante la excepcional forma con la que los maneja. Pero no sólo es eso, Schubert tiene más, mucho más. Sus composiciones me parecen sólidas, con gran sentido estructural; composiciones clásicas y a la vez avanzadilla de nuevas formas de estructurar los pasajes musicales, de manejar los instrumentos, un prodigio de exquisitez tímbrica y unas obras con un contenido musical de mucho más valor del que habitualmente se le da.

La Sinfonía nº 4 o Trágica del maestro Schubert es un ejemplo maravilloso del compositor joven, admirador del gran Beethoven, formado en el clasicismo de Haydn y Mozart, y aunque deudora en parte de la obra del mismo emerge por ella misma mostrando su enorme creatividad y poder melódico, su grandeza emocional y su libertad expresiva que le permite salirse de forma sutil de la estructura clásica habitual. Fue iniciada a principios de abril y terminada el 27 de ese mismo mes del año 1816. Interpretada poco después por la orquesta de aficionados en la que Schubert tocaba la viola su primera presentación profesional fue dirigida por A. F. Riccius en Leipzig, el 19 de noviembre de 1849. Y es una obra de un joven músico, un músico que sin pretender llegar a profundizar el el profundo trágico del ser humano explora rincones del mismo que simplemente expone desde su mentalidad, su edad y su increíble y única alma poética y ensoñadora. Una maravillosa muestra de brillantez, vitalidad, profundidad, seriedad, alegría y belleza.


Jochum consigue con este hermosa Sinfonía nº 4 poner de manifiesto todo esto que les estoy describiendo. Con una dirección elegante, suave, matizada en los detalles y con una visión global clara, nos conduce por un universo sonoro de excepción. Con un tono semejante a su Haydn aunque mucho más avispado logra exponer todos los detalles y articulaciones de las maravillosas melodías y frases de Schubert logrando un verdadero monumento sonoro de enorme belleza, fuerza, delicadeza, ritmo, expresividad y emoción. Un verdadero lujo que se ve adornado por ese otro gran lujo que es la Orquesta del Concertgebouw y sus instrumentistas. Un prodigio de elegancia, finura, técnica, conjunto y buen hacer. Una gloriosa interpretación.

La Sinfonía nº 4 de Schumann fue completada en 1841 (primera versión) y Schumann realizó una profunda revisión en 1851 referente a la estructura y la orquestación. Para Schumann la segunda versión era de mayor valor y era la estimada por él aunque Brahms tenía en enorme estima la versión original de la obra (de hecho publicó esta versión original de la misma). Las dos versiones tienen tempos notados de forma diferente.
La versión de 1841 sigue este esquema con la notación italiana de la música:
  • Andante con moto - Allegro di molto (re menor ? re mayor)
  • Romanza: Andante (la menor)
  • Scherzo: Presto (re menor)
  • Largo - Finale: Allegro vivace (re mayor)
La versión revisada de 1851 (la usada generalmente y en concreto en este disco) sigue este otro esquema con la interpretación continuada de los movimientos.
  • Ziemlich langsam - Lebhaft (re menor)
  • Romanze: Ziemlich langsam (la menor)
  • Scherzo: Lebhaft (re menor)
  • Etwas zurückhaltend - Langsam (sol menor)
  • Lebhaft (re mayor)
La obra es una verdadera obra maestra, Un encanto de composición, de dulzura, de orquestación atractiva, de maravillosa recurrencia de motivos musicales de enorme belleza. Con juegos instrumentales de encantadora poesía y profundidad es una música que te genera un estado de ánimo mezcla de serenidad, nostalgia y algo de soliviantamiento. Los pasajes de las cuerdas de Schumann son verdaderas maravillas musicales combinados con unas maderas maravillosas y unos metales justamente dosificados. Su indicación de continuidad entre los distintos movimientos es de una enorme valor dando a la obra ese recorrido unitario precioso con transiciones preciosas que bien realizadas logran una gran impacto musical y sonoro.


Y Jochum logra un punto de equilibrio muy justo entre todas las fuerzas musicales que integran la obra. Por dosificación, por manejo de intensidades, por la creación del ritmo y del flujo justo del devenir de la música. Sus encadenamientos de los movimientos resultan preciosos, su intensidad justa, sin excesos que convierten a Schumann en un mal orquestador, sin excesos de ralentización que a veces hacen a Schumann un verdadero suplicio de escuchar. Creo que apoyado en la prestación soberbia de la orquesta holandesa jochum transmite un Schumann claro, limpio, emotivo, con juegos tímbricos preciosos, con un hilo conductor sin rotura, con un camino trazado, despejado y con amplia vista al frente.

Preciosa interpretación de una Cuarta Sinfonía de Schumann quizá de menor pasión o energía que las plasmadas por Szell o Furtwängler pero con una maravillosa sencillez de ideas que la hacen una obra dinámica, bella, atractiva y fácil. Verdaderamente bonita.





Schubert
Sinfonía nº 4

Schumann
Sinfonía nº 4

Eugen Jochum
Concertgebouw Orchestra

Grabaciones:
Schubert, 5 al 7 de septiembre de 1960
Schumann, 15 al 19 de diciembre de 1960













sábado, 29 de septiembre de 2012

Brahms. Integral de las Sinfonías. George Szell. Cleveland Orchestra. 1964 a 1967.


Queridos amigos, dejamos hoy en la página Nuevas Actualizaciones un excepcional estuche con la Integral Sinfónica de Brahms, George Szell y la Orquesta de Cleveland. Un conjunto maravilloso de discos de un altísimo nivel artístico, enorme valor musical y una de las grandes aproximaciones en conjunto a la obra sinfónica del nuestro querido maestro Brahms.

Como siempre destaca la maravillosa precisión de Szell, la fantástica ejecución de su orquesta, esa excepcional formación que es la Cleveland Orchestra en sus mejores años, esos años que Szell mantuvo su dictado y su orden. Rezuma belleza, sinceridad, finura, brillo, tímbrica y color excepcionales. Sencillamente de las grandes, grandes aportaciones de Szell.

Espero que vuelvan a disfrutar de estas preciosas interpretaciones.






Contenido

Brahms 
Integral de las Sinfonías
George Szell
Cleveland Orchestra.
Disco 1:
Sinfonía nº 1 - 7 de octubre de 1966
Variaciones Haydn - 24 de octubre de 1964
5 Danzas Húngaras - 13 de abril de 1957. Ormandy, Philadelphia Orchestra
Disco 2:
Sinfonía nº 2 - 6 de enero de 1967
Sinfonía nº 3 - 16 y 17 de otubre de 1964
Disco 3:
Sinfonía nº 4 - 8 y 9 de abril de 1966
Oberura para un Festival Académico - 28 de octubre de 1966
Obertura Trágica - 28 de octubre de 1966


miércoles, 26 de septiembre de 2012

Mozart. Sinfonías nº 35 y nº 41. Concierto para Piano nº 21. Herbert von Karajan. Géza Anda. Orquesta Filarmónica de Berlín. 1957.


Queridos amigos. Tras la preciosa entrada de ayer dedicada al maestro Shostakovich, damos una vuelta de tuerca y un giro radical con la entrada de hoy. Mozart, el divino Mozart. Un músico del que todo está dicho ya ¿o quizá no? y del que ciertamente hemos dejado pocos testimonios. Este disco intenta paliar algo la deuda moral que tengo con el compositor y de paso dejar nuevo testimonio del arte excepcional de dos genios de la interpretación, y nunca mejor dicho genios: Géza Anda y Herbert von Karajan.

El precioso disco que dejamos hoy corresponde a una grabación realizada por la radio austriaca, la ORF, en el Festival de Salzburgo del año 1957. Año importante para el maestro Karajan en el que firma un contrato con la dirección del festival para asumir la Dirección Artística del mismo durante tres años. Un sueño finalmente conseguido por el maestro austriaco, un sueño deseado desde 1933 cuando con 25 años debuta en Salzburgo. Posteriormente la actividad y la vinculación de Karajan se prolongaría en la figura de miembro del Comité Director del Festival desde el año 1962 hasta su muerte en 1989. Una posición envidiable para cualquier director de orquesta, una posición de prestigio y de poder amén de una posición con la posibilidad de lucimiento artístico, trabajo y desarrollo musical de un valor incalculable.


Previamente a este año de 1957 Karajan había deseado la presencia en Salzburgo ¡quién no en aquellos años! pero no podemos decir que había hecho de ello una misión. En paralelo, mejor dicho de forma principal, sus miras estaban puestas en el desarrollo de su carrera, en su formación técnica, en el conocimiento, asentamiento y desarrollo de un excepcional, diverso y amplio abanico de obras musicales. En 1948 Karajan tiene un éxito memorable en Salzburgo con la representación de la ópera Orfeo y Eurídice de Gluck y el Fígaro de Mozart que se sigue de otras interpretaciones memorables con la Orquesta Filarmónica de Viena. En su "litigio" con nuestro querido Furtwängler finalmente sale perdiendo quedando el maestro alemán al frente de la Dirección del festival. Tras la muerte de Furtwängler, la decisión era delicada pero Salzburgo vuelve su mirada a Karajan. ¡Quién mejor que Karajan! Austriaco, Director de la Scala, Director de la Filarmónica de Berlín, Director de la Ópera Estatal de Viena, renombrado artísticamente, etc.

Karajan supo aprovechar plenamente la ocasión y tomó Salzburgo. Los años posteriores se sucedieron digamos que con una tensa paz. Eran muchos los cambios de la era Karajan y muchas las reticencias a su entrada y a su poder. Lo cierto y verdad es que el festival se benefició, los conciertos se repartieron de forma más o menos equitativa entre la Filarmónica de Viena, la "titular" y la de Berlín la "asaltante"; se admitieron orquestas de prestigio internacional, la ciudad revivió musicalmente. Karajan demostró además un talante conciliador digno de respetar. Y desde luego, no cabe duda, la entrada de los berlineses fue un éxito rotundo.


¿Qué nos deja este disco? Pues queridos amigos, un ejemplo maravilloso de esa etapa de "refundación" del festival. Una impresionante interpretación del maestro en las obras sinfónicas de Mozart, plenas de belleza, de trazo limpio, de expresividad excepcional en sus grupos instrumentales, de precisión, de ritmo, de vitalidad y de vivacidad en su conjunto. Unas sinfonías que no es que resulten maravillosas en su interpretación sino que suman además la belleza propia de la espontaneidad. Limpias, ágiles, apasionadas, vivaces con un sonido perfecto y bello. Los movimientos lentos son elegantísimos, los graciosos allegros resultan encantadores, los juegos de las cuerdas sutiles, las maderas asombrosamente finas. Una verdadera delicia particularmente la Sinfonía "Júpiter" obra maestra por ella misma elevada al grado de maravilla.

¿Y qué podemos decir del bellísimo Concierto para Piano? Sencillamente que resulta asombroso. La versatilidad de Anda es de sobras conocida, su extravagancia también. Pero es un genio al piano. Y tiene ese arte necesario para dotar a Mozart de la frescura que precisa sin caer en la "ñoñería". Anda da una muestra de recursos técnicos inolvidable a la que se suma otra más de su magistral forma de sentir la música y expresar en ella el sentido profundo de la misma. Delicadísimo, se ve acompañado por un Karajan perfecto, discreto, sin apagar a la orquesta ni al pianista que da rienda suelta a la emoción, que se lanza a la perfecta ejecución de unas notas mágicas traducidas con el corazón, al alma y la vida. Excepcional e irrepetible.



Que lo disfruten queridos amigos. Es una golosina, un manjar para el paladar más exquisito. 

Y además, se quita uno el sombrero ante la Filarmónica de Berlín.

Mozart
Sinfonía nº 35 Haffner
Concierto para Piano nº 21 (cadencias de Anda)
Sinfonía nº 41 Júpiter

Herbert von Karajan
Géza Anda, piano
Orquesta Filarmónica de Berlín.

Grabación:
Festival de Salzburgo de 1957
Grabación de la ORF del 29 de julio de 1957