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jueves, 15 de noviembre de 2012

Beethoven. Integral de las Sinfonías. Daniel Barenboim. WEDO (West-Eastern Divan Orchestra). 2011. ¡Felicidades Maestro!


Queridos amigos quisiera celebrar hoy con todos el cumpleaños de un artista excepcional. Daniel Barenboim cumple hoy 70 años. Un día especial para recordar y rendir homenaje a uno de los más extraordinarios músicos del pasado siglo XX y gracias a Dios del presente. 

Barenboim es un artista soberbio, supremo, excelso. Pianista extraordinario, desde mi punto de vista uno de los mejores, director completísimo, maestro y educador, dinamizador cultural y embajador político de valor incalculable (aunque cueste reconocerlo). En particular y en os últimos años su contribución a la creación y mantenimiento de ese extraordinario vehículo de reconciliación que es la WEDO y la fundación Barenboim-Said jamás será suficientemente valorada. 

No voy a hacer una descripción de la biografía de Barenboim, sería una tarea enormemente complicada y larga, pero sí me quisiera centrar en la experiencia personal vivida en el verano de este 2012 con ocasión del cierre de la temporada con la WEDO en el Teatro de la Maestranza de Sevilla. 

Se interpretaban tres sinfonías de Beethoven, Primera, Segunda y Octava. El teatro se llenó, la música de Beethoven sonó como jamás la había escuchado, la emoción se transmitió a todo el público. Un programa con unas obras que en principio no eran de las más comunmente estimadas de Beethoven se convirtió en una maravillosa velada musical que creo será recordada por siempre en la ciudad. En esta santa Sevilla de mi corazón, en Andalucía, en España, tenemos un tesoro que quizá apreciamos poco. Al final del concierto Barenboim se dirigió al público y con unas palabras sinceras y emanadas del corazón agradeció la acogida que ha tenido su proyecto. Me sonó a despedida, me impactaron esas palabras. Espero que jamás ocurra. Sería una pérdida lamentable para esta ciudad.


Mi hija Inma estaba conmigo. Ella aparte de su piano está en la fundación Barenboim-Said con cursos de coro y canto. Estaban presentes sus profesores, gente extraordinaria y profesional, muchos alumnos de su edad compañeros de curso en la Fundación. La experiencia del concierto creo que fue inolvidable para ella. No sólo ya por la música que acababa de escuchar que le maravilló, sino por la presencia de ese hombre menudo y canoso que sólo había visto en televisión o en fotos. 

Daniel Barenboim en Pilas, Sevilla

Ese hombre era el creador del proyecto en el que estaba inmersa y que le había permitido conocer a muchos chicos de diversa nacionalidad, raza y religión y que, desde luego, ella no diferenciaba. Para ella todos eran compañeros y amigos que meses antes habían representado juntos una obra musical y escénica sin problema alguno. Quizá mi hija no valore en este momento con total plenitud la importancia de lo que ha vivido pero desde luego se lleva en el corazón y en su inteligencia algo de incalculable valor: la humanidad. Y todo eso lo había hecho posible ese señor que momentos antes había visto dirigir de forma enérgica e intensa, apasionada y profunda a unos músicos que habían producido un milagro, el milagro de un Beethoven universal, bellísimo, vibrante, intenso y emotivo.

Al terminar el concierto quedamos esperando un buen ratito en la entrada para la firma del presente disco. Y cuando se acercó al maestro creo que su emoción llegó a un nivel realmente elevado. Barenboim estuvo simpático, amable, cercano. Le firmó la portada, le indicó "...ponte aquí al lado, y sonríe eh..." y se tomó la foto. Una foto que guardará siempre con cariño. Charlamos brevemente con él, le agradecimos su labor y le felicitamos por su concierto. Algo inolvidable.


Sinceramente no tengo palabras para agradecer al maestro aquella velada extraordinaria. Así que simplemente le daré desde aquí las gracias, gracias sinceras y de corazón y le felicito por su cumpleaños que espero podamos seguir celebrando juntos muchos años más.

¡Muchas felicidades maestro!

Les dejo este extraordinario estuche de discos, un conjunto soberbio de interpretaciones de las Sinfonías de Beethoven, realmente de un nivel altísimo en cuanto a su calidad musical. 

Interpretaciones brillantes, vivas, llenas de pasión, de alma, de intensidad, de colorido, de riqueza tímbrica, de elegante fraseo, de sonoridad limpia, de elegancia, de estilo, de color. Sonido maravilloso, instrumentistas realmente brillantes, cuerdas maravillosamente conjuntadas y equilibradas en un hermoso bloque sonoro, maderas preciosas y de una sonoridad bellísima, metales limpios y coloridos. Un Beethoven concebido y trabajado con gran minuciosidad, clásico y grandioso, intenso y realmente logrado. Un maravilloso trabajo de Barenboim y esa orquesta realmente estupenda que es la WEDO que debe ser un orgullo para todo el mundo, un ejemplo a seguir y un tesoro de todos los españoles.

No hay que comparar con otras interpretaciones, simplemente escuchar y disfrutar de la belleza de esta música. 

Les gustará.



Beethoven
Integral de las Sinfonías
Daniel Barenboim
WEDO (West-Eastern Divan Orchestra)
Sinfonía nº 9:
Vokalensemble Kölner Dom
Anna Samuil, soprano
Waltraud Meier, mezzo
Peter Saiffert, tenor
Wolfgana Koch, bajo
Grabaciones realizadas por Teldex Studio de Berlín en la Philharmonie de Colonia (Philharmonie, Köln) del 23 al 28 de agosto de 2011






CD 1







CD 2






CD 3





CD 4





CD 5







lunes, 12 de noviembre de 2012

Bruckner. Sinfonía nº 7. Celibidache. Orquesta Filarmónica de Berlín. 1992. Celebrando 500 Entradas en Sentidos.


Queridos amigos, hoy con la publicación de esta entrada llegamos a las 500. Una cifra muy bonita de la que me siento orgulloso. Una cifra que no habría sido posible sin la presencia de todos aquellos que de una forma u otra han colaborado en el mantenimiento de este espacio, con sus comentarios, sus sugerencias, sus correos, sus conocimientos, y sobre todo por la presencia constante ahí, detrás del espacio virtual que es la red. 

De todos vosotros he aprendido muchísimo, de todos he recibido el aliento para proseguir con esta bella tarea que es extender la música clásica y hacerla llegar, dentro de mis limitaciones, a quien quiera acercarse a ella. 

Espero que podamos vivir otras 500 entradas más lo que será señal de que seguiremos con el entusiasmo que inicialmente me llevó a iniciar este humilde espacio que llamé Sentidos. Podremos seguir enriqueciéndonos del conocimiento de los lectores, podremos seguir conociendo sus intereses con el único fin de poder satisfacerlos, sabremos que a alguien, más allá de la pequeña pantalla de un ordenador, las palabras que dejamos escritas y la música que pueden escuchar le estará dando al menos un momento de felicidad.

Muchísimas gracias a todos, de corazón.

Y quizá no hay mejor entrada para festejar estas primeras 500 que este disco, un disco maravilloso y único, excepcional e irrepetible, hito de la historia musical y grabación monumental de la Séptima Sinfonía de Bruckner realizada por Sergiu Celibidache al frente de la Orquesta Filarmónica de Berlín en los conciertos de 31 de marzo y 1 de abril de 1992 con ocasión del esperado regreso al frente de los berlineses tras su marcha allá por el año 1952. 


Un disco que os puedo dejar con el total agradecimiento a nuestro buen amigo Progress Hornsby y a su espacio Metro Gnome Music, un espacio de un nivel altísimo, ejemplo de una entrega y un amor por la música sin parangón, un espacio que tuvo sus problemas pero que felizmente fue recuperado. Él proporcionó la grabación original de esta entrada que luego he ripeado de nuevo en alta calidad FLAC. Progress se merece una gran parte de este homenaje, por su sencillez, humildad, buen hacer y categoría humana. Les ruego encarecidamente lo visiten. Descubrirán enormes tesoros, tesoros escondidos y rescatados por su buen hacer.

En cuanto al disco poco puedo comentar de especial que no se haya comentado ya en practicamente todos los blogs, revistas, espacios de música, etc. 

Estamos ante una de las más impresionantes grabaciones realizadas de la música de Bruckner. Un verdadero ejemplo de la manera tan peculiar de afrontar la obra bruckneriana del Celibidache maduro, una forma caracterizada por el fraseo elegantísimo, los tiempos dilatados hasta el extremo, pero no más, la ejecución brillante de los bloques sonoros constructivos, la elegancia en la construcción del monumento sinfónico, la brillantez en la elaboración del ambiente sonoro propio de Bruckner sin el que sería casi imposible entenderlo. 


Una verdadera maravilla de interpretación, emotiva, recreada en la sonoridad y en la perfección, con una atención al detalle digamos que minimalista sin que perdamos en momento alguno la mágica visión global de la obra. Sutileza, encanto, delicadeza, intensidad dramática y carga emotiva sabiamente reguladas. Dos primeros movimientos de categoría, sublimes, maravillosos e intensísimos que se siguen de los dos últimos movimientos para llegar al éxtasis sonoro y espiritual, apoyado en la bellísima ejecución de la Filarmónica de Berlín de la que saca fuego sin dejarse llevar por la única atracción de la belleza sonora.

Y no podemos olvidad a esa Filarmónica de Berlín, años atrás dividida en la elección de sucesor. Nunca sabremos de verdad cuál fue el motivo último de la marcha de Celibidache de Berlín, su marcha o su no reelección, el caso es que la orquesta hizo su elección que desde luego no fue para nada mala aunque no debemos comparar o elucubrar cobre qué hubiera sido si...Los berlineses en estos conciertos de 1992 están absolutamente increíbles, con una precisión instrumental casi mágica, con un sonido poderoso y compacto, ejecutando con intensidad una música que requiere intensidad. Realmente soberbios y verdaderos artistas.

Es una joya, una verdadera joya, una excepcional recreación de una obra extraordinaria que es puesta en vida por las manos maestras de un artista único e irrepetible. Celibidache. 


Les dejo con este hermosísimo disco con la única idea de que puedan gozar de uno de los momentos sublimes de la historia de la música. Que disfruten del concierto, que disfruten de Bruckner, que disfruten de una dirección insuperable. 

Y queridos amigos dos humildes peticiones: visiten MetroGnome Music y sigan estando por acá, por este espacio, Sentidos, que sólo está pensado para poder dar emociones a las personas que se acercan a él.



Bruckner
Sinfonía nº 7
Sergiu Celibidache
Orquesta Filarmónica de Berlín 
Grabación 30 de marzo y 1 de abril de 1992 (procedencia Discos Dumka) 
Berlín, Grosser Konzertsaal, Schauspielhaus
Versión Original de 1885 en Edición de Robert Haas de 1944 con golpe de platillos, triángulo y timbales




Portadas Modificadas



Portadas Originales







domingo, 11 de noviembre de 2012

Ernest Ansermet. ¡Felicidades Maestro! Rimsky-Korsakov. Scheherazade. Antar. Ernest Ansermet. Orquesta de la Suisse Romande. 1960. 1954.


Queridos amigos, hoy continuamos con otro merecido homenaje. En esta ocasión para celebrar el cumpleaños de un enorme maestro, Ernest Ansermet. 

Nacido el 11 de noviembre de 1883 en Vevey, Suiza, Ansermet pertenece a la generación de directores tales como Furtwängler o Klemperer pero su trayectoria y visión de la música sigue otras vías diferentes. Profesor de matemáticas en Lausana, Ansermet descubre su fibra musical en los cursos que realiza con maestros como Alexandre Dénéréaz o Ernest Bloch y su afinidad por la dirección orquestal tras dirigir el conjunto de la Kursaal de Montreux entre los años 1912 a 1914 donde sucedió a Francisco de Lacerda. 

Entre los años 1915 a 1923 Ansermet puso su arte a disposición de los afamados Ballets Rusos de Diaghilev lo que aparte de darle fama internacional puso de manifiesto su enorme talento dramático y expresividad así como su genialidad para unir la música con los requisitos artísticos del arte coreográfico.


En 1916 dirigió sus primeros conciertos de temporada en Ginebra y en el año 1918 decide fundar la Orquesta de la Suisse Romande, orquesta que ya queda vinculada al maestro para siempre en la historia (fue su director titular desde su fundación hasta el año 1967). Con ella realizó amplias giras por Europa y América dando a conocer la orquesta y la música de su tiempo. Ansermet en esta época gozaba de un prestigio lo suficientemente elevado para facilitar la tarea de la formación de la orquesta. Reclutó profesionales de enorme calidad en diversos países, cuerdas en Bélgica e Italia,  vientos en París, metales en Viena, sin olvidar a los profesores de la propia orquesta de Ginebra. Con estos mimbres y un trabajo excepcional de conjunción Ansermet trabaja con dureza, tenacidad y exigencia y logra una orquesta que tiene la capacidad de autoescucha y de escucha interna entre grupos, una orquesta homogénea de colores frescos y vivos y textura clara, ligera y transparente.

Ansermet fue un gran conocedor y además defensor de la música de su tiempo, música "moderna" de autores internacionales (principalmente franceses y rusos) como Debussy, Bartók, Falla, Stravinsky, Martin, Prokofiev, Roussel, Britten, Kodály o Honegger ayudando a la difusión de sus obras y al estreno de muchas de sus composiciones teniendo el privilegio de conocer directamente a sus autores, sus deseos interpretativos y sus concepciones de las obras. Fue uno de los artistas que más obras de su tiempo estrenó y quizá uno de los mar ardientes defensores de la modernidad. 


Convirtió Ginebra en uno de los focos musicales y culturales de mayor transcendencia y punto de encuentro de diversas corrientes artísticas musicales manteniendo siempre en su mente el ideal de sus años de París, la integración global del arte en la música, la fusión artística global. Su deseo era convertir Ginebra en centro de referencia, en vanguardia cultural musical, en referencia mundial de la modernidad, en punto de creatividad musical.

Ansermet fue un músico dotado de una fina sensibilidad no sólo para la música de su tiempo, también su talento se extendía a los clásicos aunque muchas de sus grabaciones de Beethoven, Brahms o Haydn no han tenido el reconocimiento merecido. De hecho en el devenir de su historia cada vez fue mayor su amor por  los clásicos a la par que se marcaba su rechazo por las corrientes dodecafonistas.

Digno es también reseñar el papel fundamental que Ansermet tuvo en la difusión musical a través de las grabaciones. Puede colocarse lado a lado con maestros como Karajan o Dorati en cuanto a producción discográfica. Su colaboración estrecha con Decca le permitió grabar su repertorio y difundir la música que amaba colaborando de esta forma a la inestimable tarea de la difusión de la música moderna. Su unión con Decca, salvo excepciones, fue con el requisito de usar su orquesta y su sala, la preciosa y fantástica Victoria Hall. Con ellos y en ella, Ansermet, estaba en las mejores condiciones para ofrecer lo máximo a pesar de la críticas sobre la debilidad de la orquesta.


Sus grabaciones son junto a su amplias giras la base del verdadero fervor y amor que se tiene por el maestro. En EEUU y en Japón es verdaderamente venerado y tenido por un excepcional director. Y realmente se lo merece, lo era. Su labor en pos de la difusión musical merece un reconocimiento quizá no dado en su plenitud; sus grabaciones dejan el testimonio de una dirección clara, fresca, muy apoyada en el timbre, el color y el ritmo, vitalista y dinámica; muchos podrán tachar de insuficiente la calidad orquestal pero para mi gusto es verdaderamente bella, preciosista y rica. Siempre me ha gustado el sonido de la Orquesta de la Suisse Romande, quizá por su frescura, su riqueza de timbre y color, su sonido bello, delicado y preciosista.

En el disco que dejamos como pequeño homenaje al maestro creo que podrán apreciar su talento. Su dinamismo y su capacidad de extraer colorido y timbres realmente fantásticos de esa música maravillosa para orquesta de Rimsky. El disco recoge la primera grabación estéreo de Decca. Fue la realizada para Antar. Grabación que fue preparada meticulosamente por los ingenieros de Decca en la Victoria Hall, tras más de una peripecia en su montaje y mucho ingenio técnico, tuvo el visto bueno de Ansermet al escuchar la primera banda grabada, el primer movimiento, con unas bellas palabras: "...es como si estuviera frente a mi atril, maravilloso, magnífico." Comenzaba una época nueva para la casa y con el apoyo de una de sus figuras más emblemáticas y reconocidas: Ansermet.


Scheherazade es una maravillosa obra sinfónica de Rimsky escrita en 1888 y estrenada en diciembre de ese mismo año con un gran éxito. Suite sinfónica desarrollada sobre indicaciones del compositor, indicaciones que no pretenden ser un programa sino una orientación discreta que estimule la creatividad de los músicos y la imaginación de los oyentes, destaca por su brillantes orquestal, sus maravillosos y delicados temas principales del Sultán y de Scheherazade y el maravilloso poder melódico de la obra en general y de sus pasajes instrumentales.

Antar fue compuesta por Rimsky en 1868 y tuvo revisiones en 1875 y 1891 y aunque inicialmente la consideró su Segunda Sinfonía, finalmente se decidió a considerarla como una Suite Sinfónica. Su estreno tuvo lugar en 1869 en un concierto de la Sociedad Imperial Musical Rusa. Destaca por su maravilloso colorido, ritmo y colorido y por el fantástico uso de melodías de doble carácter para matizar dos culturas y dos temperamentos, el occidental y el oriental (el de Antar y el de la Reina) sabiamente perfilados y matizados. 

Espero que disfruten de este hermoso disco y de esta hermosa música llena de sensualidad, de belleza sonora, de colorido, de ritmo y de increíbles melodías. 

Unas grabaciones de enorme calidad técnica y que nos pueden permitir acercarnos a la preciosista y delicada forma de entender la música de Ernest Ansermet uno de los grandes directores del pasado siglo XX.

Les recomiendo visiten las dos entradas que anteriormente hemos dejado en este espacio con dos de sus grabaciones de Stravisnky (El Pájaro de Fuego/Le Chant du Rossignol y Petrouchka/La Consagración de la Primavera) que son realmente excepcionales. (Entrada 1 y Entrada 2).




Rimsky-Korsakov
Scheherazade, Suite Sinfónica*

Antar, Suite Sinfónica (versión de 1903, sugerencias a la versión de 1875)

Orquesta de la Suisse Romande
Ernest Ansermet
Lorand Fenyves, violín*

Grabaciones, Victoria Hall, Ginebra
Scheherazade, noviembre de 1960
Antar, junio de 1954 








La Misión. Ennio Morricone. Homenaje en su Cumpleaños.


Queridos amigos, esta noche dejamos un disco precioso en homenaje al gran compositor Ennio Morricone que celebra hoy su cumpleaños (10 de noviembre de 1928). No haremos una gran descripción de su obra ni de su biografía, sería tarea magna e imposible para mis capacidades, simplemente nos limitaremos a dejar esta bella muestra de su música y aconsejarles su escucha.

La labor de Morricone en el panorama musical cinematográfico es enorme, en cantidad y sobre todo en calidad. Es uno de los grandes, de los más grandes músicos cinematográficos y sus melodías, temas y piezas musicales estarán siempre asociadas a algunos de los más bellos momentos que ha dado el Séptimo Arte.

En el caso concreto de este disco es justo destacar el uso magistral que se hace de la bellísima música de Morricone. Una música que se acopla a la perfección al tiempo de la película, a su desarrollo dramático, a su carga emocional y a su momento histórico desde la perspectiva de un músico actual que sabe manejar de una forma extraordinaria los recursos expresivos de los instrumentos, de la voz, de la melodía y que está dotado de una enorme capacidad para tocar lo más profundo de la sensibilidad.


Impactante y conmovedor es el momento en que que el simple sonido de un oboe en mitad de la selva se transforma en el elemento que lleva a los indígenas a aceptar la labor del jesuita padre Gabriel. Esos mismos indígenas que luego se transformarán en artesanos de instrumentos musicales y que mostrarán sus cantos corales a la comisión internacional (menuda comisión) como forma de hacer ver su conversión a la civilización. 

El final de la película es de una emotividad altísima y hay que destacar ese epílogo con la brillante y profunda escena donde un grupo de desnudos niños indígenas salvajes cargan un instrumento musical en su canoa, como muestra que algo quedó del aporte de los jesuitas. Preciosos son todos y cada uno de los temas de la banda sonora destacando el conocidísimo tema principal de la misma y en particular también los temas corales que resultan realmente bellos.


Particularmente siempre me ha impresionado el desarrollo en paralelo de la doble personalidad jesuita que es representado por el devenir de las dos personalidades, la del pacífico Gabriel (Irons) y la del militar, guerrero e impulsivo Mendoza (De Niro) y de qué manera toman caminos distintos para lograr un mismo obetivo, salvar la misión, y cómo ambos caminos llenos de fuerza, de razones (militares y civiles) y de pasión y fe terminan trágicamente frente a las fuerzas superiores de una sociedad vil y vendida al mejor postor.

Espero que disfruten de esta hermosísima muestra del arte de un genio de la música. Ennio Morricone. Muchas felicidades maestro y que podamos seguir disfrutando de su labor muchísimos años más. Su esfuerzo y su tarea será siempre estimado y bienvenida. Gracias a ellos podemos gozar de las emociones y sensaciones más variadas, de la alegría, el humor, la sensibilidad, la emotividad, la dulzura, la tristeza o la pasión. 

Un músico al que hay que alabar sus propias palabras con respecto al cine: "Si una película requiere una música nostálgica, la compongo. Si necesita música dramática, también. La música del cine no pertenece al compositor. Pertenece a la película". 

Tu música, querido Morricone, pertenece a todos. La belleza y la emoción que has dado así lo merece.



La Misión
Ennio Morricone
Orquesta Filarmónica de Londres
Ennio Morricone
London Voices Choir, Geoffrey Shaw
Barnet Schools Choir, J. Maxwell Pryce
Dirección coral, David Bedford
Grabación, 1986, CTS Studios, Wembley, Londres













viernes, 9 de noviembre de 2012

Bruckner. Sinfonía nº 7. Gunter Wand. Orquesta Filarmónica de Berlín. 1999.


Queridos amigos, esta noche dejamos para el deleite de todos un excepcional disco de la Séptima Sinfonía de Bruckner grabado por el maestro Wand en directo al frente de la Orquesta Filarmónica de Berlín. Y es excepcional por un conjunto de detalles que presentes en un momento dado hacen que la interpretación resulte especial. Se unen la maestría y experiencia de Wand como director ya maduro y de amplio conocimiento de la obra bruckneriana con unos registros que se toman en directo durante varios días en Berlín y la aportación realmente soberbia de una orquesta, la Filarmónica de Berlín, increíble, excelsa, estupenda y realmente portentosa. Le suman un cuarto detalle más, y de no poco valor, que es la calidad técnica de la grabación y obtenemos esa conjunción mágica que deriva en una recreación realmente sincera, técnicamente insuperable y musicalmente profunda en su desarrollo, en sus detalles y en sus matices.

El maestro Wand admira a Bruckner y son esa admiración que es sincera y reposada en los años de trabajo sobre su obra nos presenta el momumento musical de la sinfonía recalcando la belleza estructural de los grandes bloques brucknerianos, recreando su relación directa con la escritura musical para órgano, esa escritura estratificada maravillosa que Bruckner desarrolló, poniendo de relieve de forma magistral la unión mágica de los bloques sonoros con un color de base en las cuerdas, maderas y metales que tan precisa y preciosamente dispone Bruckner. En definitiva recrea la originalísima arquitectura musical y sonora del maestro haciéndola parte integrante de de la estructura formal y base de la comprensión de la construcción global del edificio inmenso que es la obra completa. Wand, como Furtwängler y como Jochum (más este último) nos deleita con la originalidad inicial de la obra bruckneriana, con su esencia misma, con su construcción inicial.


Amén de todo lo anterior Wand siempre se ha esforzado en indicarnos su profunda creencia en que las obras brucknerianas tienen un componente que va más allá de lo puramente musical. Intenta transcender del significado único como música para hacernos partícipes de un significado mayor, de un significado que está relacionado con una maravillosa magia cósmica superior, un orden de alto nivel que sobrepasa la propia condición humana. Su dimensión es más alta, es una dimensión de orden divino.

Muchos años de concienzudo trabajo, trabajo casi siempre en la sombra, que se inicia en sus años de dirección en la Orquesta Gürzenich de Colonia y que se siguen en la etapa provinciana de la Ópera Cómica de Allenstein le llevan finalmente a una madurez y comprensión del lenguaje bruckneriano que se traduce en su primer acercamiento completo a la integral sinfónica realizada en Colonia con la Orquesta Sinfónica de la Radio de Colonia o WDR- Sinfonieorchester. Esta aproximación inicial a la integral bruckneriana es un hito histórico en la carrera discográfica de Wand y una muestra de ese concepto personal del sentido profundo, misterioso y superior de la música sinfónica de Bruckner.


En las grabaciones con la Filarmónica de Berlín podemos apreciar que Wand sigue las mismas pautas, ideas y conceptos de sus grabaciones iniciales de la WDR. Se remarca un poquito más ese contenido espiritual profundo de la obra bruckneriana tanto por la evolución interna personal del maestro derivada de la experiencia de los años como de su cada vez mayor convencimiento en la necesidad de exponer ese sentido místico y superior en sus conciertos. Se afina aún más la precisión rítmica y el detalle, se buscan los tiempos justos, sin pesadez pero sin prisas por levantar rápidos y frágiles monumentos sonoros, con un esfuerzo concentrado en elaborar bien la base estructural de la obra, la arquitectura constructiva de la misma y para ello usa su experiencia, su enorme facilidad para el manejo del color, de la tímbrica y del tiempo. 

Wand es capaz de ofrecernos una Séptima Sinfonía en la que todos sus bloques constructivos, esos preciosos bloques sonoros brucknerianos que son los ladrillos de la obra son expuestos de manera clara, se hacen reconocibles sin ser mezclados sino yuxtapuestos, manteniendo unos ritmos y unos tiempos ágiles que lo hagan posible. Wand deja de lado la construcción de una magna obra sólo grata al estruendoso sonido, al magno, puro y bellos sonido. No, Wand nos hace ver a través del sonido su origen y nos hace disfrutar de la belleza del mismo sin impedirnos disfrutar de su belleza constructiva. Y además de todo ello nos deja alma, vida y corazón en su recreación, como si los años, su vivencia y el directo le permitiera expresar de forma más convincente que estamos ante una obra superior en concepción, sentido y destino.

Un excepcional trabajo, un maravilloso trabajo humano que se acompaña de una excepcional ejecución de los berlineses. Precisos pero con un punto de calor; milimétricos pero con una regla flexible, de una sonoridad plena y bellísima y con una modulación fantástica en la intensidad sonora gracias a la perfecta orientación del maestro Wand.


Espero que disfruten de esta forma tradicional de afrontar Bruckner, forma mantenida por Wand desde sus inicios, forma quizá no tan rada a ser aclamada como "maravillosa" pero forma fiel y honrada de rendir homenaje a quien la compuso con un sentido dado. 

Una maravillosa interpretación que seguro les encantará. Disfruten de ella por favor. Es un verdadero homenaje al más profundo y emotivo Bruckner con es respeto absoluto a su música y a su originalidad compositiva.


Bruckner
Sinfonía nº 7
Günter Wand
Orquesta Filarmónica de Berlín
Grabación del 19 al 21 de noviembre de 1999
Versión Original de 1885 en la Edición de Robert Haas de 1944