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viernes, 1 de marzo de 2013

Elisabeth Grümmer. Lieder. Schubert. Brahms. Grieg. Verdi. Berliner Symphoniker. Orchester der Deutschen Oper Berlin. 1958. 1953. 1957. 1958.


Mis queridos amigos para finalizar este intenso mes de febrero quiero dejar este hermosísimo disco. Su único fin, proporcionarles un tiempo de absoluta belleza, profundo sentimiento, intensa emoción.

Dedicado a todos nuestros amigos pero especialmente a todos los amantes de la poesía y del lieder alemán. Un disco interpretado por una de la más grandes sopranos de la historia, una soprano a la altura de la otra gran Elisabeth, Schwarzkopf. Dotada de una técnica depuradísima y de una voz aún más bella, si me lo permiten, que la de la gran dama antes citada, Grümmer es un ejemplo de emoción intensa, de agilidad para pasar las diferentes tesituras musicales, de implicación en la profundidad de la música que interpreta, de emoción a flor de piel en todas su interpretaciones.

Una intérprete que por encima de cualquier divismo colocaba la sencillez de su arte, su sinceridad expresiva, su dedicación al arte musical. Forjada desde joven en el arte dramático y en la gran tradición del idealismo alemán esas primeras influencias permanecieron en ella durante toda su carrera. Su entrega al arte interpretativo no tuvo dudas. Siempre tuvo la capacidad de adaptar sus recursos a la expresividad, elocuente, natural, sincera, elegante, luminosa, convincente, cálida, y muchos, muchos más adjetivos serían aplicables.

Pero no habrá más queridos amigos. Sólo pretendo que disfruten de la emoción y de la belleza de este disco. Se lo pido desde el corazón. Disfrútenlo.

Disfruten de un bellísimo Schubert, de una profundo Brahms, de un incomparable sentimiento en su Grieg y de una intensidad sin par en la muestra de Verdi.

En el caso de los lieder, no dejen de apreciar el talento de ese acompañante sin par que es Gerald Moore. Un hombre del que algún día deberíamos hacer mención especial.



Por la belleza de la música, por la belleza del lieder, por una voz insuperable, por una artista entregada y sublime.

Un disco excepcional.


Elisabeth Grümmer, soprano

Lieder 
Schubert
Brahms

Piano, Gerald Moore
Grabaciones: 11 de noviembre de 1958, Gemeindehaus, Berlín-Zehlendorf

Canciones Grieg
Verdi

Grieg, Berliner Symphoniker, Hugo Díez
Grabación: 25 de marzo de 1953, Berlín

Verdi, Orchester der Deutschen Oper Berlin, Richard Kraus
Acompañamientos de Rudolf Schock, tenor y Sieglinde Wagner, mezzo-soprano
Grabación: 13 de febrero de 1958, Grunewaldkirche, Berlín y 15 de noviembre de 1957, Berlín











miércoles, 27 de febrero de 2013

Bruckner. Sinfonía nº 8. Haitink. Concertgebouw Orchestra Amsterdam. 2005.


Queridos amigos dejamos esta noche un hermoso disco, realmente hermoso, un disco que puede servirnos como homenaje doble, por una  parte a un director realmente grande, Bernard Haitink, y por otra a una orquesta sencillamente brillante, el Concertgebouw de Amsterdam. Una grabación simplemente magistral de la Sinfonía nº 8 de Anton Bruckner realizada en directo en la sala del Concertgebouw en Amsterdam y que se publicó en un estuche conmemorativo de la orquesta.

En esta entrada en particular no voy a extenderme mucho, no por falta de ganas o de interés, simplemente porque van a bastar unas pocas palabras para describir lo que podrán escuchar. Tan pocas como quizá decir: sencillamente magistral, soberbia, suprema y excelsa grabación. Y que me perdonen todos por la parquedad. No quiero repetirme, cosa que con frecuencia me pasa cuando no tengo capacidad suficiente para describir lo que siento o simplemente me cuesta encontrar adjetivos técnicos para calificar la interpretación de una obra. Y este es uno de esos casos.

El disco va a gustar a muchos, estoy plenamente convencido de ello, pero sé que hay alguien que va a disfrutar muchísimo con su escucha. A él quiero dedicárselo. Manuel José, compañero, esta entrada está especialmente dirigida a ti. Sé que tienes especial predileccion, entre otros por el maestro Haitink y sé que podrás aprovechar la fiesta de mañana, nuestro Día de Andalucía, para escucharlo con atención. Se prevé agua y nada mejor que un día así para disfrutar de la magia de esta música. Mientras escribo estas letras suenan los acordes del Adagio junto a los intermitentes sonidos de las gotas de agua en el cristal del salón. Luz tenue, silencio en casa sólo alterado, no quiero decir roto, por esos dos sonidos. La serenidad envuelve tu corazón y la sensación de armonía y paz te llena plenamente. Difícil describirlo queridos amigos pero es realmente conmovedor. 

Justo antes he escuchado el disco completo y el resultado final es de admiración completa por la interpretación. En todos los aspectos, en la dirección por supuesto, una dirección templada, serena, que conduce la música del maestro Bruckner con una tranquilidad y precisión deslumbrantes y en la perfecta y seductora ejecución que realiza la orquesta holandesa, queridos amigos no exagero de verdad, que es pura seda, deslumbrante, profunda, poderosa, intensa, rica en matices, de timbres maravillosos y en su conjunto de un sonido espectacularmente cautivador y bello. No es desde luego extraño hablar en su caso de sus aterciopeladas y sedosas cuerdas, de sus metales intensamente "dorados" (que me perdonen si no es un calificativo apropiado) o de esas siempre bellas y estimadas maderas de timbre realmente único. Una verdadera gozada, un placer inmenso se recibe con su escucha.


Creo que hemos dejado en este espacio interpretaciones de esta obra realmente soberbias. Esta es una más y una que con el corazón les digo merece estar en lo más alto. La combinación de una veterano maestro como Haitink, conocedor en profundidad de los entresijos de la música bruckneriana, y una orquesta como el Concertgebouw que parece haber nacido para tocar esta música produce simplemente magia sonora y belleza, belleza y más belleza.

Igual les puede parecer exagerado el cúmulo de adjetivos que vierto en este comentario, pero permítanmelo por favor. Deleitense con un impactante movimiento incial, majestuoso, detallado, realmente bien articulado y expuesto o con el Scherzo llevado a un ritmo realmente sosegado, tranquilo pero muy dinámico a la par y que permite paladear todos y cada uno de sus matices, detalles, frases y sonidos; si no hay bastante el Adagio antes referido les resultará realmente impresionante, profundísimo, intenso, emotivo, sentido y tras su serena calma y emoción escuchen ese inicio del Finale con esos timbales realmente espectaculares seguidos por la serenidad de las cuerdas y el desarrollo maravilloso de todo el resto del movimiento hasta concluir en esos compases finales realmente únicos en la historia musical.

Un todo realmente asombroso. Les va a gustar, de verdad, de corazón. Realmente única y hermosa.

Que la disfruten todos y Manuel, particularmente tu, mañana acompañando a los sonidos intermitentes de las gotas de agua y la luz tenue de tu rincón favorito.



Bruckner
Sinfonía nº 8
Bernard Haitink
RCO Live Anniversary Edition
Concertgebouw Orchestra Amsterdam
Grabación, Concertgebouw, Amsterdam, 18 y 20 de febrero de 2005
Versión mista de 1887/90 en la Edición de Robert Haas de 1939











lunes, 25 de febrero de 2013

Bruckner. Sinfonía nº 7. Mozart. Sinfonía nº 33. Jochum. Concertgebouw Orchestra Amsterdam. 1986.


Queridos amigos, sin otro deseo que satisfacer el ansia bruckneriana que se palpa en estos últimos meses en este nuestro espacio y para satisfacción de todos los amantes de la música de nuestro bien querido y estimado Bruckner les quiero dejar esta tarde un doble disco de una categoría asombrosa. La excepcional interpretación realizada por el ya anciano maestro Jochum al frente de su muy querida y estima Orquesta del Concertgebouw, una de sus últimas grabaciones comercializadas al menos hasta la fecha de hoy, seguida por la ya célebre y realmente genial Quinta con la misma orquesta grabada en Amsterdam que les recomiendo escuchen (Bruckner-Quinta Sinfonía-Jochum-Amsterdam).

El disco nos ofrece además la oportunidad de escuchar un Mozart muy en la línea del maestro, clásico, de trazada clara, precioso en su ejecución, fresco y de líneas suaves bien marcadas y expuestas y aunque nos centremos fundamentalmente en la obra de Bruckner, les recomiendo encarecidamente que escuchen esta interpretación sublime y clásica en todas sus líneas de la obra mozartiana.

Poco vamos a poder añadir a las virtudes ya reseñadas en las diferentes entradas que hemos dedicado a la música de Bruckner y a las interpretaciones de Jochum. Este no es más que un nuevo ejemplo de cómo ofrecer belleza musical, de claridad conceptual en la ejecución de una obra, de amor por la música que se interpreta. Y es realmente asombroso como este concepto ha variado muy poco en el devenir de los años, muy poco. Tan sólo perfeccionar detalles, pulir matices, ofrecer nuevos timbres y colores, dibujar nuevos sonidos en el espacio, degustarse en la recreación de una música realmente amada.

Jochum expone la Séptima de Bruckner con su claridad habitual, desentrañando toda la compleja estructura de la obra y ofreciéndola limpia de complejidades que pueden ensombrecer su discurso. Las armonías, los colores, la paleta tímbrica de la maravillosa orquesta se ponen al servicio de algo superior, la presentación de una música sencillamente bella, de estructura compleja y a la par delicada en sus trazos que en manos del maestro resulta aún más bella de lo habitual. Es realmente increíble lo bellísima que suena la orquesta holandesa. Y no debe ser sólo por su enorme calidad, que es por todos conocida, hay algo más. Hay regusto en la ejecución, hay profundo conocimiento de lo que se va a interpretar, dónde se está interpretando y quién les está guiando en esa interpretación.

¡Asombrosas cuerdas llenas de calidez y a la par sedosas y sutiles, impresionantes y bellas maderas de preciosa claridad y sonoridad, metales nobles y poderosos con una intensidad y fuerza justas, con brillo y presencia! Fraseo elegante del director que hace mecer los sonidos que emergen de los atriles de esa orquesta realmente divina, se percibe alegría en la ejecución, libertad expresiva, integración perfecta con las ideas de su director. Se percibe vida, mucha vida, un deseo intenso de exponerla, de dar al público un adiós con amor profundo, de entregarle una música que no se desea finalice pero que de una u otra forma ha de hacerlo. Hay alma, amor, sensaciones, sentimientos, profundidad, gusto, un gusto pleno por lo que se está dando.


Toda ella es un puro placer, nada especial a destacar, quizá eso sea lo más increíble de la ejecución, la escucha fácil y sencilla que se puede hacer de ella sin que llegue a producirte cansancio o pesadez. Disfrutas a cada minuto de mágicos sonidos y te sumerges en un precioso mundo sonoro que te llena desde el inicio. Y una vez sumergido en él no deseas más que seguir buceando en esa corriente de belleza, armonía, sensibilidad, monumentalidad y espacialidad tan particular de la música de Bruckner. Una verdadera delicia, una delicia que desearías no terminara jamás.

Les deseo de todo corazón que disfruten de la hermosura de este doble disco, testimonio del arte de uno de los más grandes directores del pasado siglo, realmente grande.

Gracias querido Eugen. Gracias por darnos este ejemplo de una música del alma, para el alma y desde tu alma. Es un bellísimo testimonio, sí señor. Y así lo refleja tu cara querido maestro. Es parte de mi adiós, un adiós feliz, he cumplido mi tarea, con corazón, entrega y amor profundo en lo que he realizado.


Si quieren disfrutar un poquito más con el concierto en imágenes vean:


Gracias Javier por tu comentario.

Bruckner
Sinfonía nº 7

Mozart
Sinfonía nº 33

Eugen Jochum
Concertgebouw Orchestra Amsterdam

Grabación, 17 de septiembre de 1986, Tokio, Showa Women's University, Hitomi Memorial Hall
Versión de 1885 con algunas modificaciones de Bruckner en la Edición de Albert Gutmann









Homenaje a Wolfgang Sawallisch. 26/08/1923 - 22/02/2013. Schubert. Ave María. Misa D 950. Orquesta Estatal de Dresde. 1972.


Queridos amigos, no quería dejar pasar más el tiempo para dedicar este hermoso disco a la memoria de uno de los grandes directores del pasado siglo XX, un verdadero Kapellmeister de la gran tradición europea de la dirección orquestal, un maestro que nos dejó el pasado día 22 de febrero del presente 2013.

En su honor, este hermoso disco de uno de los compositores de los que dejó mejor testimonio y una misa más que apropiada a este momento de tristeza para todos los amantes de la música.

Descansa en paz querido Sawallisch. Tu labor jamás será olvidada. Tus años al frente de la Orquesta Sinfónica de Viena, la Ópera Estatal de Baviera, la Suisse Romande o la Philadelphia Orchestra quedará para los anales de la historia.

No te olvidaremos querido Sawalisch.







Franz Schubert
Ave María
Misa en mi bemol mayor D950
Wolfgang Savallisch
Orquesta Estatal de Dresden
Coro de la Radio de Leipzig, director Horst Neumann

Ave María
Elly Ameling, soprano
Dalton Baldwin, piano

Misa D950
Helen Donath, soprano
Ingeborg Springer, alto
Hans-Joachim Rotzsch, tenor
Theo Adam, bajo
Christoph Albrecht, órgano











domingo, 24 de febrero de 2013

Gershwin. Porgy and Bess, A Symphonyc Picture. Second Rhapsody. Concierto in F. André Previn. Orquesta Sinfónica de Londres. 1980. 1980. 1971.


Queridos amigos esta tarde dejamos para general disfrute un disco cargado de música bellísima, llena de fuerza, vitalidad, alegría, ritmo, sorpresas, mezclas de estilos y ante todo un ejemplo de maravillosa y luminosa orquestación. 

La obra Porgy and Bess, A Symphonic Picture es una suite de concierto elaborada a partir del material de la ópera del mismo título del compositor americano. De entre las diferentes suites existentes quizá la más conocida y grabada sea la presentada en el presente disco realizada por el gran Robert Russell Bennett por encargo de Fritz Reiner en 1942. Es un verdadero prodigio de suite, un ejemplo perfecto de cómo recoger en pocos minutos la esencia básica de una obra de mucha mayor envergadura. Bennett resume de manera asombrosa la mayoría de los temas principales de la obra, temas por otro lado absolutamente deliciosos y encantadores, plenos de frescura, vitalidad y ritmo. Así quedan recogidos Summertime, I got plenty of nuttin,  Bess, you is my woman now o el maravilloso It ain´t necessarily so. Su escucha es absolutamente deliciosa, una verdadera maravilla, un placer absoluto para los oídos y el corazón.


La Segunda Rapsodia de Gershwin es una obra tenida por el propio autor como una de sus más brillantes creaciones prefigurando de una forma muy general lo que más adelante sería su gran ópera Porgy and Bess. La Rapsodia es raramente interpretada en las salas de concierto a diferencia de su más famosa Rapsodia en Azul. La Rapsodia fue elaborada por el compositor a partir de su trabajo para la película Delicious tomando inicialmente diferentes formas y títulos, Manhattan Rhapsody o New York Rhapsody, y finalmente terminada en su forma actual en mayo de 1931.

La versión interpretada aquí por esos dos maravillosos músicos que son Cristina Ortiz y André Previn es la versión reorquestada y adaptada unos catorce años después por Robert McBride y según los datos es una pieza que contiene bastantes recortes de la original del compositor con readaptaciones de varios instrumentos con respecto a la original. Aún así y dada la dificultad en encontrar grabaciones de la pieza como inicialmente estaba concebida no le debemos quitar el valor que tiene al permitirnos apreciar el maravilloso arte orquestador de Gershwin, su facilidad para los complejos ritmos y armonías, sus preciosos acoples instrumentales y su enorme capacidad melódica. Merece la pena escucharla queridos amigos.

Finalmente el maravilloso Concierto in F obra que fue escrita en 1925 por encargo del director Walter Damrosch para ofrecer una pieza para piano y orquesta más ajustada a los cánones compositivos del concierto para piano. La composición de la obra supuso un esfuerzo enorme de trabajo compositivo para Gershwin que tuvo que formarse de manera autodidacta en muchas técnicas que le faltaban para poder realizar una orquestación adecuada a sus ideas.


La obra fue estrenada por la Orquesta Sinfónica de Nueva York con Damrosch a la batuta y el compositor como solista (la citada orquesta se fusionaría con la Philharmonic Symphony Society formando la Orquesta Filarmónica Sinfónica de New York conocida actualmente como la New York Philharmonic Orchestra) en el Carnegie Hall de Nueva York el 3 de diciembre de 1925.

El concierto fue muy bien recibido por el público en general aunque las críticas tuvieron división de opiniones al igual que algunos célebres compositores contemporáneos de Gershwin, como Stravinsky que lo alababa o Prokofiev que lo detestaba.

Lo cierto y verdad es que escuchado hoy resulta una verdadera gozada. Una maravillosa combinación de ritmos sorprendentes, intensos y poderosos, impregnados de aires de charleston, se combinan con un piano absolutamente precioso, deliberadamente nostálgico y melancólico que irradia belleza en todo la obra. Su movimiento central es de una magia insospechada, melancólico y reflexivo con unos bellísimos toques de trompeta, flautas y clarinetes que le confieren un sentido realmente jazzístico. De igual menra nos puede sorprender el movimiento final con marcados aires de ragtime, combinaciones preciosas de nuevos temas con otros de los movimientos anteriores y un punto impresionante poderoso en su parte final a modo de grandioso epílogo. Una obra de un verdadero maestro.

Y diciendo esta palabra no podemos menos que referirnos de la misma manera al conjunto de todos los participantes en estas grabaciones. La Orquesta Sinfónica de Londres muestra de nuevo los motivos que la llevan a ser una de las mejores del mundo por calidad y capacidad adaptativa.

Cristina Ortiz es dueña de un piano delicado, ágil, cristalino, vivaz y perfectamente conjuntado con la obra a la que presta su bello sonido y Previn es ese maravilloso director y pianista que sobre este tipo de música hatenido y tiene mucho que decir, un verdadero genio de la interpretación al piano y en la dirección de estas obras de carácter muy peculiar y muy enraizadas en la educación y vivencia del propio Previn.




Un disco absolutamente maravilloso para disfrutar de una música sencillamente genial, preciosa, divertida, estimulante y encantadora.

Que lo disfruten queridos amigos.



Gershwin
Porgy and Bess, A Symphonic Picture*
Second Rhapsody for Piano and Orchestra*
Concierto in F**
André Previn
Orquesta Sinfónica de Londres
Cristina Ortiz y André Previn, pianos. 
Grabaciones: 
1 y 2 de julio de 1980, Abbey Road Studio nº 1, Londres*
4 y 6 de junio de 1971, Abbey Road Studio nº 1, Londres**