Datos Personales

Mi foto
Sevilla, Andalucía, Spain
Contacto: correo electrónico que encabeza el blog. Se aconseja Chrome para la mejor visualización.

domingo, 7 de julio de 2013

Recordando a Gustav Mahler. Felicidades Maestro. Sinfonía nº 3. Sir Adrian Boult. Orquesta Sinfónica y Coro de la BBC. 1947.


Mis queridos amigos dejamos en esta mañana de domingo 7 de julio de 2013 este precioso disco con el simple objetivo de recordar y festejar la fecha del nacimiento del gran compositor Gustav Mahler, un día como el de hoy de 1860.

Y lo hacemos con un disco realmente especial. No recuerdo en qué fecha fue pero algún amigo nos informó acerca de este registro, su valor y su deseo de poder escucharlo. Indicar que la grabación que dejamos no es la edición lanzada oficialmente por Testament pero no difiere mucho de ella quizá tan sólo en un mejor procesado del material original que hace menos audible el típico refrito de los antiguos discos y un poco más de amplitud dinámica. Salvando estas diferencias estamos ante un documento sonoro de enorme valor histórico. No podríamos decir con contundencia que estemos ante una de las interpretaciones de referencia pero con sinceridad es realmente bella, seductora, impactante y emocionante. Digna de conocer y escuchar.

Nos ponemos un poco en situación. Años 40. Adrian Boult director de la Orquesta y Coro de la BBC. Reino Unido. Poco tiempo después de la II Guerra Mundial. Una obra complicadísima de montar. Una obra de Mahler, nada más que la Tercera Sinfonía. Y entramos en detalles. Tengamos en cuenta que en el Reino Unido la obra no se estrena hasta la fecha del presente registro tomado de transmisiones radiofónicas de la BBC en fecha de 29 de noviembre de 1947. Y lo hace de la mano de Boult, uno de los músicos más admirados del Reino Unido y que tenía un cierto bagaje en lo referente a la música de Mahler habiendo participado incluso en los Festivales Mahler de Amsterdam de 1920, invitado por Mengelberg, y habiendo tenido vínculos cercanos con la música mahleriana que se interpretaba en Europa desde principios de siglo llevando en sus días de Birmingham a programar varias obras del compositor y llegando a realizar más adelante algunas grabaciones bastante significativas de su música.


Amén de este valor histórico no podemos desmerecer la interpretación por su calidad sonora, no es suficiente para ello, todo lo contrario hasta le añade un toque de "vejez" realmente precioso. La aproximación de Boult y sus músicos de la BBC está llena de matices, de pasajes realmente bien conducidos y llenos de expresividad. Se nos ofrece un Mahler lírico, apasionado, lleno de vitalidad, realmente conmovedor. Boult nos deleita con un recorrido musical pleno de sutilezas y  nos ofrece la posibilidad de degustar las contribuciones solistas de sus instrumentistas sin dejar de lado la visión global de la impresionante obra de Mahler.

Es evidente que no nos encontramos con la excepcional brillantez de las grandes orquestas alemanas ni con las sonoridades precisas e idiomáticas de las orquestas americanas, tampoco es la mejor orquesta británica del momento pero no defrauda. Afrontar por vez primera la Tercera Sinfonía de Mahler y salir airoso está al alcance de pocos y hemos de reconocer que los músicos de la BBC se entregan a las directrices claras, matizadas y frescas de Boult.

Añadamos un detalle más, importantísimo detalle, y tendremos un precioso resultado final. Este detalle no es otro que la maravillosa contribución de la contralto Kathleen Ferrier realmente portentosa, idiomática, sensible, cálida y de profundo poso anímico que da un valor añadido de majestuoso calado a su interpretación y a la ocasión general de la grabación. Sencillamente inconmensurable e irrepetible.


Me gustaría remarcar un movimiento final realmente logrado, conducido de forma enérgica y detallada, matizando los diversos claroscuros de la música que Mahler puso en él, intenso, profundo, concentrado y desarrollado con una habilidad constructiva realmente sorprendente para dejarnos saborear la delicadeza de los detalles y la intensidad emocional en ellos contenida.

Espero que puedan disfrutar tanto como yo de este hermoso disco. Siempre existe la posibilidad de sorprendernos ante algo nuevo. Para mí ha sido una verdadera sorpresa escuchar este disco, quitarme las ideas preconcebidas y sencillamente deleitarme con la música, la siempre increíble y hermosa música de Mahler y más con esta hermosísima Tercera, una obra conmovedora e intensa como pocas.

Gracias querido Mahler.




Mahler
Sinfonía nº 3
Boult
Orquesta Sinfónica y Coro de la BBC
Kathleen Ferrier, Alto
Grabación:
Estudios BBC, 29 de noviembre de 1947









sábado, 6 de julio de 2013

Recordando a Otto Klemperer. Bruckner. Sinfonía nº 6. New Philharmonia Orchestra. 1964.


Estimados amigos, rendimos esta noche un merecido homenaje a la memoria del gran director Otto Klemperer que fallecía un día tal como hoy del año 1973 en Zurich. 

Klemperer fue un hombre de amplísima cultura, de talla humana excepcional, de humor ácido y sarcástico y cuya vida y carrera estuvo marcada, al igual que la de oros muchos contemporáneos suyos, por los avatares históricos de la primera mitad del siglo XX. Nuestro querido maestro profundo conocedor y acérrimo defensor de la cultura alemana sufrió de manera muy particular los citados avatares. Su reconciliación con el pasado tardó mucho, quizá demasiado. Pero jamás perdió ese amor de juventud por lo que era su universo personal e histórico del que su separación forzada le dañó en lo más hondo de su ser.

Maestro de enorme repertorio fue en su juventud un punto fundamental para la difusión de la música moderna y de vanguardia de principios de siglo, música que amaba y respetaba y que impulsó de forma notable. Con la edad esa pasión se fue ocultando poco a poco dando paso a una mayor concentración del maestro en el gran repertorio clásico y romántico austro-germánico y a una forma menos fogosa e impulsiva de acercamiento a la interpretación de las mismas que contrasta con el ardiente, impulsivo y vitalista Klemperer de la juventud (no es desde luego el único director que ha tenido esa evolución, entiendo que la edad y las vivencias van haciendo reposar los ánimos de todos y confieren una visión diferente de universo conceptual, intelectual y emocional).


En el disco que hoy dejamos tenemos un ejemplo claro de lo que hemos comentado. La maravillosa y sorprendente interpretación de Klemperer de la hermosa y escueta Sexta Sinfonía de Bruckner nos deja ver la excepcional visión que de la partitura tiene el maestro. Una visión que transforma una obra de dimensiones moderadas para lo acostumbrado en Bruckner en una magistral obra de gran sinfonismo. Su acercamiento casi camerístico a la partitura es de una asombrosa genialidad; los matices que extrae de los instrumentistas son tan bellos que en muchos momentos te dejas embelesar tanto por ellos que te evades del fluir global sinfónico. Pero es sólo un instante, un pequeño despiste que rápidamente se retorna en asombro cuando sin percibirlo te vuelves a ver inmerso en la magna concepción estructural de la sinfonía y de manera particular cuando vas apreciando en su devenir su majestuosidad clásica, cuando te vas asombrando que con la plantilla instrumental propia de Beethoven se lleguen a producir sonidos tan embriagadores, majestuosos y magnos sin que por otra parte esos mismos sonidos dejen de sonar limpios, clarificados, con texturas suaves y con líneas de expresión sencillamente magistrales. 

La Sexta Sinfonía fue compuesta entre el 24 de septiembre de 1879 y el 3 de septiembre de 1881. Un estreno inicial de los dos movimientos centrales por el director Wilhelm Jahn y la Filarmónica de Viena y finalmente estrenada completa el 26 de febrero de 1899 (Bruckner ya fallecido) por Gustav Mahler dirigiendo una edición muy retocada en dinámica, estructura, tempos, etc. por el discípulo de Bruckner Cyrill Hynais. Finalmente Viena tuvo la suerte de ver el estreno de la edición original de la obra preparada por otro de los discípulos del maestro, August Göllerich, acontecimiento que tuvo lugar el 13 de diciembre de 1901.

Obra de enorme belleza en ella podemos admirar la excepcional capacidad compositiva de Bruckner, en su variedad y en su formalismo; motivos de ritmo asombroso, flujos incesantes de dinamismo musical; maravillosos temas entremezclados de carácter en general menos grandilocuente que en sus futuras obras; maravillosas intervenciones de las cuerdas y de los instrumentos solistas como las trompas o los oboes; adagio que es un verdadero remanso de calma y belleza combinado con un Scherzo luminoso y vitalista y un fina cuya resolución es un verdadero placer para nuestros oídos, calmo y reflexivo va adquiriendo cada vez mayor majestuosidad e intensidad con bellísimas intervenciones de maderas y trompas con yuxtaposiciones de temas previos y tonalidades y con la afirmación final surgida casi de la nada como una conclusión, si quieren no tan impactante como la de la Séptima u Octava, pero desde luego nada desmerecedora de una maestría para la sorpresa del gran Bruckner.


Espero que puedan disfrutar de verdad de esta hermosa recreación de una obra quizá poco valorada en el conjunto del repertorio de Bruckner, una recreación realmente soberbia, de enorme belleza, de un pulso vigoroso y de una maestría de trazos asombrosa. Una interpretación que toma además más valor en la maravillosa aportación de la New Philharmonia Orchestra que logra dar un color y unos matices realmente bellos principalmente en la parte instrumental y en los pasajes solistas sin que, ni mucho menos, defraude en el conjunto de la ejecución como agrupación sinfónica en la que destaca su sonido abierto, quizá no tan profundo como el de las orquestas alemanas, claro y nítido con unas cuerdas realmente magistrales y unos pasajes conmovedores en sus atriles en la ejecución del Adagio o del Scherzo. Maravillosa.

Muchas gracias querido Klemperer por mostrar como los años hacen madurar los conceptos. Muchas gracias por tanta buena música que nos regalaste y muchas gracias por tu contribución al universo bruckneriano al que dotas de un matiz especial: el matiz de un clásico.




Bruckner
Sinfonía nº 6
Otto Klemperer
New Philharmonia Orchestra
Grabación:
Kingsway Hall, Londres, noviembre de 1964
Versión de 1881 en Edición de Robert Haas de 1935









miércoles, 3 de julio de 2013

Bruckner. Sinfonía nº 8. Günter Wand. Orquesta Filarmónica de Berlín. 2001.


Queridos amigos, en la tarde de hoy dejamos este bellísimo disco con la inconmensurable interpretación de la Octava Sinfonía de Bruckner de la mano del maestro Wand dirigiendo a una no menos que genial y portentosa Orquesta Filarmónica de Berlín.

Con este disco finalizamos las entregas de las grabaciones berlinesas de Wand y Bruckner ya que, al menos por ahora y por desgracia, no tengo su interpretación de la Novena. En breve espero poder tener lista la grabación de la Octava en la catedral de Lübeck y poder ir procesando los registros de su integral para RCA con la WDR (una de los más bonitas, a mi parecer y en su conjunto, a la par que el de Jochum para EMI y el de Skrowaczewski para Arte Nova). 

Wand es un maestro que siente devoción por Bruckner y su trayectoria fonográfica deja testimonio de ello. Unos registros que nos muestran a un perfecto conocedor del fondo de las obras brucknerianas y un servidor de las mismas a través de su visión ligeramente apartada de un falso transcendentalismo religioso sin que por ello deje a sus interpretaciones vacías de espíritu y alma y ni mucho menos de fuerza e intensidad expresivas como reflejo de la profunda fuerza motriz que impulsa la obra bruckneriana.

Y en esta Octava es donde con mayor claridad se pueden observar y saborear esos matices que el viejo Wand quiere dejar expuestos. En esta magna y colosal obra, verdadero monumento sinfónico musical y espiritual emocional es donde el arte de Wand y su concepción del deber como traductor de la música de Bruckner se deja vislumbrar de forma más clara y siempre acompañándose de sus peculiaridades artísticas excelsas como son la pulcritud, la fidelidad al concepto sonoro, el respeto a la monumentalidad a través de los tempos, las proporciones, la proporcionalidad interna, la relación entre movimientos y dentro de los movimientos, la arquitectura musical y sonora.

Con los años las interpretaciones del maestro Wand han ganado en calidez, en profundidad emocional, en luminosidad y en particular en viveza y en dinámica, en esa preciosa frescura que ofrece el mágico devenir del tempo, sus pausas, ceses, diminuendos y crescendos mágicamente articulados por la sabia mano de Wand.

Unas interpretaciones sencillas, que no aturden al auditor, frescas y claras, intensas sin sobrecargas, articuladas de manera tal que dejan ver el monumento arquitectónico del bloque sinfónico y un algo de más: la pasión de un alma entregada a esta música y al deber inexcusable de poner Bruckner al alcance de todo ser humano.


Esta noche he escuchado varias veces este disco, me apetecía saborear el inmenso placer de la magnitud de la Octava. Y creo con sinceridad que sentirán al menos un placer similar cuando la escuchen. Es un verdadero monumento musical y un regalo para el corazón del hombre de hoy. Intensa, penetrante, poderosa interpretación que nos dejará en un estado de calma y serenidad realmente increíble. Es la Octava una de las obras de Bruckner en las que tu sentimiento más profundo se ve tocado, la que quizá te llega a impresionar de forma más intensa y directa, la que te conmueve todo tu ser de manera que es imposible resistir su influjo. Un misterio y una maravilla.

Que disfruten queridos amigos de una de las mayores obras de la historia de la composición sinfónica: la Octava de Bruckner. Interprete y orquesta de máximo nivel. Homenaje a un músico irrepetible, excepcional y a un director que ha logrado cosas de incuestionable belleza a través de su entrega y su arte.

Bruckner
Sinfonía nº 8
Günter Wand
Orquesta Filarmónica de Berlín
Grabación:
19-22 de enero de 2001
Philharmonie de Berlín.
Versión 1887/90 en Edición de Robert Haas de 1939










sábado, 29 de junio de 2013

Schubert. Sinfonías nº 8 y nº 9. Szell. Cleveland Orchestra. 1960. 1957. La Belleza de lo Inacabado y lo Grande. Homenaje a El Cuervo.


Queridos hace unos días en unos comentarios de una entrada anterior nuestro querido amigo Jose nos traía a la memoria el recuerdo de nuestro estimado y recordado Cuervo López. Un 27 de junio de hace tres años nos abandonaba una de las personas que más me impulso a iniciar esta aventura y que más consolidó mi amor por la música de Mahler y mi comprensión general, y creo que de muchos más, del significado enorme de la Música.

Un significado que, me perdonarán por el inciso, en los ensayos y en la interpretación que he tenido el placer de escuchar a la Orquesta de los Conservatorios Macarena-Nerva, en la que participan mis hijos junto a un grupo de excepcionales chavales y padres del Coro, en el concierto que ayer celebraron en su sede habitual del verano, Cortes de la Frontera, se puso plenamente de manifiesto. Es su quinto año pero este ha sido especial. El valor del amor, del cariño, de la comprensión de la emoción transforma la música en algo único. Cuando sonaban las guitarras en Brave no pude menos que recordarte y recordar su fondo humano.

En su honor quisiera dejar este hermoso disco pleno de música celestial, hermosísima y de un valor emocional sin par.

Por Cuervo, en su memoria, para su disfrute y para que siempre pueda seguir gozando allá del placer de la belleza de unos sonidos que amaba.

No te olvidamos querido amigo. Te marchaste con una gran tarea inacabada pero que siempre tendrá el sello de lo grande.

Que disfruten de esta música y tengan un minutito para la memoria de nuestro amigo.


Schubert
Sinfonías nº 8 y nº 9
George Szell
Cleveland Orchestra
Grabaciones:

Sinfonía nº 8, Inacabada, Cleveland, Severance Hall, 12 y 19 de marzo de 1960
Sinfonía nº 9, La Grande, Cleveland, Severance Hall, 1 de noviembre de 1957












miércoles, 26 de junio de 2013

Bartók. Música para Cuerdas, Percusión y Celesta. Divertimento. Dos Retratos. Ferenc Fricsay. RIAS-Symphonie-Orchester Berlín. 1953. 1953. 1952.


Queridos amigos, en la noche de hoy dejamos un disco sensacional. Musica del gran Béla Bartók en las manos de ese gran director y verdadero amante de su música, Ferenc Fricsay.

Creía que este disco ya lo había dejado en Sentidos pero me he dado cuenta que desafortunadamente no ha sido así. Nunca es tarde si la dicha es buena y creo que la dicha es en este caso lo suficientemente buena para perdonar este tremendo olvido. 

Y es que la asociación Bartók-Fricsay como lo es la de Mozart-Fricsay es lo suficientemente significativa como para intuir que estamos ante una de esas conjunciones musicales absolutamente imprescindibles de conocer. 

Fricsay era persona de altos ideales, de una concepción humanística del mundo y de su tarea y por extensión de la música y siempre noble en sus pensamientos y actuaciones era capaz de entender la Música como algo universal en la que todo tenía cabida y una razón de ser, desde lo más simple o popular a lo más complejo o serio. En él tenia lugar un verdadero milagro en lo referente a la expresividad musical y a la vitalidad que de ella emana. Todos los aspectos eran tratados con el mismo valor, la profundidad del pensamiento, las intencionalidades extra-musicales, la gracia de la danza, la alegría y el humor, el sarcasmo y la ironía, la dureza y el dolor y en el campo más directamente técnico el rigor constructivo y formal así como la diversidad y la sorpresa de la improvisación y la libertad de expresión.


En Fricsay la maravilla se hacia realidad en la música de Mozart y en la de Bartók, en otros muchos más también pero quizá en ellos dos de forma mucho más evidente.En sus músicas llenas de una fortísima solidez estructural formal Fricsay era capaz de sacar a relucir todos los detalles que en esa composición en su fondo expresivo y temático estaban presentes. Y lo hacía con una sencillez realmente pasmosa, por su habilidad técnica, su conocimiento de la música de estos dos compositores, su profunda pasión por ellos y por sus ideas musicales, su facilidad de sacar a relucir el precioso mensaje humano de sus composiciones. 

Es una delicia escuchar la forma tan bella, sencilla y directa de expresar en "sus" interpretaciones la fuerza y los valores de la música escrita; es maravilloso transitar con él por los bellos sonidos de Mozart y los complejos ritmos y estructuras de Bartók. Un viaje que te traslada a un mundo de sensaciones que pocos directores han sabido ofrecer.


La Música para Cuerdas, Percusión y Celesta compuesta por encargo de Paul Sacher en 1936 para celebrar el décimo aniversario de su Orquesta de Cámara, la Orquesta de Cámara de Bâle (Basilea), es un ejemplo maravilloso de la forma tan genial de Fricsay de llevar la precisión y exactitud interpretativa de manera que su resultado sea una expresividad sorprendente, esa precisión realmente genial en su primer movimiento con esa fuga dividida y con esas cuerdas separadas en el espacio tan seriamente puesta de manifiesto que corta el aliento por su intensidad. Como lo hace la enorme energía rítmica de su segundo movimiento con ese espíritu formal casi beethoveniano y como también lo hace la sonoridad espacial e irreal del movimiento lento y el final arrebatador y lleno de belleza y sentido con la espectacularidad de la expresión de sentido a través del ritmo de danzas tan sencillamente genial que elabora Bartók. Su estreno tuvo lugar en Basilea el 21 de enero de 1937 por la Orquesta de Cámara de Basilea dirigida por el propio Sacher y se convierte es una de las más geniales partituras del siglo XX.

El Divertimento para Orquesta de Cuerdas de Bartók fue compuesta en 1939 también por encargo de Paul Sacher que para esta ocasión solicitaba una obra más sencilla que la Música para Cuerdas. La obra se escribe para una orquesta de cuerdas que Bartók mantiene en secciones divididas. No compone un típico divertimento musical propio del pasado aunque mantiene algunas de sus principales premisas formales como la alternancia de los tuttis y el concertino aunque remarca de forma mas intensa el ritmo sincopado de la danza al que Fricsay dota ademas de una particular tensión emocional. Como tensión e intensidad confiere a ese segundo movimiento realmente duro, lleno de desesperación y tristeza, de lucha y dolor que solo se relaja en el desarrollo del tercer movimiento donde con sabias variaciones y fragmentos de los movimientos previos Bartok construye un pasaje lleno de esperanza y de confianza en el destino de la humanidad. En toda la composición el precioso juego de las diferentes voces orquestales es absolutamente magistral.


El disco que dejamos se completa con dos piezas de un Bartók juvenil, los Dos Retratos de 1907 a 1911. Un primer movimiento plasmado por Fricsay con una vital alegría y jovialidad y un segundo movimiento Grotesque expresado en términos opuestos pleno de contrastes violentos e intensos repetidos. Dos extremos que según palabras de un crítico serían comparables a decir: demasiado bello para ser real, primer retrato, y demasiado real para ser bello, segundo retrato. En ambos casos una magistral música plena de contrastes, fuerza y energía. Un preludio de la forma de entender la música de Bartók.

Queridos amigos espero que disfruten de este maravilloso disco, que se deleiten con su belleza, que saboreen las esencias de la dirección fresca y directa de Fricsay y que gocen del maravilloso trabajo y exquisita sonoridad de esa maravilla de orquesta que fue "su" RIAS-Symphonie-Orchester Berlín.


Bartók
Música para Cuerdas Percusión y Celesta
Divertimento
Dos Retratos

Ferenc Fricsay
RIAS-Symphonie-Orchester Berlín

Grabaciones:
Berlín, Jesus-Christus-Kirche
Música para Cuerdas, Percusión y Celesta, junio de 1953 
Divertimento, abril de 1953 
Dos Retratos, junio de 1952