Queridos amigos, esta tarde dejamos un disco excepcional. En parte sirve para actualizar una entrada anterior que dejamos en su día con el maravilloso Concierto para Violonchelo y en parte para incluir el disco completo con la interpretación preciosa, ágil, vital e impulsiva de la Sinfonía nº 8 por Kubelik. En todo caso, una ocasión para disfrutar de estas dos fantásticas obras de Dvorak.
Obra perfecta para el lucimiento del violonchelo solista es a la par una muestra preciosa de la capacidad de Dvorak de componer para la orquesta y asociar ambos en un conjunto realmente excepcional. Una verdadera delicia de cuerdas y maderas; un violonchelo que canta de forma suave y melancólica; una orquesta plena con pasajes impresionantemente bellos, grandiosos y plenos de color.
En relación a la interpretación presentada, poco se puede decir que no se haya comentado en todos los sitios y espacios musicales que haya visitado. Es una maravilla. Impresionante Pierre Fournier, virtuoso, preciso, delicado y transmisor de una sonoridad exquisita. Szell, es Szell. Soberbio, impetuoso, preciso, magistral en su disección de la orquesta y en su labor de conjunción con el solista. En resumen una interpretación maravillosa, cálida, emotiva, suave, hermosa, rica, matizada, colorista y llena de pasión.
La preciosa Sinfonía nº 8 de Dvorak es una obra de arte. Reconozco que particularmente es de las que más me gusta de las sinfonías de Dvorak quizá por su dinamismo, su tímbrica, su sonoridad brillante y sus preciosos solos instrumentales.
La octava sinfonía de Dvorak, tenida por mucho tiempo como la cuarta, tiene vínculos ingleses algo extraños derivados de la disputa de Dvorak con su habitual editor Simrock (presentado a Dvorak por Brahms) que originaron que la edición pasara a un inglés, Novello, y por el hecho de la interpretación en un concierto londinense de la obra el 24 de abril de 1890 (poco tiempo después de su verdadero estreno original en Praga) y un año después a Cambridge el 15 de junio de 1891. Así se la denominó Sinfonía Inglesa, pero poco tiene que ver en su sonoridad y sensibilidad con esa bella nación. La obra fue compuesta en el verano de 1899 y estrenada en Praga el 2 de febrero de 1890 con el compositor en la dirección.
De sus tres últimas sinfonías es quizá la que mejor traduzca el alma bohemia de Dvorak. Con un primer movimiento poderoso y brillante, con abundante percusión; un segundo movimiento Adagio algo alegre, poético, de enorme sensibilidad, con un violín maravilloso y muy emotivo y sereno; un tercer movimiento enormemente bonito, alegre scherzo, muy vivo, danzable y saltarín y para finalizar un movimiento final con diversas variaciones, enormemente poderoso, con violonchelos preciosos, con un ritmo de trompa genial, unos trinos finales de las mismas soberbios y sorprendentes y un final con absoluta belleza sonora, cromatismo destacadísimo y unos metales y percusión arrolladores.
En la interpretación de Kubelik y la Filarmónica de Berlín, todas esas características arriba mencionadas están presentes. La comprensión de Kubelik de esta música no debe sorprendernos; su forma de acercarse a Dvorak es intuitiva, natural, precisa y llena de vitalidad y alma. Y la prestación de los berlineses, como es habitual, espectacular.
Espero que disfruten del disco y mis disculpas por aprovechar gran parte del texto de entradas anteriores.
La preciosa Sinfonía nº 8 de Dvorak es una obra de arte. Reconozco que particularmente es de las que más me gusta de las sinfonías de Dvorak quizá por su dinamismo, su tímbrica, su sonoridad brillante y sus preciosos solos instrumentales.
La octava sinfonía de Dvorak, tenida por mucho tiempo como la cuarta, tiene vínculos ingleses algo extraños derivados de la disputa de Dvorak con su habitual editor Simrock (presentado a Dvorak por Brahms) que originaron que la edición pasara a un inglés, Novello, y por el hecho de la interpretación en un concierto londinense de la obra el 24 de abril de 1890 (poco tiempo después de su verdadero estreno original en Praga) y un año después a Cambridge el 15 de junio de 1891. Así se la denominó Sinfonía Inglesa, pero poco tiene que ver en su sonoridad y sensibilidad con esa bella nación. La obra fue compuesta en el verano de 1899 y estrenada en Praga el 2 de febrero de 1890 con el compositor en la dirección.
De sus tres últimas sinfonías es quizá la que mejor traduzca el alma bohemia de Dvorak. Con un primer movimiento poderoso y brillante, con abundante percusión; un segundo movimiento Adagio algo alegre, poético, de enorme sensibilidad, con un violín maravilloso y muy emotivo y sereno; un tercer movimiento enormemente bonito, alegre scherzo, muy vivo, danzable y saltarín y para finalizar un movimiento final con diversas variaciones, enormemente poderoso, con violonchelos preciosos, con un ritmo de trompa genial, unos trinos finales de las mismas soberbios y sorprendentes y un final con absoluta belleza sonora, cromatismo destacadísimo y unos metales y percusión arrolladores.
Espero que disfruten del disco y mis disculpas por aprovechar gran parte del texto de entradas anteriores.
Dvorak
Concierto para Violonchelo
George Szell
Pierre Fournier
Orquesta Filarmónica de Berlín
Grabación
Berlín, Jesus-Christus-Kirche, 1 al 3 de junio de 1961
Dvorak
Sinfonía nº 8*
Rafael Kubelik
Orquesta Filarmónica de Berlín
Grabación
Berlín, Jesus-Christus-Kirche, 8 y 9 junio de 1966
Hombre Julio¡¡¡, ¡Que alegría, se te hechaba de menos por estos lares!
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEn verdad es un maravilloso disco, de los que atesoro. La interpretación del Concierto para Violonchelo de Dvorak es el mejor que he oído jamás, o al menos el que más me llena, con un discurso melódico a mi entender más natural que el tan ponderado de Rostropovich-Karajan, también de DG y sin duda igualmente excepcional. Por otro lado, la interpretación de la Sinfonía Nº 8 por Kubelik y los filarmónicos berlineses es realmente esplendorosa, aunque a mi entender comparte trono con una grabación de Karajan y la Filarmónica de Viena (Decca), y tal vez con otra de Szell y la Orquesta de Cleveland (CBS/Sony). El bohemio y afable compositor es de los que irradian luz y transmiten energética alegría de vivir.
ResponderEliminarMelódicos saludos, amigo Julio.
Muchas gracias, tremendo disco =)
ResponderEliminarEs admirable quienes mantienen blogs de música, yo lo intento pero con suerte subo una obra al mes =(
Saludos y Gracias por esta entrada =)
Estimado amigo:
ResponderEliminarPuedes volver a subir este en flac, por favor? Gracias!
Actualizada querido Gustavo.
Eliminargracias!!!!!!!!!!!
Eliminar:-) a disfrutarla
EliminarActualizada la entrada/Updated entry: Dvorak. Concierto para Violonchelo. Sinfonía nº 8. George Szell. Pierre Fournier. Rafael Kubelik. Orquesta Filarmónica de Berlín. 1961. 1966.
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