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domingo, 30 de septiembre de 2012

Schubert. Sinfonía nº 4. Schumann. Sinfonía nº 4. Eugen Jochum. Concertgebouw Orchestra. 1960.


Queridos amigos, terminamos hoy, al fin, la publicación de este hermoso doble disco del maestro Jochum complementando así la entrada anterior dedicada a obras de Wagner y Strauss. En esta ocasión el disco nos deja las aproximaciones, siempre elegantísimas y de una maravillosa arquitectura y construcción, de Jochum a dos hermosas obras, las Sinfonías nº 4 de Schubert y de Schumann dirigiendo a la portentosa Orquesta del Concertgebouw.

Jochum es un verdadero maestro clásico, un portentoso recreador de la música trasladando su sentido más allá de las simples notas o melodías que la formen. Las desgaja y las expone de una manera habilísima para sacar de ellas toda su emoción, su belleza formal, so composición, sus texturas, dinámicas, colores y timbres. Y a todo ello le añade ese sutil toque de magia que es el cariño y el amor por lo que está interpretando. 

Schubert es poesía pura, quizá el sinfonista con una música más melodiosa, perfecta en equilibrio y de armonía más sutil, elegante y delicada que haya existido. Sus manejos y juegos entre las cuerdas y las maderas me han conmovido siempre y me han dejado todas y cada una de las veces que lo he escuchado un gusto dulce, un sentimiento de paz, serenidad y tranquilidad maravilloso y una sensación de asombro ante la excepcional forma con la que los maneja. Pero no sólo es eso, Schubert tiene más, mucho más. Sus composiciones me parecen sólidas, con gran sentido estructural; composiciones clásicas y a la vez avanzadilla de nuevas formas de estructurar los pasajes musicales, de manejar los instrumentos, un prodigio de exquisitez tímbrica y unas obras con un contenido musical de mucho más valor del que habitualmente se le da.

La Sinfonía nº 4 o Trágica del maestro Schubert es un ejemplo maravilloso del compositor joven, admirador del gran Beethoven, formado en el clasicismo de Haydn y Mozart, y aunque deudora en parte de la obra del mismo emerge por ella misma mostrando su enorme creatividad y poder melódico, su grandeza emocional y su libertad expresiva que le permite salirse de forma sutil de la estructura clásica habitual. Fue iniciada a principios de abril y terminada el 27 de ese mismo mes del año 1816. Interpretada poco después por la orquesta de aficionados en la que Schubert tocaba la viola su primera presentación profesional fue dirigida por A. F. Riccius en Leipzig, el 19 de noviembre de 1849. Y es una obra de un joven músico, un músico que sin pretender llegar a profundizar el el profundo trágico del ser humano explora rincones del mismo que simplemente expone desde su mentalidad, su edad y su increíble y única alma poética y ensoñadora. Una maravillosa muestra de brillantez, vitalidad, profundidad, seriedad, alegría y belleza.


Jochum consigue con este hermosa Sinfonía nº 4 poner de manifiesto todo esto que les estoy describiendo. Con una dirección elegante, suave, matizada en los detalles y con una visión global clara, nos conduce por un universo sonoro de excepción. Con un tono semejante a su Haydn aunque mucho más avispado logra exponer todos los detalles y articulaciones de las maravillosas melodías y frases de Schubert logrando un verdadero monumento sonoro de enorme belleza, fuerza, delicadeza, ritmo, expresividad y emoción. Un verdadero lujo que se ve adornado por ese otro gran lujo que es la Orquesta del Concertgebouw y sus instrumentistas. Un prodigio de elegancia, finura, técnica, conjunto y buen hacer. Una gloriosa interpretación.

La Sinfonía nº 4 de Schumann fue completada en 1841 (primera versión) y Schumann realizó una profunda revisión en 1851 referente a la estructura y la orquestación. Para Schumann la segunda versión era de mayor valor y era la estimada por él aunque Brahms tenía en enorme estima la versión original de la obra (de hecho publicó esta versión original de la misma). Las dos versiones tienen tempos notados de forma diferente.
La versión de 1841 sigue este esquema con la notación italiana de la música:
  • Andante con moto - Allegro di molto (re menor ? re mayor)
  • Romanza: Andante (la menor)
  • Scherzo: Presto (re menor)
  • Largo - Finale: Allegro vivace (re mayor)
La versión revisada de 1851 (la usada generalmente y en concreto en este disco) sigue este otro esquema con la interpretación continuada de los movimientos.
  • Ziemlich langsam - Lebhaft (re menor)
  • Romanze: Ziemlich langsam (la menor)
  • Scherzo: Lebhaft (re menor)
  • Etwas zurückhaltend - Langsam (sol menor)
  • Lebhaft (re mayor)
La obra es una verdadera obra maestra, Un encanto de composición, de dulzura, de orquestación atractiva, de maravillosa recurrencia de motivos musicales de enorme belleza. Con juegos instrumentales de encantadora poesía y profundidad es una música que te genera un estado de ánimo mezcla de serenidad, nostalgia y algo de soliviantamiento. Los pasajes de las cuerdas de Schumann son verdaderas maravillas musicales combinados con unas maderas maravillosas y unos metales justamente dosificados. Su indicación de continuidad entre los distintos movimientos es de una enorme valor dando a la obra ese recorrido unitario precioso con transiciones preciosas que bien realizadas logran una gran impacto musical y sonoro.


Y Jochum logra un punto de equilibrio muy justo entre todas las fuerzas musicales que integran la obra. Por dosificación, por manejo de intensidades, por la creación del ritmo y del flujo justo del devenir de la música. Sus encadenamientos de los movimientos resultan preciosos, su intensidad justa, sin excesos que convierten a Schumann en un mal orquestador, sin excesos de ralentización que a veces hacen a Schumann un verdadero suplicio de escuchar. Creo que apoyado en la prestación soberbia de la orquesta holandesa jochum transmite un Schumann claro, limpio, emotivo, con juegos tímbricos preciosos, con un hilo conductor sin rotura, con un camino trazado, despejado y con amplia vista al frente.

Preciosa interpretación de una Cuarta Sinfonía de Schumann quizá de menor pasión o energía que las plasmadas por Szell o Furtwängler pero con una maravillosa sencillez de ideas que la hacen una obra dinámica, bella, atractiva y fácil. Verdaderamente bonita.





Schubert
Sinfonía nº 4

Schumann
Sinfonía nº 4

Eugen Jochum
Concertgebouw Orchestra

Grabaciones:
Schubert, 5 al 7 de septiembre de 1960
Schumann, 15 al 19 de diciembre de 1960