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domingo, 19 de junio de 2011

Beethoven. Conciertos para Piano nº 1 y nº 2. Klemperer. Berenboim. New Philharmonia Orchestra. 1967.


Queridos amigos, iniciamos una serie de entradas dedicadas a los fabulosos registros de la integral de los Conciertos para Piano de Beethoven realizados por dos fantásticos músicos, Klemperer y Barenboim. Dejamos en esta entrada el primer disco, un disco excepcional, el correspondiente a los dos primeros conciertos.

La aproximación que en su día realizaron Klemperer y Barenboim a los Conciertos para Piano de Beethoven ha quedado como uno de los más maravillosos ejemplos de la música grabada y uno de los hitos en los registros de los citados conciertos junto con los realizados por Szell y Fleisher.


Klemperer, conocimiento, sabiduría, edad, madurez, técnica y Berenboim, juventud, impulsividad, dinamismo,   frescura, poderío técnico. Una conjunción maravillosa, irrepetible, que dejó unos registros impresionantes en todos los aspectos. Belleza sonora, dinamismo, claridad de exposición, técnica y brillantez orquestal, energía a raudales, emotividad, un piano insuperable en su técnica, su musicalidad y su brillantez.

El primer disco recoge dos preciosas interpretaciones de los Conciertos nº 1 y nº 2.  El Concierto nº 1 fue iniciado en 1796 y estrenado, con Beethoven al piano, en Praga en 1798. El Concierto nº 2 tiene una fecha de composición anterior, principalmente entre 1787 y 1789, aunque su publicación definitiva fue posterior, en 1795, fecha del estreno en Viena también con Bethoven como solista. Existe también una publicación posterior en 1801 aunque la forma más usada como definitiva corresponde a la versión del estreno, la de 1795. 

Ambas obras son el reflejo de un joven Beethoven, un Beethoven que asimila las formas clásicas de Mozart y Haydn y las perfecciona añadiéndole su intensidad, su dramatismo, su visión del piano solista, su cromatismo y su maravillosa visión del conjunto orquesta y solista.

En este disco nos encontramos con un pianista, Barenboim, excepcional en su técnica, maravilloso en su sonido, preciso y dinámico. Logra una compenetración increíble con el genio y la preciosa visión bethoveniana de Klemperer. Los resultados son soberbios de una belleza indescriptible. Los mismos resultados que se repetirán en las siguientes grabaciones del resto de conciertos y en la preciosa grabación de la Fantasía Coral.

Les dejo este precioso CD. Que lo disfruten. Es francamente bello.


Beethoven
Conciertos para Piano nº 1 y nº 2

Otto Klemperer
Daniel Barenboim
New Philharmonia Orchestra

Grabaciones
Abbey Road Studios, Londres, octubre y noviembre de 1967












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Sibelius. Sinfonías nº 5, nº 6 y nº 7. Lorin Maazel. Orquesta Filarmónica de Viena. 1966. 1968. 1966.


Queridos amigos finalizamos con esta entrada la aproximación de Maazel a la obra Sinfónica de Sibelius realizada a mediados de los años 60 del pasado siglo XX con la Filarmónica de Viena. Una integral de las sinfonías del maestro finés absolutmente recomendable con verdaderos logros musicales excepcionales (recomendable ver las entradas anteriores, disco 1 y disco 2).

En este último disco se reflejan las tres últimas sinfonías de Sibelius, la Quinta, la Sexta y la Séptima. Cada una de ellas es una pequeña maravilla musical en manos del maestro Maazel y la Filarmónica de Viena.


La Quinta Sinfonía de Sibelius en su versión original fue estrenada por el propio Sibelius con la Orquesta de la Ciudad de Helsinki en su 50 cumpleaños, el 8 de diciembre de 1915. La segunda versión fue estrenada por la Orquesta de Turun Soitannollinen Seura en Turku exactamente un año después. La versión final, la más comúnmente interpretada hoy, fue estrenada por la Orquesta Sibelius de Helsinki, el 24 de noviembre de 1919.

En la Quinta sinfonía, la calidad de la orquesta vienesa, su belleza sonora, individual y como conjunto, su calidez musical y la fenomenal entrega a los dictados del maestro Maazel logran una tensión, una belleza y una sonoridad de un carácter maravilloso, consiguiendo una interpretación de la obra que mantiene una emotividad y una sensibilidad de alta intensidad, una obra perfectamente unida e integrada, un discurso musical sin cortes, bellísimo en su devenir y con un vibrante e intenso acúmulo de tensión que se expande en su marvilloso final.

La Sinfonía nº 6 fue estrenada por la Orquesta de la Ciudad de Helsinki, dirigida por el compositor, el 19 de febrero de 1923 dedicada a Wilhelm Stenhammar. 

Obra difícil y en general poco valorada muestra sin embargo unos rasgos musicales sorprendentemente bellos.  Dentro de su aparente simplicidad destaca la belleza de las cuerdas, magistrales y sublimes y en este caso las de la Filarmónica de Viena dan un verdadero recital de técnica, belleza de sonido y calidad. Maazel brilla dentro de la integral que estamos ofreciendo en estas obras casi camerísticas y de parca instrumentación (Tercera, Cuarta y Sexta) pero de una gran complejidad emotiva y estructural. Magistral último movimiento, sensacional.

Sibelius terminó la composición de su Sinfonía nº 7 el 2 de marzo de 1924 y fue estrenada en Estocolmo el 24 de marzo como Fantasía Sinfónica n º 1, una Sinfonía "Fantasía". Sólo otorgó la condición de sinfonía después de algunas deliberaciones. Para su publicación el 25 de febrero de 1925 fue titulada "Sinfonía n º 7 (en un movimiento)". Según muchos entendidos corresponde a la declaración final de Sibelius sobre la forma sinfónica (lo esbozos y trabajos sobre una octava sinfonía parece ser que fueron quemados por el propio autor).

La Séptima Sinfonía es una obra francamente preciosa. Particularmente siempre me ha parecido un monumento musical, una obra en la que a lo largo de todo su perfecto encadenamiento nos vamos deslizando por una cascada de belleza sonora y musical de continuidad perfecta con emotividad creciente. Una obra resumen de las ideas y visiones de Sibelius resumidas y puestas de manifiesto de forma breve pero maravillosa. Una obra difícil pero que en buenas manos y con comprensión de su mensaje resulta conmovedora, un placer musical soberbio. Maazel consigue de los músicos vieneses esa comprensión y junto a la belleza tímbrica de la orquesta, su perfección instrumental, su preciosa sedosidad y su sonido intensamente colorido nos lleva a un estado de conmoción emotiva maravilloso.


Espero que disfruten de este último disco. Preciosas obras y preciosas interpretaciones. Un Sibelius variado, rico, expresivo, bello, emotivo, camerístico, monumental. Cualquiera de estos aspectos lo pueden encontrar en la aproximación maravillosa de Maazel. Un lujo de director y un lujo de orquesta.

Sibelius
Sinfonías nº 5, nº 6 y nº 7
Lorin Maazel
Orquesta Filarmónica de Viena
Grabaciones en Viena, Sofiensaal, Sinfonía nº 5 y nº 7, marzo de 1966; Sinfonía nº 6, marzo y abril de 1968









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