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jueves, 20 de febrero de 2014

En Memoria de un Artista. Ferenc Fricsay. Bartók. Concierto para Orquesta. Música para Cuerdas, Percusión y Celesta. Radio-Symphonie-Orchester Berlin. RIAS-Symphonie-Orchester Berlin. 1957. 1953.


Queridos amigos en el inicio de este día 20 de febrero de 2014 quiero rendir mi más humilde y sincero homenaje a un músico excepcional, para mí uno de los mayores músicos de toda la historia, uno de los grandísimos directores del pasado siglo XX y cuya figura se valora con total justicia. Ni más ni menos que el gran maestro Ferenc Fricsay que nos dejaba un día como el de hoy en la ciudad Suiza de Basilea.

Para mí Fricsay representa algo muy especial. Fue el director que me introdujo en el mundo de Mozart por su excepcional grabación del Don Juan, un disco que tengo como una verdadera joya no sólo en lo musical sino en lo afectivo, un disco al que le debo muchísimo de comprensión, de belleza, de serenidad, de plasticidad y de sentimiento. 

Posteriormente y leyendo un poquito más sobre el maestro me adentré en sus interpretaciones de Dvorak, Beethoven, Haydn, Janacek, Verdi, y algunas más hasta llegar a Bartók, un músico al que no acababa de entender, un músico que me llenaba pero no acababa de sentir con plenitud.

Fueron tres discos los que poco a poco me hicieron apreciar, no digo ya entender, pero si gozar de la maravillosa música del maestro. Solti, Bernstein y finalmente Fricsay. Las grabaciones con las que hoy quisiera dejar testimonio de gratitud y las de los Conciertos para Piano son para mí verdaderos tesoros musicales. Discos que disfruto con un placer enorme, con una sonrisa relajada y sincera, con emoción, con oído atento a las maravillas que nos deja reveladas como sorpresas, magia, atrevimiento, ritmo, plasticidad, sonoridad bellísima o simplemente novedad, y siempre descubro algo nuevo, algún detalle, algún matiz, alguna combinación de sonidos que se me revela nueva. Dos discos realmente soberbios estos registros de Fricsay de la música de Bartok, excepcionales.



Si me permiten retomo parte de la entrada publicada anteriormente en otra versión de esta grabación por ser verdaderamente descriptiva de mis sensaciones: " Fricsay era persona de altos ideales, de una concepción humanística del mundo y de su tarea y por extensión de la música y siempre noble en sus pensamientos y actuaciones era capaz de entender la Música como algo universal en la que todo tenía cabida y una razón de ser, desde lo más simple o popular a lo más complejo o serio. En él tenia lugar un verdadero milagro en lo referente a la expresividad musical y a la vitalidad que de ella emana. Todos los aspectos eran tratados con el mismo valor, la profundidad del pensamiento, las intencionalidades extra-musicales, la gracia de la danza, la alegría y el humor, el sarcasmo y la ironía, la dureza y el dolor y en el campo más directamente técnico el rigor constructivo y formal así como la diversidad y la sorpresa de la improvisación y la libertad de expresión."

Fricsay es para mí el ejemplo perfecto de una forma de hacer música sencilla, fácil, directa, accesible y bella. Una forma de expresar sentimientos o deseos que te son llevados directamente a tu corazón y tu sentimiento, a tu entendimiento y ante la cual nada más tienes que dejarte llevar, el resto lo hará la obra musical y el arte de este enorme maestro y mayor aún ser humano. 

Y al igual que consigue con la música de Mozart, de Dvorak, de Beethoven o de Tchaikovsky con la música de Bartok el maestro Fricsay es capaz de hacernos sentir la enorme belleza que estas dos composiciones, dificilísimas composiciones, tienen. Y no quisiera olvidar un detalle de enorme valor. Las orquestas de Fricsay, esas orquestas que el moldeó y con las que lograba sonoridades de una belleza extraordinarias; orquestas dúctiles y maleables, orquestas todo-terrenos con una capacidad técnica del más alto nivel y que de las manos del maestro se expresan de una forma totalmente libre, fácil, ágil, bella. Unas orquestas que realmente se convierten en verdaderas delicias sonoras, es exquisitas golosinas musicales.



El Concierto para Orquesta de Bartók fue compuesto en 1943 poco tiempo después de que adoptara la nacionalidad americana y fue un encargo (bendito encargo) de la Koussevitzky Music Foundation en memoria de la esposa del maestro Serge Koussevitzky, Natalie.


El estreno de la obra, en presencia del propio compositor, tuvo lugar en Boston en el Boston Symphony Hall el 1 de diciembre de 1944 teniendo un gran éxito de público y quedando ya como una de las obras habituales en los repertorios orquestales. En su composición emplea todos los recursos compositivos incluyendo muchas referencias a las formas clásicas, a la música popular europea (fundamentalmente húngara), instrumentos y ritmos populares, etc.

El resultado es una obra preciosa, rica en colorido, instrumentalmente bellísima, juegos instrumentales maravillosos en toda ella, movimientos lentos sedosos y hermosos, referencias humorísticas a otras obras (Shostakovich y su séptima) y fugas maravillosas y arrebatadoras. Una obra con una brillantez, energía y pasión sencillamente impresionantes y que de la mano de Fricsay se disfrutan de forma especial, se lo aseguro queridos amigos.

La Música para Cuerdas, Percusión y Celesta compuesta por encargo de Paul Sacher en 1936 para celebrar el décimo aniversario de su Orquesta de Cámara, la Orquesta de Cámara de Bâle (Basilea), es un ejemplo maravilloso de la forma tan genial de Fricsay de llevar la precisión y exactitud interpretativa de manera que su resultado sea una expresividad sorprendente, esa precisión realmente genial en su primer movimiento con esa fuga dividida y con esas cuerdas separadas en el espacio tan seriamente puesta de manifiesto que corta el aliento por su intensidad. Como lo hace la enorme energía rítmica de su segundo movimiento con ese espíritu formal casi beethoveniano y como también lo hace la sonoridad espacial e irreal del movimiento lento y el final arrebatador y lleno de belleza y sentido con la espectacularidad de la expresión de sentido a través del ritmo de danzas tan sencillamente genial que elabora Bartók.

Su estreno tuvo lugar en Basilea el 21 de enero de 1937 por la Orquesta de Cámara de Basilea dirigida por el propio Sacher y se convierte es una de las más geniales partituras del siglo XX.

Espero de corazón que esta humilde entrada, realizada tomando un poquito de aquí y de allá de entradas previas y salpicada de algunos detalles escritos sobre la marcha mientras escuchaba las dos obras les produzca tanto placer como son capaces de producir en mi corazón y en mi alma.

Que las disfruten de verdad y si sirve para poder difundir un poquito más la figura de este ser humano excepcional, música de categoría extraordinaria, trabajador incansable y amante de la música en todas sus variantes me daré por totalmente satisfecho.

Gracias querido Fricsay, tu figura sigue siendo apreciada, recordada y valorada como lo que representa: un verdadero artista, servidor del arte musical y herramienta para su comprensión.




Bartók
Concierto para Orquesta
Música para Cuerdas, Percusión y Celesta

Ferenc Fricsay
Radio-Symphonie-Orchester Berlin
RIAS-Symphonie-Orchester Berlin

Grabaciones en Berlín, Jesus-Christus-Kirche
Concierto para Orquesta, Radio-Symphonie-Orchester Berlin, abril de 1957
Música para Cuerdas, Percusión y Celesta, RIAS-Symphonie-Orchester Berlin, junio de 1953