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sábado, 8 de mayo de 2010

Brahms. Concierto para Piano nº 1. Szell, Serkin, Cleveland Orchestra. 1968. Schumann. Introducción y Allegro Apasionado. Ormandy, Serkin, Philadelphia Orchestra. 1964. Mendelssohn. Capricho Brillante para Piano y Orquesta. Ormandy, Serkin, Philadelphia Orchestra. 1967.


Bueno, tras algunos días retirado del blog ¡ay, semanita ajetradilla de mi corazón! volvemos a retomarlo. Estaba pensando qué dejarles que concordara algo con mi estado anímico actual. La semana anterior, repasando la discoteca encontré dos CD que tenía en el olvido, en un mal olvido por mi parte, quizá por mi tendencia a no ordenar bien las cosas o por colocar delante aquellas que me van dando más placer inmediato. El caso es que las versiones de los conciertos para piano de Brahms de Szell y Fleisher y las de Jochum y  Gilels "tapaban" estos preciosos discos baratos de la Sony.

Y debo reconocer que, amén de tener que enmendar esos defectos propios, el disco presentado es una obra de arte. Independientemente de lo que puedan llegar a opinar sobre las cualidades de los pianistas acompañantes en las múltiples versiones que existen del concierto (los ya citados, Arrau, Gould, Pollini, Zimerman, etc.) el acoplamiento de este CD con otras preciosas obras de Schumann y Mendelssohn lo hace particularmente interesente.

El Concierto para Piano y Orquesta nº 1 de Brahms fue compuesto después de un prolongado período de gestación y fue finalmente estrenado el 22 de enero de 1859 en Hannover. Cinco días después, en Leipzig, tuvo un "silbado" fracaso. Cierto es que fue escrito en uno de los peores momentos de la vida de Brahms, después de ver como Robert Schumann perdía el juicio y finalmente se suicidaba. Técnicamente se afirma que el concierto representa el esfuerzo de Brahms de combinar los efectos pianísticos con la orquesta quitando a esta del mero papel de acompañante (algo mucho más perfeccionado en su segundo concierto).

Si quieren transportarse a un estado de plenitud escuchen detenidamente ese movimiento Maestoso. Es absolutamente arrollador, majestuoso y sublime. Podrán escuchar una inicio de un Adagio tan espiritualmente bello y con una combinación instrumental tan magnífica que es capaz de hacerles pensar y sentir ¡Dios qué belleza! y una continuación en ese Adagio con un piano sentido, suave que se va acompasando con los metales y maderas para lograr una belleza enorme que se va ocultando poco a poco en una paz de ensueño. Y despierten asombrados por un Rondo a modo de juego allegre y vital, de energía creciente que te llena y te hace ser enormente feliz contigo mismo y con el mundo.

La interpretación de la Cleveland Orchestra, la dirección soberbia de Szell, y el nunca bien ponderado juego instrumental de Serkin hacen del CD una obra de arte que merece su valoración.


Las obras acompañantes son enormemente deliciosas. La Introducción y Allegro Apasionado de Schumann compuesta en el año 1849, en una época feliz de su vida tras el matrimonio con Clara Wieck, nos muestra un compositor absolutamente dominador del piano, donde juega hábilmente con los tonos pianísticos y los instrumentos de viento madera logrando un diálogo ensoñador precioso de todos ellos en una obra maravillosa, cuasi camerística pero fuertemente dulce, melodiosa y emotiva.

El Capricho Brillante para Orquesta de mediados de la década 1820-1830 (se habla de 1825 y 1826) de Mendelssohn es una obra musical de relativamente pocos elementos orquestales participantes que logra dar una imagen y sensación de claridad maravillosa al conjunto. Un piano que abre la obra de manera lenta, suave, reflexiva y que va dando paso a diferentes combinaciones y diálogos con los instrumentos o con la orquesta pero siempre manteniendo su papel predominante y virtuosístico en la obra. De hecho Mendelssohn presentaba esta obra en sus giras de concierto a podo de pieza de brillo, técnica y virtuosismo. Resulta bellísima de escuchar, alegre y positiva.




Les dejo el disco esperando de corazón que lo disfruten. Que disfruten de unas orquestas excepcionales, la Orquesta de Philadelphia viene como anillo al dedo a la interpretación de las obras de Schumann y Mendelssohn, con un Ormandy poderoso, delicado y fino; que disfruten como siempre de esa Cleveland Orchestra excepcional y que disfruten del arte de dos genios de la música, amigos desde su etapa formativa en Europa, que fueron Szell y Serkin.

Brahms
Concierto para Piano y Orquesta nº 1
Szell
Serkin
Cleveland Orchestra
Severance Hall, 19 y 20 de abril de 1968

Schumann
Introducción y Allegro Apasionado
Ormandy
Serkin
Philadelphia Orchestra
Town Hall, Philadelphia, 17 de marzo de 1964

Mendelssohn
Capricho Brillante para Piano y Orquesta
Ormandy
Serkin
Philadelphia Orchestra
Town Hall, Philadelphia, 4 de abril de 1967