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domingo, 15 de abril de 2018

Beethoven. Triple Concierto. Concierto para Piano Op. 61a (Transcripción del Op 61 de Violín). Béla Drahos. Nicolaus Esterházy Sinfonia. 1997.


Queridos amigos, esta noche dejamos un disco al que le tengo un especial cariño. Otro de esos preciosos discos Naxos, minusvalorados pero lleno de arte musical.

El disco de hoy nos deja un acoplamiento de dos obras maravillosas. Una francamente muy conocida, grabada y valorada. El maravilloso Triple Concierto, obra especialmente bella, portentosa y majestuosa. La otra si bien menos registrada fonográficamente y tapada por su versión original para violín, no deja de ser una composición de pleno valor y una forma más de acercarse a dicha composición pero de la mano del piano con una transcripción maravillosa del propio Beethoven. Hablamos del Concierto para Piano Op. 61a.


Empecemos por la segunda de las obras, el Concierto para Piano Op. 61a. El Concierto para Violín Op. 61 de de Beethoven fue escrito en 1806 y es el único concierto del compositor para este instrumento. Es una importante obra del repertorio violinístico, y es frecuentemente interpretada y grabada hoy en día. Sobre dicha composición el maestro realiza una adaptación para piano y orquesta completa denominada Op. 61a. 

El Concierto Op. 61 está dedicado a su buen amigo de la infancia Stephan von Breuning y se estrenó el 23 de diciembre de 1806 en el Theater an der Wien de Viena. Beethoven escribió el concierto para su colega Franz Clement, destacado violinista del momento, director del Theater an der Wien y que ya anteriormente le había aconsejado durante la composición de su ópera Fidelio.

Stephan von Breuning

Franz Clement

Sin embargo la rapidez con la que se compuso la pieza y la poca preparación que el violinista pudo hacer de ella condujeron a un relativo fracaso de su presentación pública. En definitiva la obra no tuvo buena recepción por parte de los espectadores, y el concierto fue ejecutado pocas veces durante las décadas siguientes. Bastantes años después la obra fue resucitada hacia 1844, 17 años después de la muerte de Beethoven, interpretada por Joseph Joachim y con la orquesta dirigida por Felix Mendelssohn.

El mismo Beethoven realizó al año siguiente, 1807, una transcripción y adaptación completa del concierto Op. 61 para piano siendo dedicado a la mujer de Stephan von Breuning, Julie von Breuning. La nueva composición, la adaptación de la Op. 61, denominada ya como Op. 61a se realiza a instancias del pianista y compositor Muzio Clementi que se sintió muy satisfecho por esta posibilidad que ofrecía el maestro.

Muzio Clementi

Ambas composiciones fueron publicadas en Viena en 1808.

En la composición para piano, Beethoven intenta conservar todo el espíritu y la estructura del original violinístico manteniendo la poderosa impulsión sinfónica del primer movimiento, el lirismo encantador pleno de calma y serenidad del segundo y la exuberancia y brillantez del tercero. Juega con los mecanismo propios del piano para lograr el mantenimiento de la forma, estructura, arquitectura y juego instrumental propios de la versión para violín. Por otro lado las cadenzas son escritas de nuevo no dejándolas a la improvisación y manteniendo su interés en la digitación y recursos propios del piano.

Esta adaptación del Concierto para Violín tuvo un enorme éxito en su día.

La primera obra del disco es el maravillo Triple Concierto, una obra de una potencia musical, anímica y espiritual arrolladora.

La obra fue escrita por Beethoven entre 1803 y 1804 y dedicada a Su Alteza Serenísima el Príncipe Lobkowitz. Su composición es de grandes proporciones, incluso colosales y abre el camino al Cuarto Concierto para Piano del maestro asociando con una belleza sin para la forma concertante sinfónica con la música de cámara tan al gusto de la sociedad vienesa.

Príncipe Lobkowitz


Se interpretó varias veces en público desde esa fecha, y al parecer finalmente se estrenó de manera oficial en 1808, en los conciertos de verano del palacio de Augarten, en Viena. Es probable que en ese estreno los solistas hayan sido: Ignaz Schuppanzigh (violín), Anton Kraft (chelo) y el propio compositor en el piano.

Ignaz Schuppanzigh

Anton Kraft

Beethoven

A lo largo de todo su desarrollo apreciamos la combinación de diálogos entre los diversos instrumentos solistas y una unión concertante entre los tres con el resto de la orquesta. En este desarrollo y esos diálogos podemos apreciar una variada exposición de sentimientos musicales que van desde el heroísmo, el lirismo, la brillantez y la aristocracia y finura todo ello con un perfecto equilibrio de las voces de cada parte solista.

Una obra de arte formal, musical y de belleza única. Espero que disfruten de ella y de la preciosa interpretación que nos deja la Nicolaus Esterházy Sinfonia de la mano del director Béla Drahos y los maravillosos artistas solistas que la recrean.



Beethoven
Triple Concierto Op. 56
Concierto para Piano Op. 61a 

Dong-Suk Kang, violín
Maria Kliegel, chelo
Jeno Jandó, piano

Nicolaus Esterházy Sinfonia
Béla Drahos, director

Grabación:
Phoenix Studio at the Italian Institute, Budapest, 1 al 6 de mayo de 1997







Visitar también:


Triple Concierto. Eugene Ormandy, Philadelphia Orchestra. Eugene Istomin, Piano; Isaac Stern, Violín; Leonard Rose, Violonchelo. 1964. Triple Concierto.



Fricsay. Beethoven, Triple Concierto, 1960. Brahms, Doble Concierto, 1961. Orquesta Sinfónica de la Radio de Berlín (OSRB)




martes, 13 de marzo de 2018

Dvorák. Sinfonía nº 7. Concierto para Violín. Kubelik - Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera. 1978. 1979.


Queridos amigos, dejamos en la tarde de hoy este maravilloso registro en vivo del maestro Kubelik dedicado al gran Dvorák con dos obras sensacionales, su precioso concierto para Violín y esa hermosísima obra que es la Sinfonía nº 7, obra que para muchos es superior a las que le siguen en numeración, 8ª y 9ª.

Kubelik se une en estas grabaciones a su portentosa Orquesta de la Radio de Baviera, instrumento realmente único y maravilloso, de una pureza sonora no siempre apabullante como puede suceder con las otras grandes orquestas europeas (Viena, Berlín, Amsterdam) pero de una belleza fuera de lo común, con unas cuerdas prodigiosas, unas maderas encantadoras y unos metales poderosos y brillantes. Unos registros de los últimos años como titular al frente de la orquesta antes de tener que abandonar sus tareas principales por temas de salud.

Por otra parte para el concierto para Violín colabora con el director la violinista japonesa Yuko Shiokawa, mujer del pianista Andras Schiff, que inició su carrera profesional internacional precisamente con el maestro Kubelik y la Sinfónica de Baviera en el año 1963. Shiokawa usa el violín del padre de Rafael Kubelik, Jan Kubelik, un magnífico Stradivarius de 1715.

De ambas obras hemos dejado testimonio anterior en este espacio por lo que les remito a ellos para consultar los apuntes históricos sobre ambas obras y si lo desean escuchar otras interpretaciones de las mismas.


Simplemente añadir que los registros aquí presentados resultan abrumadores, impresionantes y realmente maravillosos.

El Concierto para Violín, del que ya he comentado en alguna ocasión me parece una obra clave e imprescindible del corpus violinístico, resulta sencillamente magistral, por la impresionante interpretación de Shiokawa, de técnica perfecta, equilibrada, con una sonoridad limpia y fresca, fraseo perfecto y una alta dosis de emoción y por el maravilloso acompañamiento que ofrecen tanto el maestro Kubelik como la Sinfónica.

Algo semejante podemos decir respecto a la Sinfonía nº 7. Una interpretación brillante, rica, que nos deja escuchar y degustar esa maravilla de expresión romántica, su fabuloso ritmo, su lirismo, su frescura y su extraordinario sentido melódico.

Espero que disfruten de estos registros, realmente formidables.



Dvorák

Concierto para Violín
Sinfonía nº 7

Yuko Shiokawa, violín
Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera
Rafael Kubelik

Grabaciones:

Registros en directo, Herkulessaal der Münchner Residenz
Grabaciones de la Radio de Baviera

Concierto para Violín, 2 de noviembre de 1979
Sinfonía nº 7, 2 de abril de 1978











Visitar también:













jueves, 28 de septiembre de 2017

Sibelius. Concierto para Violín. Oceánides. Süsskind. Neveu. Philharmonia Orchestra. Beecham. Royal Philharmonic Orchestra. 1945. 1955.


Queridos amigos, esta noche dejamos un precioso disco con el testimonio de la excepcional violinista francesa, tristemente desaparecida a la temprana edad de 30 años, Ginette Neveu, un verdadero prodigio de sensibilidad musical, expresividad, elocuencia y finura combinada con una portentosa técnica.

Hoy hay, de manera clara y notable, excepcionales violinistas dotados de una técnica muchísimo más depurada que la de aquellos años de la primera mitad del siglo XX, músicos geniales, verdaderas máquinas de técnica, pero pocos existen que puedan transmitir los sentimientos que se ponían en aquellos años a la hora de plasmar la música.

Este disco es un ejemplo de lo antes indicado. Una verdadera maravilla en lo musical. Olviden el sonido (que en este procesado no es excepcional), olviden posibles fallos técnicos y algunos desajustes menores. Disfruten simple y llanamente de la maravillosa sensibilidad que Neveu, acompañada por un magistral Süsskind y una no menos brillante Philharmonia, nos ofrece. Su visión romántica pero sin excesos, la comprensión del lenguaje sibeliano en este difícil concierto, su capacidad de acompasarse a la orquesta y de hacer sonar ese violín con una dulzura y finura pocas veces escuchadas.

Una verdadera joya.

Ginette Neveu

Walter Süsskind

Disfruten igualmente de unas Oceánides de verdadero lujo dichas por el gran Beecham, un sibeliano de pro, y su Royal Philharmonic. Un binomio maravilloso que supo como pocos traducir en aquellos años la música de Sibelius ayudando a su reconocimiento internacional dotándolo de una expresividad delicadísima y una sonoridad que ha dejado huella.

Sir Thomas Beecham y la Royal Philharmonic Orchesra


Espero que disfruten.


Sibelius
Concierto para Violín*
Oceánides**

Ginette Neveu*
Philharmonia Orchestra*
Süsskind*

Royal Philharmonic Orchestra**
Beecham**

Grabaciones

Studio No. 1, Abbey Road, London, England
Concierto para Violín*, 21 de noviembre de 1945
Oceánides**, 18 y 19 de diciembre de 1955







lunes, 3 de abril de 2017

Sibelius. Tchaikovsky. Conciertos para Violín. Sinopoli. Philharmonia Orchestra. 1991.


Queridos amigos, comenzamos abril en Sentidos con la entrega de un precioso disco con las maravillosas grabaciones de los conciertos para violín de Sibelius y Tchaikovsky realizadas por el excepcional violinista estadounidense (para mi gusto uno de los más grandes de la generación del tercer cuarto del siglo XX junto con Bell y Vengerov) Gil Shaham dirigido por el maestro Sinopoli al frente de una suntuosa y preciosista Philharmonia Orchestra.

dos de los más grandes conciertos para violín jamás escritos y de gran calado en todos por su sencilla belleza, musicalidad a flor de piel, vitalidad, energía y emotividad.

En esta ocasión de la mano del excepcional violín de Shaham, con una técnica impecable, una impresionante calidez y una enorme generosidad emocional, se nos muestran con una belleza indescriptible a lo que acompaña la dirección sabia y atenta del maestro Sinopoli que al frente de su Philharmonia dan un preciosista acompañamiento a Shaham y perfilan unas obras plenas de emoción y sentido musical.

Un verdadero tesoro que espero disfruten.



Sibelius
Concierto para Violín

Tchaikovsky
Concierto para violín

Gil Shaham
Philharmonia Orchestra
Sinopoli

Grabaciones
Londres, All Saints Chuch, Tooting, diciembre de 1991








miércoles, 21 de abril de 2010

Tchaikovsky. Concierto para Violín. Serenata par Cuerdas. Bernstein. Stern. Orquesta Filarmónica de New York. 1973. 1970.


Vamos a dejar un CD maravilloso, por su interpretación y por su contenido.

Dos obras excepcionales del gran compositor ruso Tchaikovsky: su maravilloso Concierto para Violín y la no menos maravillosa y emotiva Serenata para Cuerdas.

No creo que sea necesario añadir que Tchaikovsky es uno de los compositores, al menos para mí, que de manera más sencilla, simple y directa es capaz, con su música, de llegar a tocar la fibra más delicada de la sensibilidad y de la emoción pura. Estas dos obras son una muestra de lo comentado. No te pueden dejar indiferente y si así es tienes un corazón muy duro.

El concierto para violín fue estrenado por el violinista Adolph Brodsky (que no era el destinatario inicial del mismo), con poco éxito y bastantes críticas (¡ay, ese Hanslick!), en Viena en 1881. En su composición recibió la ayuda técnica de uno de sus antiguos estudiantes, el violinista Iósif Kotek que posteriormente le ayudaría a establecer contacto con Nadezhda von Meck, mecenas y confidente futuro. El destinatario inicial del concierto, Auer, aceptaría finalmente el mismo y ayudaría con las enseñanzas a sus alumnos, Jascha Heifetz y Nathan Milstein, a la difusión del mismo. La emoción personal, todo el ser de Tchaikovsky fluye por la obra. Y creo que, no con menor intensidad, fluye por los intérpretes de esta versión, no tenida como una referencia de la misma, pero ejecutada con un gusto, una sensibilidad y una perfección técnica maravillosa (Stern está soberbio).

En cuanto a la Serenata para Cuerdas, poco hay que añadir. Es una maravillosa obra de arte. Tchaikovsky la compuso en septiembre de 1880, al mismo tiempo que estaba trabajando en su Obertura 1812. Se escribió a modo de una serenata orquestal que serviría como un homenaje a las del propio Mozart. Inspirado, completó el trabajo relativamente rápido, pareciendo mucho más satisfecho con ella que con su composición hermana, la obertura. La obra se estrenó en San Petersburgo en 1881 y tuvo un éxito inmediato recibiendo felicitaciones por el trabajo de uno de sus héroes musicales, el pianista y compositor Antón Rubinstein. Según palabras del propio compositor a su mecenas, Nadezhda von Meck, "...la obra se escribió desde la compulsión interna . Esta es una pieza de corazón."

Y les aseguro que corazón no falta en ella. Es bellísima, delicadísima, emotiva, dulce, de sonoridad preciosa, directamente impactante al corazón. Una verdadera obra de arte, colorida, brillante, graciosa, melodiosa, señorial, delicada, finamente dulce y firme.

Os dejo las versiones de estas dos obras por Bernstein, Stern y la Orquesta Filarmónica de New York. A disfrutar de ellas.


Tchaikovsky
Concierto para Violín
Bernstein
Stern
Orquesta Filarmónica de New York
5 de marzo de 1973

Serenata para Cuerdas
Bernstein
Orquesta Filarmónica de New York
22 de octubre de 1970









Mp3

FLAC