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domingo, 25 de abril de 2021

Tchaikovsky. Sinfonía nº 4. Prokofiev. Lieutenent Kijé Suite. Maazel. Cleveland Orchestra. Orquesta Nacional de Francia. 1981.

 


Buenas tardes estimados amigos. Dejamos para este domingo un precioso disco del gran maestro Maazel con dos obras bellísimas.

Una grabación absolutamente deliciosa de la cuarta Sinfonía de Tchaikovsky, deliciosa, portentosa, llena de fuerza y vitalidad, orquestalmente abrumadora (Cleveland seguía siendo Cleveland) y de una delicadeza musical incomparable. Una de las más bonitas cuartas del maestro ruso que he tenido el gusto de escuchar. Espero que disfruten tanto como yo.


Según muchos expertos la obra de Tchaikovsky es el espejo de su estado de ánimo. En la época compositiva de la cuarta sinfonía de 1877 a 1878 el compositor atravesaba una grave crisis emocional y nerviosa a consecuencia de un matrimonio forzado como si fuera una obligación moral. A la par descubre una vía compositiva absolutamente libre y ansiada por él mismo gracias a la generosidad económica y al apoyo anímico de su mecenas Nadejda von Meck. A ella dedicó la obra estrenada públicamente en Moscú el 22de febrero de 1878 bajo la dirección de N. Rubinstein.

La sinfonía está recorrida de numerosas referencias espirituales al mundo interior de Tchaikovsky expresando su fatalidad, sus sueños, su desesperación, las contradicciones, la aceptación, el dolor profundo, la melancolía, los recuerdos felices, la fantasía, los temas populares, la vitalidad y el tema del destino fáctico.

Una de las sinfonías del maestro ruso más bellas que se puedan escuchar, realmente sublime.


La segunda obra del disco es la Suite Sinfónica del Teniente Kijé basada en la música que Prokofiev escribió en 1933 para la película Lieutenant Kijé de Aleksandr Fajntsimmer basada en un divertido cuento de Yury Tynyanov. Como toda la música de Prokofiev tiene esa difícil dualidad entre objetividad y dificultad de audición y belleza sonora y musical en ella misma. Te convence o no, te gusta o no. Particularmente para mí es preciosa, embelesa y engancha nada más comienzas a escucharla. que 

Para Prokofiev supuso un esfuerzo monumental su elaboración en base a los motivos de su original composición para la película a la que fue destinada. Él mismo dirigió el estreno de la suite en una retransmisión por la radio de Moscú el 21 de diciembre de 1934 precisamente con la misma orquesta que había realizado el encargo de la obra, la Orquesta Sinfónica de la Radio de Moscú.

La suite consta de cinco movimientos: 

El Nacimiento de Kijé
Romance
La boda de Kijé
Troika
El Entierro de Kijé

Retomando iguales palabras de anterior entrada..."Lo cierto es que nada más se inicia su audición, el bellísimo motivo con el que se abre te embelesa (me recuerda mucho al tema inicial de Salvar al Soldado Ryan) y te atrapa en una atmósfera sensual, emotiva e intensamente emocional. La fantástica melodía del segundo movimiento tiene una fuerza irresistible, mezcla de serenidad y plácida sensualidad. La Boda de Kijé es de un dinamismo irresistible, pura musicalidad y danzabilidad. La Troika es maravillosa, energía en movimiento, fuerza y dinamismo. El último movimiento, es una muestra bellísima de la conjunción de unos motivos con otros, en este caso el inicial sabiamente aderezado con otros motivos de la obra, de manera que Prokofiev consigue una particular unión musical que produce una enorme emoción mientras tienes la sensación de estar en dos universos musicales diferentes."


Una música maravillosa que aún con tintes grotescos o satíricos no deja de entusiasmarte y de robarte el corazón. En esta aproximación de Maazel podemos disfrutar además de su habitual incisiva precisión y maestría técnica de una maravillosa y encantadora seducción en lo musical emanada en gran parte de la bellísima sonoridad de la orquesta francesa de una elegancia exquisita y una sensualidad a flor de piel que unida a la mágica técnica del maestro hace esta audición un verdadero placer musical.




martes, 20 de abril de 2021

Bruckner. Sinfonía nº 3. Wand. NDR-Sinfonieorchester. 1992.

 


Estimados amigos comenzamos semana con una preciosa entrega. La hermosa Sinfonía nº 3 del maestro Bruckner, una de las que más me gustan y de forma particular en esta versión ofrecida de 1889, de la mano de ese enorme músico que fue Günter Wand, verdadero artesano musical y orfebre en las notas de Bruckner.

Obra compuesta en durante el año 1873 tiene varias versiones y revisiones de la misma con cambios variables en cada una de ellas en ritmos, texturas, pasajes, eliminaciones y reposiciones. Particularmente esta versión de de 1889 (1888/89) en la edición Novak de 1959 es la que siempre me ha gustado más (ha sido hasta el aumento del protagonismo de la versión de 1877 en la Edición Novak de 1980 la versión más interpretada y preferida de los grandes directores).

La obra inicialmente estrenada en Viena (en su versión de 1877) de la mano del propio Bruckner no tuvo una acogida favorable (obviando a algunos incondicionales del maestro como el mismo Mahler). Bruckner revisó la partitura como decíamos en varias ocasiones estando esta versión de 1889 basada en los cambios realizados a la partitura por Bruckner y Schalk entre 1888 y 1889 de cara al estreno en Viena en diciembre de 1890 dirigida por Hans Richter. La obra fue dedicada al admirado Wagner y oficialmente se la suele nombrar como Sinfonía Wagner (con autorización expresa del propio Wagner para ello). 




El disco que hoy dejamos es una muestra más del excepcional hacer del maestro Wand en la música de Bruckner. Ya en esta sinfonía apreciamos una obra mucho más elaborada y lograda en su totalidad, con un mayor detalle en la construcción de temas y bloques sonoros que nos hacen asistir quizá por vez primera en la obra sinfónica bruckneriana a la percepción de magnitud, amplitud y complejidad de su entramado. Y en su recreación Wand nos muestra todo ello de manera admirable, bellísima y perfecta. 

Una sabia visión global de la estructura de la obra y un manejo del tempo muy adecuado hace fluir la música sin pesadez, con delicada suavidad y una muy bien marcada energía en sus preciosos crescendos que se escuchan limpios y brillantes sin sensación alguna de mezcla sonora inaudible. Los instrumentos son matizados y claros, las agrupaciones de los temas se realizan con gran delicadeza formal  y estructuralmente quedan integrados de una forma clara y precisa en el global y la sensación de perfección en la maravillosa orquesta de la NDR es absoluta.

En definitiva y para mi gusto una interpretación bellísima, expresiva, llena de claridad que deja lucir la belleza de las cuerdas, los preciosos metales, los bellos requiebros de unas maderas preciosas y por encima de todo con la apreciación de una impactante comunidad orquestal.



Bruckner 
Sinfonía nº 3

Günter Wand
NDR-Sinfonieorchester

Versión de 1889 (1888/89) en Edición de Leopold Nowak de 1959

Grabación
Musikhalle, Hamburgo, 12 a 14 de enero de 1992


sábado, 17 de abril de 2021

Schumann. Sinfonía nº 2. Bernstein. New York Stadium Symphony Orchestra. 1953.



Estimados amigos después de una breve parada en la actividad del espacio volvemos con ánimos reforzados y me gustaría dejar hoy un disco sensacional con una de las obras que más pasión despierta en mi corazón, la bellísima y maravillosa Sinfonía nº 2 del maestro Schumann de la mano de mi admirado Lenny.

Grabación perteneciente a la colección que intentamos completar de los registros realizados por Bernstein para la serie Stadium de Decca con la Orquesta Filarmónica de New York con su nombre veraniego, la New York Stadium Symphony Orchestra (Concerts Orchestra). Al igual que en las anteriores entregas, un disco acompañado de unos comentarios absolutamente geniales de la obra interpretada, repito realmente sensacionales que nos muestran la pasión que por el compositor y esta obra en concreto sentía Lenny.

La Segunda Sinfonía de Schumann fue estrenada en 1846 en la Gewandhaus de Leipzig y publicada en 1847 como su Sinfonía nº 2. Fue compuesta entre 1845 y 1846 y cronológicamente era la tercera sinfonía que había completado, ya que había compuesto en 1841 la Sinfonía nº 1 y la versión original de la Sinfonía nº 4 (más tarde revisada y reorquestada por el mismo compositor en 1851). Su depresión y mala salud impidieron al maestro llevar el ritmo deseado en su desarrollo pero finalmente la sacó adelante siendo muy revelador su tono alentador y vitalista teniendo en cuenta los severos problemas de salud referidos. El boceto de la Sinfonía requirió poco tiempo de esfuerzo, pero su finalización, se retrasó casi un año, por los problemas de salud referidos y, lo que es peor, por la falta de confianza en sí mismo. Con el estímulo de Mendelssohn, impagable ayuda, la tarea fue finalmente completada y el propio Mendelssohn dirigió el estreno con la Orquesta Gewandhaus de Leipzig el 5 de noviembre de 1846 realizando una segunda actuación dos semanas después. 


En esta interpretación nos encontramos con la fuerza, vitalidad y energía de Lenny recreando una partitura que amaba con vigor, sensibilidad exquisita, brillantez, hermosísima musicalidad y una mezcla maravillosa de ternura, belleza, fuerza, impulso y energía. Hay un manejo extraordinario de todos los atriles, de todo el conjunto orquestal, logrando una intensísima interpretación de esta bella Segunda Sinfonía, interpretación como decíamos llena de matices sabiamente expuestos a la luz, destacando el calor humano de la obra, su combinación perfecta de fuego y calma, su turbulencia anímica perfectamente puesta de manifiesto sin que llegue a arremolinarse en nuestros oídos, sus temperamentos cambiantes finamente desarrollados y matizados. Todo ello logrado además con un rigor orquestal sin par y lleno de expresividad, con una orquesta sensacional en su respuesta individual y de conjunto, de una sonoridad bellísima, compactada, muy equilibrada, contenida y lanzada según la necesidad del espíritu musical de Schumann. Un verdadero placer su escucha.


Espero que disfruten de la maravillosa recreación de la obra y les animo a, igualmente, paladear el análisis musical de la misma. No se decepcionarán.

Schumann
Sinfonía nº 2

Bernstein
New York Stadium Symphony Orchestra

Grabación
New York, Carnegie Hall, 24 a 26 de junio de 1953

Análisis Musical
Bernstein al Piano, New York, Robert Blake Studio, 7 de marzo de 1957






Primera entrega de la Serie Bernstein DECCA New York Stadium Symphony Orchestra



Segunda entrega de la Serie Bernstein DECCA New York Stadium Symphony Orchestra

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viernes, 2 de abril de 2021

Haydn. Las Siete Últimas Palabras de Nuestro Redentor en la Cruz. Jeno Jandó. Piano. 2013.

 

En estos días en los que los católicos celebramos la Semana Santa o Semana Mayor viviendo y reflexionando sobre los misterios de la Pasión y Muerte de Jesús quizá sea apropiado dejaros una obra significativa sobre el sentido religioso y espiritual de la misma. Y creo que una de las más apropiadas es esta bellísima obra de Haydn: Las Siete Últimas Palabras de Nuestro Redentor en la Cruz.

La obra tiene un profundo poso espiritual y es una magnífica composición orquestal llena de humanidad, profundidad y sentimiento.

Tiene un origen hispanoamericano resultado del encargo del Padre José Sáenz de Santamaría, nacido en Veracruz, y director espiritual de la Cofradía Gaditana de la Madre Antigua que emprendió a sus expensas la construcción del Oratorio de la Santa Cueva y que quiso enriquecerlo con una pieza musical que acompañara la predicación de las Sietes Palabras en la mañana del Viernes Santo.

El marqués de Méritos y el marqués de Ureña, que eran músicos, intervinieron para que el famoso compositor austriaco Joseph Haydn escribiera la obra "Las Siete Últimas Palabras de Nuestro Redentor en la Cruz", que se estrenó en Cádiz el Viernes Santo de 1783, convirtiéndose desde entonces en uno de los momentos cumbres de la Semana Santa gaditana, por su belleza, hondura y profundos sentimientos de piedad que imprime en el alma de quien, con religioso fervor, une en su interior la meditación de las divinas palabras y la expresividad de es música incomparable.


En el prefacio de la primera edición de la obra Haydn indica: "Hace unos quince años, un canónigo de Cádiz me solicitó que compusiera música instrumental sobre las siete últimas palabras de Cristo en la cruz. En esa época se acostumbraba hacer un oratorio cada año, durante la cuaresma [...]: las paredes, ventanas y columnas del templo estaban cubiertas con telas negras y una lámpara colgada en el centro proporcionaba luz en esta santa oscuridad. Al mediodía, se cerraban las puertas y la música comenzaba. Después de un apropiado preludio, el obispo subía al púlpito, pronunciaba una de las siete palabras y procedía a comentarla. Luego bajaba del púlpito y se arrodillaba ante el altar. Durante esta pausa se volvía a tocar música. De manera similar, el obispo subía y bajaba del púlpito para cada una de las restantes palabras, y la orquesta tocaba en cada pausa".

La versión que dejamos hoy es una versión aprobada por el maestro Haydn, que no escrita directamente por él, pero que resulta absolutamente impresionante y bellísima en las manos del enorme pianista Jandó, un verdadero artista, músico profundo y conocedor de la obra de Haydn como el que más.


La Introducción D menor predice algo del drama detrás de lo que está por venir, sus solemnes acordes punteados dando paso a momentos más conmovedores y contrastes dinámicos dramáticos.

La primera sonata, en si es mayor, toma las primeras palabras, Pater, Pater, dimitte illis quia nesciunt quid faciunt (Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen), la música que se hace eco de la importancia de este acto de perdón.

Conduce a la segunda de las siete sonatas, la C menor Hodie mecum eris en Paradiso,(Este día estarás conmigo en el Paraíso), con sus destellos del Cielo en un tema secundario que aparece primero, en la repetida sección de apertura, en E flat major y, en la segunda sección de la pieza, en Do mayor.

La tercera sonata, Ecce, Mulier, filius tuus (Mujer, he aquí a tu hijo), en E major, se abre con un eco exacto de las palabras latinas, pasando al B mayor dominante en la primera sección repetida.

La cuarta sonata ¿Deus meus, Deus meus y Quid dereliquisti me? (Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?/ Eli. Eli, lama sabacthani?) está en F menor, la melodía inicial haciéndose eco de las palabras latinas.

La quinta sonata toma la única palabra Sitio (Tengo sed). En A major, la música es suave, después de la llamada de apertura a nuestra atención. La palabra Sitio se hace eco aparentemente en un intervalo descendente simple recurrente de un tercio, mientras que la apertura de la segunda parte de la sonata, después de la repetición de la primera sección, introduce un elemento de drama trágico.

La sexta sonata, en si menor, toma el texto Consummatum est (Se logra), las palabras esbozadas en las tres primeras barras, la fuente de un motivo recurrente. La sonata termina con un pasaje final en un tranquilo G major.

L séptima sonata, las últimas palabras, En manus tuas, Domine, commendo spiritum meum (En tus manos, Oh Señor, entrego mi espíritu) se reflejan en una sonata E flat major que sigue un patrón similar, una primera sección repetida, modulación al dominante, seguida de una segunda sección que comienza introduciendo teclas contrastantes.

Aquí, sin embargo, la sonata nos prepara gradualmente para lo que está por seguir, el terremoto final, el velo del templo rasga de arriba a abajo y las rocas rompen, todo se destroza en un dramático C menor.


Reflexionemos sobre el significado profundo de esta preciosa obra del maestro Haydn y ojalá con ellas podamos ver algo más alla de las notas, algo más inmaterial e intangible que es Dios.




Haydn
Las Siete Últimas Palabras de Cristo en la Cruz

(Versión piano, publicada por el editor de Haydn, Artaria, con su autorización y realizada por otro autor con la supervisión y el visto bueno de Haydn).

Piano
Jeno Jandó

Grabación
Phoenix Studio, Diósd, Hungría, 22 y 23 de julio de 2013