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domingo, 30 de septiembre de 2012

Schubert. Sinfonía nº 4. Schumann. Sinfonía nº 4. Eugen Jochum. Concertgebouw Orchestra. 1960.


Queridos amigos, terminamos hoy, al fin, la publicación de este hermoso doble disco del maestro Jochum complementando así la entrada anterior dedicada a obras de Wagner y Strauss. En esta ocasión el disco nos deja las aproximaciones, siempre elegantísimas y de una maravillosa arquitectura y construcción, de Jochum a dos hermosas obras, las Sinfonías nº 4 de Schubert y de Schumann dirigiendo a la portentosa Orquesta del Concertgebouw.

Jochum es un verdadero maestro clásico, un portentoso recreador de la música trasladando su sentido más allá de las simples notas o melodías que la formen. Las desgaja y las expone de una manera habilísima para sacar de ellas toda su emoción, su belleza formal, so composición, sus texturas, dinámicas, colores y timbres. Y a todo ello le añade ese sutil toque de magia que es el cariño y el amor por lo que está interpretando. 

Schubert es poesía pura, quizá el sinfonista con una música más melodiosa, perfecta en equilibrio y de armonía más sutil, elegante y delicada que haya existido. Sus manejos y juegos entre las cuerdas y las maderas me han conmovido siempre y me han dejado todas y cada una de las veces que lo he escuchado un gusto dulce, un sentimiento de paz, serenidad y tranquilidad maravilloso y una sensación de asombro ante la excepcional forma con la que los maneja. Pero no sólo es eso, Schubert tiene más, mucho más. Sus composiciones me parecen sólidas, con gran sentido estructural; composiciones clásicas y a la vez avanzadilla de nuevas formas de estructurar los pasajes musicales, de manejar los instrumentos, un prodigio de exquisitez tímbrica y unas obras con un contenido musical de mucho más valor del que habitualmente se le da.

La Sinfonía nº 4 o Trágica del maestro Schubert es un ejemplo maravilloso del compositor joven, admirador del gran Beethoven, formado en el clasicismo de Haydn y Mozart, y aunque deudora en parte de la obra del mismo emerge por ella misma mostrando su enorme creatividad y poder melódico, su grandeza emocional y su libertad expresiva que le permite salirse de forma sutil de la estructura clásica habitual. Fue iniciada a principios de abril y terminada el 27 de ese mismo mes del año 1816. Interpretada poco después por la orquesta de aficionados en la que Schubert tocaba la viola su primera presentación profesional fue dirigida por A. F. Riccius en Leipzig, el 19 de noviembre de 1849. Y es una obra de un joven músico, un músico que sin pretender llegar a profundizar el el profundo trágico del ser humano explora rincones del mismo que simplemente expone desde su mentalidad, su edad y su increíble y única alma poética y ensoñadora. Una maravillosa muestra de brillantez, vitalidad, profundidad, seriedad, alegría y belleza.


Jochum consigue con este hermosa Sinfonía nº 4 poner de manifiesto todo esto que les estoy describiendo. Con una dirección elegante, suave, matizada en los detalles y con una visión global clara, nos conduce por un universo sonoro de excepción. Con un tono semejante a su Haydn aunque mucho más avispado logra exponer todos los detalles y articulaciones de las maravillosas melodías y frases de Schubert logrando un verdadero monumento sonoro de enorme belleza, fuerza, delicadeza, ritmo, expresividad y emoción. Un verdadero lujo que se ve adornado por ese otro gran lujo que es la Orquesta del Concertgebouw y sus instrumentistas. Un prodigio de elegancia, finura, técnica, conjunto y buen hacer. Una gloriosa interpretación.

La Sinfonía nº 4 de Schumann fue completada en 1841 (primera versión) y Schumann realizó una profunda revisión en 1851 referente a la estructura y la orquestación. Para Schumann la segunda versión era de mayor valor y era la estimada por él aunque Brahms tenía en enorme estima la versión original de la obra (de hecho publicó esta versión original de la misma). Las dos versiones tienen tempos notados de forma diferente.
La versión de 1841 sigue este esquema con la notación italiana de la música:
  • Andante con moto - Allegro di molto (re menor ? re mayor)
  • Romanza: Andante (la menor)
  • Scherzo: Presto (re menor)
  • Largo - Finale: Allegro vivace (re mayor)
La versión revisada de 1851 (la usada generalmente y en concreto en este disco) sigue este otro esquema con la interpretación continuada de los movimientos.
  • Ziemlich langsam - Lebhaft (re menor)
  • Romanze: Ziemlich langsam (la menor)
  • Scherzo: Lebhaft (re menor)
  • Etwas zurückhaltend - Langsam (sol menor)
  • Lebhaft (re mayor)
La obra es una verdadera obra maestra, Un encanto de composición, de dulzura, de orquestación atractiva, de maravillosa recurrencia de motivos musicales de enorme belleza. Con juegos instrumentales de encantadora poesía y profundidad es una música que te genera un estado de ánimo mezcla de serenidad, nostalgia y algo de soliviantamiento. Los pasajes de las cuerdas de Schumann son verdaderas maravillas musicales combinados con unas maderas maravillosas y unos metales justamente dosificados. Su indicación de continuidad entre los distintos movimientos es de una enorme valor dando a la obra ese recorrido unitario precioso con transiciones preciosas que bien realizadas logran una gran impacto musical y sonoro.


Y Jochum logra un punto de equilibrio muy justo entre todas las fuerzas musicales que integran la obra. Por dosificación, por manejo de intensidades, por la creación del ritmo y del flujo justo del devenir de la música. Sus encadenamientos de los movimientos resultan preciosos, su intensidad justa, sin excesos que convierten a Schumann en un mal orquestador, sin excesos de ralentización que a veces hacen a Schumann un verdadero suplicio de escuchar. Creo que apoyado en la prestación soberbia de la orquesta holandesa jochum transmite un Schumann claro, limpio, emotivo, con juegos tímbricos preciosos, con un hilo conductor sin rotura, con un camino trazado, despejado y con amplia vista al frente.

Preciosa interpretación de una Cuarta Sinfonía de Schumann quizá de menor pasión o energía que las plasmadas por Szell o Furtwängler pero con una maravillosa sencillez de ideas que la hacen una obra dinámica, bella, atractiva y fácil. Verdaderamente bonita.





Schubert
Sinfonía nº 4

Schumann
Sinfonía nº 4

Eugen Jochum
Concertgebouw Orchestra

Grabaciones:
Schubert, 5 al 7 de septiembre de 1960
Schumann, 15 al 19 de diciembre de 1960













sábado, 29 de septiembre de 2012

Brahms. Integral de las Sinfonías. George Szell. Cleveland Orchestra. 1964 a 1967.


Queridos amigos, dejamos hoy en la página Nuevas Actualizaciones un excepcional estuche con la Integral Sinfónica de Brahms, George Szell y la Orquesta de Cleveland. Un conjunto maravilloso de discos de un altísimo nivel artístico, enorme valor musical y una de las grandes aproximaciones en conjunto a la obra sinfónica del nuestro querido maestro Brahms.

Como siempre destaca la maravillosa precisión de Szell, la fantástica ejecución de su orquesta, esa excepcional formación que es la Cleveland Orchestra en sus mejores años, esos años que Szell mantuvo su dictado y su orden. Rezuma belleza, sinceridad, finura, brillo, tímbrica y color excepcionales. Sencillamente de las grandes, grandes aportaciones de Szell.

Espero que vuelvan a disfrutar de estas preciosas interpretaciones.






Contenido

Brahms 
Integral de las Sinfonías
George Szell
Cleveland Orchestra.
Disco 1:
Sinfonía nº 1 - 7 de octubre de 1966
Variaciones Haydn - 24 de octubre de 1964
5 Danzas Húngaras - 13 de abril de 1957. Ormandy, Philadelphia Orchestra
Disco 2:
Sinfonía nº 2 - 6 de enero de 1967
Sinfonía nº 3 - 16 y 17 de otubre de 1964
Disco 3:
Sinfonía nº 4 - 8 y 9 de abril de 1966
Oberura para un Festival Académico - 28 de octubre de 1966
Obertura Trágica - 28 de octubre de 1966


miércoles, 26 de septiembre de 2012

Mozart. Sinfonías nº 35 y nº 41. Concierto para Piano nº 21. Herbert von Karajan. Géza Anda. Orquesta Filarmónica de Berlín. 1957.


Queridos amigos. Tras la preciosa entrada de ayer dedicada al maestro Shostakovich, damos una vuelta de tuerca y un giro radical con la entrada de hoy. Mozart, el divino Mozart. Un músico del que todo está dicho ya ¿o quizá no? y del que ciertamente hemos dejado pocos testimonios. Este disco intenta paliar algo la deuda moral que tengo con el compositor y de paso dejar nuevo testimonio del arte excepcional de dos genios de la interpretación, y nunca mejor dicho genios: Géza Anda y Herbert von Karajan.

El precioso disco que dejamos hoy corresponde a una grabación realizada por la radio austriaca, la ORF, en el Festival de Salzburgo del año 1957. Año importante para el maestro Karajan en el que firma un contrato con la dirección del festival para asumir la Dirección Artística del mismo durante tres años. Un sueño finalmente conseguido por el maestro austriaco, un sueño deseado desde 1933 cuando con 25 años debuta en Salzburgo. Posteriormente la actividad y la vinculación de Karajan se prolongaría en la figura de miembro del Comité Director del Festival desde el año 1962 hasta su muerte en 1989. Una posición envidiable para cualquier director de orquesta, una posición de prestigio y de poder amén de una posición con la posibilidad de lucimiento artístico, trabajo y desarrollo musical de un valor incalculable.


Previamente a este año de 1957 Karajan había deseado la presencia en Salzburgo ¡quién no en aquellos años! pero no podemos decir que había hecho de ello una misión. En paralelo, mejor dicho de forma principal, sus miras estaban puestas en el desarrollo de su carrera, en su formación técnica, en el conocimiento, asentamiento y desarrollo de un excepcional, diverso y amplio abanico de obras musicales. En 1948 Karajan tiene un éxito memorable en Salzburgo con la representación de la ópera Orfeo y Eurídice de Gluck y el Fígaro de Mozart que se sigue de otras interpretaciones memorables con la Orquesta Filarmónica de Viena. En su "litigio" con nuestro querido Furtwängler finalmente sale perdiendo quedando el maestro alemán al frente de la Dirección del festival. Tras la muerte de Furtwängler, la decisión era delicada pero Salzburgo vuelve su mirada a Karajan. ¡Quién mejor que Karajan! Austriaco, Director de la Scala, Director de la Filarmónica de Berlín, Director de la Ópera Estatal de Viena, renombrado artísticamente, etc.

Karajan supo aprovechar plenamente la ocasión y tomó Salzburgo. Los años posteriores se sucedieron digamos que con una tensa paz. Eran muchos los cambios de la era Karajan y muchas las reticencias a su entrada y a su poder. Lo cierto y verdad es que el festival se benefició, los conciertos se repartieron de forma más o menos equitativa entre la Filarmónica de Viena, la "titular" y la de Berlín la "asaltante"; se admitieron orquestas de prestigio internacional, la ciudad revivió musicalmente. Karajan demostró además un talante conciliador digno de respetar. Y desde luego, no cabe duda, la entrada de los berlineses fue un éxito rotundo.


¿Qué nos deja este disco? Pues queridos amigos, un ejemplo maravilloso de esa etapa de "refundación" del festival. Una impresionante interpretación del maestro en las obras sinfónicas de Mozart, plenas de belleza, de trazo limpio, de expresividad excepcional en sus grupos instrumentales, de precisión, de ritmo, de vitalidad y de vivacidad en su conjunto. Unas sinfonías que no es que resulten maravillosas en su interpretación sino que suman además la belleza propia de la espontaneidad. Limpias, ágiles, apasionadas, vivaces con un sonido perfecto y bello. Los movimientos lentos son elegantísimos, los graciosos allegros resultan encantadores, los juegos de las cuerdas sutiles, las maderas asombrosamente finas. Una verdadera delicia particularmente la Sinfonía "Júpiter" obra maestra por ella misma elevada al grado de maravilla.

¿Y qué podemos decir del bellísimo Concierto para Piano? Sencillamente que resulta asombroso. La versatilidad de Anda es de sobras conocida, su extravagancia también. Pero es un genio al piano. Y tiene ese arte necesario para dotar a Mozart de la frescura que precisa sin caer en la "ñoñería". Anda da una muestra de recursos técnicos inolvidable a la que se suma otra más de su magistral forma de sentir la música y expresar en ella el sentido profundo de la misma. Delicadísimo, se ve acompañado por un Karajan perfecto, discreto, sin apagar a la orquesta ni al pianista que da rienda suelta a la emoción, que se lanza a la perfecta ejecución de unas notas mágicas traducidas con el corazón, al alma y la vida. Excepcional e irrepetible.



Que lo disfruten queridos amigos. Es una golosina, un manjar para el paladar más exquisito. 

Y además, se quita uno el sombrero ante la Filarmónica de Berlín.

Mozart
Sinfonía nº 35 Haffner
Concierto para Piano nº 21 (cadencias de Anda)
Sinfonía nº 41 Júpiter

Herbert von Karajan
Géza Anda, piano
Orquesta Filarmónica de Berlín.

Grabación:
Festival de Salzburgo de 1957
Grabación de la ORF del 29 de julio de 1957












martes, 25 de septiembre de 2012

Shostakovich. 25 de septiembre de 1906. ¡Felicidades Maestro! Conciertos para Piano, Violín y Violonchelo. Paavo Berglund. Evgeny Mravinsky. Gennady Rozhdestvensky. Valeri Polyansky. Cristina Ortiz. David Oistrakh. Alexander Ivashkin. Bournemouth Symphony Orchestra. Orquesta Filarmónica de Leningrado. Orquesta Filarmónica de Moscú. Orquesta Sinfónica de Moscú. 1975. 1956. 1968. 1997.


Queridos amigos, celebramos hoy un día muy especial. El cumpleaños de nuestro estimado compositor Dmitri Shostakovich, uno de los grandes compositores del pasado siglo XX. Tal día como hoy del año 1906 venía a este mundo en la ciudad de San Petersbugo Compositor dotado de un gran talento para la música y caracterizado por su habilidad en la expresión a través de la misma de las pasiones, la ironía, el humos, la historia, la pasión y la tragedia.


Shostakovich compuso música para casi cualquier género, sinfonías, óperas, cine, cámara, ballet, canciones, etc. y es de justicia reconocer que con éxito en todos ellos. Controvertida es su relación con el estamento político que tuvo que soportar a lo largo de su existencia y controvertida es su personalidad tachada en general de obsesiva. Gran conocedor de los maestros clásicos su obra tiene influencias de muchos compositores previos o coetáneos con él. Ahí tenemos sus referencias a Bach, Beethoven, Mahler, Stravinsky, Prokofiev o Mussorgsky pero independientemente de ellas Shostakovich supo crear un estilo propio, una música que rápidamente identificamos como suya, plena de ritmo, de color, de expresividad, con matices unas veces alegres o divertidos hasta otros llenos de profunda tristeza y dolor, estos últimos particularmente notables en sus últimas sinfonías y cuartetos posiblemente reflejo de un hombre ya agotado por la enfermedad física del cáncer y sus repercusiones neurológicas. 

Su música podrá ser tachada de banal o simple; no tengo capacidad para calificarla en este sentido y sería una osadía por mi parte. Este espacio intenta siempre transmitir cosas positivas y en ese sentido procedemos. Sea como sea desde un punto de vista técnico o formal, vaya desde lo simple a lo complejo, desde lo superficial a lo sublime, sus obras tienen en general la capacidad de atraer a las personas que la escuchan. Eso es lo que importa. Música que gusta, que recrea los sentidos de las personas, que les transmite algo.

Sería de enorme dificultad reflejar aquí una biografía detallada del maestro. Por ello les recomiendo lean la excepcional referencia al mismo de nuestro queridísimo Leiter Dmitri Shostakovich: Las dos caras de un músico atormentado que me permito el lujo de reseñar y enlazar (un placer hacerlo y creo que un deber hacia Javier). Un artículo excepcional en su contenido, en su narrativa y en su profundo análisis de la figura del compositor.

Dicho todo lo anterior no me queda más que dejaros estos preciosos discos en homenaje a Shostakovich, a su figura y a su música. Unos discos que resumen su labor en el ámbito de las obras para concierto instrumental. Un conjunto de disco que realmente resultan atractivos, bellos, de interpretación pulcra y precisa, matizada y con esencia.

Particualrmente me resulta encantador el disco de las obras para violonchelo que siendo de las que tienen una amplia representación discográfica resulta bello y de muy digno nivel. Preciosos los Conciertos para Piano y excepcionales los dos Conciertos para Violín, joyas de la discografía.

Espero que disfruten de todos ellos y celebren este feliz día del maestro ruso.

Felicidades querido Shostakovich. 


Cristina Ortiz

David Oistrakh

Alexander Ivaskin

Paavo Berglund

Evgeny Mravinsky

Gennady Rozhdestvensky

Valeri Polyansky



Shostakovich
Conciertos para Piano, Violín y Violonchelo

Conciertos para Piano
Tres Danzas Fantásticas
Paavo Berglund
Cristina Ortiz, piano
Bournemouth Symphony Orchestra
Grabación: 1975

Conciertos para Violín
Evgeny Mravinsky
Gennady Rozhdestvensky*
David Oistrakh, violín
Orquesta Filarmónica de Leningrado
Orquesta Filarmónica de Moscú*
Grabación: nº 1, 18-11-1956; nº 2, 27-09-1968*

Conciertos para Violonchelo
Valeri Polyansky
Alexander Ivashkin, violonchelo
Orquesta Sinfónica de Moscú
Grabación: 7 al 9 de octubre de 1997




Conciertos para Piano



Conciertos para Violín



Conciertos para Violonchelo



domingo, 23 de septiembre de 2012

Johann Sebastian Bach. Suites para Violonchelo. Pierre Fournier. 1960.


Queridos amigos, pocas, muy pocas palabras vamos a escribir en esta entrada. En primer lugar porque con total seguridad sobrarían y en segundo y quizá más importante porque no tendría el vocabulario adecuado para expresar lo que esta música y este disco pueden llegar a transmitir.

Me confieso un verdadero inculto musical en la obra del maestro Bach. Siempre he dicho, y me pasa algo muy semejante con Wagner, que no logro comprender su música, y me encantaría. ¡Ya me dirán que no hay que comprender la música! Aceptado, aceptado. No es sólo comprender es que es una música que vive en mi ser en dos formas, o bien la forma musical pura que en muchísimas ocasiones me ha obligado a dejar de escucharla, o bien la forma de música de sentimientos, música que dejo escuchar y que me atrapa de inmediato hasta tener que escucharla una y otra vez. Será mi bipolaridad que contribuye muchísimo a la manera en la que estas notas sientan en mi corazón. Me desesperan o me embelesan. 


Y hay pocas obras del maestro Bach que pueda lograr escuchar completas y más aún dependiendo de quién sea el músico que la interprete. Gould, ya me machacarán los puristas y grandes entendidos, me apasiona. Tiene la habilidad de traducir la música de Bach de manera que siempre de a mi corazón una profunda sístole de sangre musical. Casals es otro genio. Increíble lo que el chelista catalán logra con la música de Bach. Pura armonía y belleza con ese violonchelo que parece sonar a gloria y a vida. Y el tercer músico en discordia es Fournier. 

Fournier, un maravilloso músico, un excepcional instrumentista, un increíble personalidad. Un músico que para las presentes sesiones de grabación en Hannover realizó largas tomas de piezas completas, casi sin modificaciones de remasterización. Le gustaba trabajar las piezas como un todo, empezar a tocar y finalizar. Y vaya si lo hacía bien, sí señor Fournier un genio. Un aristócrata del violonchelo, un señor músico en toda ley, elegantísimo y con una musicalidad extraordinaria. Que sensibilidad derrocha a la hora de tocar estas piezas de Bach, con una exquisitez técnica sorprendente y una delicadeza y sentimiento inigualables.


En muchos momentos de la audición de estas hermosísimas Suites de Bach cierro los ojos y me imagino al señor Fournier en aquella famosa celebración en honor de Casals, fallecido ya. Otoño de 1973, Iglesia de San Miguel de Cuxa, Fournier y las Suites de Bach. Monumental recogimiento entre los presentes, sentimiento que se podía palpar en el aire de la iglesia, las Suites en las manos de Fournier dando el merecido adiós al más grande de los grandes. Final, no hay aplausos, hay silencio, hay quietud, las personas se levantan y de pie rinden homenaje al maestro Casals. Tuvo que ser absolutamente conmovedor.

Lss Suites de Bach fueron compuestas por el maestro en la época en que era maestro de capilla en Cohthen, entre los años 1717 y 1723. Los destinatarios posiblemente alguno de los excelentes violonchelistas de la orquesta de la corte de Coethen. Elaboradas con un trazo global formal semejante, hay diferencias cualitativas entre ellas. La primera serie, de la primera a la tercera, se presenta en general de más fácil comprensión e interpretación mientras que la segunda serie, de la cuarta a la sexta, presenta un mayor grado de dificultad técnica interpretativa (la sexta incluso una cuerda más).


La estructura global de las suites está formada por un preludio, seguido de tres movimientos basados en diferentes danzas de alto y bello estilo: allemande, courante y sarabande. En el quinto movimiento Bach emplea otros tres tipos de danza, de carácter galante, ricas y hermosas: menuet, bourrée y gavotte. Todas las suites finalizan en la forma de una gigue. 

Los preludios son maravillosas ocasiones de dar libertad expresiva a los intérpretes, capacidad de improvisación, posibilidad de no estar encorsetados en la estructura rítmica de las danzas psoteriores. Bach juega con las posibilidades expresivas del instrumento, su paleta de sonidos y colores, su tímbrica. En estos preludios podemos encontrarnos sentimientos trasladados a lo musical de una riqueza extraordinaria. Cromatismo y colorido; melodías melancólicas; tensió y nobleza; ideas melódicas armonizadas y ricamente desarrolldas; el uso de la scordatura en la quinta suite para quizá explorar las capacidades rítmicas del instrumento o su expresividad; el uso de una quinta cuerda para la sexta suite aunque no es obligado va una quinta más alta que la cuerda aguda del violonchelo tradicional, quizá ayude a poner de manifiesto ese genial ejercicio del preludio sexto danzable, rítmico, con cambios muy señalados de fortes y pianos y el uso de notas muy agudas en sus toques afectivos.

El resto de movimientos que componen la estructura de las suites son un perfecto campo de exploración para los instrumentistas. Una forma de dejar libre su mente, su alma, su corazón e interpretar la belleza melódica, de trasponer la vitalidad rítmica del maestro, de jugar con el colorido que les ofrece Bach y de recrearse en las maravillosas combinaciones de estilos elegantemente expuestos por el compositor.

Los registros de estos discos como anticipamos antes se realizaron por Fournier en Hannover, mediante largas tomas sonoras de piezas completas, sin necesidad de hacer correcciones numerosas. Sólo interpretar, registrar y editar. Un verdadero prodigio de la combinación entre el músico y los ingenieros y productores de la grabación. 

Una grabación de verdadero ensueño. Una delicia y un placer para los corazones de todos aquellos que se dejen llevar por la musicalidad misma.

Espero que disfruten de estas hermosísimas melodías, que se llenen de armonía, de paz, de serenidad y de profunda tranquilidad emocional y de espíritu. Si lo hacen, llegan a un estado de placer y de dulce estar verdaderamente irrepetible. En estos momentos resultan muy necesarias para cargar esas baterías de sentimientos un poco apagadas.



Johann Sebastian Bach
Suites para Violonchelo
Pierre Fournier
Grabación, diciembre de 1960, Hannover, Beethovensaal











FLAC:



sábado, 22 de septiembre de 2012

Schubert. Sinfonía nº 9. Haydn. Sinfonía nº 88. Schumann. Sinfonía nº 4. Furtwängler. Sinfonía nº 2. Furtwängler. Orquesta Filarmónica de Berlín. 1951. 1951. 1953. 1951.


Queridos amigos, hoy actualizamos dos discos de absoluta recomendación. Las bellísimas grabaciones que Furtwängler, un Furtwängler en una de sus etapas gloriosas, realizara en estudio de obras de Schubert, Schumann, Haydn y del propio Furtwängler.

Grabaciones del maestro alemán de una convincente arquitectura, de una maravillosa sensación de naturalidad, de una profundidad de contenido espiritual inmensa, de una calidad técnica verdaderamente sorprendente. Dos discos que están en la mente de muchos como absolutas joyas de la música grabada. 

Cuatro obras sinfónicas de una belleza sin par impulsadas por el aliento vital del maestro Furtwängler hacia unas cotas interpretativas quizá nunca alcanzadas en ellas (quizá tan sólo Jochum dirigiendo la Segunda Sinfonía de Furtwängler hizo una recreación de la misma de semejante altura).

Añadir simplemente que es un placer escuchar estos discos, un placer inmenso. Su escucha, su audición detallada te traslada de inmediato al cielo de las esencias y exquisiteces musicales. Creo, y ya saben todos que no me gusta hablar en estos términos, que no hay Sinfonía nº 9 de Schubert más bella que esta ni Sinfonía nº 4 de Schumann de tamaña intensidad y profundidad.

Aprecien también un Haydn representado por esa hermosísima y genial Sinfonía nº 88 de una absoluta maestría y disfruten también de una obra, la Segunda Sinfonía del maestro Furtwängler que es digna merecedora de los mayores elogios, una obra sabiamente elaborada, de bella orquestación, colorida, tímbrica, de trazos muy amplios, bruckneriana podríamos decir, cargada de intensidad, de serenidad y de pesadumbre sin dejar en todo momento de ser hermosa en sus texturas y dulcemente bella.








Contenido:


Schubert
Sinfonía nº 9
Furtwängler
Orquesta Filarmónica de Berlín
Grabación
Berlín, Jesus-Christus-Kirche, noviembre y diciembre de 1951

Haydn
Sinfonía nº 88
Furtwängler
Orquesta Filarmónica de Berlín
Grabación
Berlín, Jesus-Christus-Kirche, diciembre de 1951




Schumann
Sinfonía nº 4

Furtwängler
Orquesta Filarmónica de Berlín
Grabación
Berlín, Jesus-Christus-Kirche, mayo de 1953


Furtwängler
Sinfonía nº 2
Furtwängler
Orquesta Filarmónica de Berlín
Grabación
Berlín, Jesus-Christus-Kirche, diciembre de 1951








Sibelius. En el Aniversario de su Muerte. Sinfonía nº 2. Dudamel. Gothenburg Symphony Orchestra. 2010.


Queridos amigos, con algún ligero retraso, no quería dejar pasar demasiado tiempo para rendir un pequeño homenaje, pequeño pero sentido y sincero, a Jean Sibelius en el aniversario de su fallecimiento (20 de septiembre de 1957). Un músico como él, que ha sido capaz de llevar mis emociones y las de muchos otros a unos niveles tan elevados y con tanta delicadeza, fuerza y convencimiento, no merecía menos.

Y para ello, después de dar muchas vueltas a la cabeza y tener algún que otro sobresalto cardiaco y algún que otro leve, levísimo, remordimiento de conciencia me decanté por dejar este disco, precioso disco. Una entrada en la que además quería derramar mis pasiones y preferencias musicales de estos últimos años dejando constancia a la par de mi admiración por el intérprete de estos registros.


Había material de los grandes sibelianos para dejar y seguro hubiera satisfecho las ansias de todos los melómanos y admiradores del compositor finés. Teníamos en la recámara la famosísima Segunda de Szell en Tokio, la reposición, que llegará, de las últimas sinfonías por Bernstein en DG y una hermosa interpretación de Davis de Kullervo al frente de la Sinfónica de Londres. Pero ha podido más mi corazón. Reconozco mi pasión y admiración por Dudamel. Pienso que es uno de los grandes músicos y directores de la actualidad y pienso que su tan criticadísima forma de conducir su carrera musical no es de recibo ni merecida.

Dudamel nos ofrece una visión de Sibelius de un altísimo nivel, con sinceridad, maravillosa. ¿Que tendrá que pulirla? seguro que sí, pero eso no le resta valor alguno a su preciosista, intensa, vitalista y poderosa interpretación con los músicos de Gothenburgo, músicos que por otro lado tienen una historia, una tradición y una esencia que quieras o no siente Sibelius de forma especial, clara, preciosa, sentida en el alma, con el corazón en sus instrumentos. Una orquesta que suena soberbia, que ofrece una maravillosa y matizada interpretación y una recreación de la música de esta excepcional obra sibeliana; unas cuerdas de todo punto de vista preciosas, sedosas, coloridas, compactas, delicadas, profundas; unas maderas preciosas de timbre y de color; unos metales francamente pulcros, limpios y poderosos. 



Todo el conjunto está perfectamente ensamblado y se paladea la belleza del lirismo de Sibelius; se recorre sin dificultad su camino sorprendente de combinaciones sonoras e instrumentales que enmarcan el todo de la obra y la hacen lucir de forma brillante. Dudamel impregna la partitura de matices sabiamente marcados y resaltados quizá en algún punto, como el dificilísimo Vivaccissimo con alguna que otra estridencia y tempo algo extraño, pero tiene visión global del paisaje musical de Sibelius, capta su preciosa armonía, su carácter entre romántico, clásico y renovador. Transmite la intensidad que sabiamente va generando, preparando y acumulando para poder desplegar en un Finale absolutamente brillante, comedido in crescendo, movido por un hálito de vida que logra que tus propios sentimientos se enlacen con él hasta dejarte arrastrar en una preciosa seda musical. Me parece digno de admiración. Un punto entre Bernstein, sin su vehemencia, y un Szell, sin su milimétrica precisión con un toque del preciosismo y magia de Barbirolli.

Y todo esto en estos años. Su concepto se asentará y pienso sinceramente que puede ofrecernos unas futuras interpretaciones de Sibelius más elaboradas y reposadas pero con ese punto de vitalidad que tan bien le sienta. De verdad una interpretación preciosa y digna de ser conocida. Les gustará, es muy, muy buena.

Espero que disfruten de ella, espero que el viejo Sibelius también y sobre todo reconozco que me encanta. No lo puedo negar, me gusta, me llena, me transporta a un plano de felicidad precioso y lindísimo. 

Me recuerda tanto al Sibelius que más disfruto...querido Lenny, tanto, tanto, como para ser nuevo y a la vez diferente...un lujo.


Sibelius
Sinfonía nº 2
Gustavo Dudamel
Gothenburg Symphony Orchestra
Konserthuset, Göteborg, Suecia, marzo de 2010