Queridos amigos, con un poquito de retraso dejamos hoy esta entrada en recuerdo del nacimiento del genio de Salzburgo, el gran Mozart, que se celebró el pasado día 27 del presente.
Un disco antológico, maravilloso, del grandísimo George Szell en el que creo, si alguien tiene algún dato diferente por favor le ruego lo comente, fue su última grabación y concierto. Un registro en vivo realizado en Tokio con su orquesta de siempre, la excepcional Orquesta de Cleveland, esa orquesta que forjó y llevó a lo más alto convirtiéndola en un referente en cuanto a calidad, precisión y perfección técnica, amplitud de repertorio y excepcional sonido. Un disco con obras muy queridas por el maestro como lo es esta Sinfonía nº 40 de Mozart (lo completaremos en breve con el segundo disco con una increíble Sinfonía nº 2 de Sibelius, otra especialidad del maestro).
La hermosa Sinfonía nº 40 de Mozart fue finalizada un 25 de julio de 1788, durante un periodo fecundo en el que finaliza también las Sinfonías nº 39 y nº 41. Posteriormente Mozart revisa la composición entre 1788 y 1791 (clarinetes, flautas y oboes). Aunque no se sabe a ciencia cierta si se estrenó en vida del compositor la mayoría de estudiosos coinciden en afirmar que es casi seguro que así fuera en varios conciertos de 1789, 1790 y 1791 posiblemente el último el 17 de abril de 1791 en el Burgtheater de Viena, dirigido por Antonio Salieri.
Un disco que nos deja un Mozart claro, ligero, perfectamente manejado en los tiempos y en su ritmo, con una exposición finísima y detallada de los preciosos temas de la obra y con una delicadísima y preciosista intervención de los diferentes atriles de una orquesta extraordinaria con unas cuerdas impresionantes y unas vientos sin par.
Dentro de la frescura de la recreación no se abandona cierto tono de seriedad o incluso tragedia de manera que en el global de la interpretación podemos apreciar la sabiduría con la que el maestro nos deja percibir y sentir diferentes estados emocionales desde la rítmica alegría a la pasión intensa, una preciosa combinación de felicidad y tensión emocional maravillosa.
Una preciosa Obertura Oberon de Weber complementa este primer disco de manera brillante y preciosa.
Espero que disfruten de este hermoso disco, homenaje a un genio de la música Mozart en manos de otro genio, Szell.
Mozart
Sinfonía nº 40
Weber
Obertura Oberon
Szell
Cleveland Orchestra
Grabación:
Bunka Kaikan, Tokio, 22 de mayo de 1970